La
revuelta se está preparando
Por
Vinicio A. Castillo Semán
El pasado miércoles el país vio por todos los
canales de televisión una manifestación masiva de ciudadanos haitianos ilegales
reclamando ante la Embajada de Haití la entrega gratuita de los documentos de
identidad, a los fines de poder aplicar al Plan nacional de Regularización que
lleva a cabo el gobierno dominicano en aplicación de la Sentencia 168-13 del
Tribunal Constitucional.
Este tipo de manifestaciones de haitianos en
las calles de Santo Domingo nunca se había producido. Están siendo por primera vez organizadas sin que se conozca
quién está sufragando su movilización, transporte y logística, indispensables
para su ejecución. Se anunció
igualmente que la próxima será frente al Palacio Nacional.
El acontecimiento de la movilización de miles
de haitianos con el objeto antes indicado es solo el preludio y la organización
de un proyecto mayor de una gran revuelta interna de más de un millón de
haitianos que están ilegalmente en el país, sin contar con cientos de miles que
en los últimos meses, amparados en la política de cero deportación y frontera
abierta, están entrando en la actualidad.
La estrategia del gobierno haitiano es no dar
los papeles a su gente en la República Dominicana, para forzar una desestabilización interna al
momento de concluir el Plan Nacional de Regularización en febrero de 2015,
fecha en la cual todo aquel que no se haya acogido al Plan deberá ser deportado
hacia su país.
El plan de Haití procura que se presente una
situación de hecho al final del Plan Nacional de Regularización que obligue al
gobierno dominicano a otorgar plazos adicionales, cercenando su derecho
soberano a la deportación de inmigrantes ilegales, como ocurre en todas partes
del mundo. Para lograr ese objetivo
se necesita, primero, crear la expectativa a todos los haitianos ilegales que
están en nuestro territorio de que serán regularizados y permanecerán aquí; y
posteriormente, al final del Plan, se vean amenazados con la deportación.
¿Están preparadas nuestras Fuerzas Armadas y
Policía Nacional para enfrentar una revuelta de cientos de miles de haitianos
enfurecidos porque entiendan que serán repatriados hacia su país? ¿Cuál va a ser la respuesta de la
Comunidad Internacional, cuando se anuncie el fin del Plan Nacional de
Regularización y la deportación de los ilegales? La conspiración contra nuestro país está meridianamente
clara y los peligros son a muy corto plazo. El que no quiera verlo, está haciendo como el avestruz o
conscientemente traicionando su país.
La única manera de evitar la revuelta haitiana
que se está preparando en nuestro territorio es una agresiva campaña
diplomática de la República Dominicana que devele el problema ante la Comunidad
Internacional, exigiendo a ésta y al gobierno haitiano documentar a sus
ciudadanos, al tiempo de establecer un estricto control fronterizo que frene la
invasión que está ocurriendo en estos momentos.
Según fuentes de entero crédito ligadas al
Ejército Nacional, se están incautando cientos de motores de redes de tráfico
humano desde Haití hacia nuestro país, que han multiplicado sus actividades con
pasmosa impunidad; al grado de que son políticos de la zona los primeros en
llamar para la liberación de los motores incautados e interceder por las
personas apresadas como responsables de transportar ilegales haitianos.
De todos los puntos del país nos llegan
reportes del aumento sustancial de la presencia haitiana. La nación se siente indefensa e
impotente ante una realidad de una invasión que se está produciendo en nuestras
propias narices, mientras somos acusados internacionalmente por el Acnur, con
el concurso vergonzoso de reconocidos traidores del patio.
Es nuestro deseo que el Presidente de la
República y nuestro nuevo Canciller, Lic. Andrés Navarro, aprovechen su
presencia en la Asamblea General de las Naciones Unidas para defender al país
de esta trama, la más grande que se haya hecho contra la existencia de la nación en toda su historia, al margen
de las dos intervenciones militares norteamericanas.
Ojalá y las autoridades entiendan la magnitud
de lo que se está fraguando y en la tragedia que puede degenerar una rebelión o
revuelta masiva de haitianos en nuestro territorio.
Ubicar a los cabecillas que están detrás de
estas movilizaciones, no le será difícil a nuestros institutos armados y al
DNI. Es su responsabilidad lograr
desactivar lo que sin dudas es una bomba de tiempo en el corazón de la
República.
Puntos de vista, Listín Diario
22 Septiembre 2014
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