jueves, 9 de julio de 2009

¿"Golpe de Estado o «sucesión constitucional"?

Todos Somos Culpables
«La vuelta de Zelaya es imprudente»

Elvin Santos era el vicepresidente del depuesto Manuel Zelaya hasta que, el pasado año, renunció para presentarse como candidato por el Partido Liberal (PLH). Porfirio «Pepe» Lobo perdió por 65.000 votos las elecciones de 2005 ante Zelaya y repite como aspirante del Partido Nacional (PNH) en los comicios presidenciales previstos para noviembre. Ninguno de los dos políticos cuestiona la legalidad que ha llevado al nuevo gobernante, Roberto Micheletti, a suceder a Zelaya.

-¿Cómo definiría los sucesos del 28 de junio:
golpe de Estado o «sucesión constitucional
»?

-Porfirio Lobo: Más que definir lo ocurrido con unas características especiales: hay una resolución del juzgado, el no respeto del presidente a un mandato judicial... Aquí hubo mucho forcejeo, violentando la ley, y eso agudizó la confrontación y desembocó en lo que se dio ese domingo. Yo soy testigo de que el general Vásquez estuvo hasta el último momento pidiéndonos que se le diera una salida política al conflicto, porque no querían tener que elegir entre acatar una orden de su comandante o cumplir el mandato de un juzgado.

Elvin Santos: Penosos. Según recibimos la información, entendimos que no había golpe sino un relevo en el que el Congreso nombraba un sucesor. Se requerirá tiempo para definir la posibilidad de que haya suficientes mecanismos preventivos para que no pueda suceder de nuevo.


-¿Qué le dijo a José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, cuando vino a demandar la restauración de Zelaya y advertirles de las sanciones a las que se arriesgaba Honduras?

P.L.: Me duele mucho porque es el pueblo quien sufre; me parecería imprudente que Zelaya viniera al país, sería complicar el problema. Le dijimos que era importante para Honduras muchísima comprensión por parte de la OEA. Y le pedimos que nos diera más tiempo para provocar un diálogo entre todos. Pensamos que no era justo, que esto no era un golpe de Estado como en los 70, porque había habido mucho confrontación en los últimos meses, y el presidente tuvo muchísima culpa.

E.S.: Se le explicó el proceso legal y político del país durante casi un año, sin pretender justificar lo que sucedió: es condenable que se proceda de manera violenta contra un ser humano, y más contra un presidente. Y le recordamos que a la OEA le correspondía mantener abiertos los canales diplomáticos para analizar el problema.

-¿Hay un doble rasero en la OEA para medir los golpes de «izquierda» y los de «derechas»?

-P.L.: Le dijimos a Insulza que el nuestro no era un caso típico de golpe de Estado en América Latina, sino unos sucesos provocados por una alta conflictividad social de cuya responsabilidad nadie estaba exento, ni el presidente.

E.S.: No quiero criticar a la OEA. Mi propósito es que se tenga conciencia del daño que se ha hecho a Honduras a nivel internacional y al proceso electoral que se había iniciado.
«Le dijimos a Insulza que el nuestro no era un caso típico de golpe de Estado en América Latina, sino unos sucesos provocados por una alta conflictividad social de cuya responsabilidad nadie estaba exento, ni el presidente.»
-El Gobierno español también fue implacable con Honduras, mientras tiende puentes a Cuba.

P.L.: El mundo ha cambiado mucho y requiere comprensión, y los dirigentes de cualquier país deben tener ecuanimidad y procurar espacios de diálogo. En cambio, la participación de algunos agentes externos sólo complica las cosas. A todos les pediría que no castiguen a un pueblo.

E.S.: Insisto, no debo juzgar a gobiernos o estados, eso sería prepotente. Yo quiero invocar al mundo la conciencia de que necesitamos ayuda para descubrir la verdad y diseñar una ruta que evite muertos, combata a la pobreza y no se vulnere la democracia. Los juristas niegan que aquí haya habido un golpe de Estado, sino un proceso de relevo constitucional; pero los países de la OEA dicen que ha habido un golpe militar violento. Sólo Dios tiene la certeza.
-Manuel Zelaya insiste en que regresa al país como sea.

P.L.: Sería una imprudencia. Debe esperar el tiempo necesario y nunca antes de que se produzca un diálogo.

E.S.: (Suspira) «Mel» le tiene aprecio a la vida y un enorme amor a Honduras. Yo le diría que medite muchísimo, porque hay suficientes canales para salir de estos problemas. Y el puede ser, ante la historia y ante nuestro pueblo, un actor principal para que lleguemos a un acuerdo.
-Usted, que lo conoce bien: ¿Cómo llega Zelaya, un terrateniente conservador, a abrazar el populismo bolivariano?

P.L.: Yo discuto mucho de asuntos ideológicos. En el Partido Nacional hicimos una reforma en 2007 y nos ubicamos en el centro humanista, que es prácticamente la doctrina social cristiana. Pero en sus antecedentes no hay nada que me indique que jamás en su vida iba a tener ideas cercanas al pueblo, ni mucho menos. No lo entiendo. Lo que sé es que desde 2007 dije que el presidente Zelaya quería permanecer en el poder, porque se daban conductas raras.

E.S.: Yo conviví mucho tiempo con él en asuntos oficiales, y en ese sentido guardo un total respeto. Lo más importante ha sido mantener una prudente confidencialidad de mi relación con el presidente en materias de Estado y política.

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