martes, 30 de septiembre de 2014

Canciller se estrena defendiendo a la haitiana Juliana Deguis


¿Qué pasó en La Haya?

                 
Por: Vinicio A. Castillo Semán



El director del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), Gonzalo Vargas Llosa, en una comparecencia televisiva, anunció a principios de este mes que ese organismo de Naciones Unidas estaba organizando un Foro Mundial de apatridia, a celebrarse en La Haya, Holanda, al cual había sido invitada formalmente la señora Juliana Deguis para que diera su testimonio acerca de las penurias que le causó la supuesta desnacionalización de que fue objeto por parte del Estado dominicano a través del Fallo 168-13 de su Tribunal Constitucional.

El anuncio de Gonzalo Vargas Llosa puso en evidencia la gran conspiración que se urde contra la República Dominicana por parte de organismos internacionales, poderosos lobbies del gobierno haitiano y traidores del patio. Quedó al descubierto la intención de la
Gonzalo Vargas
urdimbre de equiparar la falta de documentación de ciudadanos haitianos residentes en el país, con el estatus legal de la apatridia, que significa que el individuo no tiene nacionalidad o patria.

La reacción de repulsa del país ante el anuncio de Vargas Llosa y de suprema indignación frente a la ingratitud de la señora Juliana Deguis, a quien el Estado dominicano le acababa de entregar su cédula y pasaporte acreditándola como dominicana, se hizo presente en toda la geografía nacional y en los medios de opinión pública dominicana.

Fue en ese contexto que solicité públicamente al presidente Danilo Medina que su gobierno enviara una misión de alto nivel que defendiera a la República de tan ignominiosa acusación.

Igualmente, junto con cuatro colegas diputados propuse una resolución de condena a la campaña de descrédito internacional patrocinada por ACNUR y Gonzalo Vargas Llosa, usando el caso de la señora Juliana Deguis en contra de la República Dominicana.

La Cámara de Diputados, con una votación de 100 a 15, aprobó la resolución de condena quedando en una especie de incógnita si el gobierno del Presidente Medina enviaría o no una misión de alto nivel de la Cancillería dominicana a defender al país y a enfrentar los juicios que contra la Sentencia 168-13 externaría Juliana Deguis para justificar la condición de “apátrida” que supuestamente padeció.

Han pasado dos semanas y aunque el ministro de Interior, José Ramón Fadul, confirmó que una delegación de la Cancillería dominicana encabezada por la Dra. Alejandra Liriano, defendió a la República, enfrentó los juicios de la señora Juliana Deguis y desmintió la acusación de desnacionalización y apatridia, no se ha producido ninguna información oficial de la defensa de la República en dicho foro internacional.

En ese contexto el pasado viernes el Lic. Andrés Navarro, Canciller de
la República, declaró que “en el foro sobre apatridia celebrado del 15
al 17 de septiembre, en La Haya, Holanda, a República Dominicana
Andrés Navarro
 le fue “muy bien” y que el cónclave tuvo “excelentes resultados”.

“Explicó que Juliana Deguis, invitada al foro por la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), bajo ninguna circunstancia acusó a la República Dominicana”.

“No, de ninguna manera, fue solo un testimonio, de hecho, nuestra representación mostró al mundo que el hecho de que esta dominicana estuviera mostrándose en foros internacionales era una expresión de que el país estaba respetando los derechos humanos”.

Lamento profundamente que nuestro Canciller salga en defensa de Juliana Deguis expresando que no acusó a la República Dominicana, porque él sabe perfectamente que la base de su testimonio es falso,alegando que fue despojada de la nacionalidad dominicana por la Sentencia 168-13; que en base a ese fallo quedó “apátrida” y que esa situación que la afectó a ella aún afecta a cientos de miles de hijos de haitianos nacidos en territorio dominicano que no se hallaban inscritos en el Registro Civil y que el Estado persiste en negarle la nacionalidad dominicana, manteniéndolos en la “apatridia”.

El pueblo dominicano tiene derecho a saber cuál fue el discurso o documento oficial de defensa de República Dominicana.

