sábado, 29 de agosto de 2015

Aspiran hasta a ser presidentes de la República, sin ni siquiera poder articular una frase completa.


¿Por qué los gobiernos les tienen miedo a los choferes?


Por Fabio Herrera Miniño



El presidente Balaguer, en los finales de 1961, desmembró al Partido Dominicano repartiendo sus bienes especialmente entre los choferes, a los cuales se les entregaron vehículos de todas clases, no sabía que estaba engendrando un peligroso monstruo que a los pocos años harían tambalear a los gobiernos con sus huelgas y exigencias, que se traducían en jugosas dádivas que ahora les permite a algunos de sus dirigentes aspirar a jugar para ser presidentes de la República, sin ni siquiera poder articular una frase completa.

Fruto de la complacencia de los políticos con sus devaneos populistas, y no querer controlar a los rebeldes choferes y su continuo accionar de huelgas, agresiones y
Danilo Medina y los empresarios del transporte
exigencias de exoneraciones es que en Higüey los choferes paralizaron la región porque a uno de sus dirigentes se le incautó un vehículo o que los camioneros paralizan sus transportes de carga a Haití por las agresiones y exigen ser protegidos por soldados dominicanos, como si tal cosa fuera tan sencilla de que militares penetraran en territorio extranjero, aun cuando fueran vestidos de civil.

O sea que los choferes, empresarios, políticos y sindicalistas, en su creencia de que son todos poderosos y que los gobiernos les deben sumisión, les presentan las más variadas exigencias que van desde tener escolta militar y policial, exoneraciones de todo tipo, violar todas las leyes de tránsito circulando por la libre y doblegar a los empresarios que no pueden tener flotas de transporte, tanto en el sector turístico, industrial y mucho menos en el agropecuario.

Ya las exigencias, aparte de interrumpir el tránsito por las avenidas capitaleñas, agredir a los llamados piratas, confirma la libertad conque hacen esas cosas. La complacencia de las autoridades que dan las espaldas y miran para el otro lado para permitir sus desmanes, ha llevado a los dirigentes choferiles a creerse que son muy temidos o amados por el pueblo que se refleja cómo sus dirigentes, con la movilización de sus tropas aguerridas y turberas, presionan a la Junta Central Electoral para exigirles el reconocimiento de sus partidos para participar en las próximas elecciones, a cuenta que sus candidaturas son imbatibles y cuentan con la bendición de algunos comunicadores que en sus medios proyectan a los dirigentes choferiles como probos ciudadanos.
1975. Huelga por el precio de la gasolina RD$0.85 Gl.

El rosario de desmanes se remonta desde los finales de las década del 60 del siglo pasado. Una simple ordenanza municipal, de convertir las avenidas Bolívar e Independencia de una vía, generó una violenta huelga que el explosivo Unachosin hizo tambalear al gobierno del doctor Balaguer logrando un paquete de concesiones a los choferes para aplacar las protestas, en una época en que el país se enderezaba del turbulento y reciente pasado de 1965 de gran heroísmo cívico, que las secuelas sangrientas se extendieron al exterminio con suma facilidad de dirigentes de izquierda.

El chorro de los millones de pesos que los gobiernos les han otorgado a los dirigentes choferiles ha servido para imponer el caos en el tránsito público, ya que esas exoneraciones eran supuestamente para sacar de circulación los destartalados carros de concho y las voladoras, cosa que no ha ocurrido y vemos con el desenfado que circulan vehículos en condiciones deplorables que ni seguro tienen y mucho menos las puertas completas, y cuidado si un Amet se atreve a
Y, las autoridades exigen Revista a los privados
pararlo ya que de una vez arman una movilización para interrumpir el tránsito con un entaponamiento fastidioso, exigiendo libertad y respeto para un padre de familia. De ahí vemos cómo una mezcla variopinta de vehículos circula por las calles desde los carros chinos de Marte, con los minibuses azules de Hubieres y con los camiones exonerados de Peralta junto a un destartalado Toyota de 1980 o hasta un bien conservado Austin.

En la práctica, se ha visto a través de los años, a los gobiernos atemorizados por los sindicatos de choferes a quienes no se les somete a cumplir las leyes, en cambio, han preferido darle toda clase de prebendas para mantenerlos tranquilos y hasta no se dudaría que a la JCE podrían presionarla para que aprueben los partidos choferiles y continuar atendiendo a sus demandas en un ambiente político que se perfila hacia un panorama con un partido único.

Bloquean la vías por un quitáme esta paja

La alianza con Danilo Medina es cuestión de burda conveniencia...

