lunes, 2 de febrero de 2015

La descomposición de la sociedad haitiana ha tocado fondo

-->
El menosprecio de la Información

        
Por Manuel Núñez Asencio

¿ Qué es un Estado fallido? Los grandes medios de prensa y las revistas internacionales han divulgado el diagnóstico realizado por la prestigiosa revista Foreing Policy, que, califica a Haití como un Estado fallido. Este enfoque se halla sustentado en el hecho de que los tres componentes básicos de ese Estado  el territorio, el Gobierno y la población han entrado en un deplorable período de decadencia. Los autores del informe escoltan con datos irrebatibles esa afirmación, e incluso suelen enriquecerla que nuevos informes igualmente sombríos.
Los doce indicadores seleccionados por Foreing Policy se comprueban  sobradamente en el territorio haitiano:

1.   Una presión demográfico insostenible;
2.   Desplazamiento masivo de refugiados y desplazados;
3.   Ciclo de violencias en varias comunidades;
4.   Emigración crónica y sostenida de las poblaciones;
5.   Decrecimiento económico
6.   Desigualdades económicas extremas entre las poblaciones del país;
7.   Criminalización y deslegitimación del Estado;
8.   Deterioro de todos los servicios públicos;
9.   Violaciones generalizadas de los derechoso humanos;
10.        Desestructuración de los aparatos del Estado;
11.        Fragmentación de las clases dirigentes del país;
12.         Intervención en su soberanía de otras potencias;
La pregunta que cabe hacerse es, ¿para qué sirve toda esa información?. En lugar de fundamentar sus actuaciones, la política exterior y el comportamiento que debemos seguir con el Estado vecino en la información de que disponen todas las agencias internacionales, las cancillerías más influyentes del mundo y los grandes organismos de seguridad, actuamos pisoteando nuestros intereses, dándole la espalda al país . El menosprecio que manifiestan el Gobierno
dominicano, los dirigentes empresariales y los medios de la prensa contribuye a echar al ruedo ideas contrarias a la realidad desoladora que todo el mundo puede observar en la nación vecina. La gran desgracia nuestra ha sido no haber afrontado la liquidación del medio ambiente, ni la expansión demográfica de las poblaciones del Estado vecino y las fatales consecuencias de su colapso social.
Tres factores fundamentales enfrentan nuestra soberanía
·      La destrucción del medio ambiente
Haití consume cada año seis millones de metros cúbico de madera para resolver su falta de viviendas y, sobre todo, para fabricar el  carbón   de sus necesidades alimentarias. Hasta ahora
ni las políticas emprendidas por la Comunidad Internacional, ni las llevadas a cabo por las ONG  y  por las autoridades haitianas se han propuestom seriamente,  contrarrestar una catástrofe medioambiental,  que, según los cálculos de la FAO, devora  el 4% anual  de la escasísima superficie boscosa que aún le queda a ese país.  En el 2003 “ la superficie boscosa se estima en 1,8% del territorio haitiano, es decir, 49.608  hectáreas “ ( Haiti, germes d´espoir, Roma, Cumbre de la FAO, 2008, pág. 24) . La erosión, las sequías devastadoras ,  han disminuido brutalmente los recursos hídricos.  La muerte de territorio lleva a una extinción de la agricultura y a una colosal mudanza de pueblos haitianos hacia la República Dominicana, donde reproducen,  fatalmente,  la depredación que ha liquidado su territorio.
·      La amenaza demográfica
La incapacidad de ese territorio devastado para sustentar y contener a más de diez millones de haitianos, que,  empujados  a la inseguridad alimentaria,  se transforman ferozmente en una  amenaza a la paz y a la tranquilidad de los dominicanos, que compartimos con esa nación una frontera intra insular.  Para que podamos calibrar las
magnitudes de los desafíos que tenemos que afrontar, examinemos comparativamente las proporciones demográficas de esta población con el resto del continente. La densidad de población haitiana de 340h/km2 supera  de manera abrumadora  la de toda América de Sur, calculada globalmente en  24h/km2;  la de América Central estimada en  89h/km2;   la de Estados Unidos contabilizada en  34h/km2; la México  que alcanza  60h/km2;  y la de Canadá, que se estima en  4h/km2,. Digamos  de paso,  que esta nación casi duplica a su vecina, la República Dominicana.  Se trata de la población que padece los mayores niveles de desempleo del hemisferio (70%);  78% de la población vive con menos de 2 dólares, mayoritariamente analfabeta; sólo el 10% tiene conexión  al servicio eléctrico, y menos de la mitad tiene acceso al agua potable. En toda esa población se observa una prevalencia de la malaria, la tuberculosis, la hepatitis, el SIDA, cólera y para conjurar esa catastrófica circunstancia cuenta apenas  con 1.392 médicos (  Rapport de la carte sanitaire, Puerto Principe, MSSP, 2011). Con semejantes características resulta casi imposible que esa población pueda transfomarse en un factor de riqueza.
·      Un gobierno desestructurado
