Los haitianos ilegales son haitianos
Por
MELVIN
MATTHEWS
Sobre esos principios se apoya la sentencia del Tribunal
Constitucional,
en razón de que las disposiciones de marras no restringen
el derecho
soberano del Estado Dominicano a establecer diferencias
entre
Dominicanos y
haitianos.
Toda persona tiene derecho a la nacionalidad del Estado en
cuyo territorio nació, si no tiene derecho a otra”, reza textualmente el
articulo 20.2 de la Convención Americana de Derechos Humanos.
La interpretación del referido tratado internacional, del
cual es signataria la República Dominicana, es clara y única: los haitianos
ilegales nacidos en territorio dominicano son, ante todo y por encima de todo,
ciudadanos haitianos. No son apátridas, pues están taxativamente protegidos por
el Estado haitiano cuando nacen fuera de su frontera, estatus que debe
registrarse en los consulados haitianos acreditados en el exterior, incluida la
República Dominicana, un trámite que la abrumadora mayoría de los haitianos no
realiza, quién sabe si por ignorancia, desidia o apatía, o quizás por entender
que la isla Hispaniola es única e indivisible.
Pero la Declaración de los Derechos Humanos, relativa a
aquellas personas que no son nacionales del país que habitan, aprobada por la
ONU en 1985, es especifica cuando advierte: “Ninguna disposición de la presente
Declaración se interpretará en el sentido de legitimar la entrada ni la
presencia ilegal de un extranjero de cualquier Estado. Tampoco se interpretará
en el sentido de limitar el derecho de cualquier Estado a promulgar leyes y
reglamentaciones relativas a la entrada de extranjeros y al plazo y las
condiciones de su estancia en él, o a establecer diferencias entre nacionales y
extranjeros”.
Sobre esos principios se apoya la sentencia del Tribunal
Constitucional, en razón de que las disposiciones de marras no restringen el
derecho soberano del Estado Dominicano a establecer diferencias entre
dominicanos y haitianos.
Sus detractores, locales y foráneos, empezando por el
novelista Mario Vargas Llosa, parece que desconocen los contenidos de tales
resoluciones. Lo peor es que las citan frecuentemente.
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