lunes, 31 de agosto de 2015

“Todo es veneno y nada es veneno, tan sólo la dosis hace que algo no sea un veneno”.



Digital: una planta que cura y mata

Esta es una planta que les llamábamos vulgarmente “troqles”, una onomatopeya del sonido que producían cuando los niños jugábamos a hacer explotar sus campanillas, tapando con dos dedos los extremos abiertos y golpeándolas con fuerza contra la palma de la mano. Los mayores le daban varios nombres, entre ellos “estralotes” (en gallego viene a ser algo así como “estallidos” o “estallidores”), y “dedalera” por el parecido con un dedal que tenían sus flores campaniformes.

Científicamente se conoce como Digitalis purpurea.
Abundaban por gran cantidad de sitios no cultivados, y muchas veces escoltaban nuestro caminar al borde de los senderos con su porte majestuoso que podía superar el metro y medio de altura, mostrando un llamativo color rosáceo o rojo intenso. Hasta que comencé a interesarme por los temas de Naturaleza, no sospechaba que esa planta tan común para mí pudiera tener las propiedades que descubrí.

Afortunadamente no se me ocurrió nunca investigar a qué sabía la Digital, pues no resultaba nada extraño en mí infancia realizar mis propias analíticas empíricas sobre el sabor, textura y demás cuestiones ante cualquier fruto que llamara mi atención. Tal vez me detenía el fuerte olor que desprendía cuando estrujaba los tallos.

Más tarde supe que aquella planta era una auténtica joya para la farmacología. Produce una serie de sustancias activas encuadradas dentro de los glucósidos, taninos, ácidos, etc., de gran utilidad en las afecciones cardíacas, es más, tales sustancias (digitoxina, gitoxina, digoxina, digitoflavina…), todavía no han podido ser sustituidas por ningún otro producto, y por tanto esta planta es, en ese sentido, “única”.

Desde hace siglos se ha utilizado la Digital como un excelente cicatrizante de las heridas externas, pero su uso interno ya son palabras mayores, y ese campo queda absolutamente reservado a la farmacología.

Una dosis adecuada permite regular con eficacia el ritmo cardíaco, pero es tan crítica y ajustada, que un solo gramo de más puede traer serias consecuencias. La dosis administrada puede resultar una medicina o un veneno: diez gramos de una hoja de Digital puede causar la muerte a un adulto. A los pocos minutos de su ingestión se producen severas arritmias cardiacas, la actividad del sistema nervioso simpático queda inhibido y el corazón reduce drásticamente su latido y presión arterial, como consecuencia se alcanza la muerte súbita por parada cardiaca.

A este respecto, cabe citar a Paracelso, el famoso médico y alquimista de la Edad Media, precursor de la actual farmacología: “Todo es veneno y nada es veneno, tan sólo la dosis hace que algo no sea un veneno”.
Ya veis, esta planta puede ser nuestra aliada o nuestra enemiga, todo depende de la “dosis” con que se mire.

Agro y jardinería Digital: una planta que cura y mata
http://www.natureduca.com/blog/digital-una-planta-que-cura-y-mata/


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Digitalis purpurea
(Tomado de Wikipedia)

Digitalis purpurea, cuyos nombres comunes son dedalera, digital,
cartucho, chupamieles, guante de Nuestra Señora, San Juan, bilicroques, guantelete, estaxón (Asturias) o viluria, es una especie de planta herbácea bienal de la familia de las plantagináceas.

La distintiva flor de la digital - cuya forma, similar a un dedal, dio lugar a su nombre- y sus hojas, contienen una poderosa toxina, la digitalina, que afecta el funcionamiento cardíaco. Extremadamente venenosas si se consumen, el extracto del principio activo ha sido empleado como medicación para la arritmia y otras deficiencias cardíacas desde finales del siglo XVIII.

La digitoxina y la digoxina presentes en las hojas, flores y semillas de la digital la protegen del ataque de predadores. Su ingesta es fatal con frecuencia.  Este incremento produce un efecto inotrópico positivo. También se produce un efecto vagal en el sistema nervioso parasimpático, y por esta razón se utiliza en la regulación de las arritmias cardíacas y para enlentecer las pulsaciones del ventrículo en la fibrilación ventricular. Debido al efecto vagal la digital no tiene efectividad cuando el paciente tiene el sistema nervioso simpático al límite, lo cual es el caso de las personas gravemente enfermas.

La toxicidad de la digital (intoxicación digitálica) es el resultado de una sobredosificación y produce una visión amarilla (xantopsia) y la aparición de visión de perfiles desdibujados (halos), además de bradicardia en casos extremos. Debido a que uno de los efectos secundarios de la digital es la reducción del apetito, algunos individuos han abusado de ella como una ayuda en la pérdida de peso.