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Zapatero prodigioso


Por: RAFAEL PERALTA ROMERO

José Luis Rodríguez Zapatero, ex presidente de España, visitó República Dominicana a principio de esta semana. Por las cosas –sí, cosas- que dijo pudo resultar más provechoso que no hubiese venido. Vino a hablar de política criolla y demostró que en eso anda muy ajeno a la realidad. De ahí que incurriera en notables dislates.

El Partido Socialista Obrero Español es miembro de la Internacional Socialista, organización de la que ha formado parte también el otrora poderoso Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el cual se ganó una posición estelar en la lucha por la democracia dominicana y en la solidaridad con otros pueblos oprimidos.

El último líder del PRD, José Francisco Peña Gómez, de incuestionable honradez y de inquebrantable vocación democrática, habló en todos los foros mundiales en representación de la Internacional Socialista.

Rodríguez Zapatero, dirigente del PSOE, lo conoció de cerca, ¿lo oyó alguna vez hablar del tipo de negocios que se hace ahora en el PRD?.

Ha causado pesar que el dirigente español viniera a asegurar que el PRD seguirá siendo una organización fuerte y clave en el desarrollo de la democracia. En tiempo pasado eso estuviera muy bien. ¿No sabe Zapatero que el una vez glorioso PRD ha desaparecido? ¿De verdad cree Zapatero que la alianza con el gobierno es por el bien del país?

En algo estamos de acuerdo con el visitante: no se entiende la historia
Rodríguez Zapatero y Danilo Medina
de la República Dominicana sin la historia del PRD. Fueron setenta años de lucha por la democracia y las libertades públicas, ¿quién puede borrarlos? Pero ese partido no es ni sombra de lo que fue, sobre todo porque sus dirigentes perdieron la dignidad.

Lo que no pudieron el tirano Rafael Trujillo ni el déspota ilustrado Joaquín Balaguer, lo ha podido un negociante disfrazado de político a quien Zapatero ha venido a aupar, hablando de acuerdo programático y de que prime el interés general. Quien no vea el uso nefasto que se le está dando al que fuera el más grande partido dominicano, ha de ser estúpido o sinvergüenza.

Para afrenta del PSOE, su líder reiteró la vigencia de los viejos vínculos entre éste y el PRD: “Tienen un afán compartido, una visión de la vida y de la propiedad en la que prima el interés general”. No hay interés común, pues la alianza con el Presidente Medina es cuestión de burda conveniencia. Como lo fue el matrimonio de la zapatera prodigiosa.

En la obra de Federico García Lorca, la actitud hacia su marido de la joven zapatera, casada por conveniencia, no era amorosa. Para que el PRD vuelva a “ser fuerte y clave en el desarrollo de la democracia”, como dijo el político ibérico, una fuerza superior tendrá que obrar maravillas. Quizá estemos en presencia de un Zapatero  prodigioso.


agosto 29, 2015










“La zapatera prodigiosa”

De: Federico García Lorca


La obra trata de un matrimonio sin amor, la relacion entre la zapatera y el zapatero estaba marcada por unas circunstancias sociales que les obligaron a casarse sin amor. Al final la relación entre ambos pasa de ser forzada a ser una relación libremente aceptada por los dos protagonistas. Al descubrirse mutuamente y quitarse sus “disfraces” comienza para ellos una vida nueva. La trama de la farsa termina igual que empieza con un cantar de coplas y un repicar de campanas.

La zapatera prodigiosa trata de una mujer joven casada con su marido por conveniencia, por eso su actitud hacia el zapatero no es de ternura. Al principio habla de su marido con despecho y dice no estar enamorada del él, ya que el matrimonio lo decidieron terceras personas. La Zapatera sueña amores imposibles.

En el pueblo, la gente habla mal de esta joven sobre todo las vecinas y por tanto La Zapatera tiene muy mala fama, la cantan coplas con desprecio, ella se siente sola y sólo tiene un gran cariño a El Niño, que abre su actuación en la obra recibiendo el regalo de un muñequito.

El Zapatero es infeliz, se casó con la Zapatera a los cincuenta años y no había tenido ninguna esposa antes, es un hombre bueno y pacifico, trata bien a su mujer aunque se deja llevar por la opinión de los demás y es bastante generoso con todo el mundo.

lunes, 24 de agosto de 2015

Subiremos al monte sagrado donde el águila de la civilización forma su nido, frente a la barbarie y el salvajismo haitiano...


