lunes, 31 de agosto de 2015

“Todo es veneno y nada es veneno, tan sólo la dosis hace que algo no sea un veneno”.



Digital: una planta que cura y mata

Esta es una planta que les llamábamos vulgarmente “troqles”, una onomatopeya del sonido que producían cuando los niños jugábamos a hacer explotar sus campanillas, tapando con dos dedos los extremos abiertos y golpeándolas con fuerza contra la palma de la mano. Los mayores le daban varios nombres, entre ellos “estralotes” (en gallego viene a ser algo así como “estallidos” o “estallidores”), y “dedalera” por el parecido con un dedal que tenían sus flores campaniformes.

Científicamente se conoce como Digitalis purpurea.
Abundaban por gran cantidad de sitios no cultivados, y muchas veces escoltaban nuestro caminar al borde de los senderos con su porte majestuoso que podía superar el metro y medio de altura, mostrando un llamativo color rosáceo o rojo intenso. Hasta que comencé a interesarme por los temas de Naturaleza, no sospechaba que esa planta tan común para mí pudiera tener las propiedades que descubrí.

Afortunadamente no se me ocurrió nunca investigar a qué sabía la Digital, pues no resultaba nada extraño en mí infancia realizar mis propias analíticas empíricas sobre el sabor, textura y demás cuestiones ante cualquier fruto que llamara mi atención. Tal vez me detenía el fuerte olor que desprendía cuando estrujaba los tallos.

Más tarde supe que aquella planta era una auténtica joya para la farmacología. Produce una serie de sustancias activas encuadradas dentro de los glucósidos, taninos, ácidos, etc., de gran utilidad en las afecciones cardíacas, es más, tales sustancias (digitoxina, gitoxina, digoxina, digitoflavina…), todavía no han podido ser sustituidas por ningún otro producto, y por tanto esta planta es, en ese sentido, “única”.

Desde hace siglos se ha utilizado la Digital como un excelente cicatrizante de las heridas externas, pero su uso interno ya son palabras mayores, y ese campo queda absolutamente reservado a la farmacología.

Una dosis adecuada permite regular con eficacia el ritmo cardíaco, pero es tan crítica y ajustada, que un solo gramo de más puede traer serias consecuencias. La dosis administrada puede resultar una medicina o un veneno: diez gramos de una hoja de Digital puede causar la muerte a un adulto. A los pocos minutos de su ingestión se producen severas arritmias cardiacas, la actividad del sistema nervioso simpático queda inhibido y el corazón reduce drásticamente su latido y presión arterial, como consecuencia se alcanza la muerte súbita por parada cardiaca.

A este respecto, cabe citar a Paracelso, el famoso médico y alquimista de la Edad Media, precursor de la actual farmacología: “Todo es veneno y nada es veneno, tan sólo la dosis hace que algo no sea un veneno”.
Ya veis, esta planta puede ser nuestra aliada o nuestra enemiga, todo depende de la “dosis” con que se mire.

Agro y jardinería Digital: una planta que cura y mata
http://www.natureduca.com/blog/digital-una-planta-que-cura-y-mata/


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Digitalis purpurea
(Tomado de Wikipedia)

Digitalis purpurea, cuyos nombres comunes son dedalera, digital,
cartucho, chupamieles, guante de Nuestra Señora, San Juan, bilicroques, guantelete, estaxón (Asturias) o viluria, es una especie de planta herbácea bienal de la familia de las plantagináceas.

La distintiva flor de la digital - cuya forma, similar a un dedal, dio lugar a su nombre- y sus hojas, contienen una poderosa toxina, la digitalina, que afecta el funcionamiento cardíaco. Extremadamente venenosas si se consumen, el extracto del principio activo ha sido empleado como medicación para la arritmia y otras deficiencias cardíacas desde finales del siglo XVIII.

La digitoxina y la digoxina presentes en las hojas, flores y semillas de la digital la protegen del ataque de predadores. Su ingesta es fatal con frecuencia.  Este incremento produce un efecto inotrópico positivo. También se produce un efecto vagal en el sistema nervioso parasimpático, y por esta razón se utiliza en la regulación de las arritmias cardíacas y para enlentecer las pulsaciones del ventrículo en la fibrilación ventricular. Debido al efecto vagal la digital no tiene efectividad cuando el paciente tiene el sistema nervioso simpático al límite, lo cual es el caso de las personas gravemente enfermas.

La toxicidad de la digital (intoxicación digitálica) es el resultado de una sobredosificación y produce una visión amarilla (xantopsia) y la aparición de visión de perfiles desdibujados (halos), además de bradicardia en casos extremos. Debido a que uno de los efectos secundarios de la digital es la reducción del apetito, algunos individuos han abusado de ella como una ayuda en la pérdida de peso.

La digital es un ejemplo clásico de droga derivada de una planta y antiguamente usada por herboristas, quienes hace tiempo que la dejaron de utilizar debido al estrecho margen de seguridad terapéutica y la dificultad, en consecuencia, de determinar la cantidad de sustancia activa adecuada en las preparaciones herbales.

Cuando se conoció la utilidad de la digital en la regulación del pulso, se empleó con una gran variedad de propósitos, incluido el tratamiento de la epilepsia y otros desórdenes, aunque hoy en día se ha reconocido que era un uso inapropiado.

Nombres comunes
Castellano: alcahueta del cerezo, azalda, bragas de cucu, brotónica real, cachapeiro, cachipeiro, calzón de cuco, calzones, calzones de cuquillo, calzones de zorra, campanas de san juan, campanilla, campanillones, catechos, chupamieles, chupamielis, chupera, dedal de doncella, dedal de monja, dedal de princesa, dedalera, dedales, dedales de monja, dedil, dedillos de Dios, digital, digitalina, digital purpúrea, emborrachacabras, estallones, estallos, flor de la castañuela, flor de la monda, gilora, giloria, goldaperra, gualdaperra, gualdrapera, guante de la Virgen, guantera, jiloria, lobera, manguitos de cuco, mata de lagartija, mataperla, pantalones del cucu, pasionaria, restallo, sanjuan, sanjuanines, tarantaina, triscos, tristera, villoria, viloria, viluria, vueltaperra, zapatitos de Cristo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El papa Juan Pablo I murió de forma misterosa (fue asesinado) 33 días después de su coronación…

Anónimo dijo...

Fue hace 25 años. El papa Juan Pablo I apareció muerto en su cama. Llevaba sólo 33 días de pontificado. Según el comunicado oficial, murió de un infarto agudo de miocardio. Sin embargo, la forma en que se encuentra el cadáver no responde al cuadro típico del infarto: no ha habido lucha con la muerte, tiene unas hojas de papel en las manos, como si aún leyera.