lunes, 24 de febrero de 2014

No permita, Presidente Medina, que la bandera dominicana sea pisoteada.



¡Qué linda, en el tope estás, dominicana bandera!


Por Manuel Núñez Asencio

       Entre todas las guerras de Independencia del continente, la que tuvo mayor desventaja de medios y se desplegó con mayor heroísmo, fue la que emprendieron los libertadores dominicanos en la Independencia del 27 de febrero de 1844. En aquel punto y hora, tres factores habían hecho naufragar a una parte del liderazgo en un pesimismo desolador, y habían comprometido los fines del movimiento libertador.

1.   El factor económico. Tenía Haití una economía trece veces mayor que la dominicana, y la capacidad para llevar a cabo una guerra de largo aliento, le concedía ventajas innegables;
2.   El factor militar. El ejército haitiano tenía cincuenta mil hombres y se hallaba mejor armado que el dominicano, que, en las mejores condiciones, nunca pudo desplegar en el teatro de operaciones una fuerza superior a los 10.000  soldados.
3.   El factor demográfico. Hacia 1844, la población haitiana rondaba las 800 habitantes, y los dominicanos no rebasábamos las 240.000 almas. En esos momentos, un desplazamiento masivo de poblaciones hacia la parte dominicana nos hubiera anulado como sociedad.
Luchábamos, además,  contra un enemigo que se hallaba en un espacio geográfico común. Que había colocado como una exigencia a todos sus dirigentes, desde la Constitución de 1805, que el imperio de Haití era uno e indivisible (art.15).Que la porción de dominicana de la isla,  le pertenecía al Estado haitiano (art. 18). Durante doce años cabales de guerra,  los dominicanos lucharon, con la sangre en la cintura, contra ese principio, que sólo quedó abolido con el Tratado de Paz y Amistad, refrendado entre Haití y la República Dominicana en 1874.
         El enorme desafío que implicaba la Independencia en esas condiciones hizo que una parte de nuestros próceres, creyese que la única forma de ponerle punto final a las ambiciones haitianas era colocando la soberanía bajo el mando de un Estado extranjero, más poderoso, que preservara nuestras formas de vida, y que nos pusiera a salvo, de volver a vivir su oprobiosa dominación. De ahí nació el anexionismo, fundado de la superioridad de un enemigo avieso y hostil. Esa solución fue derrotada en la guerra de restauración de la Independencia en 1865.
         Un testigo de excepción de aquel período histórico, el
Almirante de Marina de los Estados Unidos, Dixon Porter,  quien vino al país  en 1846, en plena guerra,  para elaborar un Informe al Gobierno de los Estados Unidos, escribió lo siguiente: la historia no registra ninguna guerra en donde la disparidad de la fuerza fuera tan grande, y donde la parte más débil encontró tan señalado éxito; y tan escasa fue la pérdida para ellos mismos, que, en dos grandes batallas donde el enemigo perdió más de mil hombres, los dominicanos no perdieron sino tres” (Diario de una misión secreta a Santo Domingo, SD, Sociedad Dominicana de Bibliófilos, p.4).

         El Almirante Porter describe el heroísmo y el esfuerzo del pueblo en la guerra de independencia. Proeza  en la que participaron todas sus clases, sin distingo de raza, hombres, mujeres, ancianos y niños. “ el número de soldados en Santo Domingo asciende a 1200 además cada hombre en la ciudad está enrolado para llevar armas, y a veces muchachos de 12 y 13 años se ven bregando por cargar un mosquete casi tan pesado como ellos mismos” (idem)

El  mensaje de la bandera
         La independencia dominicana respondió, tal como ha expresado el historiador Manuel Arturo Peña Batlle, a la necesidad de supervivencia de nuestro modo de vida, de nuestra lengua y de lo que somos. A la guerra fuimos solos. Sin ayuda de nadie. Con escasísimas posibilidades de éxito: “ la independencia dominicana obedeció antes que a ninguna otra consideración a un definido sentimiento de cultura. Contrariamente a lo sucedido en los demás países americanos, con la sola excepción de Haití, los dominicanos no fuimos a la independencia impulsados únicamente por un ideal político, sino más bien obligados por necesidades apremiantes de preservación cultural, para resguardo y defensa de las formas de nuestra vida social propiamente dicha” ( Antología de Emiliano Tejera, SD, 1950, p. 20)

     La enorme significación de nuestra Independencia se manifiesta en la bandera dominicana. Durante la dominación haitiana alternaron dos banderas. La negra y roja, que representa, la esencial guerra de razas que ha estado presente en la tumultuosa historia haitiana.  La  azul y roja, a la cual se le extrajo el color blanco, que fue la que ondeó a partir de 1822 en la porción dominicana de la isla. Sobre esa bandera, expresión de la exclusión de las personas de raza blanca ( art. 12, 14) y  de la dominación haitiana en la parte este de la isla,  se introdujo la cruz de la redención. La bandera quedó descuartizada en cuatro rectángulos. Los de arriba, azules; y, rojos,  los de abajo. 