 
“La lucha que sostuvo el pueblo dominicano
contra Haití no fue una guerra vulgar.
El pueblo dominicano defendía
más que su independencia, su idioma;
la honra de su familia, la libertad de su comercio,
mejor suerte para su trabajo, la escuela para sus hijos,
el respeto a la religión de sus antepasados,
la seguridad individual…
Era la lucha solemne de costumbres y de principios
que eran diametralmente opuestos;
de la barbarie contra la civilización”

Eugenio María de Hostos

¿Qué es la República Dominicana?

Por: Manuel Núñez Asencio

         ¿Qué es la República Dominicana?
 Es una pregunta que se han hecho muchos de nuestros intelectuales. 

Para  don  Américo Lugo, maestro de las generaciones  de comienzos del siglo XX, la República Dominicana no era una nación. Podría considerarse, a lo más, como una agrupación humana,  con lengua propia,  costumbres comunes; pero sin conciencia de su destino, sin personalidad para constituir un Estado, y, por lo tanto, entregada al caos propio de su indefinición.

 Durante muchos años, Lugo y con él, muchos dominicanos, quedaron envueltos en un pesimismo  desolador y sin respuesta. La evolución del pensamiento de Lugo se produjo cuando la soberanía nacional desapareció con la ocupación  estadounidense de 1916. Se le revelaron,  entonces, al gran pensador dominicano  las consecuencias de la pérdida   del control del destino nacional;  la desaparición de  la autodeterminación  de los dominicanos.  Al enfrentarse con la desaparición del Estado, Américo Lugo  descubre el carácter heroico del pueblo dominicano. Fue entonces cuando escribió:

“El pueblo dominicano no es un degenerado, porque si bien incapaz de la persistencia en las virtudes, tira fuertemente hacia ellas; porque aunque falto de vigor y vuelo intelectuales, tiene todavía talento y fuerzas para ponerse de pie y dominar el gran espacio de la bóveda celeste, porque aún postrado y miserable, está subiendo, peregrino doliente, el monte sagrado donde el águila de la civilización forma su nido”.
 Podría enumerar las visiones desdeñosas, fraguadas por los intelectuales de estirpe pesimista,  que son muchas,  y llegar a la conclusión lapidaria de Juan Isidro Jiménez Grullón, para, quien la República Dominicana era una ficción. A semejantes  conclusiones llegó un sociólogo francés, Alain Touraine,  invitado por el Gobierno dominicano, y recibido con veneración  supersticiosa, como se recibe a los grandes gurús, y proclamó   que la República Dominicana no existía. Que éramos, en rigor, una ficción.  Una  declaración que  bien pudiera figurar en la colección de estupideces recogidas por  Jean Jacques Barrere y Christian Roché ( Estupidiario de los  filósofos,  Madrid, Cátedra, 1999)  o en las payasadas que  se dicen para llamar la atención.  Pese al desprecio que manifiestan tantas personas dentro y fuera del país en contra de nuestra continuidad histórica. Las vidas de los dominicanos no tendrían sentido, sin esa ficción. El mundo se desplomaría sobre nuestras cabezas, si algún día nos faltara, la República Dominicana.

Creemos que la interpretación del pasado ha de hacerse para crearle los valores a la población en los que se fundamenta su razón de ser como pueblo independiente. El conocimiento de la historia está al servicio  de la vida presente y ha de ser el modelo para mantenernos cohesionados en la vida futura. Si no somos capaces de apreciar la trascendencia del pasado, no tendremos razones para la conservación de los derechos adquiridos. Porque en la medida en que se venera y se conoce y se exalta el proceso que nos ha conducido a la soberanía, se estimula el mantenimiento de todo lo que hemos logrado como nación.
La historiografía ha de explicarle a nuestra población, cuáles naciones han agredido nuestro territorio para dominarlo o para conquistarlo, y cómo han podido los dominicanos vencer a sus opresores.
El pueblo dominicano no registra en sus anales el haber actuado como pueblo opresor, como pueblo conquistador de otra nación, sino el haber defendido noblemente, en todos los momentos calamitosos de su historia, su derecho a la autodeterminación. En consecuencia, sus próceres sólo han empuñado las armas para defender nuestra independencia, no para  arrebatársela  a otra nación. Por todo ello, merecen el reconocimiento y respeto de todos los dominicanos.

La descalificación del  proyecto nacional  que somos los dominicanos

Durante 170 años, los dominicanos hemos mantenido  el proyecto nacional que nos legó el esfuerzo de Juan Pablo Duarte. En  estas circunstancias especialísima  enfrentamos  una de los mayores desafíos a nuestra capacidad de supervivencia;  se ha colocado en la picota la integridad de nuestro ser nacional, la definición de nuestras fronteras, el reconocimiento de la soberanía del pueblo dominicano y la preservación de los símbolos de  nuestra cultura y de nuestras instituciones.

Los esfuerzos para descalificar el proyecto nacional que constituimos los dominicanos tienen dos vertientes:
 
Soldados en la frontera
·      1) La conjura internacional. En la OEA, el Secretario General, Luis Almagro y en la ONU, Ban Ki Moom rompen lanzas para que  le otorguemos nacionalidad dominicana a los hijos de haitianos, y romper definitivamente la unidad demográfica del Estado dominicano. De este modo, quedaría definitivamente anulada nuestra constitución social y política.  No se halla en los cálculos de los dominicanos, ni en los que viven en el país ni en los que se hayan fuera del territorio,  que todas estas operaciones que se llevan a cabo solapadamente, nos divorcien del sentido inicial de nuestra vida cultural y social. Tras  estas  maniobras se halla la cancillería haitiana, sus aliados políticos, que,  al mismo tiempo que nos acusan de las peores calamidades, tratan por todos los medios de traspasarle sus problemas al Estado dominicano.

·      2) La otra vertiente la representa el regente del  Gobierno,  el más influyente de todos los Ministros,  y  al que algunos califican, y acaso no les falta razón, el poder tras el trono, el Ministro de la Presidencia, don Gustavo Montalvo. En los gobiernos como en las monarquías, los validos han desempeñado un papel fundamental en el ejercicio del poder, y en algunos casos, han opacado al gobernante.  El mundo recuerda más a Gaspar  Guzmán y Pimentel, el famoso Conde Duque de Olivares que a Carlos IV; tiene mayores referencias del Conde de Floridablanca, que del propio Carlos III y desde luego, con la mala fama que tuvo Carlos IV, el rey alfeñique,   la figura de Manuel Godoy, el Duque de Alcudia,   personaje de triste recordación  para los dominicanos; impulso el Tratado de Basilea en 1795 y que tantos desbarajustes produjo en la propia España.

Gustavo Adolfo Montalvo Franco
·       
 En Juan Dolio, ante la plana mayor del Gobierno haitiano y ante los testigos internacionales, el Ministro de la Presidencia, don Gustavo Montalvo,  esbozó el sendero que había adoptado el Gobierno dominicano en lo que toca a las relaciones con Haití,  Sus importantes declaraciones  niegan el proyecto nacional que constituyen los dominicanos; se contrapone a los resultados históricos que  nos llevaron a independizarnos de Haití  en 1844. He aquí la doctrina del más influyente de los funcionarios de Gobierno:

1.  “ En todo el mundo hay países que han sabido dejar atrás lo peor de su pasado,  para centrarse en construir el futuro que quieren para sus hijos”
 
( Véase  Gustavo Montalvo 10/7/14 : youtube.com/watch?v=PSsh8LcBZEg )

¿A cuál  pasado se refiere el señor Ministro,  a nuestra independencia nacional, acontecimiento mil veces glorioso? ¿A la guerra dominico haitiana, en la que los dominicanos éramos la nación agredida? 
En otro pasaje, el señor Ministro, muestra su desprecio por la enseñanza de la historia:

Si mantenemos vivas esas disputas corremos el riesgo de sacrificar los intereses de nuestro presente por los agravios narrados en nuestros libros de historia. Y no digo esto como una simple reflexión romántica, lo digo desde el pragmatismo. Porque es muy sencillo demostrar las consecuencias económicas que han supuesto esos prejuicios. La verdad objetiva es que la política de odio sembrada en el pasado ha tenido un costo elevadísimo para esta isla.  
 (Ídem)

La existencia del dominicano consiste en la aceptación de un proyecto o ideal de ser que se realiza en la lealtad a los hombres que fundaron  el Estado dominicano en 1844, y lo mantuvieron  durante la guerra dominico haitiana, durante la guerra de Restauración   y durante las etapas de resistencia a todas las invasiones.

El Estado dominicano no puede explicarse sin la defensa. Los dominicanos han tenido que arrancarle la libertad a un enemigo avieso y hostil.  A un enemigo conjurado como un obstáculo en su destino. La dualidad social y política de  la  isla de Santo Domingo, supone que los dominicanos están llamados a mantener viva, como el fuego del tíbar, la llamarada que forjó su independencia en 1844.  Es un hecho ejemplar en todo el continente. Sólo los dominicanos corremos el riesgo, en vista de nuestra especialísima condición, de volver a un estadio anterior al de nuestra propia independencia. Estamos obligados como Sísifo a sostener la piedra gigantesca que contenga el mar de adversidades y de combinaciones conjuradas que trata de hacernos naufragar. Estamos forzados a mantener inalterable una frontera intrainsular, a expensas de cruentos sacrificios.

