lunes, 18 de noviembre de 2013

Conjura y una declaración de guerra


Por sus frutos los conoceréis

Por Manuel NÚÑEZ

En el Cuartel de la Montaña, ante el panteón  del Presidente Chávez, se reunieron el 6 de noviembre, el Presidente Nicolás Maduro y el Primer Ministro haitiano, Laurent Lamothe. Hablaron largamente sobre la Sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional dominicano. En esa ocasión, Lamothe le planteó la posibilidad de llevar el contencioso con los dominicanos a UNASUR,
Presidente Nicolás Maduro y Michel Martellly 
tema del cual ya hablan algunos medios haitianos;  le reiteró a Maduro las peticiones que ya antes le había  formulado el Primer Ministro de San Vicente y Granadinas, Ralph Gonsalves, en nombre del CARICOM   de buscar una salida que lograra  revertir la decisión adoptada por el Tribunal Constitucional dominicano.

Por su parte,  el Canciller  Pierre Richard Casimir,  había convocado en  Puerto Príncipe a todos los embajadores de la Unión Europea, de Estados Unidos y de Canadá para solicitarles que aplicaran  sanciones económicas y presiones políticas que dejaran sin efecto  la decisión del tribunal constitucional dominicano. Esas diligencias se oponían cabalmente  al principio de la no intervención en la soberanía de los Estados, y fueron cortésmente desoídas.

Tras varias visitas a los países del CARICOM,  lograron  sentar a la República Dominicana ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).   El Secretario General, José Miguel Insulza,  declaró  que  el expediente que Haití le ha elaborado a la República Dominicana se pondría en manos  de la Corte Interamericana de los derechos humanos (CIDH). Dos semanas después de esta publicación, la Corte Interamericana  se pronunció  en torno a la Sentencia 168/13 en estos términos, que, recogen frotándose las manos, todos los medios de la prensa haitiana como si se tratase de un billete de lotería.

Esta decisión del Tribunal Constitucional va contra todas las declaraciones de la Comisión y viola las obligaciones internacionales del Estado dominicano en materia de derechos humanos. Además, la decisión del Tribunal Constitucional arroja dudas en torno a la voluntad de Estado para responder a sus compromisos internacionales y al llamado lanzado por los organismos regionales e internacionales de los derechos humanos” ( Le Nouvelliste, 7-11-13).

En la prensa haitiana,  se presentan estas declaraciones como una gran victoria diplomática. La CIDH vendrá al país, a mediados del mes diciembre. Por la índole  de estos pronunciamientos,  ya se sabe cuál será la posición que adoptará en torno a la Sentencia del Tribunal Constitucional. Todos los grupos que se hallan tras esta maquinación  en contra del Estado dominicano han fundado sus esperanzas en la Corte Interamericana. Porque según esto, una decisión de la Corte Interamericana se halla por encima de la Constitución  y las leyes de la República Dominicana. Esa es la posición que han adoptado los firmantes del manifiesto en contra de la sentencia. Lo que digan los extranjeros va a misa. Lo que digan los dominicanos, no vale.
Laurent Salvador Lamothe

  Mientras  tanto, todo el Gobierno haitiano que  andaba  sin rumbo, sin ideales y sin proyecto, parece haber encontrado su razón de ser en traspasarle sus problemas a la República Dominicana.   Las tres cabezas del Ejecutivo, el Presidente Michel Martellly, el Primer Ministro, Laurent Salvador Lamothe y el Canciller, Pierre Richard Casimir se han desplazado por Europa y América en un cabildeo sin precedentes. Dos han sido los objetivos de estas misiones:

1.      Que  se establezcan vedas para las exportaciones dominicanas y  que se sancione  al Estado dominicano. Tales han sido los propósitos de los desplazamientos internacionales del Ministro Lamothe y del Canciller Pierre 
Richard Casimir y, desde luego,  del presidente Martelly. Como se ve,  el Gobierno haitiano ha iniciado el más devastador ataque diplomático contra la República  Dominicana de todos los tiempos.  Es casi una declaración de guerra.

2.   Tras la gira de Casimir por Trinidad y Tobago, Guyana, Surinam y las Antillas Menores llevada a cabo  del 14 al 20 de octubre,  se forjó una coalición de países pertenecientes al CARICOM, capitaneadas por Gonsalvez, que ha hecho la petición formal  a Venezuela,  junto con el Primer Ministro, Laurent Lamothe,  de que la República Dominicana sea privada, definitivamente,  de  todos los beneficios de PetroCaribe, como un mecanismo para obtener su rendición. Esto obligó al Estado dominicano a enviar una Comisión de altísimo nivel a Venezuela para parlamentar con el Presidente Maduro y explicarles  a nuestros socios venezolanos que la Sentencia dada a conocer por el Tribunal Constitucional, se ha hecho con arreglo a principios que imperan en todo el continente, incluido Venezuela,  según los cuales, las personas no residentes, que se hallaren en tránsito o que no contaren con permiso del Estado correspondiente para hallarse un país no se benefician del jus solis.  El  miércoles 13 de noviembre, el Presidente Michel Martelly  comenzó una visita de tres días a Jamaica, para obtener el apoyo de la Presidenta Portia Simpson  a sus propósitos internacionales en contra de la República Dominicana.  Inmediatamente concluida  la visita de los dominicanos a Venezuela, el Ministro de Relaciones Exteriores de Haití, Pierre Richard Casimir, anunció  que viajaría a Caracas, el martes 19 para  retomar y defender las posiciones que ya han sido consensuadas con las naciones pertenecientes al CARICOM, foro con el cual Venezuela mantiene un indiscutible liderazgo desde los tiempos del Presidente Carlos Andrés Pérez.

