9 Junio 2012, 9:28 PM
En este país no se respeta ni las tumbas de los cementerios
Roban candados, verjas y hasta ataúdes; el administrador del cementerio ‘Cristo Vivo’ lo niega
SANTIAGO.- Unas cien tumbas han sido
violentadas en el cementerio Cristo Vivo, de El Ingenio, dejando al
descubierto que ni los muertos se salvan de la delincuencia en esta
ciudad.Los sepulcros que presentan robo son los que se encuentran a orillas de las paredes del cementerio, que permiten el acceso a algunos barrios y es una zona oscura y lejana de la entrada principal.
Otro de los problemas en este camposanto es que está muy abandonado, en algunos casos porque los familiares no mandan a limpiar los predios, lo que provoca el ocultamiento de los delincuentes y la proliferación de personas que nada tienen que ir a buscar a este lugar.
“Y es que ni lo muertos descansan en paz, a tal punto que drogadictos, de los denominados ‘piperos’, se roban los candados y otros objetos de metal para venderlos y satisfacer su adicción”, comentan deudos de los muertos.
Mientras que los habitantes del área dicen que los malhechores, a pesar de que son apresados realizando este tipo de hecho, aún permanecen en la zona.
Parientes de difuntos que descansan en este cementerio denunciaron además que todo aquello que se deja sobre las tumbas -principalmente las lápidas de hierro y floreros- también es robado.
Recalcan que esto ha dejado el camposanto en manos de los delincuentes, quienes en la noche se llevan hasta verjas enteras para venderlas como chatarra. “También se están robando las placas de hierro donde están inscritos los nombres de los difuntos. Este material lo funden y se lo venden a las mismas empresas que fabrican esas placas. Lo cual también los implica a ellos, por ser cómplices al comprarlas”, asegura Pablo Escotto.
Carmen Reinoso dice que las autoridades deben coordinar con la Policía Preventiva y el Ejército para realizar operativos nocturnos.
A pesar de que los visitantes y vecinos advirtieron de los problemas que existen en el camposanto, el administrador del cementerio Cristo Vivo negó que en el mismo se estén sustrayendo ataúdes, lápidas y otros efectos.
Quejas de deudos
Y es que ni lo muertos descansan en paz, a tal punto que drogadictos, de los denominados ‘piperos’, se roban los candados y otros objetos de metal para venderlos y satisfacer su adicción”.
Se están robando las placas de hierro donde están los nombres de los difuntos, y las venden a las mismas empresas que las fabrican”.
Y, mucho menos los espacios públicos
La ciudad de Santo Domingo de Guzmán definitivamente se ha
convertido en gran arrabal, no importa las grandes obras que ejecute el
gobierno central si la Dirección de Transito Terrestre del Ministerio de Obras
Públicas y Comunicaciones y el Ayuntamiento del Distrito Nacional no está en
capacidad de ejecutar y hacer cumplir las regulaciones y normativas luego
aprobados los planos y autorizado el uso de suelo. Debería tenerse la seguridad
de que se puedan aplicar todas las reglamentaciones establecidas, de nada sirve
un metro, pasos a nivel, elevados y túneles cuando las autoridades no tienen
ninguna capacidad para establecer medidas drásticas de control de las mismas
normas de construcción y ordenanzas existentes desde la promulgación de las
leyes de organización Municipal y del Distrito Nacional, una cosa ha quedado
demostrado que la autonomía de este organismo Edilicio no ha sido capaz de ser
efectivo para los munícipes del Distrito Nacional, ya que va por un lado el
ayuntamiento y por otro el Gobierno Central convirtiéndose en torre de Babel en
que los ciudadanos son los perjudicados y las finanzas públicas salen
grandemente afectadas por la politiquería y la corrupción en el ADN. Siendo ineficaz sus tareas de
ordenamiento y ejecución de tareas para las que se supone debe cumplir.
1.- La emblemática calle Crucero Danae del otrora bello sector de
Gascue se arrabalizado por completo, los espacios públicos violentados al
antojo de cualquier persona en una extraña y sospechosa indiferencia del
alcalde de Santo
Domingo Esmérito Salcedo Gavilán, alias Roberto Salcedo
2.- Los famosos “Espacios Públicos” tan cacareados por alcalde de
Santo Domingo y cómico Esmérito Salcedo Gavilán, alias Roberto Salcedo quién
uno de sus grandes logros ha sido permitir y estimular la desaparición del
sector de Gascue de manera extraña y sospechosa, como es el caso de la
arrabalización y depredación de árboles que son derribados caprichosamente por
los “inversionistas” para parqueos como es el caso de este edificio de
apartamentos que se ha adueñado señalizando las aceras peatonales para el uso
de vehículos.