Hemos sostenidos, a veces con unos hilitos de sirgo, el sólido armazón de los resultados históricos de 1844. Porque la República Dominicana es un equilibrio. Un equilibrio de las poblaciones, de las culturas, de las economías, de dos sociedades distintas y de propósitos opuestos, enclavadas en un mismo espacio insular, alimentada por la conciencia, que le han fraguado las interpretaciones historiográficas, y por el deseo de mantener la lealtad al sentido inicial de nuestra vida, marcado por el inolvidable Juan Pablo Duarte, quien escribió como uno de sus grandes pensamientos de que entre los  dominicanos y los haitianos no es posible la fusión “.

 En Juan Dolio, don Gustavo, promovió la desconexión con ese   pasado: la independencia queda reducida a vago recuerdo, desplazada por los intereses del comercio. A los ojos del Ministro resulta ideal que los  dominicanos dejen de venerar su bandera, su himno, sus próceres, sus efemérides. Veamos.

Nuestros recuerdos son una parte de nuestra identidad; pero no pueden ser toda nuestra identidad. No tienen por qué condicionar nuestro presente ni nuestro futuro. Nuestro futuro puede ser muy diferente. Puede ser mucho mejor. Y es  nuestra responsabilidad que así sea.

¿Cuál es la intención de don Gustavo?  
¿Qué idealicemos la dominación haitiana?

 La enseñanza de la historiografía  debe ofrecerle al dominicano la información indispensable para comprender el pasado. De tal modo que el ciudadano tenga una actitud responsable y solidaria con el esfuerzo emprendido por las generaciones que les han precedido. Desarrollar el espíritu crítico, la capacidad de reflexionar sobre los acontecimientos, valorando el sentimiento de independencia del dominicano, rechazando la actitud de conquista y cualquier otra forma que pretenda disculpar o disfrazar la dominación extranjera. Evaluar el comportamiento histórico de los próceres de nuestra nación a la luz de las normas jurídicas internacionales que reconocen el derecho de las naciones a su autodeterminación territorial.

La enseñanza de la historia tiene como principalísima función fabricarles  el pasado a los futuros ciudadanos de la nación dominicana. Crearle la conciencia de pertenecer a una historia y de ser parte de la evolución de un pueblo. En otras palabras: sentar los cimientos de la identidad, mostrar el papel representado por el pueblo dominicano en la búsqueda de su bienestar.  En su declaración de Juan Dolio, el Ministro propone que destruyamos las lealtades fundadas en el recuerdo.

Pero la historia es, además, el mecanismo de la formación en los valores del civismo y en la vinculación de los ciudadanos con su territorio y con los ideales que han hecho posible la existencia de un pueblo con personalidad propia. Es la demostración, en resumidas cuentas,  de la presencia de una voluntad colectiva que ha luchado con denuedo por la autodeterminación. Es  todo lo que nos caracteriza: cultura, territorio y derecho a gobierno propio.

El  espíritu de guerra ideológica que desarrolla  el Ministro Montalvo contra  todos los que defienden la independencia del influjo haitiano, lo lleva a comparar la dualidad social y política que  mantiene los dos Estados en la isla de Santo Domingo con la insostenible y nauseabunda circunstancia de la Sudáfrica del apartheid. Es la mayor acusación  que puede hacérsele  a la propia nación  dominicana; no puede haber mayor manifestación de desprecio contra nosotros mismos:

Ya lo dijo Nelson Mandela nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, su origen, su religión, el odio se aprende, y si son capaces de aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar.
 El mejor ejemplo de eso es precisamente Sudáfrica (…) En ambas naciones hay millones de personas que quieren más desarrollo, más educación, más salud, más seguridad, mejores trabajos y más oportunidad. Comienza una nueva era en las relaciones dominico haitianas. Una era de entendimiento y cooperación mutua, que traerá  más bienestar y más progreso a ambas naciones.

En ese enfoque quiénes son los verdugos y quiénes son las víctimas.  En todas las circunstancias historiográficas, los dominicanos hemos sido la nación agredida (1844-1856), 1801, 1805. Sin embargo,  esas odiosas comparaciones,  se hacen para  descalificar moralmente al pueblo dominicano. Evans Paul, primer ministro haitiano, dijo urbi et orbí, que Haití no se disculpará con sus torturadores, es decir, con los dominicanos.

El esfuerzo de independencia emprendido por los dominicanos fue magistralmente descrito por don Eugenio María De Hostos, mentor de Américo Lugo y del prócer Gregorio Luperón:

“La lucha que sostuvo el pueblo dominicano contra Haití no fue una guerra vulgar. El pueblo dominicano defendía más que su independencia, su idioma; la honra de su familia, la libertad de su comercio, mejor suerte para su trabajo, la escuela para sus hijos, el respeto a la religión de sus antepasados, la seguridad individual…Era la lucha solemne de costumbres y de principios que eran diametralmente opuestos; de la barbarie contra la civilización” 
(Véase prólogo de J. Bosch  al  El derrumbe pág. 15-16, frase recogida en los textos de Luperón, SD,1975)

Así describía las cosas, el Maestro Hostos, hace más de un siglo.  Muy lejos del desprecio manifiesto por esa gesta  que trasuntan las palabras del Ministro Montalvo.

         Todo el esfuerzo emprendido para dotarnos de unas fronteras claras  y de una soberanía podría volverse agua de borrajas, si los dominicanos prescinden del mandato que nos han legado los próceres del pasado. El día en que se pierda el equilibrio demográfico,  social y político entre los dos Estados de la isla de Santo Domingo, ya sea porque habremos desdeñado tanto nuestros intereses, que miraremos con indiferencia la desnacionalización del trabajo, de las poblaciones y del territorio; ya porque  le hayamos  traspasados  nuestros derechos nacionales a otra población; o,  porque queden deshechas nuestras fronteras interiores, saltará en  pedazos el esfuerzo de todas las generaciones de dominicanos.

 El día en que traicionen a esos próceres comprometiendo la suerte del Estado y el porvenir de la nación,  el país entrará  en capilla ardiente. Pero será una muerte catatónica. Por poco tiempo. Porque cuando los dominicanos descubran la vida que nos depara una circunstancia semejante, cuando se multipliquen los horrores, los errores y los escollos, cuando entren en ese antro de Trofonio y vean caer todos nuestros progresos, tomarán el hilo de Ariadna y volverán a la Trinitaria, y a una refundación de la primera República, y sería ésta la más grande de todas las batallas.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Reflexiones: "Lo peor que pasa, es que no sabemos lo que nos pasa"


Escritor Manuel Núñez advierte 90% de los Dominicanos desaprueba política oficial frente al tema haitiano

Manuel Núñez Asencio
Acusa a Roberto Rodríguez Marchena de "incitar" a otros haitianos a que se introduzcan a la República Dominicana, promoviendo los logros gubernamentales con el "bienestar" de los indocumentados
·     
-Acusa al gobierno de manipular la realidad y secuestrar la
información real sobre lo que pasa entre Haití y la República
Dominicana
·     
-Resalta que con la constitución de un Lobby internacional , los
haitianos han logrado envenenar todas nuestras relaciones
internacionales de la RD
·     
-Expone que el país no tiene una diplomacia internacional dado que
unos  embajadores designados son "pro-haitiano" y uno de ellos ,
propulsor de la "fusión con Haití".
·     
-Sectores del gobierno y grupo de entreguistas intentan manipular la
realidad nacional frente a Haití
·     
-Acusa al portavoz de la Presidencia de la República de promover como "héroes" a los indocumentados haitianos olvidando a los dominicanos, y hacer con ello un "efecto de llamada", una incitación a otros haitianos para que crucen la frontera.
·     
-Hay comunicadores dominicanos traidores, que merecen la nacionalidad haitiana por los servicios que le han dado a Haití
·     
-Los haitianos pueden ahorrarse sus quejas contra República Dominicana quedándose en su país, porque los dominicanos no tenemos ninguna obligación con Haití.

El lingüista e historiador Manuel Núñez Asencio planteó que diferente a los resultados de la manipulación por parte de sectores del gobierno y grupos entreguistas, el 90 por ciento de los dominicanos desaprueba la política oficial en torno al tema haitiano, tal y como puede verificarse en los sondeos de opinión que realizan medios de comunicación.

Autor del artículo "Lo peor que pasa, es que no sabemos lo que nos pasa" dijo que el gobierno ha secuestrado la información, manipulado los medios de comunicación, habiendo un ocultamiento deliberado, suicida de las informaciones en contra de la suerte del país.

Y todas esas cosas nos llevan a que a asistamos a una especie de cambio histórico sin que nos demos cuenta, " porque quienes están dirigiendo la operación se ocultan tras bastidores, mienten continuamente, están buscando que la realidad sea manipulada por titulares de prensa y han sustituido la acción gubernamental por la comunicación".

