Weselowski,
en peligro de muerte
Por Guido Riggio
16 de septiembre de 2013
Después de
analizar las circunstancias y los antecedentes remotos y recientes de la
historia delictiva de la Iglesia hemos llegado a la razonable conclusión de que
la vida del pederasta nuncio Weselowski corre un grave peligro.
Sea por sus
propias manos -en forma de suicidio real o suicidio inducido- o sea por causa
de “muerte natural” -al estilo de Juan Pablo I- lo cierto es que la vida del
sacerdote polaco se encuentra en grave peligro.
Las recientes
declaraciones del vocero del Vaticano anunciando la decisión del papa de
retirarle la inmunidad diplomática para ponerlo en manos de la justicia
dominicana no deja de ser la clara señal que se le da nuncio para que
“sacrifique su vida como Cristo” por su Iglesia, tomando el honroso camino del
suicido, sea por “infarto” de cianuro o de la horca.
El Papa se
encuentra en una encrucijada: o lo protege destruyendo su imagen de papa serio
y renovador que pretende, o lo envía a Santo Domingo para que nuncio exponga
los más execrables detalles de los crímenes que se producen dentro curia
vaticana internacional y la criolla, en juicio público y contradictorio, en
presencia de la prensa internacional.
En Santo
Domingo se corre el riesgo de que el pederasta Wesolowski se destape y declare
con lujo de detalles quiénes conforman la red clerical internacional de sus
apandillados pederastas; decir con quienes otros curas compartía el harén de 48
monaguillos que le suministraba su compatriota y colega polaco de Juncalito.
Quiénes comían de sus carnes en las giras a Polonia. Cuánto cobraban por
brindar sus servicios.
Decir
públicamente si agasajaba en sus residencias vacacionales a los monseñores
polacos que lo visitaban con frecuencia brindándoles platillos de jovencillos
dominicanos.
Contar los
detalles de su escape y confesarle a la justicia dominicana quiénes se
confabularon con él, quienes se convirtieron en cómplices y reos de la justicia
por organizarle su salida y evadir la cárcel dominicana.
De lo que sí
estamos razonablemente convencidos es que el nuncio jamás pisará estas tierras
dominicanas, sea por causa de su muerte o por algún “artificio jurídico” donde
no descartamos la posibilidad de que la justicia dominicana le tire la toalla
al papa y declare que por tal o cual razón legal (Acuerdo de Viena) no va a
pedir la extradición del pederasta.
El sentido
común nos dice que los temas que aquí tratamos están siendo “negociados”. Se
huele una gran actividad diplomática entre las autoridades dominicanas y
vaticanas donde el Concordato Trujillista juega un rol importante, donde han de
encontrar “la razón legal” que les impedirá a las autoridades locales hacerles
justicia a estos niños dominicanos.
Se trata de
la Iglesia, el único dinosaurio medieval que ha sobrevivido a “la peste de la
modernidad, la razón y la ciencia que ha contaminado al hombre”.
El suicidio o
la “muerte natural” del nuncio es la mejor salida que tiene el Papa, el
Cardenal y su Iglesia. Aunque si sucede el papa quedará desacreditado.
Por lo que
entiendo, el nuncio Wesolowski es un cadáver viviente. A menos que el Papa
decida asumir el costo político y convertirse en cómplice, en criminal,
prometiéndole y garantizándole juzgarlo en Roma y luego acogerlo en una “cárcel
convento”.
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