Posteriormente,  se invirtieron los cuarteles. Azul y rojo,  en la banda superior; y, rojo y azul, en la inferior. El mensaje de la bandera concebida en el juramento de los Trinitarios es la  oposición a la dominación extranjera. El rojo simbolizaba la sangre derramada; el azul el cielo del territorio que cubre la patria, la paz y el ideal de progreso y la cruz representa la oposición a la religión del opresor. En el centro de la cruz existe el escudo de armas de la República Dominicana. Y en el escudo quedó estampada , tras una etapa de vacilaciones, una biblia, una cruz, un laurel y una palma. La cruz representa el ideal cristiano combatido sañudamente por los dominadores. En lema de los trinitarios se habla de  Dios. Porque durante la dominación haitiana (1822-1844) fueron omitidas todas las fiestas religiosas; las iglesias y templos fueron convertidos en almacenes de víveres y el régimen se propuso desarraigar al dominicano de esas profundas creencias ancladas en nuestras tradiciones. En 1805, Henri Christophe incendió la catedral de Santiago y la Iglesia de Moca, y emprendió una espantosa matanza de las poblaciones blancas de estas provincias. Finalmente, en el lema trinitario se habla  de la Patria , porque  es lo que une a todos los dominicanos bajo un mismo ideal , bajo una misma bandera y se habla, además, de la   libertad,  porque  con ella se proclama nuestro  derecho a un gobierno propio. Es decir, a la autodeterminación.

     He aquí los juicios de Jean Casimir, antropólogo haitiano sobre la naturaleza de su nación   la cultura nacional no es oficial; del mismo modo que la lengua nacional tampoco es oficial; ni la religión de Haití es la religión oficial”. Ni la lengua francesa ni la religión católica constituyen el fondo en el que se mueve esa población. Es como alguien que aprende un idioma extranjero, y le queda el acento y la presencia de su lengua nativa que, de tiempo en tiempo, reaparece porque es la que, en realidad, domina y defiende. Tras más de un lustro de vida en los seminarios católicos de La Vega, el ex sacerdote Jean Bertrand Aristide mandó a pegarle fuego a la Catedral de Puerto Príncipe, en diciembre de 1990, y mandó a perseguir al nuncio de su Santidad, quien,  logró salvarse milagrosamente de la lapidación, y ponerse a buen recaudo en tierra dominicana.

Con ese mismo descaro y esa misma impunidad,  han actuado los haitianos radicados en el país. En Santa Lucia ( El Seibo) un grupo de haitianos incendió la bandera dominicana (12-12-2013), a la entrada del pueblo. En su lugar izaron la bandera haitiana.  En otra ceremonia  llevada a cabo para celebrar el odio que le profesan al país en donde se hallan establecidos ilegalmente,  hicieron una quema de la bandera dominicana entre insultos y
amenazas ,  y han tenido el desparpajo de llevarlo a Internet,  para mostrarle al mundo nuestra desidia en hacer cumplir nuestras leyes y la decadencia del patriotismo dominicano.  Ninguno de los responsables de ese atropello a la dignidad y la honra de nuestro país ha sido sometido a la Justicia. Se ha vuelto tradición, que,  muchas  ceremonias de gagá,  son rematadas con  el fuego de la bandera nacional.


La bandera nacional nos representa a todos los dominicanos. Quedó abolida en 1861, tras la Anexión, por la bandera española del rojo y el gualda; volvió a ser restaurada en 1865, tras la gloriosa guerra de restauración de la Independencia. Quedó proscrita, nueva vez,  en 1916, tras la ocupación estadounidense. El 13 de enero de 1920, ondeaba en la Torre del Homenaje,  la bandera de las barras y las estrellas. El pueblo dominicano nunca podrá olvidar lo que ocurrió ese día. El Presidente de Argentina, don Hipólito Irigoyen, le dio la orden al buque 9 de julio de la Armada argentina, que izara la bandera dominicana frente al puerto, y los dominicanos que vieron su bandera desde el puerto, saltaron de alegría y prorrumpieron en llanto. Ya eran multitudes las que saludaban la bandera dominicana y golpeaban el aire con sus puños. Entonces,  el capitán del 9 de julio, dio la orden de saludar el pabellón nacional dominicano, con una salva de veintiún cañonazos.

El capitán de la nave argentina, Francisco de la Fuente y su tripulación entraron por la Puerta de San Diego en olor de multitudes y  fueron  llevados por la población al Club Unión. Allí don Américo Lugo le agradeció  el homenaje a la bandera dominicana. Le expresó, con emoción desbordante,  toda la gratitud de la patria agradecida.

 Aun cuando aquellos que promueven la implantación de los pirómanos que queman nuestra bandera, nos llamen ultranacionalistas.  Y quieran sembrar un conflicto de lealtades, donde sólo deben reinar los intereses dominicanos. No permita, Presidente Medina, que la bandera dominicana sea pisoteada. No permita que pabellón que representa la dignidad, la honra, la soberanía del pueblo dominicana, sea incendiado por estos vándalos extranjeros y ultrajado, por los que le inventan excusas a los vándalos.  A la bandera no basta con honrarla en las ceremonias oficiales, hay que honrarla cada día, en cada palmo del territorio, y defenderla con lealtad plena y sin desmayos.





viernes, 21 de febrero de 2014

Siempre la práctica de un ejercicio es recomendable


Ejercitarse, dieta sana y eliminar el tabaco son reglas esenciales para evitar un infarto