La digital es un ejemplo clásico de droga derivada de una planta y antiguamente usada por herboristas, quienes hace tiempo que la dejaron de utilizar debido al estrecho margen de seguridad terapéutica y la dificultad, en consecuencia, de determinar la cantidad de sustancia activa adecuada en las preparaciones herbales.

Cuando se conoció la utilidad de la digital en la regulación del pulso, se empleó con una gran variedad de propósitos, incluido el tratamiento de la epilepsia y otros desórdenes, aunque hoy en día se ha reconocido que era un uso inapropiado.

Nombres comunes
Castellano: alcahueta del cerezo, azalda, bragas de cucu, brotónica real, cachapeiro, cachipeiro, calzón de cuco, calzones, calzones de cuquillo, calzones de zorra, campanas de san juan, campanilla, campanillones, catechos, chupamieles, chupamielis, chupera, dedal de doncella, dedal de monja, dedal de princesa, dedalera, dedales, dedales de monja, dedil, dedillos de Dios, digital, digitalina, digital purpúrea, emborrachacabras, estallones, estallos, flor de la castañuela, flor de la monda, gilora, giloria, goldaperra, gualdaperra, gualdrapera, guante de la Virgen, guantera, jiloria, lobera, manguitos de cuco, mata de lagartija, mataperla, pantalones del cucu, pasionaria, restallo, sanjuan, sanjuanines, tarantaina, triscos, tristera, villoria, viloria, viluria, vueltaperra, zapatitos de Cristo.

domingo, 30 de agosto de 2015

Plan de Regularización altamente oneroso para el Estado en el que decenas de miles fueron inscritos sin documento alguno

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¿Qué más quieren?



Por: Juan Miguel Castillo Pantaleón

Los hijos de extranjeros ilegales no son dominicanos desde 1929. Desde el 20 de junio de 1929, la Constitución dominicana excluyó de la nacionalidad dominicana a los nacidos en territorio dominicano que fueren hijos de extranjeros en tránsito. Desde entonces, de manera invariable en todas las reformas constitucionales hasta la actualidad, se ha establecido que no todos los hijos de extranjeros nacidos en el territorio pueden ser dominicanos. Es el mismo modelo que se repite en las Constituciones de más de un centenar de otros países en todo el mundo.

Confirmación de la regla. Esta disposición constitucional dominicana había sido reconocida y confirmada por la jurisprudencia nacional numerosas veces. Por ejemplo, en 1982 la Suprema Corte de Justicia declaró que es extranjero en tránsito o transeúnte “Aquel que no haya hecho la prueba de que haya sido autorizado a establecer domicilio en la República”, (Boletín Judicial No. 865, pág. 2375); también en 1983 la SCJ reiteró la definición sobre extranjero transeúnte, precisando que es aquel que “no ha hecho la prueba de que ha sido autorizado por el Poder Ejecutivo para establecer su domicilio en el país, en los términos del artículo 13 del Código Civil”, (Boletín Judicial No. 867, pág. 698); en ese mismo año reiteró el criterio sobre el extranjero transeúnte como “El extranjero sin residencia permanente en el territorio de la República Dominicana”, (Boletín Judicial No. 868, pág. 882); y también en 1998 la SCJ reiteró el mismo criterio sobre extranjero transeúnte como extranjero sin residencia permanente en el territorio de la República Dominicana, (Boletín Judicial No. 1047, págs. 267-275).

En el año 2004 la Ley General de Migración No. 285 clasificó los extranjeros en Residentes y No Residentes y ratificó que los No residentes son las llamadas “personas en Tránsito” por la Constitución.

En el año 2005 la Suprema Corte de Justicia declaró dicha Ley No. 285-04 sobre Migración “conforme a la Constitución” y reiteró el criterio de que los hijos nacidos en el territorio nacional de padres
extranjeros no residentes legales son personas en tránsito y que no les corresponde la nacionalidad dominicana (Sentencia No. 9, Boletín Judicial No. 1129).

En el año 2010 la reforma constitucional reiteró este principio sobre la nacionalidad dominicana existente invariablemente desde el año 1929, excluyéndola a los hijos de extranjeros en tránsito e ilegales (artículo 18.3).

En el año 2011, el Reglamento de Aplicación de la Ley General de Migración (art. 3, Decreto No. 631-11) reiteró que son considerados “en tránsito” los extranjeros sin residencia permanente (Gaceta Oficial No. 10644, de fecha 28 de octubre de 2011).