4.- Este es un ejemplo típico en la calle Mame Curie esq. Nicolás de Bari, de lo que está sucediendo permanentemente en la ciudad de Santo Domingo de manera impune ante los ojos impávidos de los ciudadanos que no entienden la actitud del cómico y hoy alcalde de Santo Domingo Esmérito Salcedo Gavilán, alias Roberto Salcedo ante los abusos de los constructores de edificaciones, que evidentemente tienen la complicidad de los funcionarios edilicios.
5.- Avenida Máximo
Gómez con las características únicas en la ciudad de Santo Domingo de sus
aceras peatonales de más de cuatro metros se ha visto inexplicablemente
reducido este espacio en la esquina con avenida Bolívar, se le ha sustraído más
de 400 metros cuadrado, evidentemente una “avivatada” de los propietarios de
este solar parar hacer más jugoso los beneficios en detrimento de la ciudadanía.
2 Junio 2012
Entorno de hospitales son “mercados”
En un gran mercado, donde se venden jugos, comida, víveres, ropa
usada y hasta medicamentos, han sido convertidos los alrededores de los
principales hospitales de Santo Domingo, como el Francisco Moscoso
Puello y el Luis Eduardo Aybar.
A esto se agregan, en desamparo, personas que al parecer han sido abandonadas por sus familias y sin protección del Estado, cuyo único lugar de descanso es la acera de un hospital.
El frente del Moscoso Puello es el más apreciado, por su cercanía a los barrios más pobres de la zona Norte del Distrito Nacional.
Algunos de los propietarios alegan que están en esos lugares porque son cabezas de familias y no tienen empleo, por lo que de alguna manera deben buscar la comida de sus dependientes.
Martha Ogando es una de las tantas personas que tienen negocios frente al hospital Moscoso Puello. Tan variadas son sus mercancías que oferta hasta medicamentos como Acetaminofén, Iboprofén, Diclofenac, Ranitidina, ungüentos y otros para la piel.
Pero además vende otros artículos como gomitas para amarrar cabelllos, pulsas, carteras, redecillas, así como otros utilizados básicamente por las mujeres.
Guarionex Méndez, colocó un puesto de venta de sábanas, cortinas y otros artículos que exhibe en plena acera de la avenida Nicolás de Ovando, entre el Moscoso Puello y la clínica de Pro Familia.
Aunque cerca del mediodía de ayer no había vendido la primera mercancía, es lo único con que cuenta para mantener a su familia en la calle 6 del populoso sector de Capotillo.
“Yo me desayuné hoy porque ella me regaló un yaniqueque” respondió Juana Mendoza, quien se la busca vendiendo prendas de vestir usadas para las mujeres, como blusas, zapatillas, tenis, que oferta desde 25 hasta 100 pesos.
Uno de los mayores inconvenientes que enfrentan quienes viven del negocio informal en ese lugar es la presencia de los desamparados, quienes abundan y se han convertido en peligro, tanto para ellos como para los clientes, ya que en ocasiones se tornan agresivos y cometen acciones delictivas como robos y atracos.
Aunque menos arrabalizada, el área de la ciudad sanitaria Luis Eduardo Aybar también es tomada por los negocios informales, donde también se ofertan productos agrícolas, como yuca, batata, ñame, yautía y otros, hasta jugos, frituras, empanadas, helados y piezas de vestir.
Sobeida Ogando expresa que no sabe qué hacer en caso de que las autoridades nacionales o municipales la desalojen de los alrededores del Luis Eduardo Aybar (Morgan), ya que no sabe otra cosa y tiene cuatro hijos que esperan en el barrio Las Cañitas a que ella llegue en la tarde para comer.
Hace un año fueron desalojados
Griselda Custodio tiene un puesto de vender desayuno frente al Luis E. Aybar desde hace varios años, pero hace aproximadamente un año que el Ayuntamiento la desalojó de ese lugar, fue despojada de un triciclo que le costó diez mil pesos, el que todavía no aparece. La limpieza de ese entorno se detuvo sin explicación.
En la Duarte con París el caos se impone al ADN
El cabildo volverá a reubicar los buhoneros de esa intersección
Por Tania Molina
SANTO DOMINGO. Pese a los resonados planes de organizar el punto comercial de la avenida Duarte con París, todavía el tránsito por la popular intersección continúa siendo una aventura maratónica en la que hay que surcar tarantines con todo tipo de productos, motoconchos, carros y guaguas del transporte público y privado, y con la basura.
El desorden parece haberles ganado la batalla a las autoridades municipales que, como en otras ocasiones, buscan solucionarlo a través de la reubicación de los vendedores.
