“La edad del conflicto”
Por: Oscar Medina Calderón
Como
el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y su
representante local, Gonzalo Vargas-Llosa, llevaron a deponer ---nunca mejor
dicho--- a Juliana Deguis Pierre en contra de la República Dominicana a un
congreso sobre apatridia en Holanda, resulta oportuno recordar algunos datos
que figuran en el documento anónimo “Rasgando las Tinieblas de la Historia”,
que describe el comportamiento histórico de la comunidad internacional con los
refugiados haitianos.
Luego
de decapitada la dictadura duvalierista a mitad de los años ochenta, la
migración haitiana fue en constante aumento, fomentada por el deterioro
económico y político de esa nación, y ya para inicios de los años 90 constituía
un verdadero dolor de cabeza para los países desarrollados.
De
forma muy particular para Estados Unidos, que desde finales de 1991 fortaleció
su vigilancia marítima para interceptar a los haitianos que intentaban ingresar
a su territorio.
Todos
los haitianos que pisaban su territorio, aunque solicitaran asilo político en
atención a que Haití acababa de sufrir un golpe de Estado, eran devueltos
directos a su país.. en el mejor de los casos, tras una breve estancia en
Guantánamo.
Esa
situación se convirtió en un problema de relaciones públicas primero para el
gobierno de Busch padre y después para el Presidente Clinton por la violación
de principios internacionales contenidos en la Convención sobre los Refugiados.
La respuesta del gobierno norteamericano fue que “la repatriación de los
haitianos es una política de prioridad nacional y ni la ONU ni ninguna otra
organización nacional o internacional tiene que inmiscuirse en esa decisión.
Porque los Estados Unidos, como país soberano que es, está ejerciendo los
derechos que le corresponden con esas repatriaciones”.
Pero
como las críticas contra las políticas de repatriación de Bill Clinton
continuaron ---sobre todo por parte de ONG’s afroamericanas y el Black Caucus
que calificaban esa política de racista--- el gobierno estadounidense anunció
que a los haitianos interceptados en alta mar, si bien no se les ofrecería la
oportunidad de presentar solicitud de asilo en los Estados Unidos, tendrían en
cambio la opción de ser llevados a otro país de la región en lugar de ser
devueltos a Haití.
Esto
condujo a que a inicios del año 1994 el gobierno de Clinton iniciara
negociaciones con otros países latinoamericanos para que aceptaran dar asilo a
los haitianos...
Pero
la enorme mayoría de los gobernantes de los países consultados rechazaron
indignados esa posibilidad... Aquí les dejo algunas reacciones:
*
Rafael Caldera, Presidente de Venezuela: “Nos produce mucha pena
*
José María Figueres, Presidente de Costa Rica: “La lamentable
pobreza del pueblo haitiano es parte de las causas que motivan esas emigraciones, pero no podemos aceptarlos como refugiados en Costa Rica. Nosotros también tenemos nuestros problemas con indocumentados nicaragüenses, pero estamos trabajando para solucionarlos y lo estamos logrando. No me parece que ningún país de América Latina esté en condiciones de hacerse cargo del enorme problema que representan los emigrantes haitianos”.
pobreza del pueblo haitiano es parte de las causas que motivan esas emigraciones, pero no podemos aceptarlos como refugiados en Costa Rica. Nosotros también tenemos nuestros problemas con indocumentados nicaragüenses, pero estamos trabajando para solucionarlos y lo estamos logrando. No me parece que ningún país de América Latina esté en condiciones de hacerse cargo del enorme problema que representan los emigrantes haitianos”.
*
Fidel Castro, Presidente de Cuba: “En frágiles e
improvisadas embarcaciones han arribado a nuestras playas 460 haitianos en muy malas condiciones, enfermos, hambrientos y vistiendo harapos. Están siendo atendidos en nuestros hospitales, en donde se les están administrando los medicamentos necesarios, buena alimentación y nuevas vestimentas. Una vez que sus condiciones generales retornen a la normalidad, todos serán reembarcados en sus reacondicionados botes y remolcados por lanchas de nuestra marina hasta las proximidades de las costas de Haití”.
improvisadas embarcaciones han arribado a nuestras playas 460 haitianos en muy malas condiciones, enfermos, hambrientos y vistiendo harapos. Están siendo atendidos en nuestros hospitales, en donde se les están administrando los medicamentos necesarios, buena alimentación y nuevas vestimentas. Una vez que sus condiciones generales retornen a la normalidad, todos serán reembarcados en sus reacondicionados botes y remolcados por lanchas de nuestra marina hasta las proximidades de las costas de Haití”.
*
Ernesto Samper, Presidente de Colombia: “¡Absolutamente
inaceptable! Colombia rechaza categóricamente la posibilidad de permitir emplazar campamentos temporales de refugiados haitianos en nuestro suelo”.
inaceptable! Colombia rechaza categóricamente la posibilidad de permitir emplazar campamentos temporales de refugiados haitianos en nuestro suelo”.
* Joaquín Balaguer, Presidente de la República Dominicana (Ante la Asamblea
Nacional, 27 de Febrero de 1994): “Funcionarios del gobierno norteamericano y
organismos internacionales han insistido en que la República Dominicana conceda
refugio a los haitianos que están abandonando su país en embarcaciones hacia
los Estados Unidos y algunos otros destinos; asimismo esos funcionarios me
reiteraron el compromiso del gobierno norteamericano de responsabilizarse, por
completo, de todos los gastos que conllevaría la construcción de las
instalaciones que servirían de campamentos, en territorio dominicano, a los
refugiados haitianos. Asegurando además que proveerían toda alimentación y
medicamentos que sean necesarios en los mismos.
(...)
Mi
respuesta fue que ya que ellos se comprometían a asumir todos los gastos que
acarrearían las construcciones y mantenimiento de dichos campamentos en nuestro
país, entonces lo adecuado era que los hicieran al otro lado de nuestra
frontera, en el mismo Haití, pero ¡no de este lado de la frontera!, ¡no en
suelo dominicano!
(...)
¡Sería
para mí un auténtico despropósito aceptar el asentamiento de haitianos en
tierras dominicana!, ¡un desconocimiento una negación y una ofensa a la memoria
de tantos y tantas dominicanos que todo lo sacrificaron por la patria, por esta
patria de Duarte, de Sánchez y Mella!”.
Recordar
esas palabras de dignidad trae nostalgias de tiempos donde los intereses
nacionales eran mejor defendidos.
Y
aunque otros países también se negaron ---Honduras, Panamá y hasta las islas
del Caricom--- solo Balaguer pagó las consecuencias de la “afrenta”. Le costó
dos años de gobierno y una virulenta campaña de descrédito en su contra y de la
República.
Una
campaña infame sólo comparada con la que estamos sufriendo en estos momentos.
Porque,
como dice Vincho Castillo, hay que entender “la edad del conflicto”... Y en el
caso haitiano muchos están perdidos... O intentando construir “una nueva
historia”.
Incluidos
algunos llamados a tomar decisiones transcendentales en defensa de la soberanía
nacional.
Puntos de vista, Listín Diario
22
Septiembre 2014
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