En el año 2013 el Tribunal Constitucional de la República Dominicana, mediante Sentencia No. 168-13, reiteró este principio, implantado desde 1929, de que a los hijos de extranjeros que no cuentan con residencia legal no les corresponde la nacionalidad dominicana por ser hijos de extranjero en tránsito.

El control migratorio eludido. Causa de la presencia masiva de extranjeros haitianos ilegales. En todos los países organizados existen reglas para la entrada y permanencia de extranjeros en sus territorios. República Dominicana debió regular su migración desde 1929, como lo hacen los países organizados, vigilando la concesión de visas de ingreso, exigiendo la inscripción de nacimientos de extranjeros en sus respectivos consulados, supervisando la inscripción de nacimientos de extranjeros en libros para extranjeros, implantando la prohibición de establecer residencia a quienes no calificasen, extrañando del territorio a quienes violasen sus leyes, incluyendo las migratorias y, en fin, ejerciendo plenamente el derecho soberano de regular su migración. No lo hizo con rigor y una cantidad de circunstancias acumuló la presencia de grandes cantidades de extranjeros ilegales en su territorio; extranjeros que permanecieron por años, que en muchos casos tuvieron descendencia, y que tal descendencia, incluso, fue irregularmente registrada en los Libros de actas del Estado Civil en violación de la Constitución y la ley. No fue sino a partir del año 2013, por mandato de la sentencia del Tribunal Constitucional 168-13, que el Estado dominicano, de forma integral, se dispuso a poner orden. Mas no lo hizo de la mejor manera.

Génesis de la voluntad de organizar. Lo que se está haciendo. La sentencia 168-13 marcó el tiro de largada de la organización migratoria y de la nacionalidad dominicana. Sin esa decisión y sus mandatos, la situación de la presencia masiva de indocumentados en el país hubiese continuado creciendo.

El gobierno dominicano, mediante varios instrumentos legales, hizo concesiones hasta inconstitucionales para acomodar situaciones acumuladas por años: El Decreto 327-13 que estableció el Plan Nacional de Regularización violaba la Ley de Migración y la Constitución al prohibir las deportaciones y estimular el ingreso de nuevos inmigrantes, entre otros yerros y desaciertos, pero reflejaba la intención regular la situación de la presencia de inmigrantes; La Ley 169-14, que pretendía un procedimiento de naturalización expedita para aquellos extranjeros irregularmente inscritos en los Libros del Registro del Estado Civil, utilizó una terminología confusa que, de haber sido erróneamente aplicada, podría haber violado la sentencia del Tribunal Constitucional, pero con gran generosidad manejó los casos de extranjeros que se creían dominicanos; y el Decreto 250-14 del Reglamento de Aplicación de la anteriormente mencionada ley de naturalización, en su formulación contradecía la propia ley que pretendía reglamentar, entre otros descuidos y defectos. Esa fue la manera de dar cumplimiento a la sentencia TC168-13. Tal vez no la mejor, pero la que enviaba el mensaje de que la anarquía migratoria estaba llegando a su fin.


Balance preliminar. Mal que bien, ya a mediados del año 2015 terminaron todos los procesos instituidos por dichas normas, terminaron todos los plazos, y el balance ha sido una concesión gigantesca a favor de los extranjeros en situación ilegal en República Dominicana: más de 288,000 inscritos en un Plan de Regularización altamente oneroso para el Estado en el que decenas de miles fueron inscritos sin documento alguno; más de 50,000 naturalizaciones expeditas de extranjeros y, evidentemente, sus descendientes; y, según reseña la prensa local, fuera de toda normativa, un número indeterminado de regularizaciones de estudiantes, cañeros y trabajadores agrícolas. Por concesión graciosa de las nuevas normas, se ha visto favorecida una cantidad enorme de personas con derechos que no le correspondían, en una especie de borrón y cuenta nueva que marca el arranque de una política migratoria más sistematizada. El Estado dominicano hizo una claudicación de soberanía para complacer exigencias de grupos minoritarios, intrusos y foráneos y para hacer una especie de mea culpa administrativa a las debilidades acumuladas por años.

Insatisfechos. Tan dócil capitulación, sin embargo, no ha sido suficiente para partes interesadas. Tanto Haití como funcionarios de otros países, organismos internacionales y agentes locales no se sienten satisfechos. Quieren más.

Haití es un Estado fallido e inviable, pero es una excusa inagotable para la mendicidad de recursos que se recaudan, dilapidan y canibalizan en manos de personalidades que los administran, élites gobernantes corrompidas y complacientes y una miríada de Ong´s insaciables que concurren en su malversación. El pueblo haitiano, sin embargo, al no percibir esos recursos, no tiene otro camino que buscar oportunidades fuera de su suelo. La cínica comunidad internacional no lo quiere en sus territorios y dirige la vista hacia República Dominicana como objetivo de destino final de esa migración.