El Gobierno  no puede  llevar a cabo las misiones del Estado; no tiene capacidad para proveer a la población de los servicios básicos de salud, educación, seguridad, infraestructuras.  Carece de estructuras ( policía, Ejército) para constituirse en un polo de autoridad. Sin legitimidad para ejercer plenamente la soberanía, el presidente fue electo por una minoría que poseía papeles de identidad.  Carece de recursos  para  solventar los gastos del Estado; vive de la ayuda internacional; no tiene instituciones en qué apoyarse.
.1. El ataque al  turismo  dominicano
1.   .  El  9 de  mayo del 2014,  el Ministerio de Turismo de  República Dominicana firmó un memorándum de desarrollo común del turismo en  ambas naciones. Inmediatamente,  comenzó a promoverse a la República Dominicana conjuntamente con Haití en las ofertas turísticas.  Poco después se vislumbra una alianza entre grupos haitianos y el Grupo Punta Cana. La Bolsa Turística inicia los  viajes de crucero entre Puerto Plata y Cabo Haitiano, compartiendo las excursiones. Ni las autoridades dominicanas ni los grupos empresariales ni la Prensa escudriñaron los riesgos que traían consigo esa decisión
a)   Al  hacer figurar a los dos países como un destino conjunto, estaremos a merced de los remezones de la vida haitiana. Cuando suenen dos tiros en Leogane,  no habrá un turista en  Punta Cana. La imagen turística del país será rehén de las pobladas y trifulcas  y de la inestabilidad que pueda perturbar la vida política haitiana.
b)   ¿ Qué sentido tiene que llevemos nuestras expediciones de turistas  a un territorio, donde escasea el agua potable;
abundan las enfermedades;  y pululan bandas de forajidos, una circunstancias muy semejante a la piratería que se ha enseñoreado en Somalia?
c)   Ante el primer acontecimiento de esa política suicida, la reacción ha sido desconcertante y  de alarma social. Un periódico de Montreal ( Canadá) dio a la estampa la noticia de que había brotes  de “ Malaria en Punta Cana” ( Journal de Montreal, 1/2/15). El Presidente del Grupo, don Frank Rainieri, tronó  en contra de la publicación canadiense y amenazó  con demandas judiciales. Esas declaraciones  altisonantes fueron redobladas por las declaraciones de  los miembros de ASONAHORES y por el comunicado  del Ministerio de Salud Pública .
d)   ¿Qué ocurrió? ¿ Se trata, como se ha especulado de una conspiración contra el turismo dominicano? ¿ Es, en verdad, un golpe bajo de los competidores y adversarios turísticos de nuestro país? Son muchas las  conjeturas que se han fraguado para explicar esta publicación.         En el mes de diciembre, dos turistas canadienses llegaron a la provincia de Quebec, infectados de malaria después haber pasado sus vacaciones en Punta Cana. La experticia fue realizada por el Instituto Nacional de Salud Publica de Quebec (INSPQ) y por el  director del Hospital de la Universidad de Montreal.,  Jean Vincellette, dos instituciones  prestigiosas.
e)    Conjuntamente con la población haitiana, hemos implantado en esos enclaves sus enfermedades endémicas: la filaria, la hepatitis, la tuberculosis,  la malaria, el SIDA, el cólera, el dengue. .  La cepa haitiana de la  malaria corresponde a la plasmodium falciparum , la más letal de todas las variedades, y una altísima proporción de la población haitiana ; es endémica en un 18% . Fue ésa la que  contagió a los canadienses que vacacionaban en Punta Cana. Si las estadísticas sanitarias  no se equivocan,  se halla presente en Verón, en Bávaro, en Punta Cana y en todos los asentamientos de haitianos. Queda rotundamente demostrado que esta importación de enfermedades del país más insalubre del continente, es la mayor amenaza al turismo de la República Dominicana.
La depredación
a)   Las poblaciones haitianas implantadas en los parques nacionales a desforestan y desmontan  la Sierra del Bahoruco, las montañas de Neiba, las  alturas de Puerto Escondido,  llevan a término  una brutal carbonización
del bosque dominicano. En sólo un año, se han capturado en las provincias fronterizas más de veinte mil sacos de carbón; han sido asesinados muchos guardias forestales, y el contrabando no disminuye.
b)             La descomposición de la sociedad haitiana ha tocado fondo. En todas las provincias fronterizas nos hallamos ante el espectáculo del pillaje de los cultivos y las cosechas;  el robo de ganado y de aves de corral;  el secuestro de personas;   el asalto de las patanas y  contenedores  y, en el peor de los casos,  el asesinatos  de los choferes. Son las formas de supervivencia de poblaciones que han perdido toda esperanza, ¿ quién puede asegurar que los turistas llevados por las expediciones de cruceros destinados a nuestro país, no sean  desvalijados y sometidos a los peores atropellos? ¿ Quién puede garantizar las vidas de los camioneros que llevan grandes cantidades de mercaderías y bienes a ese país? Nadie. Cerrar los ojos ante los peligros que nos plantean  la depredación y el pillaje, es desconectarse de la realidad. Abandonar el compromiso con el país y renunciar a la obligación y   la responsabilidad de defenderlo Me pregunto. ¿ Que otras cosas deben ocurrir para que  los dominicanos que aún aman su patria despierten y tomen las riendas de su destino?

          

No hay comentarios: