Gobiernos del Caribe reprimen inmigración ilegal... ¿Y, nosotros que podemos hacer?

Si el gobierno intenta repatriar Haitianos, es un violador de los derechos humanos.

Si los Dominicanos reclamamos que repatríen los más de 2 millones de haitianos ilegales, somos racistas y antihaitianos.

Si los Dominicanos reclamamos que los empresarios turísticos, de la construcción y agrícolas respeten nuestras leyes de empleo, somos inhumanos con los "pobres haitianos".

Si pedimos que se selle la frontera, las ONG’s, la iglesia Católica con su Servicio Jesuita de Refugiados y Migrantes (SJRM) y las Iglesias Protestantes nos acusan de segregacionistas y nos acusar de ser el apartheid del Caribe, y debemos callar...

Si los Dominicanos reclamamos que se regulen, que se elabore un plan serio y estricto de controles en este país, que se establezcan controles sanitarios, de migración y de salubridad en todo el país somos Xenófobos…(actualmente se gastan más de 650 millones al años en los hospitales de Salud Publica dándole asistencia médica gratuita a los haitianos que cruzan a parir y en busca de salud en detrimento de los pacientes Dominicanos).

Si cada vez que roban, matan, violan, depredan y desplazan y los Dominicanos toman la justicia por sus propias manos, somos salvajes.


Y entonces que hacemos, que nos queda…

5 de Sep 2009

TOA BAJA, Puerto Rico (AP) _ A medida que los empleos desaparecen a causa de la crisis financiera mundial, los gobiernos del Caribe están reprimiendo a los inmigrantes indocumentados que buscan trabajo. La campaña subraya las profundas divisiones económicas en una región donde los dominicanos, haitianos y jamaiquinos pobres van en busca de mejor vida a islas de mayores recursos como las Bahamas, Antigua y Barbados. Esa situación está causando divisiones entre los gobiernos, donde algunos acusan a otros de violar los principios de cooperación que la región trata de cimentar. ``Quieren intimidarnos'', se quejó Bianely González, de 32 años, una dominicana que vino a Puerto Rico hace una década en un bote de madera y que vive en un solo cuarto en un bloque de cemento. En los territorios estadounidenses del Caribe y en la Florida, que son los principales imanes para la inmigración, las deportaciones casi se han duplicado de 7.176 en el año fiscal 2006 a 13.622 el año pasado. El aumento se debe a una campaña estadounidense para deportar a los inmigrantes ilegales con pedidos de captura por delitos, dijo Iván Ortiz, un vocero de Inmigración y Aduanas en San Juan. Admitió que la campaña se debe en parte al debilitamiento de la economía estadounidense, pero no entró en detalles. Otras islas no dieron cifras de deportación similares. Pero la crisis financiera ha azotado sus economías dependientes del turismo, obligando a los hoteles a cerrar o reducir su nómina de personal. Este año las visitas turísticas han caído 9% en Barbados, 13% en Antigua y Barbuda y 15% en las Bahamas, según estadísticas de la Organización Caribeña de Turismo. En Puerto Rico, Inmigración y Aduanas de Estados Unidos _y no las autoridades puertorriqueñas_ se encargan de hacer cumplir las leyes inmigratorias. Pero los dominicanos dicen que eso no impide que la policía local los hostiguen o los entreguen a las autoridades de inmigración. Unas 200 familias viven en el barrio de tugurios Villas del Sol en Toa Baja, entre ellos algunos de los 200.000 dominicanos en una isla con 4 millones de habitantes. Las viviendas precarias de bloques de cemento y chapas _abandonadas hace una década debido a las inundaciones que provocó el huracán George_ fueron ocupadas más tarde por inmigrantes y por puertorriqueños desamparados. Las autoridades de Puerto Rico dicen que un intento por despejar la zona no tiene nada que ver con la economía. Pero González, madre de cuatro niños, dijo que nadie intentaba desalojarla cuando su marido podía encontrar trabajos en construcción y jardinería. Sin servicios, ahora depende del agua potable que llega en tanques despachados por la oficina del alcalde local y una cocina a gas. ``Esto'', afirmó, ``es discriminación''. Pareja de inmigrantes haitianos pide autorización para enterrar a su hija EFE Una pareja de inmigrantes haitianos que intentó entrar ilegalmente en EE.UU. y permanece detenida en Florida pidió a las autoridades un permiso especial para enterrar a su bebé, que murió al volcar la embarcación en que viajaban, informaron hoy medios locales. Chandeline Leonard, Lucsene Agustin y su hija, Luana Augustin, formaban parte de un grupo de unos treinta inmigrantes que viajaban en una embarcación que volcó en mayo pasado cerca de Boynton Beach, en la costa este de Florida, y causó la muerte de nueve de ellos, además del bebé de ocho meses. Los padres permanecen todavía detenidos en un centro de inmigración del condado de Broward, al norte de Miami, y esperan obtener un permiso de las autoridades que les permita quedar libres para enterrar los restos de su hija, cuyo cadáver se encuentra en un depósito de cadáveres del condado de Palm Beach. EEUU listo para deportar a más de 30.000 haitianos Autoridades migratorias estadounidense se disponen a deportar a más de 30.000 haitianos que enfrentan órdenes judiciales de abandonar Estados Unidos, pero que se resisten a regresar a su país, Jueces de inmigración emitieron las órdenes de deportación y las autoridades migratorias afirman que están dando cumplimiento, de forma que varios cientos de haitianos ya fueron alojados en centros de detención en distintos puntos del país o están bajo vigilancia domiciliaria a la espera de su partida definitiva. "Hasta la semana pasada teníamos 30.299 haitianos a nivel nacional con orden final de salida, lo que implica que un juez de inmigración ordenó su deportación de Estados Unidos", dijo a la AFP Nicole Navas, portavoz de la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE). Odisea de balseros haitianos abre polémica sobre política migratoria de los EEUU MIAMI, (AFP) - El incierto destino de más de 200 inmigrantes haitianos, que corren el riesgo de ser repatriados tras llegar a Miami al cabo de 10 días de travesía por mar, volvió abrir ayer una vieja polémica sobre la política migratoria de Etados Unidos, acusada de discriminatoria. La comunidad haitiana de Miami pidió el miércoles que cese el trato discriminatorio hacia sus compatriotas, pocas horas después de que los inmigrantes -entre ellos numerosos niños y mujeres- se lanzaran del atestado barco de 15 metros de eslora que los trajo de Haití, y ganaran a nado la cercana costa. La gran mayoría de los haitianos fueron confinados en Krome, un centro de detención próximo a Miami que alberga a inmigrantes ilegales. Su probable destino será la deportación, el regreso a su país, uno de los más pobres del planeta.