FUERA DE CÁMARA
Una grave haitianización
Por César
Medina
El reportaje publicado ayer en este diario
–suscrito por dos periodistas veteranos y libres de cualquier sospecha,
Guillermo Pérez y Ramón Cruz Benzán–, sobre los niveles de haitianización de un
viejo barrio capitaleño, le pone los pelos de punta a cualquiera.
No se trata ya del llamado “Pequeño Haití”, de
los alrededores del mercado Modelo, donde la población haitiana fue creciendo
hasta salirse de control pero concentrada en ese perímetro… Este caso es
distinto: los haitianos se fueron adueñando poco a poco de un sector periférico
del barrio 27 de Febrero y en menos de diez años la proporción poblacional es
de diez haitianos por un dominicano.
La reseña periodística habla del miedo que
prevalece entre los pocos dominicanos que permanecen en el sector debido a las
constantes amenazas de los haitianos que han impuesto a la mala sus hábitos de
vida desordenada en medio de una convivencia marcada por la agresividad, las
riñas, los ruidos y la anarquía… … Viven amontonados en edificios desvencijados
alquilados en cuarterías, en condiciones sanitarias insalubres, haciendo sus
necesidades en cualquier lugar y en algunos casos a la vista de los viandantes
sin importarles un comino el pudo más elemental.
Es, en definitiva, el modo de vida que han
impuesto en el sector periférico del barrio 27 de Febrero y sus vías
colindantes… Creando un ambiente explosivo que estalló el pasado sábado cuando
un agente policial mató a uno de ellos.
Ahora
se conoce el drama
El drama que se vive en el sector de la
capital estalló ahora. Pero no es nuevo y los residentes en las inmediaciones
habían alertado sobre una situación que se veía llegar desde hace tiempo.
El mes pasado un diario destacó la denuncia de
una asociación de vecinos encabezada por un médico del hospital Darío Contreras
que dijo estar alarmada por la sobrepoblación haitiana en la vecindad.
En la ocasión se advirtió que los dominicanos
habían sido desplazados de un amplio perímetro del barrio 27 de Febrero por un
conglomerado que había impuesto sus costumbres y hábitos y que en las calles,
los negocios y en todo el sector ni siquiera se hablaba el español y
predominaba el creole, dialecto haitiano.
Lo mala noticia es que en esas condiciones hay
otros muchos sectores de la capital que han sido prácticamente ocupados por los
haitianos llegados ilegalmente en manadas al territorio dominicano.
¡Cuidadito
si los tocan!
El procurador Francisco Domínguez Brito
declaró ayer que es “inaceptable e inadmisible” la agresión de los haitianos el
pasado sábado contra la Policía, los periodistas y ciudadanos dominicanos
indefensos del barrio 27 de Febrero.
Pero se sabe que eso no pasará de una simple
expresión… ¿O acaso el honesto y serio Procurador recogerá a todos los
haitianos ilegales que viven en ese barrio para repatriarlos, como dice la ley,
que él está obligado a administrar? Claro que no hará eso, y a lo sumo someterá
a la Justicia a algunos de los ilegales díscolos que desafiaron no sólo las
leyes dominicanas, sino también a la autoridad policial y judicial, porque en
medio del desorden hasta un médico legista tuvo que pelar por un pistolón para
que no lo linchara la turbamulta.
El asunto es que los haitianos son
sencillamente intocables. Y ellos lo saben… ¡… Por eso actúan con tanta
insolencia y soberbia!.
Puntos
de vista, Listín Diario
23
Septiembre 2014
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