La voluntad gubernamental de poner la casa en orden, obligada por el malletazo dado por el Tribunal Constitucional, ha obstaculizado la forma utilizada históricamente por los grandes beneficiarios del desorden para alcanzar sus propósitos. Por esta razón se sienten insatisfechos, y han empezado a transitar nuevas vías de lograr metas: Desde fuera, campañas de descrédito, presiones internacionales, exigencias, acusaciones, censuras, reproches, mentiras y calumnias son algunas de ellas. Y desde dentro, una nueva ofensiva contra esa sentencia histórica 168-13 que obligó a poner freno al desorden de la inmigración descontrolada y blindó la identidad dominicana.

Injerencia extranjera. En la actualidad, el elemento novedoso y preocupante lo constituye la mención recurrente y coordinada de dos frases: que la aplicación de las leyes de migración y nacionalidad por parte del Estado dominicano en relación con los inmigrantes ilegales haitianos “amenaza la paz regional” y que la repatriación de los haitianos hacia su país puede acarrear una “catástrofe humanitaria”.

Considerar que estas repetitivas menciones tiene el propósito de justificar una eventual intervención que atentaría contra la soberanía del Estado dominicano no es una suposición vana ni descabellada. La amenaza de la paz es la vía que tanto las Cartas de la OEA (art. 29), como de la ONU (arts. 39 y 42) legitiman la intervención para el mantenimiento de la paz. La doctrina y la costumbre internacionales han igualmente estimado como legítima la intervención por razones humanitarias o cuando interviene grave violación de los derechos humanos.

Así, esta nueva ofensiva, surgida a pesar de las concesiones antes mencionadas, viene a confirmar la impresión de que, desde hace décadas, la comunidad internacional quiere fabricar una solución dominicana a la problemática demográfica haitiana, y que la actual coyuntura puede ser aprovechada para imponerla.

Indicios históricos de las intenciones de unificación. Ya en el año 1948, la ONU había enviado una misión a la empobrecida nación vecina, que había concluido con una preocupante recomendación: “La Misión recomienda que considere seriamente la posibilidad de alentar la emigración como medio de aliviar la presión poblacional. En la órbita general del Caribe hay países cuyas poblaciones poco pobladas es en gran parte del mismo valor que la de Haití, que han dado a conocer su voluntad y deseo de recibir inmigrantes para ayudar a desarrollar sus recursos naturales. La emigración de Haití debe tomar preferentemente la forma de mudar las unidades familiares enteras de las zonas agrícolas sobre-pobladas para su establecimiento permanente en el país de inmigración, contrario a la emigración principalmente estacional o temporal que ha tenido lugar en el pasado. Tanto las Naciones Unidas como Organización Internacional del Trabajo ordenarán facilidades para prestación de asistencia técnica y asesoramiento sobre la aplicación de la política aquí recomendada” (Cf. Mission to Haiti, Report of the United Nations Mission of Technical Assistance to the Republic of Haiti, United Nations Publications, Lake Success, New York, july 1949, pág. 12).

Igualmente, en el mes de octubre de 1999, la Comisión de Desarrollo y Cooperación del Parlamento Europeo, al rendir su informe sobre el seguimiento de los proyectos financiados por la Unión Europea en Haïtí y República Dominicana, había llamado la atención para identificar claramente las probables razones de existencia de instituciones de la llamada “sociedad civil” como parte de un plan estratégico enderezado a propósitos muy definidos: la “búsqueda de la identidad de la mano de obra de Haïtí nacida en la República Dominicana” y que “la República Dominicana debería estudiar la posibilidad de adoptar otros movimientos migratorios desde su país dirigiéndose, por ejemplo, a España y sacar las conclusiones socio-políticas al respecto” (el informe fue publicado íntegramente por el periódico La Nación, Santo Domingo, martes 20 de junio del 2000).

En el mismo sentido, desde el año 1999 los informes anuales que ha preparado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de los Estados Americanos han acusado de manera permanente a la República Dominicana de violar los derechos humanos de los descendientes de haitianos nacidos en el país por no otorgarles la nacionalidad dominicana.

Y el Departamento de Estado del gobierno norteamericano, de igual manera, año tras año al presentar su informe sobre República Dominicana, afirma que se violan los derechos humanos de los haitianos nacidos en RD si no se les reconoce la supuesta condición de dominicanos.

