jueves, 22 de junio de 2017

Nosotros si, pero los otros no...


El PLD pidió renunciar 
a dos gobiernos


Facsimil del volante que distribiuyó el PLD exigiendo la renuncia de Joaquín Balaguer   
Eli Heiliger
Eli Heiliger
Por Eli Heiliger

La petición de renuncia a un Presidente de la República es algo muy socorrido en la política contemporánea del país y en ello el Partido de la Liberación Dominicana  está a la vanguardia.
Es muy conocida la consigna que sustentó Juan Bosch de: “Que se vaya ya”,  para pedir la salida del poder de Joaquín Balaguer a raíz de la crisis electoral de 1990.

En esa oportunidad era reportero del desaparecido matutino El Sol y recuerdo  que desde la Casa Nacional del PLD, Bosch llamó a la insurrección contra lo que  calificó como un fraude.
Ni  sus  propios seguidores atendieron a su llamado, pues los  que fueron electos  senadores, diputados, síndicos y regidores se juramentaron, con lo que legalizaron las elecciones del 16 de mayo de 1990.

El 29 de enero de 1985 en una rueda de prensa, Bosch argumentó que el “doctor Jorge Blanco ha demostrado, sin ninguna duda, que no tiene capacidad para enfrentar los problemas del país, por lo que se impone su renuncia  de la jefatura del Estado”.

El  fundador del partido oficial también planteó  a raíz de las elecciones del 1978, cuando se quería impedir el ascenso del Partido Revolucionario Dominicano, un gobierno de unidad nacional con lo que se desconocía el triunfo arrollador de Antonio Guzmán Fernández.
Hoy a más de dos décadas de las peticiones de renuncia a Balaguer y Jorge Blanco, un grupo de intelectuales, políticos y ciudadanos solicitan la salida del poder de Danilo Medina, lo que ha provocado un aluvión de reacciones de todos los matices.
Entre esas, legítima por cierto, con todo derecho a defenderse,  figura la reacción del presidente Danilo Medina que el miércoles pasado exclamó: “Déjenme trabajar”.

El grupo que hoy reclama la renuncia de Medina dice que este “pretende construir un poder omnímodo e indestructible por medio de la imposición de una reelección institucionalizada e infinita”.
Al solicitar la renuncia del mandatario y negarle capacidad para enfrentar los problemas nacionales, considera que “el poder se sustenta en el lavado de dinero, la manipulación mediática, el maridaje ante los grupos fácticos y económicos, la complicidad  y el control de las instituciones del Estado”.

Creo que los ciudadanos que formulan tal demanda están en su legítimo derecho para hacerlo y que con ello no cometen ningún pecado por el cual merezcan la  excomunión.

Por  lo cual no hay que anatematizarlos como lo hizo el presidente de la Junta Central Electoral, Julio César Castaños Guzmán, con lo cual perdió la confianza de muchos ciudadanos, que consideran que su misión no es opinar sobre táctica política de los partidos y ciudadanos, sino organizar elecciones libres.

Creo que el PLD y Bosch no cometieron ningún pecado cuando pidieron la renuncia de Balaguer y Jorge Blanco, por lo  que extraña que muchos de los que hoy maldicen a los intelectuales, no recuerden aquellos hechos.

Personalmente creo que esta administración debe terminar el periodo para lo cual fue electa y que no hay condiciones para un cambio de gobierno como proponen los que hoy exigen su renuncia, pero esto no nos obliga a engullirnos, sin ni siquiera pasarlo por un “baño de María”, la mega corrupción que  a dentelladas se come el Presupuesto Nacional.

También reconozco el derecho que tienen los ciudadanos de apoyarlos u objetarlos al mismo ,pero que hay que evitar que se pretenda  esfumar el derecho a disentir.

Eli Heiliger


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