¿Cuál
es el móvil del crimen?
Por Manuel NÚÑEZ Asencio
Cuando
se investiga un crimen, la experticia judicial determina los hechos, el lugar,
la circunstancia, las víctimas,
los indicios que llevan a establecer indudablemente la culpabilidad de los agresores. Una vez realizada la reconstrucción ,
se define quiénes son los
beneficiarios de las fechorías. Pero, de todas las indagaciones la que arroja
mayores claridades es saber cuál
es el móvil.
Nos
hallamos en el cráter de un volcán
o ante un abismo incomprensible, ¿cuáles razones pueden llevar a los
dominicanos a participar en el desmantelamiento de la nacionalidad, en la disolución de nuestra
Independencia de Haití? Entre los haitianos las motivaciones están claramente
definidas. Se trata de resolver el colapso de su nación a expensas de la
República Dominicana,
manipulando a la
Comunidad Internacional, a la que han llegado a convencer de que las
soluciones a su estado de descalabro se hallan en la fusión con la República
Dominicana. Pero, entre los dominicanos queda la incógnita sin respuesta , ¿por
qué renunciar a los resultados históricos de 1844?, ¿Por qué convertirse en enemigo jurado de la felicidad del
pueblo dominicano?.
Gustavo Montalvo y Laurent Lamothe |
Hay crímenes que, a la luz de las
pesquisas y las exploraciones, nos sumergen un banco de nieblas.
Son rotundamente inexplicables .
La pérdida de la cohesión nacional
Defender
a la nación es el único modo de
proteger al pueblo dominicano del conciliábulo de fuerzas que se ha constituido
para llevar a cabo su aniquilación. Estamos ante circunstancias verdaderamente
excepcionales en toda la historia del pueblo dominicano.
1- El papel desempeñado por las élites económicas. Los
grandes grupos económicos, que, son a su vez, grupos bancarios, que controlan
las finanzas y el dinero y grupos de prensa que fabrican la opinión, han
colocado toda su nefasta influencia para cambiar la soberanía dominicana por
negocios. Las élites se han colocado frontalmente contra los propósitos del
pueblo dominicano. Estos grupos no tienen patria. Muchos de sus miembros o tienen pasaporte europeo o tienen
nacionalidad estadounidense. Para la mayoría la patria son los aeropuertos y
las fortunas que han amasado. Para estos, el dominicano es una bestia de carga
que puede fácilmente ser suplantada por el haitiano.
Juan Vicini y Danilo |
En un interesante intercambio de
correspondencia entre empresarios de primerísima importancia, se muestran las
opiniones de un liderazgo empresarial desconectado de la realidad ( Véase
intercambio de cartas entre J.L. Taveras y el empresario Juan Vicini sobre las
declaraciones de Ligia Bonetti) He aquí las palabras del señor Juan Vicini,
Presidente del grupo económico más importante de la República Dominicana: “Durante
el mismo tiempo 5 millones de haitianos hoy menores de 21 años entraran a la fuerza
laboral de su país, sin contar los 2.5 millones desempleados hoy… y encontraran
un vacío que representa un istmo de presión migratoria para nuestra patria… el
cataclismo que se avecina, que esta de hecho arriba de nosotros en este momento
reflejado por el 30% de desempleo en la población menor de 25 años …versus el
promedio nacional de 15% …no solo
desvanecerá (…)derrumbara todo lo que usted reconoce como vida, (…)en las cenizas quedara poco de lo
que usted reconoce como patria” (17
de julio, 2014).
Ligia Bonetti |
A confesión de partes, relevo de
pruebas. Seducidos por la idea de hallar una inagotable mano de obra barata ,
de mantener invariablemente bajos los salarios, han renunciado a cualquier
compromiso con la nación, a la que observan con aire de benefactores. Han
apoyado, ardientemente, la
plataforma de la desnacionalización de los empleos y del territorio a cambio de
la expansión de sus negocios en Haití. Según esto, la economía debe estar al servicio de las ambiciones
particulares, y no al servicio de la nación. Es decir, que la libertad
empresarial se ha transformado en la libertad de unos cuantos de enriquecerse
sin límites, excluyendo a los trabajadores dominicanos, anulando nuestro
porvenir.
