30 Mayo 2014
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Conspiración internacional y la realidad migratoria en RD
PONER
CASO.- El gobierno tiene que ponerle caso a los que ahora dicen que la
actual situación es consecuencia de un descuido de años. Que no se tenía una
buena ley de migración o no se aplicaba con la rigurosidad debida. Ahora no se
puede seguir en lo mismo, pues las lluvias de entonces han provocado estos
lodos que amenazan con sepultarlo todo. La sentencia del Tribunal
Constitucional despertó la República de su largo sueño, y al hacerlo se vio
cercada por poderes extraños e infiltrada por dominicanos que se ganan el pan
de cada día sin sudarlo, como sirvientes de intereses contrarios a la
soberanía. Lo que se lleva hecho no será suficiente si no se diseña una
estrategia más acorde con la nueva realidad. El haitiano antes se conformaba
con que les dieran trabajo, y ni siquiera les importaba si era mal pagado. La
invasión era pacífica y consentida. Ahora el haitiano quiere la nacionalidad
dominicana y de ser posible, tener más derechos que el ciudadano de origen. Y
no se trata de un simple deseo, de una lucha sencilla, sino de toda una
conspiración internacional…
ELLOS.- Con ser más consciente de su realidad migratoria el país no violaría
ningún código ni acuerdo, sino simplemente reorientaría sus políticas en la
materia.
Lo mismo que hacen las grandes potencias, la llamada Comunidad
Internacional, y que hace mucho quieren que sea República Dominicana que
cargue con la inviabilidad de Haití. Por ejemplo, el gobierno de Canadá va a
reformar su sistema de inmigración, y lo va a hacer con el solo propósito de
evitar el “turismo de parto”. Esto es, que sigan llegando a su territorio
mujeres embarazadas de otros países con el fin de que sus hijos, al nacer,
obtengan la ciudadanía canadiense. Las reglas de otorgamiento serían más
rigurosas. No mencionan a nadie en específico, pero los haitianos, como hablan
francés, tienen a Canadá como uno de sus destinos, y no hace mucho que una
descendiente haitiana fue gobernadora en una de sus demarcaciones. Los
canadienses quieren curarse en salud, y tal vez haya que recordar cuantas haitianas
cruzan la frontera a dar a luz en República Dominicana…
IGUALITO.- El gobierno norteamericano lucha en el congreso por la aprobación de
una nueva ley de Migración, y la finalidad es resolver el problema a doce
millones de indocumentados. Fue una promesa de campaña, y ya Barack Obama va
por su segundo período, y nada. Lo interesante es que en lo que el hacha va y
viene, Estados Unidos lleva deportado dos millones en cinco años. Esto es lo
que por aquí se dice a Dios rogando y con el mazo dando. Este punto, por
ejemplo, debe tenerse en cuenta, ya que ahora al aplicarse el Plan de
Regulación con los no inscritos no habrá contemplación. Aquellos que no acudan
a los centros o no se sometan a sus disposiciones, simplemente serán mandados
a Haití. No será nada nuevo ni diferente, sino lo mismo que hace Estados
Unidos. Las advertencias de Joe Biden, cuando venga en junio, serán palabras
que se llevará el viento. Los dominicanos no estarán siendo más que buenos
alumnos de los norteamericanos, tan justos, generosos e igualitarios…
NO PARAN.- Estos
ejemplos pudieran llevarse al infinito. Los ingleses, otro caso, no salen del
asombro al comprobar que en los últimos años el racismo toma auge en su
territorio, y que se constituye en un problema grave. Del mismo modo que la
derecha xenófoba gana terreno en toda Europa, y particularmente en Francia,
que es la madre patria de los haitianos.
Decía uno de los curas de la
frontera, en un reportaje de la televisión alemana, que el maltrato de los
dominicanos a los haitianos era por racismo y xenofobia y porque estos –los
dominicanos– se creen europeos. Es decir, que la situación sería reflejo de lo
que sucede en el Viejo Mundo. Sin embargo, y es lo interesante. Los militares
dan cuenta de haber impedido el acceso a territorio dominicano de unos
seiscientos haitianos, solo en los últimos días. Seiscientos es como una
avalancha, y lleva a preguntarse si esa gente no lee periódico, ni oye radio,
ni ve televisión, y sobre todo si no atiende las denuncias de sus
connacionales o defensores, pues a un país regido por nazis y con práctica de
Apartheid no debieran venir ninguno…
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