Esa información no puede ser callada ni ocultada. Y si el país, como dicen el propio Canciller y el Ministro de Interior, fue defendido como se debe y salió bien parado de esa acusación, ¿cuál es el temor a divulgar lo que pasó en La Haya? ¿A quién no se quiere disgustar con la información en los periódicos de que el gobierno dominicano de forma categórica rechazó la acusación de apatridia contra República
Julliana Deguis Pié
Dominicana y enfrentó los juicios de Juliana Deguis en contra de la Sentencia 168-13? En esta hora crucial que vive la nación en defensa de su soberanía y ante la grave amenaza que supone la invasión pacífica de la población haitiana sobre nuestro territorio, nadie puede tener vergüenza, ni temerle a nada ni nadie, si se ha hecho lo correcto en la defensa de su país ante un foro mundial en un tema tan delicado como el de la apatridia. No es mi ánimo confrontar en modo alguno al nuevo Canciller, de quien tengo en lo personal muy buenas referencias. Le deseo sinceramente el mayor de los éxitos, pero su estreno como Canciller no puede ser jamás la negativa a entregar a los medios de prensa y al país la información vital que se le ha requerido.

Es el silencio y el no haber informado a la nación lo que realmente ocurrió en La Haya precisamente lo que ha creado una natural y legítima suspicacia.

Ojalá y las dudas sean despejadas cuanto antes por nuestro nuevo Canciller.

Es lo que espera con expectación la nación.

Puntos de vista, Listín Diario
29 Septiembre 2014

lunes, 29 de septiembre de 2014

No es justo que el castigo caiga sobre todos


Los Culpables

Por Manuel Núñez Asencio

¿Por qué los dominicanos no podemos aceptar ni una fusión ni una solución federal con Haití?
Cuatro razones fundamentales nos llevan a la defensa a ultranza de la nación en las circunstancias actuales.
1.   Proteger la identidad nacional del pueblo dominicano.  Esto supone conservar  su cultura,  su lengua, sus costumbres, su modo de vida y la personalidad de su nación. Todas esas paparruchas que nos hablan de un mundo postnacional, de un hombre universal, sin patria y de sociedades donde reina el vacío son cuentos de camino para que aceptemos el desmantelamiento del pueblo dominicano y la destrucción de su unidad nacional.

2.  La segunda razón es política.  Mantener al pueblo dominicano dentro de las fronteras de la nación. Preservar el control del territorio, el legado de sus libertadores y la cohesión nacional son condiciones indispensables para  la existencia de un Estado  que defienda y  que represente al pueblo dominicano. Ningún país puede salvarse  apoyado en   ONG u organismos supra nacionales, solo el Estado nación puede  sustentar   las conquistas sociales del pueblo dominicano. ¿Quién puede responsabilizarse del crecimiento de la economía, del bienestar de la población, de los servicios sociales en nuestro país? ¿quien, al momento de las grandes catástrofes, ciclones, grandes epidemias,  terremotos, grandes bancarrotas puede evitar que la nación entera se hunda en el caos y desaparezca en el desorden? El Estado nación.

3.   La tercera razón es económica.   Ningún país ha progresado económicamente importando pobreza.  Las malas políticas nos han llevado  combatir el desempleo endémico de los dominicanos importando trabajadores haitianos, es decir, destruyendo el empleo que produce la economía;  combatimos  la insalubridad trayendo enfermedades del país más insalubre del continente- Y, creemos que hacemos progresar la escuela pública, importando  población del país vecino.  El balance económico de esta inmigración  es negativo.  Toda la prosperidad que podamos crear se halla completamente amenazada por el más grande ejército de desempleados del continente, dispuestos a destruir  para siempre el valor del salario y a convertir los beneficios del esfuerzo económico de la nación entera en agua de borrajas.

4.   La cuarta razón es estratégica.  Preservar la unidad jurídica del pueblo dominicano resulta indispensable para mantener el Estado de derecho. Si   se hace operar la soberanía de dos pueblos en nuestra patria, esto supondría no sólo la anulación de los resultados históricos de nuestra Independencia de 1844, sería, además,  un salto al vacío. Porque los dominicanos no podrán superar el fracaso de la Comunidad Internacional y de las ONG, ni van a quedarse de brazos cruzados ante la pérdida de todo lo que nos resulta hermoso.

