sábado, 22 de noviembre de 2014

Antología de una defensa esencial


Presentación de la importante obra de recopilación “La sentencia 168-13. Antología de una defensa esencial”

Palabras de presentacion de Justo Pedro Castellanos Khoury, Juez del Tribunal Constitucional de la República Dominicana



         Con la venia del presidente del Tribunal Constitucional, magistrado Milton Ray Guevara, diré unas palabras en mi doble condición de coordinador de la comisión que, integrada por los magistrados Ana Isabel Bonilla y Jottin Cury, fue encargada por el pleno para dirigir los trabajos conmemorativos del 170 aniversario de la Constitución dominicana; y de compilador de una de las obras que ponemos en circulación esta noche.

         Esta es la última actividad del ambicioso programa diseñado al efecto. Permítanme, antes de continuar, reconocer el trabajo del personal del Tribunal Constitucional que, con una entrega rayana en el heroísmo, garantizo el éxito de todas las actividades, asi como agradecer el apoyo que todos ustedes brindaron a cada una de ellas.

         En esta ocasión ponemos en circulación dos libros, La justa causa de la libertad y La sentencia 168-13. Antología de una defensa esencial.
         El primero, La justa causa de la libertad, debe su nombre a un fragmento del documento que el 16 de enero de 1844 suscribieran y firmaran varias decenas de valientes ciudadanos del territorio que pocos días después seria formalmente la República Dominicana, y que originalmente fue conocido como Manifestación de los Pueblos de la parte del Este de la Isla antes Española o de Santo Domingo, sobre las causas de su separación de la República Haitiana.

         La justa causa de la libertad contiene el documento señalado, así como el Proyecto de Ley Fundamental, este último de la autoría del Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, que comenzó a escribir a poco de creada la nación dominicana, entre los meses de marzo y junio de 1844, y que nunca pudo concluir.

         Se trata de dos textos hermosos y entrañables; dos piezas esenciales de la dominicanidad. Ambos remiten a un mismo asunto, la justa causa de la libertad de nuestro pueblo, de la que ellos son expresiones primigenias y, como tales, notabilísimas. Como la Constitución proclamada el 6 de noviembre de 1844, ambos cumplen, también, 170 años de haber conocido la luz pública.

         Aparte esos documentos, La justa causa de la libertad tiene un prólogo del historiador y presidente de la Comisión Presidencial de Efemérides Patrias, Juan Daniel Balcácer, unas palabras de presentación del magistrado presidente del Tribunal Constitucional, Milton Ray Guevara; así como fotografías de los originales de dichos documentos, las cuales fueron facilitadas: en el caso del Manifiesto del 16 de enero de 1844, por el Archivo General de la Nación, y en el caso del Proyecto de Ley Fundamental, por el Instituto Duartiano, en la persona del magistrado Wilson Gómez; todo lo cual agradecemos profundamente.

         No diré mas sobre su contenido, pues de este ya se ha hablado en el prologo leído hace poco; y me limitare a agregar que el Tribunal aspira a que esta publicación llegue a las manos de nuestros niños y jóvenes y que, como bien dice el magistrado presidente en sus palabras, su contenido “se multiplique en la conciencia de cada dominicana y dominicano, y le de mayor sustento aun, a la Patria inmortal” que es nuestra Republica Dominicana.

         El segundo libro, La sentencia 168-13. Antología de una defensa esencial, es una selección de editoriales y artículos publicados en los periódicos nacionales en apoyo a la sentencia, pero también, en sentido más general, en apoyo a los intereses nacionales en cada uno de los diversos incidentes que se han ido presentando a raíz de su publicación el lunes 23 de septiembre de 2013.