Roberto Fernández-De Castro Tezanos
El médico cardiólogo e intervencionista Roberto Fernández-De Castro Tezanos adujo que no solamente las causas de un accidente cardiovascular puede ser ocasionado por la falta de ejercicios, el uso del tabaco en cualquiera de sus formas y el abuso en las comidas, una gran parte de estos sucesos son ocasionados por factores genéticos o hereditarios.
Los factores genéticos de las personas son determinante en la mayoría de los casos de enfermedades cardiopáticas y que son los elementos de riesgos que un medico no puede modificar tu cuadro.
Si procedes de una familia de padres y abuelos con antecedentes de muerte súbita a edad temprana las probabilidades de que tu tengas un evento parecido son altas
Esas personas que tienen antecedentes familiares muy marcado de enfermedades cardiovascular a edades tempranas deben cuidarse más que lo demás, lo importante es ejercer una actividad física, no tiene que ir a un gimnasio o a un parque a correr, puede ejercer actividad física entiéndase bien actividad física, es hacer ejercicio en su casa, en el patio, hasta subiendo y bajando las escaleras de su casa o en el apartamento donde vive, lo importante es que sea un ejercicio habitual durante por lo menos 45 minutos, moderadamente enérgico, sudar bastante para que tenga un impacto cardiovascular, ademas debe comer sano frutas, vegetales, ensaladas y pescado, eso significa una dieta sana.
Recomendó el doctor Fernández de Castro también insistió en la llamada dieta Mediterránea que no involucra carnes rojas y la utilización del aceite de oliva virgen o extra virgen que contiene grasas monoinsaturadas que ayudan a reducir los niveles de LDL-colesterol o colesterol malo
El médico Fernández-De Castro, afirmó que las enfermedades cardiovasculares se deben a trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, entre las que se encuentran: las cardiopatías coronarias, las enfermedades cerebro,  vasculares, el aumento de la tensión arterial, las cardiopatías congénitas y la insuficiencia cardiaca.
Todas estas causas se producen debido al consumo del tabaco, la falta de actividad física, y una alimentación poco saludable según el especialista del corazón, en una entrevista través del programa radial “Dejando Huellas” que conduce y produce Onorio Montás por Dominicana FM y Radio Santo Domingo AM. Fernández-De Castro exhortó tanto a los sistemas de salud del Estado como a la sociedad civil, ha aunar esfuerzos para educar  a la población en cuanto a los factores de riesgos, como la diabetes, la hipercolesterolemia, la dislipidemia, el tabaquismo y el sedentarismo.
Explicó que generalmente una muerte súbita o evento cardiovascular ocurre en una persona antes de las 24 horas del día, sin que esta sienta ningún síntoma, lo cual produce sorpresivamente la muerte por la elevación ventricular que provoca que el corazón pare. Dijo que si un individuo tiene inmovilidad y tiene que estar encamado con problemas del fémur, lo recomendable seria aplicarle un tratamiento anticoagulante para prevenir la formación de trombos en las piernas y en las extremidades.
El doctor Fernández-De Castro, confirmó que las enfermedades
Roberto Fernádez-De Castro Tezanos
cardiovasculares son la primera causa de muerte en la mayoría de los países del mundo, independientemente de su desarrollo económico y geográfico, en esto se pueden ver afectadas principalmente personas adultas, pero no solo es la primera causa de muerte, sino también la primera causa de morbilidad, quiere decir que una vez la persona desarrolle uno de estos eventos; necesitan ser hospitalizadas muchas veces en condiciones de afección de la salud, pero al mismo tiempo de su vida laboral ya que esto tiene un gran impacto en la actividad económica del individuo.
Recomendó además una serie de pautas para prevenir las enfermedades cardiovasculares entre las que se encuentran fundamentalmente practicar algún deporte o ejercicio, llevar una dieta sana a base de frutas, vegetales, pescado, el consumo de aceite de oliva, controlar los niveles de colesterol, y si es diabético controlar la ingesta de azucares.
Al concluir la entrevista insistió que los organismos de salud pública, la sociedad civil y las universidades, deben involucrarse más en el tema de campañas educativas alimenticias  para la población ya que esta es  una herramienta fundamental de prevención  para estas enfermedades. 



miércoles, 19 de febrero de 2014

Cuatro de cada 10 dominicanos no tienen acceso a una canasta básica de alimentación


Banco Mundial informó que la pobreza aumentó en República Dominicana


El número de pobres creció en 1.3 millones en la República Dominicana durante el período  2000-2011, informó una misión del Banco Mundial (BM).

 Al presentar un informe a la Comisión de Desarrollo Humano de la Cámara de Diputados, el economista senior del organismo internacional, Javier Báez, dijo que el país es uno de lo que más ha crecido en la última década. Sin embargo, expresó que ese crecimiento no se refleja en mejores condiciones de vida para sus ciudadanos.

La investigación sobre distribución de la riqueza en Dominicana, indica que cuatro de cada 10 dominicanos no tienen acceso a una canasta básica de alimentación y solo 25 de cada cien está en la clase media. El 75% de esos pobres tiene acceso a viviendas y alimentos, pero esto no se traduce en bienestar.

Asimismo, Báez dijo, que el Gobierno dominicano debe garantizar cobertura y mejorar la calidad de los servicios que ofrece a la población.

El informe presentado por los delegados del Banco Mundial precisa, además, que la igualdad de género en el país tiene un crecimiento lento y muy por debajo del económico.

También se refirió a la política fiscal del Gobierno que, a su juicio, se basa en el cobro de impuestos indirectos y poco flexibles.

De su lado, presidente de la Comisión de Desarrollo Humano de la Cámara de Diputados, explicó que según el informe, el país tiene en la actualidad un 40% de pobres, cuando en el 2000 tenía solo un 30%.

Calificó de alarmante que la productividad en Dominicana haya crecido un 50% mientras los salarios se han reducido en un 27%, lo que implica que ha tenido un crecimiento sostenido permanente, sin traducirse en el desarrollo de la gente.