       Todo el esfuerzo de todas las generaciones de dominicanos por mantener los resultados históricos de nuestra Independencia se han tropezado con las maniobras   de un enemigo interior. Estos dominicanos que, en lugar de defender los empleos, el territorio y los intereses del pueblo, promueven la desnacionalización. Esos dominicanos  que han adoptado el punto de vista haitiano, ya por convicción,  ya  por hallarse asociados a las ONG o a los jesuitas. O se han dejado seducir por las fabulaciones de intelectuales  que les han hecho creer  tras haber despedazado el Estado nación, inspirado en ideario duartiano, verán surgir un mundo nuevo. Quieren que cambiemos el sueño por una pesadilla. . Es tal el compromiso de los traidores con la destrucción de la nacionalidad,  que ahora nos imputan la condición de apartheid del Caribe;  envían cartas llenas de mentiras a todas las organizaciones internacionales; participan activamente en todas las falsificaciones de documentos de inmigrantes ilegales ; les inventan identidades falsas; exigen la intervención de organismos supra nacionales en los asuntos internos del país; se han proclamado como enemigos jurados en todos los conclaves internacionales. Convertidos en los ojos y en los brazos ejecutores de la voluntad de  los organismos internacionales, combaten sin tregua los intereses del pueblo dominicano.
         La insolencia de estos individuos no conoce fronteras.  Se  han propuesto desguazar a la nación entera; promover la suplantación de nuestros trabajadores y de nuestra población; profundizar el proceso de desnacionalización que estamos padeciendo; transferirles la soberanía nacional a organismos internacionales; anular todas nuestras conquistas sociales. Se movilizan en la prensa, en el Gobierno, en las organizaciones de la sociedad civil para proclamar la muerte del patriotismo. ¿Podrá toda la maquinaria de prensa y agentes extranjeros borrar la historia  de nuestra Independencia y hacer que nos olvidemos de nosotros mismos?
.         Dígase lo que se diga, los dominicanos constituimos un proyecto nacional. El  pueblo dominicano se halla representado ante la comunidad internacional por un Estado que debe garantizar su libertad, su capacidad de autodeterminación, la defensa de su territorio y movilizarse ante todas las circunstancias que se transformen en amenazas. La soberanía, que es el patrimonio de todos los dominicanos, no puede ser traspasada a organismos supranacionales, llámese Naciones Unidas o la Corte Interamericana de los derechos humanos de la OEA. Porque es el único espacio donde los dominicanos pueden ejercer sus libertades, sus derechos democráticos, mantener su identidad y su cultura.
  Juan Pablo Duarte, el inspirador de ese Estado, dejo claramente dicho en el proyecto de Constitución lo siguiente:

Art.6. Siendo La independencia Nacional la fuente y garantía de las libertades patrias, la Ley Suprema del pueblo dominicano es y será siempre su existencia política como nación libre e independiente de toda dominación, protectorado, intervención e influencia extranjera.
Art. 18. – La nación dominicana es libre (Art. 6) e independiente y no es ni puede ser jamás parte integrante de ninguna otra potencia, ni patrimonio de familia ni persona alguna  propia ni mucho menos extraña
La Independencia dominicana es un equilibrio de las poblaciones y de las culturas. Los dominicanos nacimos con la posibilidad de ver perderse, ya por la inmigración, ya por razones políticas los resultados históricos de nuestra Independencia de 1844.  Ninguna de las naciones del continente salió a la luz de la libertad con semejantes riesgos. Para los dominicanos la Independencia es compromiso, lealtad al ideario de los fundadores del Estado y  esfuerzo permanente para contrarrestar con las fuerzas del Estado el expansionismo de un Estado que ya, en 1949, había colapsado, según consta, en el Informe de las Naciones Unidas ( Mission to Haiti, N. Y. 1945). Muy pocos dominicanos han reflexionado hondamente en esa condición especialísima. Entre nosotros el patriotismo no puede retirarse a las soledades de la contemplación, sino que es una referencia permanente de una piedra que hay que cargar siempre como hacía Sísifo para conservar el sentido inicial de nuestra vida como nación independiente.
Cualquier circunstancia que deshaga los resultados históricos de nuestra Independencia de Haití, cualquier maniobra que transfiera las decisiones y la autodeterminación del pueblo dominicano a las poblaciones haitianas que se han desplazado a nuestro territorio, implicaría comprometer  la capacidad para el gobierno propio y destruir la cohesión nacional.
       ¿Qué proponen aquellos que, solapadamente, se oponen a que ejerzamos nuestra soberanía? ¿Qué hay detrás  de la campaña que ha iniciado en Bruselas Julienne Deguis Pierre, aupada por los Jesuitas, por los comunicadores de un gran grupo de prensa, por las ONG que le han servido de plataforma y por el ACNUR? ¿Por qué todos los haitianos a los que les hemos otorgado la nacionalidad ejercen plenamente la deslealtad, sin que siquiera podamos aplicarle las previsiones del art. 76 del Código Penal que sanciona la traición a la patria? Gozan de todos los derechos de los dominicanos, y ninguno de los deberes.  La nacionalidad no la puede contener un documento jurídico, obtenido por malas artes, y que  no traduce la pertenencia a la comunidad nacional.