Por su parte, a partir del año 2005, luego de la sentencia Yean y Bosico, la Corte Interamericana de Derechos Humanos afirmó la supuesta apatridia de los hijos de haitianos ilegales nacidos en el país, si no son asumidos como dominicanos. En el último de los casos apoderados a esa jurisdicción cuya jurisdicción no había sido reconocida válidamente por el Estado dominicano, incluso, el país fue condenado por supuestamente violar derechos humanos al repatriar inmigrantes ilegales haitianos, algunos de los cuales habían hecho uso de documentos falsos de identidad dominicanos.

En el año 2009, mientras visitó República Dominicana, el ex presidente norteamericano Jimmy Carter, produjo declaraciones a la prensa en el sentido de llamarle la atención sobre que no hay forma de que los dominicanos puedan evitar la migración haitiana (periódico Hoy, Santo Domingo, 9 de octubre de 2009, pág. 6A). Apenas tres meses después del terremoto ocurrido en Haïtí el 12 de enero 2010, técnicos del Banco Mundial presentaron documentos de trabajo que exploraron y evaluaron la viabilidad de la unión entre las dos repúblicas caribeñas, al menos en el plano económico y monetario (Till Geography do us part? Prolegomena to an Economic and Monetary Union between the Dominican Republic and Haiti, Policy Research Working Paper, The World Bank Latin American and the Caribbean Region Poverty Reduction and Economic Management, March 2010).

Entonces. ¿Qué más quieren? ¿Qué buscan realmente las denuncias de deportaciones masivas que no han ocurrido, las denuncias de violaciones de derechos humanos que no han tenido lugar, las exigencias para que República Dominicana deje en su territorio tantos y tantos extranjeros ilegales que llegaron y permanecen sólo por la transgresión de las leyes nacionales? ¿Qué persigue la nueva ofensiva interna contra la sentencia 168-13 a pesar de que, por ley 169-14, fuera concedida una adjudicación expedita de la nacionalidad dominicana a miles de nacidos en el país, hijos de ilegales, pero que fueron declarados como dominicanos y asumieron tal suposición desde 1929?

Muchos dominicanos preocupados pensamos que todos estos elementos citados, apuntan a que no se trata de derechos humanos de nadie lo que procura este revuelo artificioso de países, organismos, personalidades y activistas.

La respuesta a la pregunta que nos formulamos tiende más a confirmar la intención, reflejada en todos los antecedentes históricos mencionados, de que el propósito perseguido es el de encontrar a mediano plazo la solución regional del problema haitiano en la República Dominicana. Y parece ser tan fuerte la voluntad y tantos los recursos económicos en juego en torno a la consecución de este despropósito, que parecen haberse perdido todos los límites morales, en una cruzada contra la autodeterminación de la República Dominicana.

El gobierno y la sociedad dominicana sólo tienen por delante el camino, en las presentes circunstancias, de definir clara y firmemente sus fronteras físicas, proteger su soberanía y enfrentar con unidad, gallardía y consistencia este nuevo desafío en la historia de su independencia.


sábado, 29 de agosto de 2015

Le da nuncio para que “sacrifique su vida como Cristo” por su Iglesia, de “muerte natural”.


Weselowski,
en peligro de muerte


Por Guido Riggio
16 de septiembre de 2013


Después de analizar las circunstancias y los antecedentes remotos y recientes de la historia delictiva de la Iglesia hemos llegado a la razonable conclusión de que la vida del pederasta nuncio Weselowski corre un grave peligro.

Sea por sus propias manos -en forma de suicidio real o suicidio inducido- o sea por causa de “muerte natural” -al estilo de Juan Pablo I- lo cierto es que la vida del sacerdote polaco se encuentra en grave peligro.

Las recientes declaraciones del vocero del Vaticano anunciando la decisión del papa de retirarle la inmunidad diplomática para ponerlo en manos de la justicia dominicana no deja de ser la clara señal que se le da nuncio para que “sacrifique su vida como Cristo” por su Iglesia, tomando el honroso camino del suicido, sea por “infarto” de cianuro o de la horca.

El Papa se encuentra en una encrucijada: o lo protege destruyendo su imagen de papa serio y renovador que pretende, o lo envía a Santo Domingo para que nuncio exponga  los más execrables detalles de los crímenes que se producen dentro curia vaticana internacional y la criolla, en juicio público y contradictorio, en presencia de la prensa internacional.

En Santo Domingo se corre el riesgo de que el pederasta Wesolowski se destape y declare con lujo de detalles quiénes conforman la red clerical internacional de sus apandillados pederastas; decir con quienes otros curas compartía el harén de 48 monaguillos que le suministraba su compatriota y colega polaco de Juncalito. Quiénes comían de sus carnes en las giras a Polonia. Cuánto cobraban por brindar sus servicios.