 La delegación del BM estuvo integrada, además, por McDonald Benjamin, representante residente del organismo en República Dominicana; Louise J. Cord, gerente de Sector, Unidad de Pobreza, Género y Equidad para América Latina y Alan Fuchs Tarlovsky, economista. Además por Luis Felipe López Calva, economista líder de la Unidad de Macroeconomía para Europa y Asia Central así como Maritza Rodríguez, especialista senior Financiera.  También participaron varios diputados miembros de la comisión.

Las grandes inversiones han sido concentradas tanto en el gran Santo Domingo como Santiago de los Caballeros


Urbanista dice es bomba de tiempo caso de personas que viven en sitios vulnerables
Erick Dorrejo califica de horroroso el tema del transporte en R.D.


Erick Dorrejo Medina
El arquitecto-urbanista Erick Dorrejo Medina, lamentó que el desarrollo obtenido por República Dominicana, en los últimos 10 a 15 años no ha sido asumido por las poblaciones más vulnerables del país, ya que las grandes inversiones han sido concentradas tanto en el gran Santo Domingo como  Santiago de los Caballeros.

“Es que hace falta que esas políticas económicas macro estructúrales se puedan diversificar a nivel local, ya que hoy día nos encontramos con la penosa situación de que muchos alcaldes dicen no tener suficientes recursos, otros no tienen un rumbo y otros no tienen planificación” aseguro que este agravio, ha sido parte de un círculo vicioso que se ha venido incrementando a través de los años, específicamente desde los años 60 cuando se fundó la Junta de Planificación y desde el 1962 hasta la fecha se han presentado cientos de proyectos que han cumplido su objetivo, pero no benefician  a la población en general.

Dorrejo anunció que se están realizando estudios importantes para demostrar como las migraciones de las personas que vienen del campo a la ciudad en busca de oportunidades, traen desequilibrio al sistema nacional, porque impactan de una manera negativa a la colectividad, ya que esas personas no vienen con una mentalidad de inversionistas, sino más bien que vienen con cargas para sumar más pobrezas a los centros urbanos.

Destacó que es una bomba de tiempo lo que está sucediendo en el gran Santo Domingo, con todas las personas que residen en los sectores vulnerables, ya que si sus demandas de oportunidades, de potencialidades, no les son resueltas, esto podría generar un estallido social y además provocar que más personas emigren en busca de las oportunidades que no tienen en la zona rural, estas declaraciones las ofreció el urbanista Erick Dorrejo Medina en una entrevista a través del programa radial “Dejando Huellas” que produce y conduce Onorio Montás por Dominicana FM y Radio Santo Domingo AM todas las tardes.

El también especialista en asuntos urbanos apuntó que desde 1975, el país ha registrado crecimientos positivos con excepción al gobierno de Hipólito Mejía que en el 2003 y 2004 proyectaron resultados negativos para la economía nacional; y aun así República Dominicana, siempre ha estado por encima de mayoría de países de Latinoamérica en cuanto al crecimiento económico, “lo que pasa es que hay grandes riquezas concentradas en pocas manos” sostuvo el arquitecto.

Fuentes del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, revelan que mientras el Distrito Nacional tiene un porcentaje de pobreza de un 20% por ciento en Elías Piña por ejemplo de cada 10 personas 7 o sea 70% son pobres, pero estos datos del Índice de Desarrollo Humano Provincial señalan una disparidad diametral, entre el gran Santo Domingo y Elías Piña. Otro dato importante lo dio a conocer el PNUD en el 2013, en su informe el ingreso per cápita calculado para el Distrito Nacional, es de 59 mil pesos promedio, mientras que en Elías Piña es de 11 mil pesos promedio, pero se hace la salvedad que esto no corresponde a los ingresos devengado por una persona.

El arquitecto Dorrejo, expresó además que la política asumida por el gobierno de Danilo Medina, de trasladarse los fines de semanas a diferentes puntos del país, dijo que innegablemente tiene muchos aspectos positivos, pero llamó la atención para que esto no sea la visión de un estadista, esto debe ser una política de nacional, aunque con esta visión el presidente pueda desarrollarla como un mecanismo de territorializacion, a través de instrumentos de ordenamiento territorial y que se puedan cumplir a nivel de políticas macroeconómicas que cumplan con el objetivo del país en general.

Es un trabajo en conjunto, es un trabajo de coordinación, de articulación en entre el trabajo nacional y local, nunca se ha hecho, pero es posible en otros países se ha hecho con mucho éxito

El arquitecto Dorrejo insistió que para un mandatario es muy forzoso, implementar política de darle dinero a la gente de forma directa, porque a largo plazo esa estrategia no puede ser sostenible; en ese sentido propuso que se desarrollen políticas de Estado que puedan ser dirigidas a través de la Presidencia de la República, donde todos los organismos tengan funciones y se articulen de manera congruente, ya que así mismo se estaría fortaleciendo a los gobiernos municipales.

En su intervención el urbanista se refirió a la ley que está cursando en la Cámara de Diputados referente al tema de fraccionamiento de la Provincia Santo Domingo, y explico que hay que ver la propuesta en dos espacios distintos uno en el espacio de la fracción únicamente de la provincia intentando conseguir la creación de nuevas provincias, y el otro aspecto no solo de la provincia sino también para la creación de nuevos municipios; para las provincias se crearían más senadores, lo cual entiende que el país no necesita más personal legislativo para discutir las leyes y a nivel municipal insiste que el problema sería aún más complejo porque se tendrían que crear más gobiernos locales y el capítulo de continuar fragmentando el territorio sin criterio y sin procedimientos, trae como consecuencia que los temas principales que trascienden en el espacio político administrativo cada vez se resolverán menos y serán más complicados.