         No me referiré a sus fundamentos, a su razón de ser, pues eso ya lo han hecho con singular maestría el magistrado presidente, Milton Ray Guevara, en sus palabras contenidas en el libro, y el magistrado Víctor Joaquín Castellanos Pizano en su magnífica presentación de esta noche.
La sentencia 168-13. Antología de una defensa esencial, es una obra sencilla en términos de producción intelectual y teórica, por cuanto se limita a reproducir trabajos ajenos; labor que, sin embargo, ha tenido sus complejidades y que ha requerido meses de trabajo a un equipo de mujeres y hombres dedicados por entero, de manera intensiva, a la búsqueda, acopio, recuperación y organización de estos materiales. Más aún, ha supuesto un esfuerzo importante en la selección de los materiales que finalmente se publican.

Por sus particulares características, precisare algunas de ellas:
1.            Como he adelantado, su objeto es lo publicado en los medios de comunicación sobre la sentencia 168-13 y los diversos asuntos que se han suscitado a propósito y en torno a ella, pero solo en los impresos y de circulación nacional; es decir, en los periódicos Listín Diario, La Información, El Caribe, El Nacional, El Nuevo Diario, Hoy, Diario Libre, El Día y el semanario Primicias. No figuran aquí materiales publicados en otros medios, salvo unas muy pocas excepciones, que se especifican en el propio texto, de materiales que solo han sido publicados en medios virtuales y que resultan de utilidad para esta obra. En todo caso, subrayamos nuestra certeza de que, por muy diversas razones y a pesar del gran esfuerzo desplegado y de que logramos acopiar bastante material, hay trabajos que han escapado a nuestro conocimiento y de que, por tanto, lo publicado es mucho más de lo que hemos podido acopiar y, consecuentemente, mucho más de lo que se ha incluido en este libro.

2.            Todos los trabajos incluidos comparten una misma posición fundamental: la valoración positiva del contenido de la sentencia 168-13, así como la defensa de los intereses nacionales frente a los diversos asuntos, incidentes y escaramuzas que, a propósito y alrededor del fallo, se fueron produciendo a lo largo de estos meses -por ejemplo, entre muchos otros, las críticas del escritor Mario Vargas Llosa o las actuaciones del CARICOM o las groserías de líderes y dignatarios extranjeros en contra de nuestro país o el recientísimo fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que, aunque estaba supuesto a decidir asuntos anteriores y ajenos al contenido de la sentencia 168-13, termino refiriéndose a ella-. Así, pues, los ataques a la decisión del 23 de septiembre de 2013 y otras muchas posiciones adversas como las señaladas se pueden encontrar en las páginas de este libro, pero solo desde la óptica de quienes las respondieron y realizaron, pues, esta que hemos denominado defensa esencial. Es posible, como en efecto, que algunos de estos autores no se hayan manifestado en relación con el contenido de la sentencia, o incluso, como ocurre en un par de casos, que hayan expresado algunos reparos en relación con algunos aspectos de la sentencia y que, sin embargo, hayan tenido expresiones de apoyo a los intereses nacionales en algunos otros de los muchos incidentes que se fueron generando y desarrollando cual guerra de guerrillas al mejor estilo de nuestro generalísimo Maximo Gomez, lo que explica, entonces, su presencia en esta obra. Por respeto a todos los autores, esto es importante dejarlo claramente establecido.

3.            Los trabajos escogidos trascienden lo puramente jurídico. La sentencia, como se ha dicho, fue enfrentada de inmediato con los más diversos argumentos, una parte significativa de los cuales no se refirieron a su contenido sino que se deslizaron hacia otras vertientes –como, por ejemplo, el de las relaciones dominico- haitianas, tanto en términos históricos como coyunturales, entre las que se encuentran, por supuesto, todo lo relativo a las tradicionales imputaciones de racismo a nuestro país-. Por tanto, aquí se encontraran trabajos –editoriales y artículos- que no presentan relación estricta con la juridicidad de la decisión; que son esenciales por todo cuanto defienden, pero que no se refieren a la sentencia propiamente, al contenido de la sentencia.