2- Los excluidos por los empresarios y por el Estado, las principales
víctimas de esta catástrofe, son los trabajadores. Al momento de iniciar un proyecto de
regularización masiva de extranjeros ilegales, el Gobierno no estableció, ni fijó límites, sobre cuál era la cuota aceptable de
extranjeros que no constituyesen una amenaza al interés nacional. Mediante la Ley 169/14, se ha
propuesto regularizar a todos los haitianos que se hallaren en la República
Dominicana, sin establecer categorías migratorias y aplicando el principio de
la reunificación familiar. No es, pues, una oleada migratoria, lo que ha
aprobado en el Congreso, sino la colonización
del país. De este modo, el pueblo dominicano quedaría
legalmente despojado de todos los empleos de la agricultura, de la
construcción, del trabajo informal. Es decir,
privado de todos los mecanismos de
supervivencia.
Pepín Corripio |
3- La clases media,
los profesionales y los intelectuales, secuestrados mentalmente por los grandes grupos de prensa,
ahogadas
en un mar de sufrimientos, se han mostrado por ahora incapaces de encarnar el
patriotismo y de presentar una
resistencia apreciable a todos estos nefastos manejos.
4- Los dirigentes
políticos que hemos elegidos para salvaguardar los 170 años de
Independencia han proclamado a las
claras su decisión. Primero, han
servido de plataforma a las ambiciones
de los haitianos, apoyado por la manipulación de un reducidísimo grupo
de la Comunidad Internacional, a la que han jurado lealtad y servidumbre.
Segundo, se han sometido al
proyecto de las élites económicas dominicanas, que han comprometido el territorio nacional a cambio de la expansión en Haití y de trabajadores baratos. El gran olvidado de toda esta
maquinación en la que participa el liderazgo político, una porción
importantísima de los empresarios y de la clase media, es el pueblo dominicano.
5- Desde nuestra
Independencia en 1844 no ha habido mayor amenaza a la cohesión nacional. El pueblo dominicano,
vendido por sus dirigentes
políticos; traicionado por la
clase media, por sus profesionales y por sus intelectuales; suplantado por las operaciones
patrocinadas por el empresariado, confronta las mayores incertidumbres de toda
su vida independiente. Donde hay un fuerte, representado por los empresarios y
el mando político, y un débil, simbolizado por el pueblo dominicano, la
frontera debería proteger al pueblo. Porque el pueblo sólo tiene el territorio.
Sin esa configuración territorial
de nuestro país, perderia indudablemente la cohesión nacional. Para nosotros,
desde luego, no será estímulo alguno, desconectar a nuestro pueblo del
territorio; destruir el porvenir y su derecho a la sobrevivir; modificar la
naturaleza del Estado; suprimir el ordenamiento constitucional para hacernos
federar en un inconfesable experimento geopolítico, que nos
llevará a una ausencia del Estado,
¿ a quién puede representar un Gobierno entregado a los propósitos de un poder
extranjero? Si los empleos, la
salud, la educación y la seguridad de los dominicanos no están entre sus
prioridades, ¿ cuáles son, pues, sus prioridades?. No hay que buscar
explicaciones en el zafacón de las ciencias sociales, allí donde se desvanecen
toda la representaciones, donde nadie representa a nadie, allí donde no hay Estado la mafia y el
crimen organizado, implantan su
reino.