Los planes, según Camilo Tapia, encargado de Defensoría y Uso del Espacio Público del Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN), están a la espera de la adquisición de un solar a un lado de la calle París, donde podrán ser colocados los buhoneros. Y son una respuesta al fracaso de mantenerlos en orden y provisionalmente en las aceras de la vía, como se ha intentado, según dice.
La artería luce congestionada. Los carriles derechos de la París, hacía ambas direcciones, Este y Oeste, son plazas abiertas donde lo mismo se exhibe un pantalón jeans a la última moda, que un pedazo de cerdo asado o el ungüento "perfecto" para la buena suerte.
Los motoconchistas se lanzan a la vía como si en efecto tuvieran la intención de no permitirles el paso a los demás, y en ello, luchan mano a mano con los carros y guaguas públicas. La situación se extiende invariable hacía las calles José Martí, Josefa Brea y Jacinto de la Concha.
Tanto Alexis Peña como Laura Rodríguez, dos transeúntes que frecuentan estas vías, se quejan de que el lugar es un caos, lleno de basura y mal olor, pero los dos se expresan sin esperanzas de que la situación pueda cambiar.
"Es que esto tiene mucho tiempo así y no hacen nada, y además, esa gente (los buhoneros) se ganan la vida así y tienen que hacer algo", comenta Rodríguez.
El conductor de carro público, Luis Moreno Bautista, entiende que el problema no es de los vendedores, si no de los "motoristas y guagüeros" que obstruyen la vía.
"Yo creo que cada quien tiene que cooperar y entender que la calle no es sólo de uno si no de todos", comenta el chofer, quien además confiesa que en ocasiones engaña a sus colegas del volante sonando un pito (igual a los que usan los agentes de la Autoridad Metropolitana de Transporte), para que el tránsito pueda fluir un poco.
La reubicación
Alonso Rambalde, presidente de la Asociación de Buhoneros de la Duarte, se mostró confiando en que el proyecto de reubicación de los buhoneros permitirá organizar de manera definitiva la avenida Duarte. Según dijo, ya se está terminando el censo de la cantidad de personas que venden en esa arteria para ser trasladados. Hasta el momento hay 173 vendedores censados y quedan otros 78 por depurar, según dijo. "Esto ya será definitivo, porque esos vendedores que quedan están ansiosos, esperando el momento para irse.
Rambalde es uno de los más de 700 vendedores reubicados como parte de los trabajos del Paseo Comercial Duarte, algunos de los cuales recibieron modernos módulos en las aceras de la vía, y otros, como él, fueron trasladados a la Plaza de los Buhoneros, en la José Martí. Dicha plaza todavía mantiene desocupados varios de sus locales de los pisos superiores, ya que los comerciantes a los que se les asignaron, no los quisieron.
Del total de censados, se incluyen 103 buhoneros apostados entre el Huacalito, en la 27 de Febrero, hasta la calle Jacinto de la Concha, y de la José Martí a la Doctor Betances. Además hay otros 70 entre la París y la 27 de Febrero, según detalló Rambalde.
A esto se agregan, en desamparo, personas que al parecer han sido abandonadas por sus familias y sin protección del Estado, cuyo único lugar de descanso es la acera de un hospital.
El frente del Moscoso Puello es el más apreciado, por su cercanía a los barrios más pobres de la zona Norte del Distrito Nacional.
Algunos de los propietarios alegan que están en esos lugares porque son cabezas de familias y no tienen empleo, por lo que de alguna manera deben buscar la comida de sus dependientes.
Martha Ogando es una de las tantas personas que tienen negocios frente al hospital Moscoso Puello. Tan variadas son sus mercancías que oferta hasta medicamentos como Acetaminofén, Iboprofén, Diclofenac, Ranitidina, ungüentos y otros para la piel.
Pero además vende otros artículos como gomitas para amarrar cabelllos, pulsas, carteras, redecillas, así como otros utilizados básicamente por las mujeres.
Guarionex Méndez, colocó un puesto de venta de sábanas, cortinas y otros artículos que exhibe en plena acera de la avenida Nicolás de Ovando, entre el Moscoso Puello y la clínica de Pro Familia.
Aunque cerca del mediodía de ayer no había vendido la primera mercancía, es lo único con que cuenta para mantener a su familia en la calle 6 del populoso sector de Capotillo.
“Yo me desayuné hoy porque ella me regaló un yaniqueque” respondió Juana Mendoza, quien se la busca vendiendo prendas de vestir usadas para las mujeres, como blusas, zapatillas, tenis, que oferta desde 25 hasta 100 pesos.
Uno de los mayores inconvenientes que enfrentan quienes viven del negocio informal en ese lugar es la presencia de los desamparados, quienes abundan y se han convertido en peligro, tanto para ellos como para los clientes, ya que en ocasiones se tornan agresivos y cometen acciones delictivas como robos y atracos.
