La conjura de la “apatridia”
Hace
apenas tres semanas escribí sobre la infame acusación contra nuestro país que
se había originado ante el subcomité de Relaciones Exteriores de la Cámara de
Representante del Congreso de los Estados Unidos por parte del Centro Robert
Kennedy, alegando falsamente que el Estado dominicano había desnacionalizado a
cientos de miles de supuestos dominicanos de origen haitiano, convirtiéndolos
en apátridas.
En
la semana pasada el Director del ACNUR Gonzalo Vargas Llosa anunció la
realización el próximo día 17 de septiembre de un conclave internacional de
apatridia en La Haya, patrocinado por ese organismo de Naciones Unidas, al cual
será llevada como una especie de heroína, la señora Juliana Deguis Pierre, para
lo cual se está gestionando el pasaporte correspondiente.
Una
conjura de grandes proporciones contra la Nación está en marcha. Según nuestras
informaciones está todo preparado para convertir a la señora Juliana Deguis en
un símbolo mundial contra el racismo y la xenofobia, que salió victoriosa
gracias a la presión internacional, frente al supuesto estado de Apartheid del
Caribe que representa República Dominicana, como diabólicamente idearon mentes
retorcidas del patio, conjuntamente con el gobierno haitiano y la comunidad
internacional.
El
plan está meridianamente claro. La comunidad internacional que ha mantenido a
Haití intervenido durante décadas y que no le ha interesado para nada resolver
el problema de la documentación de su población, pretende usar esa falta de
documentación para justificar la acusación apatridia contra la República
Dominicana, desconociendo que los hijos de haitianos ilegales nacidos en
nuestro territorio son haitianos por el Jus Sanguini ordenado por la
Constitución haitiana, por lo que jamás se podría alegar apatridia. Es bueno
precisar que el apátrida es aquella persona que carece de nacionalidad. ¿Por
qué le interesa tanto a la comunidad internacional y a la cuadrilla de
traidores del patio que le sirven, alegar apatridia para cientos de miles de
haitianos, hijos de ilegales que digan haber nacido en el territorio
dominicano? Porque conforme a los tratados internacionales la apatridia es el
único caso en que se puede obligar a un estado a otorgarle su nacionalidad a
una persona.
Resulta
clave para los planes de fusión de República Dominicana y Haití convertir a
cientos de miles de haitianos ilegales en ciudadanos dominicanos en corto
plazo; abriendo paso a la creación de un poder político-electoral determinante,
en capacidad de trazar políticas públicas de nuestro país.
El
plan macabro de alegar apatridia en el extranjero coincide con las quejas
externadas por el Centro Bonó y la llamada Plataforma 169, quejándose
amargamente de la Unidad Ejecutora del Ministerio de Interior y Policía
encargada de llevar a cabo el proceso en virtud de la Ley 169-14 y su
Reglamento 250. Las ONGs pagadas y los reconocidos traidores del patio, han
quedado al descubierto, cuando entre sus quejas fundamentales contra el
Ministerio de Interior y Policía y la Unidad Ejecutora del proceso está que la
misma requiere r a los solicitantes documentos de identificación de por lo
menos unos de sus padres extranjeros, lo que resulta imprescindible por lo
dispuesto en el Artículo 1 literal b de la Ley 169-14 referente al objeto mismo
de dicha norma legal.
Dicha
disposición establece que para acogerse a la Ley 169-14 no sólo hay que probar
el nacimiento en la República Dominicana, sino también que se es hijo de
extranjero en condición migratoria irregular no inscrito en el Registro Civil.
El
plan de ACNUR, Centro Bonó y demás ONGs es lograr la inscripción en el Libro de
Extranjería de la Junta Central Electoral sin tener que aportar ninguna
documentación probatoria que certifique que el solicitante es hijo de un
extranjero en condición migratoria irregular y, más importante aún, sin
establecer cual es su identidad real, que no puede ser probada sin la filiación
e identificación de al menos uno de sus padres.
El
móvil perverso de todas estas maquinaciones ha sido que el Estado dominicano y
sobre todo la Junta Central Electoral caiga de
manera ilegal e inconstitucional
en la trampa histórica de fabricar un libro de identidades inventadas y de
apátridas, ya que a Haití le bastaría con negar que las personas mencionadas en
la solicitudes como padres extranjeros sean ciudadanos de su país. De esa forma
el libro de Extranjería de la JCE quedaría como una prueba perfecta para
intentar validar las acusaciones infames de apatridia contra la República
Dominicana.
Ante
la existencia de esta poderosa conjura anuncio que en la tarde de hoy como
Diputado de la Fuerza Nacional Progresista estaré depositando en la Junta
Central Electoral una instancia formal denunciando la misma y requiriendo de
este organismo, como guardián supremo de la identidad civil en la República
Dominicana, verificar de forma estricta el cumplimiento de la Constitución y
las Leyes dominicanas y la necesidad imperiosa de salvaguardar la seguridad de
la identidad nacional, antes de proceder a cualquier inscripción de ciudadano
extranjero en virtud de la Ley 169-14 y su Reglamento 250.
¡La
conjura contra República Dominicana no pasará!
Puntos de vista, Listín Diario
1
Septiembre 2014
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