viernes, 19 de noviembre de 2010

Para mis primeras dos hijas...


Rocío y Pilar Montás Ríos

Hoy se cumplen 19 años de la ida de nuestra Miriam. Téngala presente lo poco o lo mucho que recuerden de ella, como yo la recuerdo todos los días desde una noche del 19 de noviembre de 1991…



Amiga, esposa, madre y compañera por siempre. Me queda tu ejemplo al paso por nosotros.

Amor, desprendimiento, deseo de servir, firmeza, laboriosidad.

Pero sobre todo.

Nuestras hijas.

ONORIO

De algunos amigos el 25 de noviembre de 1991


A uno de los hallazgos más maravillosos y bellos de mi vida.

A una amiga, A Miriam


MARCEL MOREL

17 de Diciembre de 1981

Si todo obedece a la LEY, según la cual nada ocurre de manera casual, que todo tiene una causa y lo que sembremos eso hemos de cosechar; quisiera saber que tan maravilloso he sembrado para tener el privilegio de tu amistad?

La Verdad, espontaneidad, honestidad, confianza, La Virtud y lo Infinito en detalles con que envuelves cada momento, han encendido una luz en mi vida muy especial.

Y esa llamita de amistad no ha dejado en estos años de iluminar y crecer a través de océanos, oficios, familias y tiempos, enseñándome el sublime valor de su existencia.

Enseñándonos además que lo trasciende todo, que nos ha hecho A TODOS, UNO en tu luz y por siempre.

MARCEL MOREL


Miriam:

Luchadora incansable y forjadora de grupos.

Con aprecio

PEDRO J. BORRELL

Enero 1982

Dejó en nosotros el recuerdo de una incansable planificadora, tanto de su trabajo, como de su hogar y de su propia persona.

Su recuerdo vivirá eternamente en los Borrell Vega y su alegría y fe en los demás serán siempre una meta = nos impondremos, tanto nosotros como nuestros hijos, quienes tuvimos la dicha de compartir su fugaz pero fructífera estancia en esta tierra.

Cucho y Pila


Querida Miriam:

Damos gracias infinitas a Dios por habernos permitido compartir estos años de amistad. Siempre flexible y adaptable a cualquier circunstancia, con tu carácter fuerte junto a tu temperamento suave, siempre irradiaste una paz profunda. Supiste llenar tu cometido y fuiste esposa, madre, jefa y subalterna; en tu hogar, eje alrededor del cual todo giraba.

Tu misión quedó inconclusa. Hoy, sólo Dios sabe por que ya no estás entre nosotros. Descansa en paz pues entre todos aquellos que te quisimos, terminaremos tu obra más importante: tus hijas,

Siempre te recordaremos.

FRANK Y HAIDEE RAINIERI

27 de noviembre de 1991



Cuando el cariño grande iguala a la sorpresa,

todo lo que pudiésemos pensar se minimiza.

Sólo surgen preguntas: ¿Por qué ella? ¿Ahora?

Y la respuesta es ese sabor amargo de su partida. Y es que 20 años fraternos, no se olvidan.

Paz a tu espíritu.

TEO VERAS

Nov. 26/1991

MIRIAM:

Te recordaré toda la vida, porque a través de tu sincera amistad, conocí el valor que tiene vivir, para luchar por nuestra superación, aunque, lamentablemente perdiste la batalla.

PANCRACIO RAMÓN


"Uno nunca piensa que puede sucederle".

Hablabas de tu repentino mal y al escucharte me contagié con tu optimismo. Te vi tan animada, tan positiva, tan confiada, tan "llena de vida", que nunca jamás pensé en la posibilidad de un epílogo cercano.

Nuestro último encuentro fue breve, ameno y positivo y aquel diálogo me permitió revalorizar a la amiga, a la mujer luchadora, a la trabajadora infatigable. Confirmar, por ejemplo, el coraje, la valentía, tu temple de acero, tu espíritu de lucha.

Queda en mi recuerdo para siempre la inseparable sonrisa que te acompaño aún en tus momentos de enfado o de tristeza, y que llevaste más allá de la vida.

Me inclino ante ti, Miriam.

LUIS MINIER MONTERO


Hoy atesoro esos momentos que revivimos en esta que habría de ser nuestra última conversación.

Y así la recuerdo... con aquella su sonrisa que dibujaba aún más pequeños sus ojos diminutos, llena de fortaleza y optimismo para enfrentar una enfermedad que esperaba vencer, de cara a la vida. Cierro los ojos y esta visión me permite calmar la inquietud y no ceder a la nostalgia, aceptar su muerte como un destino compartido, a no olvidar que yo también "cada mañana al levantarme inicio el camino hacia la muerte".

Algún día reiremos de nuevo, juntas, amiga mía. Hasta entonces.

CLARA LEYLA

Santo Domingo, 28 de noviembre de 1991.

Domingo, Jordi, Onorio, Cándido, la Granado y muchos otros se agolpan en mi memoria al recordarte, Miriam. Buscamos todos la perfección con que hacías tu trabajo y esa tu suave comprensión que terminaba irremediablemente en sonrisa.

Para siempre hoy nos dejas, Miriam, envueltos en tu presencia.

FABIO HERRERA ROA


Prorrumpir en sollozos por la mujer que debió, que estaba destinada a ganarse nuestra estima y cariño; pongo el grito en el cielo y me lamento de que la suerte, ladina o envidiosa, no me permita hoy conservar, como los que íntimamente te trataron, un recuerdo feliz con qué aliviar la pena de la ausencia... En el espíritu de tus parientes, de tus amigos que tan cerca estuvieron de ti, serás _ ¿cómo no habrías de serlo?_ llama que alumbra y reconforta... En el mío, sin embargo, porque llegué demasiado tarde a la cita del afecto, el abrazo generoso de la fraternidad, crecerás como una enredadera de nostalgia, como melancolía sin perfiles, como la sombra de un silencio que espera en vano el grito jubiloso de la luz... La amistad que de súbito desgaja la mano avara de la muerte, deja al menos en los que suspiran por tu ida sin posible retorno la agridulce tibieza de memorias felices. Pero _qué puede quedar al que tocó a la puerta cuando ya para siempre te alejabas?... un añoro marchito, un desconsuelo impenitente, la certeza impiadosa de haber sido burlado... Esa pérfida trampa, esa tropelía vergonzosa, Miriam, te lo aseguro, nunca a la muerte, por buenas y atendibles que sean sus razones, se las perdonaré.

LEON DAVID

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