Aunque menos arrabalizada, el área de la ciudad sanitaria Luis Eduardo Aybar también es tomada por los negocios informales, donde también se ofertan productos agrícolas, como yuca, batata, ñame, yautía y otros, hasta jugos, frituras, empanadas, helados y piezas de vestir.
Sobeida Ogando expresa que no sabe qué hacer en caso de que las autoridades nacionales o municipales la desalojen de los alrededores del Luis Eduardo Aybar (Morgan), ya que no sabe otra cosa y tiene cuatro hijos que esperan en el barrio Las Cañitas a que ella llegue en la tarde para comer.
Hace un año fueron desalojados
Griselda Custodio tiene un puesto de vender desayuno frente al Luis E. Aybar desde hace varios años, pero hace aproximadamente un año que el Ayuntamiento la desalojó de ese lugar, fue despojada de un triciclo que le costó diez mil pesos, el que todavía no aparece. La limpieza de ese entorno se detuvo sin explicación.
31 Mayo 2012, 11:18 PM
Vendedores “ocupan” puentes peatonales
Tres de los ocho puentes peatonales de la avenida John F.
Kennedy han sido convertidos por dominicanos y haitianos en mercados
improvisados donde se venden diversos tipos de mercancías. Juan Pablo
Reynoso es un minusválido que lleva nueve años ganándose la vida
vendiendo artículos y dice que por su condición se vio obligado a
recurrir a ese trabajo, porque no le dan empleo. Ninguna autoridad se ha
dado cuenta de que los puentes están siendo utilizados para vender y
comprar.
Tres de los ocho puentes peatonales de la avenida John F. Kennedy han sido convertidos por dominicanos y haitianos en mercados improvisados donde se venden diversos tipos de mercancías.
Juan Pablo Reynoso es un minusválido que lleva nueve años ganándose la vida vendiendo artículos y dice que por su condición se vio obligado a recurrir a ese trabajo, porque no le dan empleo.
Habla con rabia e indignación, porque al momento de ser entrevistado acababa de ser notificado por el Ayuntamiento de que se fuera del lugar o en unas horas serían desalojados.
Alega que no obstaculiza el tránsito de las personas que utilizan la infraestructura para cruzar la avenida Kennedy en dirección a la Winston Churchill.
Como Reynoso está Andrés Féliz Segura, que tiene un brazo más pequeño que otro y tampoco ha tenido éxito cuando requiere de un empleo.
Dijo que los agentes de la Policía Municipal los atropellan empujándolos y los amenazan con darles bofetadas si reclaman el derecho a trabajar.
Ambos están de acuerdo en pagar algún impuesto por el uso del puente peatonal, como se hacía antes, que pagaban RD$800.
Según afirman, se colocan allí para garantizar sus ventas, debido a la gran cantidad de personas que transitan por el lugar durante todo el día.
“Quieren una ciudad limpia, pero no les importa que la gente pase hambre”, dijo Andrés Féliz Segura, padre de cuatro niños, al momento de ser abordado por los periodistas.
Explicó que durante la campaña no fueron molestados, pero que ahora van los policías a amenazarlos con desalojarlos y llevarles las mercancías si no se van del lugar, “pero la necesidad tiene cara de hereje y nos quedamos aquí, yo veo en las películas que hasta en Nueva York hay gente que vende en las calles”, dijo.
Lo que se vende. Los buhoneros ocupan parte del puente, y en algunos casos, como en el Kilómetro 9 de la Duarte y en el de la Churchill, también parte de las escaleras, pero dejando siempre un espacio para el tránsito de los usuarios.
En el suelo colocan productos tan diversos como mangos, piñas, ropas, zapatos, candados, perfumes, cremas para el cuerpo y la cara, discos, cepillos dentales, radios, panties y otros artículos.
Para muchos transeúntes que van o vienen de sus trabajos y centros de estudios, los buhoneros son importantes porque pueden comprarle ahí algunos productos o artículos que necesitan sin tener que salir de la ruta a sus hogares.
Desde la John F. Kennedy, próximo a la avenida V Centenario, y hasta el 9½ de la Autopista Duarte hay nueve puentes peatonales, pero donde los buhoneros están colocados es principalmente en el de la terminal del kilómetro nueve y el de la intersección John Kennedy- Winston Churchill.
Al lado del peatonal del kilómetro nueve fueron construidos kioscos para los buhoneros, pero no todos tuvieron la suerte de conseguir un local y decidieron continuar en la cima del puente.
Allí están expuestos a toda tempestad, cuando llueve se mojan y si hace mucho sol se cubren con cartones y sombrillas.