Sobre este aspecto el arquitecto Dorrejo puso como ejemplo el tema del vertedero duquesa que ha generado conflictos que hasta el día de hoy no han podido solucionarse, porque siete alcaldes no se han puesto de acuerdo a pesar de la ley 176/07 que habla del liderazgo de las mancomunidades, en ese aspecto ¿cuál sería el líder?, el que tiene más recursos, o el que tiene la posición o más amplio su territorio, o el que tiene algo que ganar del problema que se ha creado, sostiene que entre municipalidades no se puede fragmentar, todo lo contrario lo que se requiere es potencializar en cuanto a fortalecer  los trabajos que hacen los alcaldes en sus distintos territorios y en otro aspecto no menos importante es que el gobierno nacional no esté tan alejado de los gobiernos locales.
Erick Dorrejo Medina


El especialista en urbanismo al referirse al proyecto de tránsito y movilidad dijo que el problema de República Dominicana en cuanto a este tema es que hay muchos interés envueltos aunque citó a varios legisladores entre ellos al diputado Tobías Crespo que ha introducido el proyecto de ley que ha prescrito en varias ocasiones, pero la falta de voluntad de algunos sectores hace que este tema trascienda al congreso, y es por esto que durante años el país es un caos en cuanto al tránsito terrestre, el cual “toda la ciudadanía es culpable en sentido general”. Al referirse a la ley de tránsito y movilidad afirmó que el tema de trasporte es un círculo vicioso, porque hay cada vez más vehículos, ya que el ciudadano no cuenta con opciones ni un sistema de trasporte organizado que les permita a las personas optar por utilizar el transporte público.

El profesional concluyó diciendo que el problema del tránsito para resolverse se debe involucrar a la sociedad en general, aplicar las leyes de tránsito, unificar la OMSA y el Metro en una sola institución y estimular su uso dándole los fondos necesarios y promoviendo su uso.
 





lunes, 17 de febrero de 2014

Si hablamos de dónde viene Haití, o lo que resultó siendo Haití...



 Génesis del pueblo haitiano


Por Silvio Herasme Peña

La génesis es el principio de “algo” y el proceso de concatenación que se orienta hacia la formación de un hecho que nadie ha planificado previamente o talvez sí.

Si hablamos de dónde viene Haití, o lo que resultó siendo Haití, debemos remontarnos a la presencia de piratas en la isla Tortuga al norte de la isla y en dirección a Cuba. Esa isla Tortuga se convirtió en un antro, o refugio, en el que pernoctaban piratas y busca vida de todo tipo de excrecencia humana que recalaba por aquí huyendo, muchas veces, a las autoridades europeas.

Todo estudiante de historia de la República Dominicana recordará lo que fueron los Bucaneros y los Filibusteros, viandantes que asolaban el oeste de la isla cazando animales silvestres, vacas, caballos, cerdos, etc., dejados abandonados por la población española cuando el inefable Rey Felipe II de España, ordenó despoblar el oeste de la isla y que lo llevó a cabo el gobernador Antonio de Osorio en 1605-1606.

Los pueblos del norte, Puerto Plata y Montecristi se convirtieron en el actual Monte Plata y Bayaguana fue formada por pobladores de Bayajá y Yaguana, como resultado de las devastaciones de Osorio en 1605 y 1606.

Hay por lo menos cinco acuerdos entre España y Francia para definir lo que era la colonia de Santo Domingo. Los franceses ya habían ocupado un pequeño porcentaje del abandonado territorio español de la isla y luego se llegó primero al tratado de Ryswick en 1697 y luego al Tratado de Aranjuez en el 1777. Antes y después de esos acuerdos macros hubo otros pequeños convenios y otras negociaciones.

La colonia francesa de Saint Domingue se desarrolló a mediados de los siglos 17 y el 18, y tuvo tanto éxito comercial explotando la fabricación de azúcar, producción de café y otros renglones, que se le llamó para entonces “La Joya de la Corona Francesa”.
La colonia prosperó y en un momento dado la población esclava era de unos 800 mil seres humanos. Esas personas no eran tratadas como “humanos”, sino como “acémilas” o burros de trabajos y otras bestias de faenas.

Nadie se imaginaba a Haití
Durante años no se concebía siquiera la idea de que los esclavos pudieran iniciar una rebelión que les permitiera fundar una República habitada por los ex esclavos y mestizos. La lucha de lo que vino a ser Haití tuvo que esperar la materialización de la Revolución Francesa del 1789. Período que también abrió la oportunidad de independizarse a todos los pueblos de América Latina, en un esfuerzo encabezado básicamente por Simón Bolívar.

La rebelión
Muy anterior al estallido de la gran rebelión hubo conatos que fueron reprimidos inmisericordemente por las autoridades francesas, pero después de Dutty Boukman la subversión se extendió y produjo la formación de bandas, muchas de las cuales peleaban entre sí, hasta que Toussaint Louverture las unificó.

Una vez los esclavos confirmaron su poder, ya no hubo paz en la colonia francesa hasta que un enviado del directorio revolucionario de la Revolución Francesa decretó la eliminación de la esclavitud en el 1894.