Decir públicamente si agasajaba en sus residencias vacacionales a los monseñores polacos que lo visitaban con frecuencia brindándoles platillos de jovencillos dominicanos.

Contar los detalles de su escape y confesarle a la justicia dominicana quiénes se confabularon con él, quienes se convirtieron en cómplices y reos de la justicia por organizarle su salida y evadir la cárcel dominicana.

De lo que sí estamos razonablemente convencidos es que el nuncio jamás pisará estas tierras dominicanas, sea por causa de su muerte o por algún “artificio jurídico” donde no descartamos la posibilidad de que la justicia dominicana le tire la toalla al papa y declare que por tal o cual razón legal (Acuerdo de Viena) no va a pedir la extradición del pederasta.

El sentido común nos dice que los temas que aquí tratamos están siendo “negociados”. Se huele una gran actividad diplomática entre las autoridades dominicanas y vaticanas donde el Concordato Trujillista juega un rol importante, donde han de encontrar “la razón legal” que les impedirá a las autoridades locales hacerles justicia a estos niños dominicanos.

Se trata de la Iglesia, el único dinosaurio medieval que ha sobrevivido a “la peste de la modernidad, la razón y la ciencia que ha contaminado al hombre”.
 
Jozef Wesolowski
El suicidio o la “muerte natural” del nuncio es la mejor salida que tiene el Papa, el Cardenal y su Iglesia. Aunque si sucede el papa quedará desacreditado.

Por lo que entiendo, el nuncio Wesolowski es un cadáver viviente. A menos que el Papa decida asumir el costo político y convertirse en cómplice, en criminal, prometiéndole y garantizándole juzgarlo en Roma y luego acogerlo en una “cárcel convento”.

La desfachatez de los políticos dominicanos se inauguró con la Restauración de la República

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Los políticos según Winston Churchill

Por Fabio Herrera Miniño

El formidable político inglés de la primera mitad del siglo XX, Sir Winston Churchill, expresó la mejor sentencia para definir a los políticos al decir que: “a los políticos como los pañales hay que desecharlos diariamente por la misma razón”, sabia sentencia que retrata de cuerpo entero el sentir universal acerca de la calidad de los políticos que pululan en todos los países interrumpiendo la vida en armonía de los conglomerados humanos que ven menguar sus esperanzas de mejoría por esas actividades tan reñidas con la honestidad.

El asalto al erario de los políticos dominicanos arrancó en el mismo año que nació la Patria y ahora con mayor desenfado, menos vergüenza y más impunidad, generando una riqueza despiadada de sectores que su suerte ha sido estar en el lugar correcto y en el partido correcto para disfrutar de los beneficios derivados del ejercicio democrático del poder instaurado en el país desde 1962.

La desfachatez de los políticos dominicanos se inauguró con fuerzas y se asentó en la vida política a partir de la Restauración, cuando la nueva clase política que surgió en ese entonces entendía que el Estado debía compensarle sus sacrificios para lograr la salida de los españoles para volver a las andadas de las montoneras con los gobiernos que no duraban mucho tiempo, ya que eran desplazados rápidamente por el próximo aventurero que tuviera más agallas que hasta algunos prefirieron ser regionales y reinar en sus comarcas y hasta se quedaban en sus pueblos marítimos para servirse generosamente de los ingresos aduanales.

Para inicios del siglo XX, los norteamericanos iban conformando su política de dominio mundial y con la construcción del canal de Panamá en 1914, con una región caribeña casi toda controlada por ellos o sus aliados ingleses o franceses, en los albores de la Primera Guerra Mundial y ante la intranquilidad dominicana que se desató después del asesinato de Ramón Cáceres en 1911 con el desorden de gobiernos efímeros y de generales de la montonera y de sus regiones, como el caso de Desiderio Arias en la Línea Noroeste con sus exigencias de dinero público y otros que se creyeran generales con dos o tres seguidores que eran sus tropas para exigirle prebendas a los endebles gobiernos que no duraban mucho, por lo que, después de que Haití fuera ocupado por los Estados Unidos, era cosa de tiempo su llegada al país ya que dominaban tanto a Cuba como a Puerto Rico quedando tan solo en 1916, y en plena Primera Guerra Mundial, su ocupación de la República Dominicana.
 
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Los pasados 55 años han sido antológicos por la corrupción
Los pasados 55 años han sido de antología por los actos de corrupción que se han cometido en la forma de cómo se han dilapidado los recursos y propiedades públicas con las maniobras más diversas, desde desmantelar la industria azucarera estatal hasta distribuir entre empresarios y políticos todo el sistema de producción de energía eléctrica, desmembrando el sistema oficial desde 1996 para convertirlo en una serie de entelequias que solo han servido para encarecer el servicio, con una empleomanía excesiva para hacerlo más inestable con supuestos circuitos “24 horas” y escaso suministro, enriqueciendo a unos burócratas que disfrutan del privilegio de estar cerca de los poderosos sectores del gobierno de la ocasión.