         El pueblo dominicano ha sido víctima de la saña y de la crueldad increíble por parte del mando político.  Se le privó del derecho a pronunciarse sobre la ley 169/14. Decisión  que tendrá
fatales consecuencias en la demografía electoral; segundo,  al establecer un plan de regularización sin cuotas, sin límites ni proporciones el Gobierno dominicano renunció a una política nacional de empleos,  por despreocupación de la cosa pública, millones de dominicanos serán privados permanentemente de los empleos que la economía produce. Los dominicanos han sido olvidados, arrojados a la incertidumbre, condenados a la angustia, al abandono, a la soledad.

         De todo lo malo que  lo que ha ocurrido, y de lo que está ocurriendo ahora, hay responsables y hay culpables.
         Don Pedro Mir nos decía en su poema “Hay un país en el mundo”  lo siguiente:
No es justo que el castigo caiga sobre todos
Busquemos los culpables, y entonces caiga el peso infinito de los pueblos sobre los hombros de los culpables.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Bill Clinton no aceptó refugiados haitianos en su territorios...


“La edad del conflicto”


Por: Oscar Medina Calderón


Como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y su representante local, Gonzalo Vargas-Llosa, llevaron a deponer ---nunca mejor dicho--- a Juliana Deguis Pierre en contra de la República Dominicana a un congreso sobre apatridia en Holanda, resulta oportuno recordar algunos datos que figuran en el documento anónimo “Rasgando las Tinieblas de la Historia”, que describe el comportamiento histórico de la comunidad internacional con los refugiados haitianos.

Luego de decapitada la dictadura duvalierista a mitad de los años ochenta, la migración haitiana fue en constante aumento, fomentada por el deterioro económico y político de esa nación, y ya para inicios de los años 90 constituía un verdadero dolor de cabeza para los países desarrollados.
De forma muy particular para Estados Unidos, que desde finales de 1991 fortaleció su vigilancia marítima para interceptar a los haitianos que intentaban ingresar a su territorio.

Todos los haitianos que pisaban su territorio, aunque solicitaran asilo político en atención a que Haití acababa de sufrir un golpe de Estado, eran devueltos directos a su país.. en el mejor de los casos, tras una breve estancia en Guantánamo.

Esa situación se convirtió en un problema de relaciones públicas primero para el gobierno de Busch padre y después para el Presidente Clinton por la violación de principios internacionales contenidos en la Convención sobre los Refugiados. La respuesta del gobierno norteamericano fue que “la repatriación de los haitianos es una política de prioridad nacional y ni la ONU ni ninguna otra organización nacional o internacional tiene que inmiscuirse en esa decisión. Porque los Estados Unidos, como país soberano que es, está ejerciendo los derechos que le corresponden con esas repatriaciones”.

Pero como las críticas contra las políticas de repatriación de Bill Clinton continuaron ---sobre todo por parte de ONG’s afroamericanas y el Black Caucus que calificaban esa política de racista--- el gobierno estadounidense anunció que a los haitianos interceptados en alta mar, si bien no se les ofrecería la oportunidad de presentar solicitud de asilo en los Estados Unidos, tendrían en cambio la opción de ser llevados a otro país de la región en lugar de ser devueltos a Haití.

Esto condujo a que a inicios del año 1994 el gobierno de Clinton iniciara negociaciones con otros países latinoamericanos para que aceptaran dar asilo a los haitianos...

Pero la enorme mayoría de los gobernantes de los países consultados rechazaron indignados esa posibilidad... Aquí les dejo algunas reacciones:

* Rafael Caldera, Presidente de Venezuela: “Nos produce mucha pena
la deplorable situación de los haitianos, siempre los hemos ayudado y estamos en disposición de ofrecer cualquier tipo de ayuda humanitaria, pero acceder a brindarles asilo en nuestro país, es muy diferente. Esa descabellada propuesta es imposible de aceptar, los venezolanos no me lo perdonarían nunca, sería incapaz de traicionar la confianza que por segunda ocasión han depositado en mí”.