Los trabajos, esencialmente afines entre sí, en la medida que expresan en general una misma corriente de opinión, evidencian, sin embargo, una gran diversidad en términos políticos e ideológicos, de tal forma que, en el marco de esa diversidad, se encuentran expresiones de las posiciones más radicales y más moderadas. Al respecto, es pertinente aclarar que, a pesar de la escogencia realizada, no necesariamente compartimos ni suscribimos todas y cada una de las opiniones, expresiones, ideas y argumentos que se han vertido en los trabajos aquí publicados. De su inclusión en esta obra no puede, pues, derivarse una suscripción nuestra a la totalidad de sus contenidos. 

4.            En términos temporales, el punto de partida es el 23 de septiembre de 2013 y el de conclusión, el 10 de noviembre de 2014; es decir, casi catorce meses.
5.            Se trata no sólo de una compilación o compendio sino, más aún, de una antología y, como tal, de una selección. En estas páginas, en efecto, no se encontrará todo lo que mucho que hemos podido acopiar de lo que se ha publicado, sino tan solo una parte de ello.

La selección realizada ha tenido en cuenta no tan solo la calidad de los trabajos, sino también la diversidad de sus autores, en términos de las posiciones que ocupan en nuestra sociedad, de sus perfiles e historias profesionales, de sus trayectorias y posiciones político- ideológicas. Así, pues, calidad de las obras y diversidad de sus autores, mantienen una tensión permanente en procura de un equilibrio razonable. No es, por tanto, una obra uniforme. En ella, por el contrario, hay desniveles en términos de la enjundia de los análisis y de la calidad escritural, lo que, a nuestro juicio, la enriquece. Conviene tener presente, en este sentido, que el propósito de esta obra no ha sido solamente escoger los trabajos de mejor factura intelectual y literaria, sino también mostrar al país –y, pues, a nosotros mismos- la gran diversidad de voces -en cuanto a su procedencia social, a su formación profesional, a su tendencia ideológica, a sus trayectorias y preferencias políticas- y, con todo ello, el amplísimo haz de hombres y mujeres que han sostenido y sostienen esto que hemos denominado como una defensa esencial. Se trata, en efecto, de la producción intelectual no sólo de especialistas, sino de ciudadanos en general, de muy diversos perfiles, de tal forma que, como ha precisado el presidente, aquí se encontraran trabajos escritos “lo mismo por un periodista que por un ex gobernador del Banco Central, por un ingeniero civil que por un historiador, por un embajador que por un ex jefe del ejército dominicano, por un abogado que por uno de nuestros más exquisitos escritores o por un PhD instalado en otras latitudes”. Es, en realidad, la obra del pueblo dominicano colgada en las páginas de los periódicos nacionales.

6.            Es muy importante subrayar que en todos los casos se ha respetado el estilo de los autores, aun cuando no estuviéramos de acuerdo y entendiéramos, con toda humildad, que algunos aspectos podían ser mejorados. En la medida en que lo que hacemos aquí es reproducir esos trabajos, hemos optado, decididamente, por el respeto a su integridad, salvo algunos pocos cambios menores, relativos, por ejemplo, a la corrección de algunos errores materiales, como palabras incompletas o ausencias de signos de puntuación y situaciones análogas. Los trabajos, pues, se reproducen tal cual aparecieron en los medios de comunicación.

7.            El orden en que se presentan los trabajos es cronológico. Su contenido se ha diagramado de forma que se pueda identificar con facilidad cada fecha.
8.            Cada trabajo tiene una nota al pie, que contiene sus datos más relevantes.
9.            En lo atinente a los artículos, se ha incluido, asimismo, un perfil mínimo de cada autor. 
10.         Aunque originalmente se incluyeron cartas de los lectores a los medios, al final, por un asunto de espacio, tuvimos que eliminarlas, lo que lamentamos. Sin embargo, dejamos constancia de que la participación del pueblo dominicano también se ha producido mediante epístolas a los medios de comunicación, la mayoría de las cuales, a pesar del carácter informal del género, merecen estar en una antología como esta.
11.         Dejamos constancia de que nos habría gustado incluir, como notas al pie, las informaciones más relevantes que se iban produciendo en cada fecha, a los fines de lograr una reconstrucción bastante más cercana a la realidad y, por tanto, más rica y provechosa. Como en el caso de las cartas, originalmente llegamos a incluir estas informaciones, pero, por las referidas limitaciones de espacio, lamentablemente también tuvimos que prescindir de ellas.