Ni siquiera entonces se pensó todavía en crear una República independiente, eso vino después del envío de enormes fuerzas francesas del gobierno de Napoleón encomendadas para retornar el orden y la esclavitud en el territorio. Detenido Toussaint y enviado a Francia donde murió, ya no quedó dudas en la población negra de Haití que volvería la sumisión.

La guerra de Independencia se inició sin cuartel y Jean Jacques Dessalines fue nombrado jefe de las fuerzas rebeldes que pudieron, a sangre y fuego, destrozar a los franceses y crear la República que él decidió nombrarla Haití, en reconocimiento al nombre que le daban a la isla los primeros pobladores, el principal grupo étnico llamado Los Taínos.

El punto es que la primera Constitución haitiana consignó que la isla era una e indivisible. Lo que implicaba que se atribuían la autoridad sobre el territorio que eventualmente sería el Estado de Haití Español, creado por Núñez de Cáceres en noviembre de 1821 al término de la presencia española en Santo Domingo.
Al igual que Toussaint en el 1801 que ocupó todo el territorio de la Isla lo mismo hizo el presidente Boyer quien había heredado al bueno de Alexandre Petión a su muerte y que una vez se suicidó Henry Christophe también enfilaría sus tropas hacia la ciudad de Cabo Haitiano para unificar Haití, luego a Santo Domingo la ocupó sin disparar un tiro.
Hubo por lo menos un asesor de Jean Pierre Boyer que le aconsejó no ocupar la parte Este de la isla porque aquí vivía un pueblo, culturalmente muy distinto a Haití y que en 20 años iniciarían su propia Independencia. Nada fue tan cierto, el 27 de Febrero de 1844 se cumplió el vaticinio.

Al Este, desde el inicio
Es fácil comprender que desde los primeros momentos los ocupantes desde la isla Tortuga, piratas y malandrines, hasta a el día de hoy los habitantes del Oeste, no obstante la consolidación de la independencia dominicana, no han cejado jamás en su interés de vivir en toda la isla. Primero por la vía militar como en el pasado, luego por la vía pacífica de infiltración.

Ese fenómeno explotó en el 1937 cuando Trujillo fue convencido en Montecristi de que los haitianos prácticamente controlaban los terrenos de la Línea Noroeste por lo que dispuso el terrible “Corte” que costó miles de vidas de humildes haitianos de este lado de la Isla.
La presión Migratoria sigue hasta estos días y pese a que Haití  es ahora un país tan pobre como siempre, no es menos cierto que su situación es ahora muy diferente e insisten en su derecho de vivir “en cualquier lugar de la Isla”.

Debemos recordar que Soulouque se engulló tres ciudades dominicanas en su afán terrorífico sobre la independencia del país. Nos referimos entre ellas a San Miguel de Atalaya e Hincha, en el llamado plató central, un valle justo frente a la ciudad de San Juan de la Maguana.

Lo que los haitianos definen como “problema migratorio” los dominicanos más recalcitrantes lo consideran una invasión pacífica del territorio nacional.

Ese es el tema de hoy, y lo será para toda la vida, y los dominicanos con aplomo y racionalidad tienen la obligación de defender su nación como la quieren hacer, sin que otra cultura socave las instituciones dominicanas.

No hay que ser crueles con los vecinos, pero debemos ser firmes en la defensa de nuestra cultura como la entendemos y deseamos.
Cobra fuerza el criterio de “que cada quien deber vivir en su rincón” . Volveremos sobre el tema.



domingo, 9 de febrero de 2014

Haitianos reanudan su campaña y hostilidades contra República Dominicana


Pagar por los crímenes que otros han cometido


Por Manuel NÚÑEZ Asencio


       ¿Qué traerá consigo el dialogo de Juana Méndez   continuado, postreramente, en Jimani?  Del diálogo no pueden esperarse milagros. Porque se ha propuesto un objetivo absurdo.  Sepultar la verdad  con  rodeos y vaguedades. Confrontar nuestras convicciones con lo irracional. Entonces el diálogo descarrila; cae en la excentricidad y en la incomunicación. Volver a recuperar la sensatez resulta casi imposible. Examinemos el punto de partida. Ponerse de acuerdo con los haitianos para echar por tierra la Sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional, y al mismo tiempo engañar a la opinión pública dominicana, disolviendo la información en noticias nebulosas, que salieran prontamente de las primeras planas.


Los haitianos, por su parte, se han valido de  un monstruo de dos cabezas. En las conversaciones muestran una cara amable, hacen promesas fantasiosas y  declaraciones elogiosas. Tras bastidores, muestran su verdadera cara;   mandan a sus aliados a echarle leña al fuego,  a no  bajar la guardia ni a darle una  tregua de respiro a los dominicanos. Lo han hecho en Jamaica, en el CARICOM, en Venezuela, en Cuba y lo acaban de hacer en EE UU.

En cualquier caso, cada uno de los interlocutores conoce la circunstancia interna de su país.  El Gobierno dominicano sabe, perfectamente, que para complacer las peticiones, totalmente infundadas de los haitianos, tiene que quebrantar la Constitución de la Republica. En La Habana,
el Presidente Medina,  lo ha recordado dramáticamente.  No puede enfrentar el poder judicial sin exponerse a un juicio político (art. 3, 4,6  de la Constitución). Tampoco puede contravenir la Ley de Migración ni reemplazar al Estado haitiano, otorgándole documentación a extranjeros irregulares. Sin embargo, el Gobierno ha hecho concesiones desproporcionadas para cualquier país. Se ha colocado al margen de la ley y la Constitución con el decreto 327/13.  Los haitianos, que habían logrado esa victoria, querían una capitulación total y a las claras. En la reunión del CELAC,  al Presidente Medina le entregaron un discurso envenenado.  En la pieza, redactada por gente de su entorno, se le pedía  perdón a los haitianos y se hacía un acto de contrición. Una capitulación.