* José María Figueres, Presidente de Costa Rica: “La lamentable
pobreza del pueblo haitiano es parte de las causas que motivan esas emigraciones, pero no podemos aceptarlos como refugiados en Costa Rica. Nosotros también tenemos nuestros problemas con indocumentados nicaragüenses, pero estamos trabajando para solucionarlos y lo estamos logrando. No me parece que ningún país de América Latina esté en condiciones de hacerse cargo del enorme problema que representan los emigrantes haitianos”.

* Fidel Castro, Presidente de Cuba: “En frágiles e
improvisadas embarcaciones han arribado a nuestras playas 460 haitianos en muy malas condiciones, enfermos, hambrientos y vistiendo harapos. Están siendo atendidos en nuestros hospitales, en donde se les están administrando los medicamentos necesarios, buena alimentación y nuevas vestimentas. Una vez que sus condiciones generales retornen a la normalidad, todos serán reembarcados en sus reacondicionados botes y remolcados por lanchas de nuestra marina hasta las proximidades de las costas de Haití”.

* Ernesto Samper, Presidente de Colombia: “¡Absolutamente
inaceptable! Colombia rechaza categóricamente la posibilidad de permitir emplazar campamentos temporales de refugiados haitianos en nuestro suelo”.

Joaquín Balaguer, Presidente de la República Dominicana (Ante la Asamblea Nacional, 27 de Febrero de 1994): “Funcionarios del gobierno norteamericano y organismos internacionales han insistido en que la República Dominicana conceda refugio a los haitianos que están abandonando su país en embarcaciones hacia los Estados Unidos y algunos otros destinos; asimismo esos funcionarios me reiteraron el compromiso del gobierno norteamericano de responsabilizarse, por completo, de todos los gastos que conllevaría la construcción de las instalaciones que servirían de campamentos, en territorio dominicano, a los refugiados haitianos. Asegurando además que proveerían toda alimentación y medicamentos que sean necesarios en los mismos.

(...)

Mi respuesta fue que ya que ellos se comprometían a asumir todos los gastos que acarrearían las construcciones y mantenimiento de dichos campamentos en nuestro país, entonces lo adecuado era que los hicieran al otro lado de nuestra frontera, en el mismo Haití, pero ¡no de este lado de la frontera!, ¡no en suelo dominicano!

(...)

¡Sería para mí un auténtico despropósito aceptar el asentamiento de haitianos en tierras dominicana!, ¡un desconocimiento una negación y una ofensa a la memoria de tantos y tantas dominicanos que todo lo sacrificaron por la patria, por esta patria de Duarte, de Sánchez y Mella!”.

Recordar esas palabras de dignidad trae nostalgias de tiempos donde los intereses nacionales eran mejor defendidos.

Y aunque otros países también se negaron ---Honduras, Panamá y hasta las islas del Caricom--- solo Balaguer pagó las consecuencias de la “afrenta”. Le costó dos años de gobierno y una virulenta campaña de descrédito en su contra y de la República.

Una campaña infame sólo comparada con la que estamos sufriendo en estos momentos.

Porque, como dice Vincho Castillo, hay que entender “la edad del conflicto”... Y en el caso haitiano muchos están perdidos... O intentando construir “una nueva historia”.

Incluidos algunos llamados a tomar decisiones transcendentales en defensa de la soberanía nacional.

Puntos de vista, Listín Diario
22 Septiembre 2014         

sábado, 27 de septiembre de 2014

Monchy no puede dorar la píldora.


FUERA DE CÁMARA
¿No estamos de rodillas...?

             
Por: César Medina


El ministro de lo Interior, Monchy Fadul, ha dado una noticia excelente, que deberíamos celebrar batiendo palmas: “Los dominicanos –todavía, digo yo–, no estamos de rodillas frente a los haitianos.

Lo dijo como quien no quiere decirlo, con más miedo que vergüenza, en el contexto de la preocupación que causa a las autoridades la insubordinación insolente de la turba haitiana que agredió a la Policía, a un médico legista, a periodistas y a ciudadanos dominicanos indefensos el sábado en el barrio 27 de Febrero.

Monchy dijo que las autoridades desarmarán a todos los haitianos que posean armas “ya sean de fuego o blancas”, y que ese desarme se
Monchy Fadul
extenderá “a otros extranjeros que porten armas sin la debida autorización legal...”.

Y como midiendo cada palabra, el ministro de lo Interior remató el tema señalando que a las autoridades les preocupa cualquier alteración del orden... “No sólo de haitianos sino de cualquier sector”.

Quiso sacar las palabras como con pinzas para no provocar a los grupos llamados defensores de los derechos humanos que andan alertas defendiendo a los haitianos así sea que se violenten contra el orden público.