Tres de los ocho puentes peatonales de la avenida John F. Kennedy han sido convertidos por dominicanos y haitianos en mercados improvisados donde se venden diversos tipos de mercancías.
Juan Pablo Reynoso es un minusválido que lleva nueve años ganándose la vida vendiendo artículos y dice que por su condición se vio obligado a recurrir a ese trabajo, porque no le dan empleo.
Habla con rabia e indignación, porque al momento de ser entrevistado acababa de ser notificado por el Ayuntamiento de que se fuera del lugar o en unas horas serían desalojados.
Alega que no obstaculiza el tránsito de las personas que utilizan la infraestructura para cruzar la avenida Kennedy en dirección a la Winston Churchill.
Como Reynoso está Andrés Féliz Segura, que tiene un brazo más pequeño que otro y tampoco ha tenido éxito cuando requiere de un empleo.
Dijo que los agentes de la Policía Municipal los atropellan empujándolos y los amenazan con darles bofetadas si reclaman el derecho a trabajar.
Ambos están de acuerdo en pagar algún impuesto por el uso del puente peatonal, como se hacía antes, que pagaban RD$800.
Según afirman, se colocan allí para garantizar sus ventas, debido a la gran cantidad de personas que transitan por el lugar durante todo el día.
“Quieren una ciudad limpia, pero no les importa que la gente pase hambre”, dijo Andrés Féliz Segura, padre de cuatro niños, al momento de ser abordado por los periodistas.
Explicó que durante la campaña no fueron molestados, pero que ahora van los policías a amenazarlos con desalojarlos y llevarles las mercancías si no se van del lugar, “pero la necesidad tiene cara de hereje y nos quedamos aquí, yo veo en las películas que hasta en Nueva York hay gente que vende en las calles”, dijo.
Lo que se vende. Los buhoneros ocupan parte del puente, y en algunos casos, como en el Kilómetro 9 de la Duarte y en el de la Churchill, también parte de las escaleras, pero dejando siempre un espacio para el tránsito de los usuarios.
En el suelo colocan productos tan diversos como mangos, piñas, ropas, zapatos, candados, perfumes, cremas para el cuerpo y la cara, discos, cepillos dentales, radios, panties y otros artículos.
Para muchos transeúntes que van o vienen de sus trabajos y centros de estudios, los buhoneros son importantes porque pueden comprarle ahí algunos productos o artículos que necesitan sin tener que salir de la ruta a sus hogares.
Desde la John F. Kennedy, próximo a la avenida V Centenario, y hasta el 9½ de la Autopista Duarte hay nueve puentes peatonales, pero donde los buhoneros están colocados es principalmente en el de la terminal del kilómetro nueve y el de la intersección John Kennedy- Winston Churchill.
Al lado del peatonal del kilómetro nueve fueron construidos kioscos para los buhoneros, pero no todos tuvieron la suerte de conseguir un local y decidieron continuar en la cima del puente.
Allí están expuestos a toda tempestad, cuando llueve se mojan y si hace mucho sol se cubren con cartones y sombrillas.
4 Junio 2012, 9:46 PM
Cabildo desaloja a vendedores de puentes peatonales
El Ayuntamiento del Distrito Nacional cumplió ayer con su
advertencia de desalojar a los vendedores ambulantes que ocupaban los
puentes peatonales de la avenida John F. Kennedy y Autopista Duarte,
principalmente en el kilómetro 9 y la Winston Churchill.
Desde las primeras horas del ayer esos dos puentes estaban desiertos de vendedores, que por años ocupaban parte de los espacios de uso para los transeúntes que ahora caminan con más holgura y hasta seguridad.
En el peatonal del kilómetro 9, donde había mayor concentración de vendedores haitianos y dominicanos no había ni un buhonero hasta las 11:00 a.m., pero minutos después dos haitianas cargaban algunas mercancías con fines de colocarlas en el mismo lugar de donde fueron desalojados algunos compatriota horas antes.
Por el lugar no fue visto ningún policía municipal ni de la autoridad nacional que se encargara de evitar que los vendedores volvieran al lugar. En tres de los ocho peatonales de la Kennedy se vendían diversos tipos de mercancías.
El relacionista del cabildo, José Miguel Carrión, informó la pasada semana que este lunes iniciarían el desalojo de decenas de haitianos y dominicanos y recuperarían esos espacios públicos y así fue; desalojaron a todo el que vendiera algo en los puentes.
Algunos de los vendedores dijeron a este diario antes de ser desalojados que se han visto obligados a recurrir a ese trabajo porque no los emplean debido a que muchos son minusválidos o son personas entradas en edad.
