martes, 6 de enero de 2015

ORLANDO DICE...


Ojo al Cristo con acciones de los haitianos en contra RD
     
Por: Orlando Gil

LOS TIEMPOS.- Los tiempos cambian, y es justo que cambien, aun cuando implique mudanza de ánimo. Hubo una época en que los haitianos eran manos de obra barata, explotada, casi esclava, y el sector liberal protestaba esa perversidad capitalista. Los haitianos entonces eran sumisos, entregados, resignados y ninguno se atrevía a levantar la voz, como si quisieran pasar desapercibidos, a pesar de lo miserable de su existencia. Luego la lucha revolucionaria era una empresa común, y ni siquiera era por sentimiento de solidaridad, sino que las izquierdas de un lado y de otro de la Isla compartían los ideales de una patria grande. Era el mismo sistema, aunque allá más cerrado, y el imperialismo era hegemónico y brutal por partida doble. Nadie hablaba de frontera, pues se renegaba de la experiencia de 1937, pero tampoco nadie reivindicaba nacionalidad ajena. Ese mundo, sin embargo, un día empezó a derrumbarse, y no por sí mismo, sino forzado por circunstancias ingratas. Agentes encubiertos o financiados levantaron banderas que no correspondían, y de esa siembra amarga viene la actual cosecha de odio…

LA SITUACIÓN.- Ya no se trata de la chercha alrededor de la sentencia del Tribunal Constitucional, de la Ley Nacional de Regularización y del Reglamento correspondiente. Tampoco de los operativos dispuestos en todo el territorio nacional, a los fines de un empadronamiento ad hoc. La situación se torna agria, complicada y difícil. Ni siquiera puede atenuarse.
Disturbios en Anse-Au-Pitre
El problema es que los haitianos, aquí y allá, se creen intocables cuando actúan contra los intereses de los dominicanos, sea a nivel de gobierno o de pueblo. No tienen dudas de que las autoridades temen las reprimendas de los organismos internacionales, y que con ese escudo o amparo pueden hacer y deshacer a su antojo. Lo poco agrada, lo mucho enfada. Lo de la semana pasada en Anse --Au-- Pitre no deja dudas. A los haitianos ya no les basta golpear en las costillas, con debilitar al adversario y ganar por puntos. Quieren un nocaut, y que nadie apueste a lo contrario. Lograrán el nocaut. ¿Cómo confiar en un Estado que negocia con turbas, a todas luces dirigidas, y cuyos propósitos, ni siquiera en apariencia, pueden decirse inconfesables?...

LA RÉPLICA.- Los haitianos se creen en derecho de hacer lo que les venga en ganas, y las autoridades dominicanas no dicen amén, pero dejan que los mercaderes se apoderen del templo. El secuestro es un delito universal, y agredir personal de embajada o consulado, igual. Entonces, no hay mucho de qué hablar, y sí demasiado qué actuar. Por ejemplo, el reforzamiento de la seguridad de las dependencias dominicanas en Haití se impone. Como de seguro la Minustah no puede, deben enviarse unidades militares dominicanas, incluso
Oleadas de masivas de haitianos detenidos
entrenadas al efecto. Nada del otro mundo, pues lo hacen otras naciones. Y para no ir muy lejos: Estados Unidos. Cuando las turbas haitianas sepan que los locales dominicanos están bien resguardados, o se repliquen los ataques de acuerdo a las circunstancias, pensarán dos veces cualquier agresión. La semana pasada les quedó bonito el espectáculo, y de seguro que querrán repetirlo. Solo que cuando sea, se les aparezca el diablo prendido en candela y comprueben que el gas pela…

EN SOMALIA.- Los hechos se suceden y nadie advierte el parecido, a pesar de que las experiencias en otras zonas del mundo ocuparon primeras páginas, y como ocurre con todas las historias interesantes, Hollywood hizo una película. El Capitán Phillip, con Tom Hanks en el papel principal, y la dirección de Paul Greengrass. Me refiero al
Piratas Somalíes
asalto y secuestro de barcos por parte de piratas en Somalia y el Cuerno del África. Un serio problema para el transporte de carga en esa región. ¿Acaso no es eso lo que sucede a cada rato con la toma de camiones cargados de mercancía o la semana pasada con un grupo de pescadores? Los casos se resuelven, pero no se dan todos los detalles, y aparentemente funcionan las mediaciones, pero hay elementos para sospechar malicia en estas acciones. De que sea una manera de buscarse un dinero, ya que en Haití también se producen plagios. Y la delincuencia es una forma de vida con amparo oficial, puesto que cuando los presos no se escapan, el gobierno los indulta. Las autoridades debieran, por tanto, poner ojo al Cristo…

Puntos de vista/Listín Diario
6 Enero 2015

No hay comentarios: