lunes, 11 de noviembre de 2013

Que Haití se desarrolle es importante, pero no a costa nuestra


El juego es con duro

Adriano Miguel Tejada*
El rumor en los corrillos internacionales, particularmente en Washington y en algunas capitales europeas, es que el objetivo del gobierno haitiano era provocar un boicot a los productos dominicanos en esos países.

De lograrse este propósito, el gobierno haitiano habría obtenido una doble victoria: ponía contra la pared a la República Dominicana, no solo al Gobierno, y también legalizaba su negativa a admitir algunos tipos de productos en su territorio.

Si estos rumores tuvieran siquiera un pequeño viso de realidad, la actitud del gobierno haitiano prácticamente hubiese equivalido a una declaración de guerra, guerra que hubiésemos perdido sin disparar un tiro dada la concentración de organizaciones no gubernamentales que defienden al Gobierno haitiano, muchas de las cuales han sido grandes beneficiarias de la crisis política y humanitaria de Haití.

Todos estos hechos lo que indican es que la República Dominicana no puede seguir actuando a la riposta. Aparentemente, no tenemos una buena inteligencia en Haití y tampoco tenemos lobbistas en los Estados Unidos.

No nos gusta gastar dinero en esos asuntos. Somos tan tacaños en esas cosas, que en un caso grave en que teníamos las de ganar, no fue posible (o a nadie se le ocurrió), enviar a los testigos a México y lo que se presentó fue un video que la Corte puede aceptar o no.

Las relaciones con Haití pasaron ya de las buenas intenciones a la realidad cruda. Que Haití se desarrolle es importante, pero no a costa nuestra.


*Abogado y periodista, compartió durante 25 años la cátedra universitaria y el periodismo. Ha dirigido los diarios La Información (Santiago de los Caballeros, R.D.) y Diario Libre, primer diario gratuito de la República Dominicana. Fue fundador del desaparecido El Día y redactor de la Revista de Ciencias Jurídicas y la Eme-Eme, Estudios Dominicanos. Mantuvo una columna semanal en la revista Rumbo y por cerca de quince años ha sido comentarista político de televisión.

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