Por eso, cuando Monchy habla del desarme a los haitianos dice que la acción se extenderá “a otros extranjeros que porten armas sin la debida autorización legal”. Y al referirse a la preocupación que provoca la alteración del orden, aclara que no sólo de los haitianos sino de cualquier sector”.

Pero fueron haitianos...


El ministro Fadul busca evitar que lo acusen de perseguir a los haitianos, colocándose a la defensiva sobre unos hechos muy peligrosos que le obligan a actuar con firmeza contra esos extranjeros --que se dice son en su mayoría ilegales--, que el sábado tirotearon a la Policía, hirieron a tres periodistas a palos y pedradas, y acosaron a vecinos dominicanos del barrio 27 de Febrero.

¿A cuáles otros extranjeros “que portan armas sin la debida autorización legal” se refirió el señor Fadul...? ¿Cuáles otros sectores extranjeros han provocado alteración del orden público fuera de los haitianos del barrio 27 de Febrero? Es obvio que las respuestas están a la vista...

Sólo los haitianos dispararon y blandieron armas ilegales ese día, y sólo ellos provocaron un desorden mayúsculo en ese barrio de la capital con enfrentamientos violentos contra la autoridad policial.

Pero el ministro Fadul quiso evitar que los grupos haitianófilos y los defensores a ultranza de los derechos humanos lo acusaran de perseguir a los haitianos. O sea, fue víctima del chantaje de siempre, el método que ha envalentonado a estas hordas ilegales que poco a poco se han ido adueñando hasta de las leyes dominicanas.

¡Hay que desarmarlos...!
El ministro de lo Interior tiene que actuar con drasticidad desarmando a los haitianos sin ningún miramiento, y buscar los lugares donde esas personas esconden sus armas... Los periodistas presentes en el lugar la tarde del sábado atestiguan que dispararon con armas largas.
 
Si esos haitianos, que viven en extrema pobreza, tienen armas largas, entonces la investigación de las autoridades no puede ser de simple policía. Los organismos de seguridad del Estado están en el deber de entrar en acción...

Es preciso determinar qué tipo de armas son esas, establecer su origen, dónde las esconden, para qué las tienen almacenadas, qué uso piensan darles y cuándo...

...Porque detrás de esas armas debe haber algo grueso. Monchy no puede dorar la píldora.


Puntos de vista, Listín Diario
26 Septiembre 2014

¡La conjura contra República Dominicana no pasará!


La conjura de la “apatridia”

             
Por: Vinicio A. Castillo Semán

Hace apenas tres semanas escribí sobre la infame acusación contra nuestro país que se había originado ante el subcomité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representante del Congreso de los Estados Unidos por parte del Centro Robert Kennedy, alegando falsamente que el Estado dominicano había desnacionalizado a cientos de miles de supuestos dominicanos de origen haitiano, convirtiéndolos en apátridas.

En la semana pasada el Director del ACNUR Gonzalo Vargas Llosa anunció la realización el próximo día 17 de septiembre de un conclave internacional de apatridia en La Haya, patrocinado por ese organismo de Naciones Unidas, al cual será llevada como una especie de heroína, la señora Juliana Deguis Pierre, para lo cual se está gestionando el pasaporte correspondiente.

Una conjura de grandes proporciones contra la Nación está en marcha. Según nuestras informaciones está todo preparado para convertir a la señora Juliana Deguis en un símbolo mundial contra el racismo y la xenofobia, que salió victoriosa gracias a la presión internacional, frente al supuesto estado de Apartheid del Caribe que representa República Dominicana, como diabólicamente idearon mentes retorcidas del patio, conjuntamente con el gobierno haitiano y la comunidad internacional.

El plan está meridianamente claro. La comunidad internacional que ha mantenido a Haití intervenido durante décadas y que no le ha interesado para nada resolver el problema de la documentación de su población, pretende usar esa falta de documentación para justificar la acusación apatridia contra la República Dominicana, desconociendo que los hijos de haitianos ilegales nacidos en nuestro territorio son haitianos por el Jus Sanguini ordenado por la Constitución haitiana, por lo que jamás se podría alegar apatridia. Es bueno precisar que el apátrida es aquella persona que carece de nacionalidad. ¿Por qué le interesa tanto a la comunidad internacional y a la cuadrilla de traidores del patio que le sirven, alegar apatridia para cientos de miles de haitianos, hijos de ilegales que digan haber nacido en el territorio dominicano? Porque conforme a los tratados internacionales la apatridia es el único caso en que se puede obligar a un estado a otorgarle su nacionalidad a una persona.