En pleno siglo XXI, la corrupción es parte de la cultura y el accionar de los dominicanos que van atrás de un cargo público.
En los tres partidos la corrupción han sido parte de ellos
Ahora el gobierno concede las más diversas prebendas con el dinero del presupuesto, arrancando los recursos del patrimonio y de los ingresos de las recaudaciones normales y hasta de los préstamos para darle de comer a la boa política que ha llevado a conformar un Estado patriarcal. Los militares, ahora sin nombres sonoros como aquellos del siglo pasado y durante las administraciones del doctor Balaguer, que infundían temor como herencia de lo que había sido durante la dictadura de Trujillo, se han convertido en una logia mucho más reservada y de bajo perfil, pero siempre obteniendo ventajas a cuenta del sacrifico por la Patria.


 29 Agosto de 2015

¿Por qué nadie se mete con Venezuela?


Ahora no hablan de repatriados...
 
Frontera Venezuela-Colombia, río Táchira
Una parte se extrañaba de que al mundo le cogiera la barriga con denunciar situaciones que eran propias de un ejercicio pleno de soberanía. La otra parte celebraba la ocurrencia, y la atribuía perversamente a mal manejo de temas como migración y nacionalidad.

Un coro por aquí, y otro por allá, sin que se lograra consenso, y entre los dominicanos existiera una sola actitud y el mismo propósito.

Una casa dividida difícilmente pueda mantenerse sobre sus cimientos, y el enfrentamiento interno favorecía la intervención de países y organismos.

Todos, sin excepción, metieron la cuchara en el guiso para echar las mejores carnes en el plato de los haitianos, y cualquier protesta daba derecho al abuso.

Los dominicanos que no cejaron en defender su territorio y las políticas de su gobierno, ahora se preguntan dónde están Caricom, ONU, OEA y onegés del mundo, ante la afrenta de Venezuela a Colombia.

Maduro dijo se van todos, y a los colombianos no les queda de otra que recogerse, incluso cargando hasta el sanitario de la casa. Santos mira, y nada, pues primero la soberanía, y después la buena convivencia.

Que es lo que parece no entenderse aquí.

DIARIO LIBRE/29 AGO 2015


Ningún militar o político dominicano quiso invadir haití con fines de poseer la isla completa

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Se apuesta a la guerra


Por: Manuel Bergés hijo

Estamos viendo que desde hace años los habitantes de nuestra compartida isla estamos recibiendo cada día, mayores señales de las naciones desarrolladas, de que no somos ciudadanos a quienes les plazca sobremanera tener dentro de sus fronteras.

Por eso realizan con todos los medios a su alcance y en colaboración con pseudodominicanos las más variadas estrategias o estratagemas para lograr la fusión de ambas naciones.

Así nos “obligaron” con el permiso en su momento del presidente Balaguer, a que para pertenecer al grupo de Lomé IV y supuestamente disfrutar de sus beneficios, como excolonia europea, que solo podíamos hacerlo, del brazo de los vecinos haitianos.

De modo que por la politiquería y para pedir limosnas internacionales, nuestros políticos en un gesto simplón y comunitario, nos llevaron del brazo extendido y la mano abierta de los vecinos, a Lomé, quienes de seguro nos admitirían y en consecuencia, de las migajas a Haití, nosotros comeríamos.

Y así ha sido. Han enganchado o supeditado las donaciones a proyectos en conjunto para supuestamente viabilizar una mejor calidad de vida de ambos países, cuando en la realidad es solo la de ellos, los vecinos haitianos: proyecto de un puente en la frontera, para que ellos pasen de allá para acá; una carretera en el Norte para enlazar a Montecristi con Cabo Haitiano; la remodelación del Muelle de Manzanillo para que ellos lo utilicen; la represa de varios de nuestros ríos para que el agua nuestra que tanta falta nos hace, sea aprovechada por ellos, que ya secaron sus ríos y acabaron con su foresta. De esta manera, los vecinos haitianos no tienen que intentar cruzar los mares en botes y solo se les deja abierta, la puerta fronteriza nuestra, que los poderosos ordenan que no se custodie.