Una autentica emboscada El objetivo era derrotar a un poder del Estado, el Poder Judicial,  en un foro internacional. Es decir, que el Presidente dominicano se convirtiera en instrumento del intervencionismo internacional, para humillar a la nación entera.  Pero, ya se sabe, les salió el tiro por la culata. Esta vez la manipulación, disfrazada de humanismo, fue desenmascarada a tiempo.

Nueva vez, los haitianos reanudaron sus operaciones de hostilidad en los foros internacionales. Martelly vuela hacia Washington  en visita oficial de cuatro  días para entrevistarse con Obama, con Biden, con el Departamento de Estado y con el Secretario General de la OEA (4-8 de febrero). A todos les pidió mantener la presión sobre nuestro país. Mientras el dialogo en Jimani discurre  entre fuegos de artificio. Se incluyen las comisiones de empresarios,  a los cuales se les  entretiene con un rosario de promesas que el Gobierno haitiano ni puede ni va a cumplir. Porque el Gobierno Martelly-Lamothe carece de legitimidad para refrendar acuerdos internacionales. Cualquier conclusión a la que se  llegue en Jimani tendrá la permanencia de una firma realizada en papel mojado. La guerra  entre el poder legislativo y el poder ejecutivo en Haití  anularía cualquier decisión internacional tomada por Martelly. Eso lo saben todas las embajadas, incluso los chinos de Bonao. Menos los  empresarios dominicanos que aun creen en la diplomacia del encanto y del donjuanismo. Irán por lana, y saldrán trasquilados.

El Congreso haitiano se compone de treinta senadores.  De esos hay que elegir 20 senadores. Las  elecciones legislativas llevan un retraso de tres años.  En la actualidad, el Congreso ha de estar en funciones con unos 10 senadores. De los cuales Martelly solo cuenta, en puridad, con tres. No se ha fijado fecha para elegir a los miembros  del Congreso ni para elegir a los alcaldes y regidores.  La situación permanece  paralizada porque, una vez se restablezca las competencias del Congreso en suspenso por las maquiavélicas artimañas de Martelly, se van a desconocer todos los compromisos a los que se haya llegado. Y a los que queden atrapados por la marrullería del señor Martelly, santa pascuas. Habrán desfilado en el salón de los pasos perdidos.  Lo de Martelly, Lamothe, Casimir es puro teatro. Falsedad desengañada, estudiado simulacro.

La fabricación de un monstruo internacional

       Poco antes de la promulgación de la Sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional, la Presidencia de Martelly  se enfrentaba a protestas sulfurosas que pedían su dimisión a tambor batiente. El Presidente desaparecía. Se iba de viaje. Hacia mutis por el foro. .Acorralado,  por su incompetencia para darle solución a los problemas de los haitianos; por su incapacidad para proveer de servicios de salud, educación, seguridad, empleos a su población;  paralizado,  por sus conflictos con el Poder Legislativo y con una  Justicia que le pisaba los talones; desacreditado,  por haber sido incapaz de poner en marcha la maquinaria del Estado, el dúo Martelly-Lamothe,  el dúo tek kale; los cabezas rapadas, se encontraban al borde del abismo. Los donantes de fondos, que son los que cortan el bacalao,  pidieron  que no siguiese gobernando por decreto.

En esos momentos, con el agua al cuello,  hallaron la fórmula para salvar la cara. Se inventaron un enemigo imaginario, el Tribunal Constitucional dominicano. La batalla contra los dominicanos cohesionaba al pueblo haitiano. Ponía en sordina a la oposición interna. Centraba toda la política del Gobierno haitiano en las relaciones internacionales, y movilizaba a una porción de la sociedad civil dominicana, peones de la intervención internacional, para ya operaba como la quinta columna de los intereses haitianos.

         De esa cáfila de traidores han nacido estereotipos y ultrajes al país que han sido empleados por Martelly en su campaña de descrédito contra la República Dominicana.  Al llamarnos  “genocidas civiles”,”violadores de los derechos humanos”, “partidarios de una política de apartheid” etcétera, el Gobierno haitiano sólo ha tenido que citar las palabras de los traidores, de las ONG pro haitianas y de los que promueven  la implantación haitiana en la República  Dominicana.

La acusación mayor a nuestro país

Ante el CARICOM, ante el UNASUR, ante los países del ALBA, ante la Unión Europea y ante todos los organismos internacionales y Gobiernos del continente, la Cancillería haitiana, las ONG pro haitianas y los peones dominicanos del intervencionismo internacional, han llevado la banderilla de lucha contra el Tribunal Constitucional dominicano. Se fundamentan en tres grandes mentiras.