5 Junio 2012
REPORTAJE
Caos, desorden y pillaje
imperan Duarte con París
Promesas del cabildo del DN: En más de una ocasión las autoridades municipales han prometido enfrentar el problema, pero sigue igual
Escrito por: RADHAMÉS GONZÁLEZ
El caos y el desorden con que operan cientos de pequeños y medianos comerciantes en la intersección de las avenidas Duarte y París, han hecho desaparecer prácticamente lo que fue la Plaza del Buhonero, construida en el cuatrienio 1990-1994, durante la sindicatura de Rafael Corporán de los Santos.
La desorganización y el apretujamiento con que operan los pequeños y medianos comerciantes del lugar es tal, que los vehículos públicos y privados que circulan por el lugar apenas hallan espacio para desplazarse.
En medio de todo este cuadro, la basura apesta y las moscas y cucarachas abundan.
Los dos carriles de circulación de la París en dirección Oeste-Este se ven reducidos a menos de uno, porque el número de negocios que operan en la vía es tal que los vendedores ocupan parte de dicha vía reservada al tránsito vehícular y de paso invaden toda la acera.
El espacio del peatón ha sido ocupado por mesas en las que se exhiben diversos productos, que van desde ropa de vestir usada o nueva, calzados en sus diversas variedades, productos alimenticios procesados y agropecuarios, chicharrón de cerdo y otros alimentos que son vendidos al descubierto, sin ningún tipo de protección, exponiendo a los consumidores a ingerir insectos atraídos por las grasas.
Algunos comerciantes no ven con simpatía a periodistas, fotógrafos y camarógrafos interesados en exponer de alguna forma la situación que se vive en el lugar por temor a que clientes asiduos se alejen y ya no vuelvan al lugar.
Según confidencias de algunos comerciantes y transeúntes que acuden asiduamente al lugar, en la París con Duarte abundan delincuentes que no venden nada, pero que están al acecho para entrar en acción.
Según las confidencias, el robo de carteras a hombres y mujeres, y de objetos de valor como teléfonos celulares están a la orden del día. Entre tanta gente que acude al lugar, simplemente en tránsito o para comprar algún artículo, a la Policía que con sus deficiencias patrulla y vigila el lugar se le hace difícil prevenir o caerle encima a los delincuentes que están al tanto de todo.
Pequeños comerciantes del lugar ven con preocupación la situación y consideran que es necesario que las autoridades municipales rediseñen algún proyecto que permita reubicar a los buhoneros que ya superan varias veces el número que fue alojado hace 18 años.
Deploran que los dirigentes de la Asociación de Buhoneros, que agrupa a los de la Duarte con París, no piensen en como reorganizarse.
Mucho trabajo
Cuando las autoridades del Gobierno central o del Ayuntamiento del Distrito Nacional se decidan a corregir los desórdenes que acusan la mayoría de los lugares donde operan buhoneros, tendrán mucho trabajo y requerirá de cuantiosas sumas de dinero para enfrentar la situación. Muchos dudan que el cabildo de la Capital por sí solo pueda enfrentarlo. Ojalá que los préstamos que se han otorgado a algunos ayuntamientos puedan fluir para el del DN.
Buhoneros ocupan el espacio de los peatones.Desde las primeras horas del ayer esos dos puentes estaban desiertos de vendedores, que por años ocupaban parte de los espacios de uso para los transeúntes que ahora caminan con más holgura y hasta seguridad.
En el peatonal del kilómetro 9, donde había mayor concentración de vendedores haitianos y dominicanos no había ni un buhonero hasta las 11:00 a.m., pero minutos después dos haitianas cargaban algunas mercancías con fines de colocarlas en el mismo lugar de donde fueron desalojados algunos compatriota horas antes.
Por el lugar no fue visto ningún policía municipal ni de la autoridad nacional que se encargara de evitar que los vendedores volvieran al lugar. En tres de los ocho peatonales de la Kennedy se vendían diversos tipos de mercancías.
El relacionista del cabildo, José Miguel Carrión, informó la pasada semana que este lunes iniciarían el desalojo de decenas de haitianos y dominicanos y recuperarían esos espacios públicos y así fue; desalojaron a todo el que vendiera algo en los puentes.
Algunos de los vendedores dijeron a este diario antes de ser desalojados que se han visto obligados a recurrir a ese trabajo porque no los emplean debido a que muchos son minusválidos o son personas entradas en edad.
5 Junio 2012
REPORTAJE
Caos, desorden y pillaje
imperan Duarte con París
Promesas del cabildo del DN: En más de una ocasión las autoridades municipales han prometido enfrentar el problema, pero sigue igual
Escrito por: RADHAMÉS GONZÁLEZ
El caos y el desorden con que operan cientos de pequeños y medianos comerciantes en la intersección de las avenidas Duarte y París, han hecho desaparecer prácticamente lo que fue la Plaza del Buhonero, construida en el cuatrienio 1990-1994, durante la sindicatura de Rafael Corporán de los Santos.
