lunes, 6 de octubre de 2014

La Organización de las Naciones Unidas ofrece en sus oficinas en Puerto Príncipe US$500.00 para que emigren a la República Dominicana


La frontera no existe


                 
Por Vinicio A. Castillo Semán


El pasado jueves 2 de octubre, junto con ocho diputados de la Comisión de Frontera de la Cámara de Diputados, viajamos a Jimaní, Elías Piña y Dajabón en un helicóptero de la Fuerza Aérea Dominicana y con la magnífica colaboración del general Carlos Manuel Aguirre, jefe del Cesfront, como parte de los trabajos de examen de los proyectos de resoluciones presentados para la construcción de un muro y una carretera fronteriza, de nuestra autoría, y la del diputado del PRD Luis Castillo, sobre la continuación del muro hecho por Haití en la zona limítrofe con Elías Piña.

Tengo penosamente que confesarles a mis lectores, después de esta importante experiencia personal, que me he quedado corto al advertirle al país de los peligros de la invasión pacífica de Haití sobre la República Dominicana.El asunto es mucho más grave de lo que imaginaba. La realidad es que no hay frontera con control migratorio con Haití. Lo que existen son puestos formales de entrada con autoridades de Aduanas, Migración y del Cesfront.Pero, fuera de esas entradas existen cientos de caminos por donde los haitianos entran y salen cuando quieren, sin ningún tipo de restricción. 

Fuera de la competencia del Cesfront, en dichos puntos de entrada, existe a cargo del Ejército Nacional una tarea de control que no es propiamente en la frontera, sino básicamente en los puestos militares de chequeo ubicados en las carreteras que comunican las provincias fronterizas con el resto del país. Las quejas de macuteo y corrupción de las personas consultadas por la Comisión llovieron a raudales en estos puestos de control militar.Las autoridades locales nos informaron: 1ro.)  De un cambio de patrón en la inmigración ilegal haitiana. Antes era de hombres que venían a trabajar; ahora son familias enteras, mujeres y niños. 2do.) Organización y aumento considerable en la cantidad.En los últimos meses, atraídos por la seguridad jurídica que le ha dado la política de cero deportación instituida en el Decreto No. 327 sobre Plan Nacional de
Regularización, se está produciendo un toque de

llamada a la población haitiana con organización y dirección de Ong’s que reciben dólares de la Comunidad Internacional.  3ro.) Que la ONU ha abierto oficinas en Puerto Príncipe donde están ofreciendo US$500.00 por familia, para incentivar su emigración y salida del suelo haitiano.

Paralelamente con el cuadro anterior, notamos desde el aire una política de los haitianos de concentrar grandes poblaciones en la frontera del lado de Haití, contrastando con la preocupante despoblación dominicana de este lado de la frontera; al grado de que Juana Méndez es, sin ninguna duda ya, más grande que Dajabón, ciudades que están divididas por el río Masacre.

La Comisión de Fronteras pudo constatar la realidad de la construcción del muro levantado por el gobierno haitiano con ayuda de la Comunidad Internacional frente a Comendador, en Elías Piña.  Se trata de un muro bien construido, con el objetivo de Haití de organizar su control aduanero y el paso de mercancías desde la República Dominicana.  Nadie de los que han protestado contra nuestra propuesta de construcción de un muro fronterizo elevó su voz para acusar a Haití de odio, de racismo, de segregación. 

Concomitantemente con la ofensiva de ocupación pacífica de Haití,

se produjo el mismo día de nuestra visita un artículo del excónsul haitiano Edwin Paraison, que devela la profundidad de la conspiración contra la existencia de la República Dominicana. El señor Paraison sostuvo en su columna del periódico El Día que la Constitución de Haití, que establece el jus-sanguinis (los hijos de haitianos nacidos en el exterior son haitianos), no es aplicable a los cientos de miles de haitianos que están en nuestro país sin documentos, por lo cual éstos están en serio riesgo, a decir de Paraison, de quedar apátridas y, por lo tanto, el Estado dominicano estaría obligado a darles la nacionalidad dominicana.


Aunque burdo y absurdo, el planteamiento de Paraison es muy útil, porque ayuda a comprender cuál es la estrategia de la élite haitiana y confirma que es la diplomacia haitiana la que ha estado detrás de acusar de apatridia a la República Dominicana en el foro internacional organizado por el ACNUR y ante el Congreso de los Estados Unidos, usando al Centro Roberto Kennedy.

Según el excónsul de Haití, si no se le aplica el art.11 de la Constitución haitiana a los haitianos que nazcan aquí, significa, ya no sólo serían apátridas los nacidos en territorio dominicano antes de la Constitución del 2010, sino que toda la gran cantidad de parturientas haitianas que están inundando nuestras maternidades estarían alumbrando “apátridas” con vocación de convertirse en dominicanos.

La estrategia haitiana es clara:  1ro.) Mantener presión internacional y chantaje contra la República  Dominicana para que el gobierno dominicano no pueda dictar medidas de control estricto en el flujo migratorio fronterizo y cortar la invasión.  2do.) Presionar para que la previsión de no deportación instituida en el Decreto 327 sea ampliada un año más, para poder seguir invadiendo con seguridad.  3ro.) En el plano jurídico, arreciar las acusaciones de apatridia contra RD en perjuicio de cientos de miles de ciudadanos haitianos o descendientes de éstos; y 4to.)  Que sean tantos los que haya que deportar cuando concluya el Plan Nacional de Regularización, que sea imposible hacerlo alegando razones humanitarias y la posible confrontación entre las dos naciones.


No hay dudas. Estamos ante el mayor desafío que haya enfrentado nuestra nación contra su existencia desde 1844 y 1863, Independencia y Restauración de la República.  La clase política envuelta en la cháchara diaria prefiere evadirse y hacerse la indiferente. Está llegando la hora de que asuma su responsabilidad. Si no lo hace, abriremos las puertas para que el pueblo lo haga directamente, lo que podría tener consecuencias perjudiciales indescriptibles para nuestro país.



Puntos de vista, Listín Diario
6 Octubre 2014

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