3.    Para el martes 19, se espera, igualmente, la presencia del Presidente Martelly en una reunión del CARICOM que tendría lugar en Puerto España (Trinidad y Tobago), donde probablemente se decida algo que ya está en el tapete, la expulsión de la República Dominicana como miembro observador del CARIFORO.

El foro económico del sector privado haitiano, a solicitud de su Gobierno, se ha pronunciado en contra de la Sentencia y a favor de un boicot a los productos procedentes de la República  Dominicana. Y el Presidente de la Cámara de Diputados de Haití anunció que las compañías dominicanas radicadas en territorio haitiano serían expulsadas.

 En estos momentos la República Dominicana se halla a la defensiva, como toro sangrante. Porque enfrenta una embestida combinada de tres fuerzas que operan en tres frentes simultáneos:

1.   Las ONG prohaitianas radicadas en el país y en el extranjero que han sembrado estereotipos en contra del país, apoyándose en  el manifiesto de los  intelectuales y personalidades, , en artículos de personalidades  de  talla mundial como Vargas Llosa. Llevan a cabo una campaña contra la imagen del país en todos foros y obtienen  condenas de todas las organizaciones internacionales asociadas a sus propósitos: Amnistía Internacional, ACNUR, Fundación Kennedy. De este modo, se constituye un expediente internacional en contra del país. En tres ocasiones  estas  instituciones  han apoderado a la Corte Interamericana (CIDH). En los  dos primeros juicios fuimos condenados.  Queda pendiente el fallo del  juicio  llevado a cabo en octubre de este año..  la Corte Interamericana fue apoderada de ese caso contra la República Dominicana  sin que antes fuera ventilado, como mandan los reglamentos, en los tribunales dominicanos . El objetivo es hacer que la Corte Interamericana suplante a los tribunales internos en el tema de la nacionalidad.

2.   El Ejecutivo del Gobierno haitiano ha suspendido sus labores normales para dedicarse como si fuese una operación de supervivencia en tratar de traspasarle sus ciudadanos a otro Estado.  Los gobernantes haitianos han asumido la tesis de las ONG y del poder extranjero. Según esto, el Gobierno dominicano está despojando a  “dominicanos de origen haitiano”  de su nacionalidad. Peor aún: esté dejando en situación de apátridas  a miles de personas. Conforme al artículo 11 de la Constitución haitiana, todos los descendientes de haitianos son haitianos.  Las ONG y las personalidades que han atacado el Tribunal Constitucional están reclamando para estos haitianos el derecho a una segunda nacionalidad. Porque  ellos, al nacer tienen una nacionalidad de origen. Se han inventado unos supuestos “dominicanos” hijos de padres haitianos. Porque quieren privar a los hijos de la nacionalidad de  los  padres. . 


Claudio Caamaño frente al Altar de la Patria
3.   Y, finalmente, queda el frente interno. Los dominicanos que en estas circunstancias conflictivas operan a favor del propósito haitiano. Al igual que en el 1965, los grupos minoritarios se han aliado al poder extranjero para derrotar la voluntad mayoritaria del pueblo dominicano. Han colocado todo el poder de sus cañoneras mediáticas para insultar a los jueces, para atacar a  la Sentencia y a las personas que la defienden. Han creado un comité de personalidades para combatir el dictamen  del tribunal.  Hoy las intervenciones del poder extranjero no son con tropas, sino con ONG, que convierten a esos dominicanos en correveidile y en empleados de la USAID y de otras agencias.  Y ahora se espera que un tribunal extranjero, cuya competencia ni siquiera ha sido refrendada  por el Congreso como manda nuestra Constitución,  suplante al Tribunal Constitucional. En el 1965, sin importar el peso de los poderes de la Tierra, el coronel Caamaño, el héroe de abril, se hallaba en la trinchera del honor, defendiendo la Constitución y las leyes, la independencia obtenida en 1844 ,  
la continuidad histórica de la  República y el esfuerzo de todas las generaciones pasadas. A estos  individuos  que se asocian al poder extranjero para aplastar la voluntad mayoritaria del pueblo dominicano, su Constitución y sus instituciones,  en cualquier lugar en donde estén, por más cuentos que les cuenten, por más dialéctica que empleen,    llámenles traidores.




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