martes, 17 de febrero de 2015

Canadá, Francia y los Estados Unidos de América, han logrado organizar a un significativo grupo de traidores


¡A toda vela!




  Por: Euclides Gutiérrez Félix*

El título de esta columna es una frase marítima que se usa cuando una goleta con sus velas desplegadas marcha a gran velocidad por las aguas del mar; y el autor la usa para señalar y denunciar con la rapidez que avanza la conspiración contra la nación dominicana proclamada como República, por el esfuerzo y sacrificio de sus mejores hijos a partir del 27 de febrero de 1844, como un Estado independiente y a partir de ese momento dueño de su destino, que no obstante los obstáculos que ha encontrado en más de cien años de independencia mantiene con la firmeza y la valentía que le caracteriza los matices de su personalidad, cualidades reconocidas no solamente en América, sino en otras latitudes del mundo. ¡A toda vela!, marcha esa conspiración que tiene como objetivo unificar la isla de Santo Domingo, entre el pueblo dominicano y el conglomerado humano que se conoce con el nombre de Haití, que no existe como organización institucionalizada en forma republicana.

Canadá, Francia y los Estados Unidos de América, sostenedores en todos sus aspectos de esa conspiración, han logrado organizar en nuestro país, particularmente en los medios de comunicación escritos, radiales y televisivos, a un significativo grupo de “comunicadores sociales”, como son llamados ahora los que se dedican a las actividades del periodismo. Como una caballería desbocada, integrada por difamadores, calumniadores, veletas sin rumbo, embaucadores, engreídos y arrogantes, han decidido hacer de conocimiento público supuestas intenciones homicidas, porque los que sienten realmente amor y respeto por nuestra patria, los emplazan calificándolos de enemigos y traidores. Hace más de veinticinco años que el autor de esta columna comenzó a denunciar en el programa La Revista 110, que produce Julio Hazim, la cual se transmitía por Radiotelevisión Dominicana, el inicio de la ejecución de esta conspiración, la cual llegamos a denunciar en conversaciones personales con el extinto doctor Joaquín Balaguer.

Ahora, a la conspiración se ha incorporado un llamado proyecto o “Ley de los Partidos Políticos”, que en el seno del Comité Político del PLD, que es nuestro partido, nos negamos aceptar y apoyar, advirtiendo en aquel momento que ese proyecto de ley era un invento de los enemigos de la nación dominicana y que no levantaríamos la mano para dar aprobación al mismo. Ignoro las razones por las cuales un compañero nuestro que pertenece a ese organismo de dirección fue a los medios de comunicación a afirmar que el llamado “Proyecto de Ley de los Partidos Políticos”, había sido aprobado a unanimidad y que el PLD estaba de acuerdo con que se aprobara y se pusiera en vigencia. Ahora, alguien de importancia en la militancia política del país ha calificado a ese proyecto, como un “gran relajo” y califica a quienes lo ha preparado como relajadores y gente que le mienten al país

Muy pocas veces hemos coincidido con el licenciado Hatuey De Camps en el orden político, aun cuando militábamos en el PRD, allá por los años de 1970, cuando Juan Bosch regresó al país de su autoexilio en Europa. Hatuey tiene toda la razón cuando dice que es un “gran relajo”, y que ha sido concebido por gente que le miente al país y ahora queremos agregar no solamente por gente que les miente al país, sino que son instrumento a sueldo de las naciones poderosas que “a toda vela” impulsan la conspiración que tiene como único objetivo hacer desaparecer la nación dominicana.


febrero 10 2015

* Es un político nacido el 21 de mayo del 1936 en la ciudad de Santo Domingo. Se graduó como Doctor en Derecho en la Universidad de Santo Domingo en el año de 1960. Ha ejercido los cargos de Senador de la República en 1961 y Ministro de Interior y Policía en 1965, habiendo sido ya corresponsal de el periódico La Nación en Monte Cristi (1952-1954) y redactor de ese mismo periódico en Santo Domingo (1956-1957); también ha ejercido como columnista en los periódicos El Sol y El Nacional.

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