La desorganización y el apretujamiento con que operan los pequeños y medianos comerciantes del lugar es tal, que los vehículos públicos y privados que circulan por el lugar apenas hallan espacio para desplazarse.
En medio de todo este cuadro, la basura apesta y las moscas y cucarachas abundan.
Los dos carriles de circulación de la París en dirección Oeste-Este se ven reducidos a menos de uno, porque el número de negocios que operan en la vía es tal que los vendedores ocupan parte de dicha vía reservada al tránsito vehícular y de paso invaden toda la acera.
El espacio del peatón ha sido ocupado por mesas en las que se exhiben diversos productos, que van desde ropa de vestir usada o nueva, calzados en sus diversas variedades, productos alimenticios procesados y agropecuarios, chicharrón de cerdo y otros alimentos que son vendidos al descubierto, sin ningún tipo de protección, exponiendo a los consumidores a ingerir insectos atraídos por las grasas.
Algunos comerciantes no ven con simpatía a periodistas, fotógrafos y camarógrafos interesados en exponer de alguna forma la situación que se vive en el lugar por temor a que clientes asiduos se alejen y ya no vuelvan al lugar.
Según confidencias de algunos comerciantes y transeúntes que acuden asiduamente al lugar, en la París con Duarte abundan delincuentes que no venden nada, pero que están al acecho para entrar en acción.
Según las confidencias, el robo de carteras a hombres y mujeres, y de objetos de valor como teléfonos celulares están a la orden del día. Entre tanta gente que acude al lugar, simplemente en tránsito o para comprar algún artículo, a la Policía que con sus deficiencias patrulla y vigila el lugar se le hace difícil prevenir o caerle encima a los delincuentes que están al tanto de todo.
Pequeños comerciantes del lugar ven con preocupación la situación y consideran que es necesario que las autoridades municipales rediseñen algún proyecto que permita reubicar a los buhoneros que ya superan varias veces el número que fue alojado hace 18 años.
Deploran que los dirigentes de la Asociación de Buhoneros, que agrupa a los de la Duarte con París, no piensen en como reorganizarse.
Mucho trabajo
Cuando las autoridades del Gobierno central o del Ayuntamiento del Distrito Nacional se decidan a corregir los desórdenes que acusan la mayoría de los lugares donde operan buhoneros, tendrán mucho trabajo y requerirá de cuantiosas sumas de dinero para enfrentar la situación. Muchos dudan que el cabildo de la Capital por sí solo pueda enfrentarlo. Ojalá que los préstamos que se han otorgado a algunos ayuntamientos puedan fluir para el del DN.
Vendedores informales arrabalizan avenida Duarte con París Santo Domingo.- En nombre de la pobreza las aceras de la avenida Duarte con Paris, han sido tomadas por vendedores informales, obligando con esto a los que transitan por esos lugares a tirarse a las calles, con la posibilidad de ser embestidos por choferes inescrupulosos que se buscan la vida violando las reglas del transporte establecidas por el Estado Dominicano. Vendedores de ropas usadas, plataneros, chineros, aguacateros y fritureros, son partes de los que se buscan la vida en esta arteria comercial de singular atracción para los sectores bajos de la población capitaleña. La avenida Duarte con Paris, pese a que es uno de los centros en materia comercial más importante del país, las autoridades del Ayuntamiento Municipal, encabezadas por su titular Roberto Salcedo se han olvidado de reubicar a estos vendedores, al mismo tiempo que permiten que el espacio habilitado para el peatón haya sido tomado por la fuerza, por haitianos ilegales y dominicanos que han llegado en éxodos del campo sin que el gobierno elabore una política acorde con su situación que busque frenar esta indelicada y fea actuación. Todo lo cual viene a crear un problema mayor a la Alcaldía del Distrito, debido a que esto genera cantidades de toneladas de basura y desperdicios que no son recogidos por los dueños de esos negocios ni tampoco por las autoridades competentes. Lo que podría en poco tiempo, crear un problema sanitario de marca mayor, con el posible surgimiento de brotes de cólera, salmonella, amebiasis, yardia y otras enfermedades que si no se combaten pueden causar la muerte. Aunque de acuerdo con varios entrevistados que rehusaron dar su nombre por razones de seguridad, dijeron que este lugar en la forma de descuido en la que se está, se ha convertido en un mercado peor que el de Villa Consuelo y la avenida Duarte, en la parte norte del Distrito. "Si el alcalde no resuelve esto vamos a tener que caminar por las calles", dijo un obrero que acababa de llegar de sus labores. Asimismo, un comerciante de este mismo alrededor expresó que en ese mismo lugar varios haitianos están