La ONU intervino Haití luego de o con motivo de la caída o salida de Jean Bertrand Aristide (Titi) y en ese período no contribuyeron a democratizarle ni a desarrollarle, sino que los poderosos imperiales, procedieron a desarmar ese país y además como contrapartida, nos armaron militarmente. Sí, nos donaron y nos vendieron armamento bélico de todo tipo, incluyendo entrenamiento en sus bases militares, tanto en América latina, como en su territorio continental.

¿Con qué fin? Nosotros armados y Haití desarmado. Obviamente para que en algún momento les sojuzgáramos. Eso no ocurrió. Ningún militar o político dominicano quiso invadir con fines de poseer la isla completa. Obviamente, porque conocemos el tema. Ellos allá y nosotros aquí.

Con el paso de los años, se recrudeció el deseo imperial de impedir que los haitianos fuesen a los territorios imperiales, ya sea por sus atávicas enfermedades, su atraso cultural, o por ser negros; por una cualquiera de esas razones o por todas.

Lo cierto es que no los quieren allá, ni en América, ni en Europa.

Las naciones grandes y poderosas, están tratando de fusionar la isla,
para eliminar el entusiasmo haitiano de emigrar a sus imperiales territorios y para eso cuentan con sus dólares y ya con la colaboración de malos dominicanos... que les ayudan por paga, a esos malvados deseos.

Ahí permanece la MINUSTAH, sin hacer nada... y se ha ido desintegrando poco a poco ante ese desgaste propio del que no hace nada.

Pero si hacen... permitir ante su mirada complaciente la formación de un nuevo Ejército haitiano, que ya posee 15,000 hombres, entrenándose sus líderes, en una Academia en la supuestamente hermana República de Ecuador.

No era el deseo ni el comportamiento puro de Simón Bolívar, pero con amigos así, no se necesitan enemigos.

Haití, como Estado fallido, no tiene fondos para crear un ejército. Los poderosos lo han creado. Así, surge la pregunta anterior de por qué desarmaron a Haití y nos armaron a nosotros y ahora ¿por qué los arman... de nuevo?

Es más que evidente, que los poderosos apuestan a la guerra entre ambas naciones. Que tengamos una lucha similar, a la reciente de los Balkanes y así se decide cuál de los dos es el propietario titular de la isla.

En el interín, nos envían a los señores de la OEA a decirnos en informes de papeles que aguantan de todo, “que existen personas en riesgo de no contar con ninguna nacionalidad reconocida”, cuando ellos saben, que tanto en RD como en Haití, predomina constitucionalmente el “Ius sanguinis”, es decir, cualquier dominicano hijo de padres y madres dominicanos, donde quiera que nazca, es dominicano”, como cualquier hijo de haitiano es haitiano donde quiera que nazca, lo cual significa, que no es como la OEA pretende engañar al mundo, señalando que en RD hay personas sin nacionalidad.

No, Señores, todos los que están en nuestro territorio, tienen alguna nacionalidad reconocida, no son apátridas. 


Con la invasión haitiana pacífica y la supuesta protección internacional del lado oriental de la isla, se llenará aún más RD, unida a la infausta declaración de nuestro Canciller quien gratamente les invita a venir al país, cuando expresa: “Que no habrá deportaciones”, y en consecuencia, nos veremos eventualmente forzados en defensa de nuestra soberanía, a redefinir nuestro territorio y para hacerlo habría que hacer la guerra, pues ya ambos estamos armados, no por decisión soberana de cada país, sino por voluntad de los poderosos... que apuestan a esa guerra.

La comunidad internacional que ya se declaró incompetente para solucionar el problema, no se inmiscuiría en el conflicto bélico, sino, luego de que lleguemos a la capital vecina; en cuyo caso, intervendrían, no para volver a restablecer los territorios ocupados, sino para ratificar que ya que tenemos el control total de la isla, y se mantenga un régimen uniforme para todos.

Los habitantes o súbditos de ambos países ¿permaneceremos tranquilos...? Sin osar violar los territorios imperiales.

Pareciera que este panorama no está tan lejano y mientras la nación dominicana siga pidiendo como pordiosera internacional, y abrumándonos con préstamos internacionales, en lugar de trabajar incansablemente por nuestro desarrollo, (Trabajemos para y por la Patria que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos. Ideario de Duarte) damos la absurda oportunidad a los modernos Guacanagarix junto a los poderosos de la Tierra, a que decidan cual es la suerte de los dominicanos.

Ya Juan Pablo Duarte lo dijo: “Los enemigos de la Patria, por consiguiente nuestros, están todos muy acordes en estas ideas: destruir la nacionalidad aunque para ello sea preciso aniquilar a la Nación entera”; y posteriormente sentenció: mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos siempre serán víctimas de sus maquinaciones.®

¡Solo siendo dominicano, se siente lo que yo siento!


11 de agosto de 2015