lunes, 5 de enero de 2015

Una invasión abierta y descarada


¿Una “natural” invasión?
                 
Por: Vinicio A. Castillo Semán

El pasado lunes el Canciller de la República, Arq. Andrés Navarro negó que pudiera catalogarse de “avalancha” la cantidad de haitianos ilegales que están cruzando por la frontera sino que, de lo que se trata es de un fenómeno natural y normal que se produce por motivos económicos en busca de mejor vida tal y como ocurre en otras partes del mundo.

La visión de lo que está ocurriendo hoy en la frontera con Haití por parte del responsable de la diplomacia dominicana es un hecho que reviste extrema gravedad porque sus palabras entrañan un propósito claro de desalentar cualquier iniciativa de control fronterizo estricto al tiempo de irradiar la falsa premisa de que es un fenómeno indetenible contra el cual no hay nada que hacer, más que aceptar tranquilamente que nuestro país sea invadido pacíficamente por la nación que en 1844 fue expulsada de la parte este de la isla.
Lo primero que hay que desmentir de forma categórica es que el flujo migratorio de Haití hacia la República Dominicana es igual o similar al que hemos tenido como promedio histórico en los últimos años. Para nadie es un secreto, incluyendo al Canciller Navarro, que en los últimos meses, producto del decreto 327-13 que prohibió las
deportaciones mientras dure el Plan Nacional de Regularización, la migración haitiana se convirtió en invasión abierta y descarada, lo que se está reflejando a la vista de todos los dominicanos en toda la geografía nacional.

No hablo de este tema sin haber constatado personalmente lo que está ocurriendo. He pasado fines de semanas completos en la zona fronteriza. He hablado con los habitantes de esa zona; Fui junto con diez Diputados a la frontera; nos entrevistamos con las autoridades de las distintas provincias comprobando un consenso total en todas éstas de lo alarmante de la invasión pacífica de haitianos sobre nuestro territorio. El Canciller Navarro no tiene derecho a presentarse ante la opinión pública como un ingenuo, desconocedor de lo que está ocurriendo. Él fue a la frontera al igual que nosotros, los diputados de la comisión de fronteras y constató la alarma
Andrés Navarro
general existente sobre la penetración haitiana. El Canciller sabe que la élite haitiana y sus autoridades están promoviendo un éxodo masivo hacia la República Dominicana como una política oficial de su nación; si no lo ha leído es bueno que lea el editorial que publicara Le Nouvelliste el año pasado en el que se planteaba públicamente la conveniencia de fomentar inmigración masiva de familias haitianas de hasta 200 mil por año.

Igualmente el Canciller debe saber, porque fue una denuncia que comprobamos en nuestro viaje a la frontera, de que organismos internacionales tienen oficinas abiertas en ciudades haitianas en las cuales se les da quinientos dólares a las familias haitianas que quieran emigrar de Haití hacia la Republica Dominicana.

Contrario a lo que dice el Canciller Navarro hoy, en el mundo no existe una sola nación, salvo la República Dominicana, que no esté defendiendo con uñas y dientes sus fronteras; que no existe en el mundo ningún país que esté renunciando al derecho soberano y supremo de la deportación de ilegales generalizadas y por decreto.
Lamentablemente por declaraciones tan desafortunadas y alejadas de la realidad como la del Canciller Navarro es que Haití entiende que el gobierno dominicano y su cancillería tienen miedo de defender lo que son derechos fundamentales de soberanía del Estado dominicano. Es esa percepción de miedo oficial la que está sirviendo de estímulo mayor para que los haitianos se envalentonen y entiendan que pueden cruzar la frontera hacia República Dominicana sin ningún temor a ser detenidos y mucho menos deportados.

Las declaraciones del Canciller Andrés Navarro me hicieron reflexionar mucho en el pasado fin de año, de que el peligro a que nos enfrentaremos en los próximos meses y sobre todo al llegar al término del plazo del Plan de Regularización, es mucho más grave de lo que pensaba. Razoné igual que lo haría cualquier dominicano sensato que si el canciller no está viendo la invasión pacífica de haitianos que estamos viendo todos, es más que probable que el gobierno dominicano ceda ante la presión y chantaje de Haití, de la comunidad internacional y de los traidores del patio y conceda una prórroga del Plan Nacional de Regularización, prorrogando con ello la no deportación hasta julio del año 2016 tal y como ya se lo han pedido formalmente ONGs haitianas.

Reitero en este primer artículo del año 2015 mi convicción de que nunca desde su fundación en 1844 y de la restauración de la independencia 1863 la República había enfrentado un ataque estructural externo que atañe a su supervivencia; y como dijera el
Roberto Rosario Marquez
Presidente la Junta Central Electoral, Roberto Rosario, nunca había sido tan débilmente defendida (las declaraciones del Canciller son una muestra penosa de ello.)

Ante esa triste y dolorosa realidad no debe haber lugar para el derrotismo que nos quieren insuflar; tenemos que unirnos todos, sin banderías políticas para rechazar la visión oficial de querer anestesiar a este pueblo para que tolere la invasión haitiana con resignación y se adapte a ella como un hecho frente al cual no se puede reaccionar de manera civilizada y ordenada como lo hacen todos los países del mundo conforme al derecho internacional.
En este mes de enero, mes del natalicio del patricio Juan Pablo Duarte tenemos todos que manifestarnos. El 26 de Enero debemos de rendirle homenaje a Duarte, exigiéndole a nuestro gobierno parar en seco la invasión de haitianos; rechazar pedido de prórroga del Plan Nacional de Regularización y reiniciar el ejercicio soberano de repatriación de ilegales.

Viva la República Dominicana!!!
Viva Juan Pablo Duarte!!!


Puntos de vista / Listín Diario
5 Enero 2015        

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