Ahora
no hablan de repatriados...
Una parte se extrañaba de que al mundo le cogiera la
barriga con denunciar situaciones que eran propias de un ejercicio pleno de
soberanía. La otra parte celebraba la ocurrencia, y la atribuía perversamente a
mal manejo de temas como migración y nacionalidad.
Un coro por aquí, y otro por allá, sin que se
lograra consenso, y entre los dominicanos existiera una sola actitud y el mismo
propósito.
Una casa dividida difícilmente pueda mantenerse
sobre sus cimientos, y el enfrentamiento interno favorecía la intervención de
países y organismos.
Todos, sin excepción, metieron la cuchara en el
guiso para echar las mejores carnes en el plato de los haitianos, y cualquier
protesta daba derecho al abuso.
Los dominicanos que no cejaron en defender su
territorio y las políticas de su gobierno, ahora se preguntan dónde están
Caricom, ONU, OEA y onegés del mundo, ante la afrenta de Venezuela a Colombia.
Maduro dijo se van todos, y a los colombianos no les
queda de otra que recogerse, incluso cargando hasta el sanitario de la casa.
Santos mira, y nada, pues primero la soberanía, y después la buena convivencia.
Que es lo que parece no entenderse aquí.
DIARIO LIBRE/29
AGO 2015
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