Resulta clave para los planes de fusión de República Dominicana y Haití convertir a cientos de miles de haitianos ilegales en ciudadanos dominicanos en corto plazo; abriendo paso a la creación de un poder político-electoral determinante, en capacidad de trazar políticas públicas de nuestro país.

El plan macabro de alegar apatridia en el extranjero coincide con las quejas externadas por el Centro Bonó y la llamada Plataforma 169, quejándose amargamente de la Unidad Ejecutora del Ministerio de Interior y Policía encargada de llevar a cabo el proceso en virtud de la Ley 169-14 y su Reglamento 250. Las ONGs pagadas y los reconocidos traidores del patio, han quedado al descubierto, cuando entre sus quejas fundamentales contra el Ministerio de Interior y Policía y la Unidad Ejecutora del proceso está que la misma requiere r a los solicitantes documentos de identificación de por lo menos unos de sus padres extranjeros, lo que resulta imprescindible por lo dispuesto en el Artículo 1 literal b de la Ley 169-14 referente al objeto mismo de dicha norma legal.

Dicha disposición establece que para acogerse a la Ley 169-14 no sólo hay que probar el nacimiento en la República Dominicana, sino también que se es hijo de extranjero en condición migratoria irregular no inscrito en el Registro Civil.

El plan de ACNUR, Centro Bonó y demás ONGs es lograr la inscripción en el Libro de Extranjería de la Junta Central Electoral sin tener que aportar ninguna documentación probatoria que certifique que el solicitante es hijo de un extranjero en condición migratoria irregular y, más importante aún, sin establecer cual es su identidad real, que no puede ser probada sin la filiación e identificación de al menos uno de sus padres.

El móvil perverso de todas estas maquinaciones ha sido que el Estado dominicano y sobre todo la Junta Central Electoral caiga de
manera ilegal e inconstitucional en la trampa histórica de fabricar un libro de identidades inventadas y de apátridas, ya que a Haití le bastaría con negar que las personas mencionadas en la solicitudes como padres extranjeros sean ciudadanos de su país. De esa forma el libro de Extranjería de la JCE quedaría como una prueba perfecta para intentar validar las acusaciones infames de apatridia contra la República Dominicana.

Ante la existencia de esta poderosa conjura anuncio que en la tarde de hoy como Diputado de la Fuerza Nacional Progresista estaré depositando en la Junta Central Electoral una instancia formal denunciando la misma y requiriendo de este organismo, como guardián supremo de la identidad civil en la República Dominicana, verificar de forma estricta el cumplimiento de la Constitución y las Leyes dominicanas y la necesidad imperiosa de salvaguardar la seguridad de la identidad nacional, antes de proceder a cualquier inscripción de ciudadano extranjero en virtud de la Ley 169-14 y su Reglamento 250.

¡La conjura contra República Dominicana no pasará!


Puntos de vista, Listín Diario
1 Septiembre 2014

martes, 23 de septiembre de 2014

Truena la Iglesia Católica contra ACNUR


Arzobispo pide Naciones Unidas no interferir en las relaciones domínico-haitianas
Sugiere que el organismo internacional reciba parte de los haitianos que residen en el país

Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio

El Arzobispo metropolitano de Santiago de los Caballeros, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio solicitó a las Naciones Unidas no interferir en las relaciones domínico-haitianas.

Asimismo, sugirió a las Naciones Unidas que reciba una parte de los haitianos que residen en la República Dominicana.

"Es insólito y poco provechoso que otro país quiera establecer el modo de operar de una nación", puntualizó monseñor de la Rosa y Carpio.

Precisó que las Naciones Unidas no deben inmiscuirse en los asuntos que atañen a la República Dominicana y a Haití.

Del mismo modo, el arzobispo expresó que si aquellos que tratan de dar opiniones sobre el tema ayudaran a solucionar la problemática asumiendo a los haitianos en sus respectivos lugares de procedencia, entonces el problema migratorio se resolvería de manera más factible.

Diversos sectores han solicitado que salgan del país los representantes de la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), que dirige el peruano Gonzalo Vargas Llosa.