1.  La tesis central de que miles de haitianos han sido despojados  de la nacionalidad por la Sentencia 168/13. Calculan una proporción de más de 250.000 personas. La Junta Central Electoral, tras haber realizado un exhaustivo inventario de todas las personas, hijas de padres extranjeros, sin residencia regular en el país y declarados como dominicanos, semejante al caso de la señora Deguis Pierre, estableció que, alrededor de  unas 14.000 personas, descendientes de haitianos, establecidos irregularmente en el país, se hallaban legalmente registradas como dominicanos, sin la documentación legal de los padres. ¿De dónde, pues, han extraído sus datos el Centro Bonó, Amnistía Internacional,  la Cancillería haitiana y los periodistas que acusan al Estado dominicano? ¿Cuáles son los registros oficiales que fundamentan la mentira de las 250.000 personas afectadas por la Sentencia 168/13?.

2.  Es igualmente falso que la Republica Dominicana tenga estándares constitucionales que contravengan las normas internacionales.  En 160 países del mundo, de una proporción de 190 Estados, las personas que penetren ilegalmente en esos  territorios, no se benefician del derecho de nacionalidad por nacimiento (jus solis).  Entre esos países se halla la emblemática Sudáfrica y, oh sorpresa, el Estado de Haití que, en ningún caso, les otorga nacionalidad a los hijos de extranjeros nacidos en su territorio. ¿Por qué  las exigencias  y las acusaciones  que se le hacen al Estado dominicano no se aplican  a otros países del mundo que tienen una legislación semejante a la dominicana?
No hay razones para hablar de  apatridia, ya que a los descendientes de haitianos, sin importar su condición migratoria,  les corresponde la nacionalidad haitiana. A menos que se quiera privar a los descendientes de haitianos de la nacionalidad de sus padres. Es decir, privarlos del derecho de filiación.

3.            Uno de los argumentos empleados por estos grupos es proclamar que el Estado dominicano ha dotado de nacionalidad a personas indocumentadas o no residentes. Que esa condición implicaba un derecho irrevocable. Cuando un funcionario o un
empleado del Estado otorga un privilegio contraviniendo el status constitucional, cuando prevarica en el ejercicio de sus funciones, los resultados de esa maniobra no pueden ser exhibidos como muestra de un acto constitucional.  La prevaricación de un empleado o funcionario del Estado no es un acto legal. Es un delito sancionado por la Constitución y las leyes. Sus resultados no pueden tener consecuencias legales.

En las elecciones haitianas del 8 de abril del 2011, de una población electoral que debería ya rondar los 6 millones de personas,  sufragaron 1.061.089 personas. De esa proporción,  Martelly obtuvo  716.986 votos. Según  los viejos censos y cálculos del Consejo Electoral Provisional (CEP), el sufragio debió ejercerlo más de 4 millones de haitianos, a los que debería haberse dotado de documentación. Lo cual quiere decir que Martelly fue electo con el 25% de participación electoral.  Pero si profundizamos, y penetramos más hondamente extendiendo el sufragio a todos los que tendrían mayoría de edad en el 2011, es decir, a una población semejante a la nuestra, la elección en que resultó electo Martelly fue validada por solo el 16% de la población. Históricamente, el Estado haitiano ha privado a su población de documentación, de sus derechos políticos, del acceso a la justicia, a la educación, de la libertad de circulación y de sus derechos económicos, etcétera. Toda esa montaña de problemas los haitianos quieren traspasársela a los dominicanos con la complicidad de los traidores, del Centro Bonó y sus apéndices y de las ONG pro haitianas radicadas en el país.  

¿Cómo  es posible que ante esa privación de los derechos de los haitianos en su propio Estado, ni Amnistía Internacional ni el Comisionado de las Naciones Unidas ni la OEA  se hayan pronunciado? ¿Dónde están las voces del ACNUR, del Comisionado de Derechos Humanos  del CIDH ante la exclusión de los derechos ciudadanos de los haitianos? ¿Es que la Corte Interamericana todavía no se ha enterado de que en Haití hay millones de personas privadas del derecho a la educación, a la identidad, a heredar, a ser propietario,  a tener una cuenta bancaria, y a que se les  imparta Justicia  y a existir como persona por carecer de documentos? ¿Por qué no se  ha juzgado a ese Estado extorsionador,  chantajista, violador, abusador, excluyente? ¿Por qué la  UNICEF no denuncia a un Estado que no les proporciona actas de nacimiento a sus niños? ¿Por qué tanta impunidad, tanta complicidad con un individuo incompetente, que gobierna por decreto y que juzga a los demás con la  exigencia que es incapaz de cumplir en su propio país?.

Definitivamente, Haití ha logrado exportar sus problemas a nuestro país, con el apoyo de los traidores, con el cinismo de la Comunidad Internacional, que sabe que el problema haitiano no es responsabilidad, por más dialéctica que  empleen, de la existencia de la República Dominicana. ¡No son los dominicanos culpables de los crímenes civiles cometidos por el Estado haitiano!.

El Gobierno haitiano, las ONG han llevado al Estado dominicano al banquillo de los acusados por crímenes y violaciones que ellos han cometido. ¡Son ellos, los que han privado a más del 70% de su población, a millones de personas de todos sus derechos! ¡Son ellos, los que al privar a millones de niños haitianos de las actas de nacimiento, los  han reducido a la muerte civil! Y pretenden, ahora,  que seamos nosotros los que respondamos ante el mundo por el genocidio civil que ellos han cometido.


Hasta ahora los dominicanos se han limitado a interpretar de distintos modos las relaciones que mantiene la República Dominicana con Haití. De lo que se trata ahora es de salvar a la República Dominicana del naufragio haitiano y de evitar que desaparezca de la tierra el esfuerzo de todas las generaciones que han muerto defendiendo nuestra soberanía y nuestra independencia.







      


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