El Imperialismo Haitiano
Por Joaquín Balaguer
Publicado en la
Información, Santiago, en el año
1927.
Joaquín A. Balaguer Ricardo |
Hay, para la vida de
nuestra entidad republicana, un peligro más grave, que es la vecindad del
imperialismo en la expansiva absorción, prodiga en acechanzas del imperialismo
anglo- americano.
Es menos alarmante para la
salud de la Republica el soplo imperialista que nos llega de Estados
Unidos, que el oleaje arrollador del funesto mar de carbón que ruge, como
león encadenado, en el circuito que opone a sus sueños de expansión la
inmutabilidad legal de las fronteras.
Hasta ahora solo nos ha
preocupado el imperialismo anglo-americano.
Pero el imperialismo de
Haití, irritante y ridículo, tenaz y pretencioso, conspira con mayor
terquedad contra la subsistencia de nuestro edificio nacional, digno, sin duda,
de más sólida y firme arquitectura.
Haití como manifiestamente
lo demuestran sus vinculaciones históricas con la Patria Dominicana, es una
nación esencialmente imperialista.
Todos los mandatarios de
aquel país vecino han tenido y tienen todavía la obsesión de abatir la
Republica con el acero de sus espadas imperiales.
El sueño de la isla una e
indivisible es una pesadilla que ha echado hondísimas raíces en el África
tenebrosa de la conciencia nacional haitiana.
Somos pueblos vecinos pero
no pueblos hermanos.
Cien codos por encima de la
vecindad geográfica se levantan, en la disparidad de origen y los
caracteres resueltamente antinómicos que nos separan en las relaciones en la
cultura y en las vindicaciones de la historia.
De ahí que no creamos en la
mentirosa confraternidad dominico-haitiana.
En el palacio Presidencial
de Haití han habitado y habitan los peores enemigos de la viabilidad de nuestro
ideal Republicano.
Por eso, la obra de más
empeños cívicos, después de la creación de la Republica, es y será la
colonización del litoral fronterizo.
Si por algo de pasar
Horacio Vásquez con resplandores de inmortalidad al libro de la historia, es
por la colonización de las fronteras.
Esa es la obra más llamada
a dar a nuestra nacionalidad vida imperecedera.
La Republica está bajo
la amenaza de dos imperialismos igualmente malditos: el angloamericano y
el haitiano.
Contra el primero hay que
oponer las ejecutorias ejemplares de su existencia ciudadana absolutamente
abyecta sujeta a los postulados y a las normas de una moral política
llamada a hacer perdurar en la historia nuestra entidad Republicana.
Pero contra el imperialismo
haitiano, lo que necesitamos es realizar una completa y científica colonización
del litoral fronterizo y establecer el servicio militar obligatorio para que
cada ciudadano pueda ser un baluarte, desde cuyas almenas se alce la bandera de
la Republica desplegada a todos los vientos por la grandeza del derecho
armado…..
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