Las razones del traidor
Pero todas estas
circunstancias borrascosas, no nos esclarecen la pregunta inicial ¿por qué hay dominicanos que han
escogido traspasarle los problemas haitianos al pueblo dominicano?, ¿ Qué hay
detrás de la elaboración del terrible decreto 327/13, de la Ley 169/14 y del
decreto de Reglamento a esa Ley?, ¿ Por qué dar muestras de una violencia que
ha quebrantado la Constitución en los artículos 272, 3, 6, ha derogado la Ley de Migración 285/04
y ha destruido el papel que deben desempeñar las instituciones?.
Frank Rainieri y Michelle Martelly |
1.
La patria de las élites económicas es el dinero. Sus razones son
económicas. Se han dejado seducir por una abundantísima mano de obra, que mantendrá los salarios
invariablemente bajos. No importa si ese derrotero priva al pueblo dominicano
de sus mecanismos de subsistencia,
del trabajo, de la escuela, de los hospitales, del porvenir y termina,
despojándolo, además, de su
destino como porción esencial de la nación dominicana. Lo que nos proponen, con
el ropaje del progreso, no es la emancipación del pueblo dominicano, sino su
suplantación, su disolución en la balcanización del territorio, que fragmentará
profundamente nuestra sociedad.
2.
Existe un ansia de destrucción en una porción minoritaria de la clase
política dominicana. Sobre todo en aquellos que han fraguado
su vida profesional en el seno de las ONG, que han vivido como peones del
intervencionismo internacional, que son correa de transmisión de los jesuitas y
sus organizaciones apéndice, que, deseosos de ser parte de una plataforma de
poder, se han colocado
como instrumento de las políticas que EE UU pone en práctica a través de
la USAID. En todos estos individuos hay un resentimiento profunda que los lleva
a todos a someterse a la servidumbre extranjera. Menosprecian al país. No tienen confianza en el pueblo
dominicano. Desprecian la Constitución y las leyes. Detrás del mundo que
nos proponen sólo hay un esfuerzo de disolución, el abandono de
todo lo que nos había identificado como país, el desprecio por la historia, y el culto por el hundimiento del pueblo
dominicano. ¿Cuál es el mundo que van a desplegar ante nuestros ojos,
importando los problemas de Haití a nuestro país? Nos proponen una patria donde
no habrá empleos para los dominicanos; donde las escuelas naufragarán en el
hundimiento, en
la confusión y en la desesperanza; donde las enfermedades y los
problemas que enfrentaremos tendrán tales proporciones que será imposible
imaginar un porvenir radiante. Nos proponen un mundo sin porvenir, sin
referencias históricas. Una sociedad fracturada donde la impotencia, la
cobardía, la falta de patriotismo, será colocada como ejemplo de prudencia
política.
J. B. Díaz Santana |
Bienvenido Álvarez Vega |
3.
Algunos quieren disfrazar estas campañas de odio al país con un
lenguaje humanitario. Proclaman que
prefieren traicionar a su país, antes que hacerlo a la Humanidad. Olvidan que los dominicanos tenemos derechos,
que formamos parte de la Humanidad.
Poseídos de una compasión delirante por el haitiano ilegal se han olvidado
de nosotros mismos. Han suprimido nuestro derecho al trabajo, a la salud , a la
educación, a la seguridad, a vivir en nuestra cultura y amar nuestras
tradiciones. Y, ahora en nombre de ese humanismo que niega nuestra existencia,
quieren arrebatarnos el derecho a
la autodeterminación. La vocación al gobierno propio.
Hace
quinientos años, el 11 de diciembre de 1511, un predicador al cual todos reputan como el primer defensor
de los derechos humanos en América,
Fray Antón de Montesinos, se refirió a los antiguos habitantes de la
isla, con estas palabras que, hoy
ante el despojo del porvenir de
que han sido víctimas los dominicanos, tienen una rotunda actualidad:
¿Éstos, no son
hombres?
¿No tienen ánimas
racionales?
¿No sois obligados a
amallos
como a vosotros
mismos?
¿Esto no entendéis?
¿Esto no sentís?
¿Cómo estáis en tanta
profundidad
Del sueño tan letárgico dormidos?.
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