La inclusión de estas informaciones habría aportado una riqueza todavía superior al conocimiento de este proceso, así de crucial como ha sido, y especialmente de la participación estelar de algunos actores que, sin embargo, no figuran aquí por cuanto nunca publicaron sus posiciones en artículos de periódicos impresos. Así, por ejemplo, las posiciones de Nicolás de Jesús cardenal López Rodríguez, de monseñor Agripino Núñez Collado, del almirante Sigfrido Pared Pérez, de Reynaldo Pared Pérez, Abel Martínez, Roberto Rosario, César Pina Toribio, Marino Vinicio Castillo, José Ricardo Taveras, José Ramón Fadul, de comunicadores como Consuelo Despradel y Danny Alcántara, de políticos opositores como Miguel Vargas Maldonado, Federico Antún Batlle y Jose Miguel Soto Jimenez; entre muchas otras dominicanas y dominicanos que asumieron y apoyaron la decisión del Tribunal Constitucional y que, más aún y sobre todo, participaron sin vacilaciones, con valentía y responsabilidad, en todas las escaramuzas que le fueron presentando al país en todos estos meses. 

Explicado todo lo anterior, permítanme reconocer y agradecer, en nombre del Tribunal Constitucional y en el mío propio, el esfuerzo extraordinario para la realización de esta obra, de un grupo de hombres y mujeres, a todos los cuales menciono a continuación: del grupo de informática, a Johandy Jiménez y Eliecer Medina, así como a José Ricart y Jeremy López; a Rafael Polanco y a su equipo de prensa, integrado por Roberto Rodríguez, Félix Caraballo, Pablo Graciano, José Miguel Garcia, Katherine Estévez, Carla Báez y Leonel Curiel; a Leonor Tejada y su equipo de diagramadores, Yisel Casado y Enrique Read; y, al final pero no menos importante, a Pilar Pichardo y, especialmente, a Jeannette Reyes, que ha cargado el peso mayor de este trabajo durante los últimos ocho meses. Agradezco, por supuesto, al magistrado presidente, que apoyó esta idea desde el primer momento en que se la presenté y al magistrado Victor Joaquin Castellanos por su presentación de esta noche.

Como ha quedado evidenciado, esta obra no tenía relación con el programa de actividades de celebración del 170 aniversario de la Constitución de la Republica. Transitaba su propio camino hasta hace una par de meses cuando, al abordar el diseño de este programa de actividades, le planteé al presidente del Tribunal la posibilidad de publicarla en este contexto, propuesta que el acepto en el entendido de que esta era una buena oportunidad, una ocasión propicia para ello.

En relación con ella, quedo, pues, confiado en que esta obra sirva a los propósitos con que fue concebida, delineados claramente por el magistrado presidente en sus palabras y sobre los cuales, por tanto, no volveré ahora. Si el lector encuentra alguna utilidad y disfrute en ella, entonces el esfuerzo realizado habrá valido la pena.
En lo que respecta a este acto, estoy absolutamente seguro de que no escapa a la comprensión de ustedes el vínculo profundo que existe entre las obras que ponemos en circulación esta noche, La justa causa de la libertad y La sentencia 168-13. Antología de una defensa esencial; ni tampoco la conveniencia de su publicación en estos días.
Así las cosas, convengo en que estaremos de acuerdo en la pertinencia de repetir, justamente hoy que se cumplen 53 años del término definitivo del régimen tiránico que nos agobio durante treintiun años, aquellas palabras sacrosantas de nuestro padre fundador de que “Por desesperada que sea la causa de mi Patria, siempre será la causa del honor y siempre estaré dispuesto a honrar su enseña con mi sangre”.

Muchas gracias.
Buenas noches.        

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