Culpar
a los demás
y
Condenarlos
Por Manuel Núñez Asencio
En Washington, en el Palacio neoclásico
y decimonónico que alberga la sede de la Organización de los Estados Americanos,
durante la disertación del ex Presidente Leonel Fernández, el representante de Haití
ante el organismo hemisférico, le reprochó al disertante dominicano que no había
colocado a la “revolución” haitiana dentro de los acontecimientos
que habían ayudado a la integración del continente, capitaneada por la figura incomparable
de Simón Bolívar.
El paréntesis que hizo el
embajador, plagado de falsedades, compara a la “revolución” haitiana, con las
grandes hazañas que han hecho avanzar los derechos humanos y las libertades en el continente. Según ello, Bolívar hallo toda su inspiración
para la libertad en la figura de Alexandre Petion, el primero de una saga de
presidentes vitalicios que sólo concluye en Jean Claude Duvalier (1986). Pronunciadas en tan alto consistorio
estas ocurrencias podrían engendrar equivocaciones; hacernos tomar decisiones
andando en las nieblas.
¿Puede
ser considerada la “revolución” haitiana como un acontecimiento ejemplar para
el continente americano? ¿Podría haber servido ese acontecimiento para
integración del continente, y sería
justo compararlo con las hazañas de Bolívar? En la OEA , en esos conciliábulos donde se elabora la política del continente,
no pueden resultar válidas esas
mentiras, empleadas incluso para acusar al propio libertador Simón Bolívar de no haber tomado en cuenta a los
haitianos, sustituyendo los hechos con opiniones falsas. Para despejar todas las dudas
examinemos punto por punto las repercusiones de esta creencia.
En todas las revoluciones, lo más
importante no es el espectáculo de
las matanzas ni de las venganzas colectivas ni la fascinación que genera en
algunos de sus personajes los baños de sangre, sino el régimen de derecho que
se implanta en las épocas de paz. La Revolución francesa, por ejemplo, dejó como una herencia el Código Civil.
En cambio, desde el punto de vista político la “revolución” haitiana creó en el
continente la figura de la monarquía absoluta, de los dictadores vitalicios y
de los emperadores. En lugar de abrazar los principios de la revolución
francesa, y fundar una república inspirada en los tres poderes de Montesquieu,
hizo entrar en la historia un pasado superado. Ese régimen reaccionario no tuvo
repercusiones en ningún país del continente, y sólo los dominicanos padecimos
su expansión espantosa.
La abolición de la esclavitud en la
colonia de Saint Domingue, antecedente de Haití, fue una disposición
tomada por Revolución francesa. El decreto del 4 de febrero de 1794 (16
Pluviose, año II) la Convención
suprimió la esclavitud, y ordenó a los comisionados Sonthonax y Polverel que
aplicarán el decreto en la colonia de Saint Domingue. Ese acontecimiento desató
la “revolución” haitiana. La esclavitud fue suplantada por los trabajos
forzados durante el gobierno de
Toussaint Louverture y, postreramente, durante el
reinado de Dessalines. Tras
la caída del reino de Christophe, Jean
Pierre Boyer, se propuso volver al
sistema de plantaciones de sus épocas de gloria. El Rey Christophe se hizo
construir con el trabajo esclavo una impresionante fortaleza, la ciudadela de
la Ferriere, a 900 de altitud. Miles
de esclavos murieron en la construcción de ese impresionante mausoleo. El
movimiento independentista que encabezaron los esclavos obedeció a un sentimiento primario de existencia y no estuvo guiado por ideales
trascendentes de libertad y autodeterminación del pueblo haitiano.
Jean Jaques Dessalines |
Tras la ayuda militar prestada por
Alexandre Petion a Simón Bolívar, las relaciones entre la Gran Colombia y Haití
comenzaron a desvanecerse. Son
muchas las razones de este desencuentro:
1.
La Constitución haitiana privaba del derecho
de propiedad a los blancos, implantaba el exclusivismo racial (Consúltese Art.
12, Constitución de 1805). En el frontis de la Constitución refrendada por el
libertador de Haití, Jean Jacques Dessalines, el redactor del texto constitucional Boisrond Tonnerre escribió estas
palabras introductorias, que muestran la imposibilidad de convivencia entre negros y
blancos:
“Para redactar
este Acta Constitucional---escribió
Boisrond Tonnerre---fue necesario la piel
de un blanco como pergamino, el cráneo de un blanco como escritorio, la sangre
de un blanco como tinta y como pluma una bayoneta”
Las relaciones de Simón Bolívar y Alexandre
Petion han sido cubiertas con una fraseología que esconde la verdad. En los foros
internacionales y en las
reuniones diplomáticos se hacen declaraciones mentirosas, para generar apoyos
inmerecidos, fundados en falsedades históricas. El embajador haitiano presenta a Petion como un
precursor de Bolívar, y a la llamada “revolución” haitiana como la clarinada de
las independencias del continente.
Alexandre Petión |
En 1824, Jean
Pierre Boyer, heredero de Petion, envió una misión diplomática a la Gran
Colombia, encabezada por Jean Desrivieres Chanlatte, para hacerle dos
propuestas a Francisco de Paula Santander.
1. Declararle la guerra a Francia,
lo cual implicaría la derrota de los ejércitos libertadores;
2. En caso
contrario, que pagaran íntegramente
toda la ayuda militar prestada por Petión a Bolívar, cuando paso por Los Cayos,
en 1816. Lo que antes había sido considerado como una donación de Petion al libertador se convirtió en un
préstamo. El enviado de Boyer a Colombia, Jean Desrivieres Chanlatte escribe al
Secretario de Relaciones Exteriores Pedro Gual, el 16 de julio de 1824 lo
siguiente:
“Sin embargo, antes de salir de esta
ciudad, no puedo dejar de reclamar una deuda contraída por el Gobierno de
Colombia, (después del deceso de Su excelencia, el Presidente de Haití, Alexandre Petion) para suministrar
armas y municiones bajo la
autorización del Excelentísimo Simón Bolívar, Libertador Presidente. Se adjunta
una copia del reconocimiento legalizado, de fecha 27 de septiembre 1820 en
Los Cayos, que ha proporcionado agente general Sr.
John B Elbers del comercio de la República de Colombia, para probar la recepción
de la entrega”. "(Consúltese “correspondencia de
Pedro Gual, Secretario de Relaciones Exteriores” Biblioteca de Bogota; tesis de
Daniel Gutiérrez “La Colombie et Haití, un rendez vous manqué 1819-1830,
Bulletin No. 32,2010, Université de París).
La Misión Chanlatte obligó a la Gran
Colombia a endeudarse con la banca londinense para poder satisfacer las
apremiantes exigencias de los haitianos. La generosidad de Petion fue cobrada
con creces. Sin embargo, en los foros internacionales, los haitianos continúan
empleando la desinformación historiográfica para hacerse acreedores de una
deuda histórica, pagada en sonantes luises.
Llegados a este punto, podemos rematar
con algunas conclusiones. La revolución haitiana no puede inspirar la integración
y la libertad de América, tal como había
reclamado el embajador de
marras:
1.
Porque sus Constituciones se basan en la
desigualdad de la raza. No tuvo consecuencias jurídicas en el continente ni en
el mundo.
2.
Porque el régimen político creado por sus
libertadores: la monarquía absoluta y los gobiernos vitalicios, no supusieron
la existencia de un régimen de derecho, republicado, electivo, representativo,
tal como fue el caso de todas las repúblicas americanas, incluyendo la
Republica Dominicana.
3.
Porque sus reyezuelos y dictadores y sus sistemas jurídicos privaron al pueblo de la capacidad
de autodeterminación una vez que
alcanzaron la Independencia. En varios casos, fue, sencillamente, un cambio de
amo. El régimen haitiano, desde punto de vista político ,fue un retroceso; se inspiró del Ancien
Regime; no tuvo consecuencias en el resto del mundo y desde el punto de vista jurídico,
su legado fue una barrera judicial contra la cual se han sublevado las
democracias y las Constituciones, inspiradas en los derechos del hombre y del
ciudadano.
¿Cuál es la interpretación que hacen los
haitianos de estos hechos históricos?.
Según esto, los países del continente y las potencias del
mundo no le perdonaron a los
haitianos que hubiesen creado una república independiente con los antiguos
esclavos.
Los que plantean este disparate de cortísimo
alcance ignoran que Haití decidió cerrarle el país a los extranjeros, que
destruyó, aplicadamente, toda la riqueza recibida de la colonia más rica del
continente.
Se trata de una opinión
acusatoria, sustentada por la nación que ha recibido la mayor porción de ayuda
extranjera del mundo, en todo el
continente.
Según esto, la culpa de su gran retraso
histórico no es imputable a sus malos gobiernos ni a la deforestación de su
territorio ni a su organización social que excluyó los progresos venidos de
fuera, sino al mundo exterior sobre el que han vertido la culpa de todas sus
desgracias.
Una
sociedad que practica la ceguera ante lo que, realmente, sucedió en el pasado,
que omite la verdad con el
propósito de
Angeline Jolie |
presentarse como víctima ante el mundo y culpar a los demás de todo lo malo que
le ha ocurrido, no puede desarrollar sus capacidades ni logrará superar el
estadio infantil del asistido social ni tener confianza, responsabilidad para salir del atolladero.
Con una visión deformada del pasado, no
puede comprenderse el presente.
Alejados de la realidad, acostumbrados a victimizarse, emplean la historia para acusar,
chantajear y agredir.
En
la guerra – decía Carl Von Clausewitz—no se trata sólo de someter al enemigo por los dispositivos
diplomáticos, sino que,
Desmund Tutu |
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