Cardenal López Rodríguez de acuerdo con expulsión ACNUR y sus representantes
 Sep 22, 2014

El cardenal  Nicolás De Jesús López Rodríguez respaldó  a favor de que se pida el retiro del Alto Comisionado de las Naciones Unidas de República Dominicana, (ACNUR) al mismo tiempo llamó a  los miembros de esa delegación “canallas”.
Nicolás De Jesús Cardenal López Rodríguez
 

Monseñor López Rodríguez definió como una “vergüenza” tenerlos en

 el país, porque entiende  República Dominicana ha hecho más por Haití que la Unión Europea y la ONU completa.

El representante de la Iglesia Católica apoya rotundamente que las
 autoridades dominicanas soliciten a la ONU el retiro  de ese organismo internacional, que pretende desacreditar al país.

“No conseguimos nada más que estén en contra de nosotros. Nosotros hechos más por Haití que todos ellos juntos, Naciones Unidas y todo el mundo, la Unión Europea, yo no tengo ningún reparo en decirlo. Yo como dominicano me siento avergonzado de que existan esas cosas”, dijo López Rodríguez en la Iglesia El Buen Pastor.

La República Dominicana pedirá a Naciones Unidas que retire del país su oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y a su representante Gonzalo Vargas Llosa, quien ha  emprendido severas criticas al país por supuestamente fomentar la apatridia.

El diputado de la Fuerza Nacional Progresista (FNP), Vinicio Castillo Semán,  mantiene la postura también de que el gobierno pida a la ONU el retiro de la ACNUR y su representante, Vargas Llosa, porque aquí no existen refugiados.

“Sería correcto pedir el retiro de la oficina de la  ACNUR y de Vargas Llosa. Esa oficina se abrió en ocasión del terremoto de Haití, en el año 2010, para una situación específica que ya no está presente”, señaló Castillo Semán.

En tal sentido, Castillo Semán entiende que la ACNUR ha desnaturalizado su función, ya que Vargas Llosa ha utilizado el tema de los refugiados “para meterlo en el tema de inmigración”.


RD pedirá a la ONU que retire a ACNUR y a su representante

20/09/2014 - Manuel Frontán

República Dominicana pedirá a Naciones Unidas que retire del país su oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y a su representante Gonzalo Vargas Llosa, quien ha criticado al país por supuestamente fomentar la apatridia. El Caribe se enteró de que la Cancillería dominicana prepara la solicitud oficial en la que alega que la ACNUR no tiene razón de tener una oficina
Gonzalo Vargas Llosa
porque en “República Dominicana no hay refugiados”.

Recientemente, Vargas Llosa desató una polémica cuando invitó a Juliana Deguis Pierre a un foro de la ACNUR sobre apatridia en La Haya, Holanda. De ese cónclave y la participación de Deguis aún no se ha dicho nada. República Dominicana fue representada por la vicecanciller Alejandra Liriano.

ACNUR se instaló en el país ocho días después del terremoto que asoló la capital haitiana en enero de 2010.
La organización, que desde 1950 coordina la acción internacional para proteger los derechos de los migrantes en el mundo, también colabora con personas apátridas, es decir, que no tienen nacionalidad o ciudadanía.

Según el portal de esta agencia de Naciones Unidas, el ACNUR ha ayudado a aproximadamente a 34 millones de personas a ejercer el derecho a solicitar asilo y encontrar refugio seguro en otro Estado, pero también a que tengan la posibilidad de regresar a sus hogares de forma voluntaria o de vivir en otro país.

En el debate entró la Cámara de Diputados, que aprobó una resolución que rechaza la campaña internacional contra el país que supuestamente impulsa ACNUR. En su decisión, el hemiciclo condena como una acción desconsiderada y un hecho grave, en perjuicio de la imagen de la nación, la campaña en el exterior promovida por el jefe del ACNUR, Gonzalo Vargas Llosa, que entre otras cosas, acusa al Estado dominicano de propiciar la apatridia. El vocero del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Rubén Maldonado, calificó de nefasta la pretensiones del funcionario de las Naciones Unidas, por lo que llamó al país a repudiar esas acciones.

Vargas Llosa publicó artículo sobre sentencia

El 3 de noviembre del 2013, el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, padre de Gonzalo, escribió un artículo en el diario español El País, en el que lanzó duras críticas a la sentencia 168-13 emanada por el Tribunal Constitucional, la que calificó como “una aberración jurídica y parece directamente inspirada en las famosas leyes hitlerianas de los años treinta dictadas por los jueces alemanes nazis para privar de la nacionalidad alemana a los judíos que llevaban muchos años (muchos siglos) avecindados en ese país y eran parte constitutiva de su sociedad”.