haciendo sus necesidades fisiológicas y muchas veces hasta relación sexual, en los propios ojos de quienes circulan por esos predios. Indica que la hora en la que se realiza esta actividad sexual es después de las diez de la noche, no obstante los policías municipales estar merodeando la zona. También se afirma que las autoridades que tienen que ver con la limpieza y la salud por razones electorales, se hacen de la vista gorda, y todo por unos cuántos votos que al final más vale la sal que el chivo, señaló una mujer de unos treinta años cuando intentaba cruzar con su niña, en medio de los aguacateros y vendedores de mango que impedían el paso al intentar realizar sus ventas a un joven que circulaba hacia la parada de Boca Chica.. Los moradores de estos lugares, también exigieron que Roberto Salcedo y el gobierno saquen a estos vendedores de este lugar y los lleve a una plaza donde ellos puedan realizar sus negocios con la higiene que requiere la Ley y el ser humano. |
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Diario Libre |
En la Duarte con París el caos se impone al ADN
El cabildo volverá a reubicar los buhoneros de esa intersección
Por Tania Molina
SANTO DOMINGO. Pese a los resonados planes de organizar el punto comercial de la avenida Duarte con París, todavía el tránsito por la popular intersección continúa siendo una aventura maratónica en la que hay que surcar tarantines con todo tipo de productos, motoconchos, carros y guaguas del transporte público y privado, y con la basura.
El desorden parece haberles ganado la batalla a las autoridades municipales que, como en otras ocasiones, buscan solucionarlo a través de la reubicación de los vendedores.
Los planes, según Camilo Tapia, encargado de Defensoría y Uso del Espacio Público del Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN), están a la espera de la adquisición de un solar a un lado de la calle París, donde podrán ser colocados los buhoneros. Y son una respuesta al fracaso de mantenerlos en orden y provisionalmente en las aceras de la vía, como se ha intentado, según dice.
La artería luce congestionada. Los carriles derechos de la París, hacía ambas direcciones, Este y Oeste, son plazas abiertas donde lo mismo se exhibe un pantalón jeans a la última moda, que un pedazo de cerdo asado o el ungüento "perfecto" para la buena suerte.
Los motoconchistas se lanzan a la vía como si en efecto tuvieran la intención de no permitirles el paso a los demás, y en ello, luchan mano a mano con los carros y guaguas públicas. La situación se extiende invariable hacía las calles José Martí, Josefa Brea y Jacinto de la Concha.
Tanto Alexis Peña como Laura Rodríguez, dos transeúntes que frecuentan estas vías, se quejan de que el lugar es un caos, lleno de basura y mal olor, pero los dos se expresan sin esperanzas de que la situación pueda cambiar.
"Es que esto tiene mucho tiempo así y no hacen nada, y además, esa gente (los buhoneros) se ganan la vida así y tienen que hacer algo", comenta Rodríguez.
El conductor de carro público, Luis Moreno Bautista, entiende que el problema no es de los vendedores, si no de los "motoristas y guagüeros" que obstruyen la vía.
"Yo creo que cada quien tiene que cooperar y entender que la calle no es sólo de uno si no de todos", comenta el chofer, quien además confiesa que en ocasiones engaña a sus colegas del volante sonando un pito (igual a los que usan los agentes de la Autoridad Metropolitana de Transporte), para que el tránsito pueda fluir un poco.
La reubicación
Alonso Rambalde, presidente de la Asociación de Buhoneros de la Duarte, se mostró confiando en que el proyecto de reubicación de los buhoneros permitirá organizar de manera definitiva la avenida Duarte. Según dijo, ya se está terminando el censo de la cantidad de personas que venden en esa arteria para ser trasladados. Hasta el momento hay 173 vendedores censados y quedan otros 78 por depurar, según dijo. "Esto ya será definitivo, porque esos vendedores que quedan están ansiosos, esperando el momento para irse.
Rambalde es uno de los más de 700 vendedores reubicados como parte de los trabajos del Paseo Comercial Duarte, algunos de los cuales recibieron modernos módulos en las aceras de la vía, y otros, como él, fueron trasladados a la Plaza de los Buhoneros, en la José Martí. Dicha plaza todavía mantiene desocupados varios de sus locales de los pisos superiores, ya que los comerciantes a los que se les asignaron, no los quisieron.
Del total de censados, se incluyen 103 buhoneros apostados entre el Huacalito, en la 27 de Febrero, hasta la calle Jacinto de la Concha, y de la José Martí a la Doctor Betances. Además hay otros 70 entre la París y la 27 de Febrero, según detalló Rambalde.
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