"Lo más importante para ellos es la comunicación, porque el papel aguanta todo incluso el silencio. Uno dice una cosa y luego hace otra, y en esta capacidad de mentir, de ocultar la realidad, de enmascararla, de manipular a la población, no han tenido el éxito que ellos han querido".

Puso de ejemplo que cuando se ven los sondeos de opinión que se hacen en los periódicos, mismos que están manipulados por un grupo que están seguidos al servicio del entreguismo del país, donde hay agentes entregados a la USAID, a Participación Ciudadana, de todos esos grupos entregados a la manipulación de la realidad dominicana, aún cuando abren el medio de ellos al sondeo de la  opinión que es una forma de verificar, se ven los resultados diferentes.

"En esos sondeos que se hacen, el 90% de los dominicanos  desaprueba la política que lleva a cabo el gobierno en torno al tema haitiano, de cómo se han manejado esos asuntos, de manera que hay una desaprobación de la población", comentó Núñez Asencio, al participar como invitado del programa "Dejando Huellas, que dirige y produce Onorio Montás por una cadena de radio cuya matriz es Radio Popular.

La población, dijo, ha aprobado que se construya un muro alrededor de la frontera y que evite los problemas que Haití le ha estado causando a la República Dominicana. "Pero estamos ante una situación como nunca antes en la historia dominicana, porque se ha constituido un lobby internacional, con el cual los haitianos han logrado envenenar todas nuestras relaciones internacionales, han logrado exponer que son víctimas de los dominicanos, crear un pool de países, en este caso los quince estados del CARICOM que han montado un lobbismo en contra de República Dominicana".

"Porque tampoco tenemos una diplomacia, porque los embajadores nuestros ante esas naciones son pro haitianos, como el caso de Julián Serulle, que fue quien propuso la fusión con Haití, actualmente con asiento en Trinidad-Tobago”, y Rubén Silié en haití que “nos acusa de racistas".
Rubén Silié Valdez

Entonces frente a esa situación, apuntó, vemos que los haitianos han humillado a la República Dominicana, secuestraron un cónsul dominicano, posteriormente pidieron a Venezuela que quitara las ventajas de "PETROCARIBE", pidieron sanciones en el CARICOM, ante la Unión Europea, a través de los alcaldes de Nueva York, Boston y Montreal, Canadá, y todos esos alcaldes pidieron boicotear el turismo a la República Dominicana y ellos mismos decidieron sanciones económicas.

Los haitianos han adoptado medidas económicas contra la República Dominicana, al denunciar que la harina para hacer pan provoca cáncer, lo cual evidentemente, es un daño a la imagen del país y al turismo. Haití no tiene laboratorios para probar que la harina para fabricar pan que ellos compran a la República Dominicana conduce al cáncer, insistió Manuel Núñez.

Dijo que en el país, unos empresario guatemaltecos que producen la harina, lo único que hacen es moler el grano del trigo, y para ese proceso no hace falta agregar productos químicos, pero que a los haitianos lo único que les importa es "producirle el daño a la República Dominicana".

Es una muestra, de hasta dónde puede llegar la falacia y el odio haitiano hacia la República Dominicana, indicó.
En poco menos de dos meses el país ha estado sometido a la peor guerra diplomática en toda su historia, arguyó.

RD sin obligación humanitaria con haití
Planteó que los haitianos tienen su país y que toda su queja contra la República Dominicana pudiera ahorrársela sencillamente quedándose en su territorio. " Sin venir al nuestro, porque el nuestro no es el país de ellos, y los dominicanos no tenemos ninguna obligación con Haití, yo no me siento obligado por ningún haitiano, ni por su suerte, ni por nada de eso.

"O sea, que la visión de querer mezclar a la República Dominicana con Haití, es obra de mentes promiscuas", subrayó.

Con respecto al hecho de que un grupo de haitianos "asaltó" al hospital infantil Arturo Grullón en Santiago reclamando  el cadáver de un niño que falleció de una parturienta haitiana, y el asalto también a un cuartel militar en Pedernales, donde desaparecieron varias armas largas, Manuel Núñez Asencio comentó que lo que pasa se está ocultando la realidad.

Efecto llamada a otros haitianos
Sobre el desempleo que provocaría el hecho de que sean regularizado su estatus a 800 mil haitianos como resultado del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros, Núñez  Asencio manifestó que en la página de la Presidencia de la República, hay una promoción en la que se utilizan haitianos que alegan que están bien en la República Dominicana, utilizando una mezcla idiomática entre creole y español.

Acusó al portavoz del Presidente Roberto Rodríguez Marchena de vender la percepción de que los "héroes" del país, son los haitianos indocumentados y de incitar a otros haitianos para intenten cruzar la frontera y venir a la República Dominicana. "Es decir, en la página web de la Presidencia de la República, la promoción del empleo, la promoción social, de salud, de los logros  gubernamentales, es que "los haitianos están contentos".

Entonces para cualquier país que tiene más del 34% de su población en desempleo, en desesperanza, que sus barrios están sin ningún tipo de posibilidades de salir del atraso, de la miseria, de las necesidades, el  hecho de que el gobierno tenga como "héroes", a los ilegales que enfrenten la frontera, y que vienen a arrebatarles el bienestar a los dominicanos, los empleos, los hospitales, las escuelas, y también arrebatarles la tranquilidad, y de paso arrebatarles también la nacionalidad, el derecho a elegir y ser elegidos, el derecho a decidir quiénes son las autoridades, el objetivo de este señor que se supone debe promocionar a los dominicanos, el objetivo de ese señor es esencialmente favorecer a esos extranjeros".

Sorprende y no se llega a comprender cómo es posible que en un país en el que hay tantas dificultades, tantas situaciones calamitosas, situaciones de cuidado, la Presidencia de la República escoja como héroes para su promoción, sea la incorporación  de haitianos ilegales a la comunidad nacional, sostuvo.


"Entiendo que es una forma extremadamente irresponsable de actuar, que están actuando en contra del país, y que lo están haciendo de una forma consciente, porque lógicamente, detestan al dominicano. El dominicano no figura en esa página, no es el objetivo, no es lo que ellos aprecian. Aquí, cuando se habla de exclusión, se está hablando de la exclusión del dominicano de los empleos de la agricultura, del turismo, de la construcción, de los servicios, de la mueblería, es decir, el dominicano es el excluido, y el logro del gobierno es exhibir  la aprobación de estos haitianos, con lo que  solo logra un efecto de llamada a otros haitianos".

Cuando un haitiano que está en su país, padeciendo todas las
calamidades, abre la página de la Presidencia de la República
dominicana y ve que los haitianos te enseñan un carnet, que están
contentos, que tienen salud, que tienen escuelas, que no alcanzan para los dominicanos, que van a tener ahora desayuno y almuerzo, y que le dicen que el obtener esa documentación es un "derecho humano" de ellos.

La República Dominicana ya no es un país independiente de Haití, sino un "Derecho Humano" de los haitianos. "Esa es una situación para mí, totalmente insólita, que muestra hasta qué punto el gobierno ha entrado en barrena, en una etapa de descomposición y de desintegración.

Dijo que en el gobierno hay funcionarios y gente en el sector civil
que no creen en lo que es "Patria" y "Soberanía", incluso los hay que han llamado a que se borre la historia dominicana, incluso la historia de la lucha contra Haití en procura de nuestra soberanía.
Roberto Rodríguez Marchena, ¿Patria, Soberanía?, que es eso

"Si hay una independencia que tuvo serias dificultades para
producirse, fue la dominicana, porque no se tuvo la  solidaridad de
nadie en el continente, y encima de todo eso estábamos siendo
machacados por los haitianos, que eran poderosísimos en ese momento, que tenían un ejército de 50 mil hombres y que habían heredado todos los pertrechos militares del ejército de Napoleón Bonaparte".

Observó que es tradicional entre los haitianos, que no se sienten
latinoamericanos, porque no lo son, agradecer los favores con un acto de desagradecimiento a quien le favorece.

El gobierno violó la ley, destruyó la sentencia 168-13, promulgó la
ley 169-14, le otorgó nacionalidad de origen a Juliana Deguis Pierre, y la primera acción de ella fue irse con Gonzalo Vargas Llosa a La Haya, a denunciar y acabar con la República Dominicana, en agradecimiento al gesto de haberle otorgado el reconocimiento como dominicana.

Otro ejemplo, ha sido la negativa haitiana a que se le pusiera el
nombre de Juan Bosch a la universidad construida con fondos
dominicanos en La Limonade, y que en su lugar le pusieron "
Henri Christophe", uno de los verdugos de los dominicanos, que dirigió la matanza de Moca.

Cuando el gobierno baja el hacha y promueve la convivencia con Haití, el primer ministro Evans Paul, responde que el no puede disculpar a los torturadores y compara a los dominicanos con el peor espécimen del régimen Nazi.

Apuntó asimismo que hay dominicanos al servicio de la comunicación favorable a Haití, que son merecedores de la nacionalidad haitiana.