EDITORIAL
Abandonar Haití en viaje organizado para
desactivar la bomba demográfica
El Nouvelliste | Publicado: 28 de mayo 2014
Esta semana se celebrará un taller bajo los auspicios
del Consejo de Desarrollo Económico y Social. Su tema: Políticas de Migración del Gobierno, desafíos y perspectivas. Un
subtema se coloca por delante: “Migración, una herramienta para el desarrollo
económico y social, ¿cómo vamos a presentar este producto milagroso?”. Cuando nuestros compatriotas no son interceptados por las patrullas en el
camino a un país que, como el nuestro, se halla bañado por el mismo mar Caribe, se encuentran en la frontera de
un país de América latina o incluso
de Turquía donde son llevados por redes de contrabandistas .
La globalización
nos ha abierto todas las puertas del mundo y los haitianos se establecen en todas partes
como nunca antes. Los haitianos cruzan
las fronteras, salen por mar o por avión
para establecerse bajo otros cielos,
no por causa de la represión
política o religiosa. Buscan un país con más clemencia económica. Aquí, el futuro está bloqueado. Desde hace
un siglo estamos emigrando. ¡Eso
no va a parar! En cualquier otro lugar
es mejor y lo sabemos.
¿Qué tenemos
que hacer?
En los momentos en que
la diáspora—principal motor de la economía nacional-- sueña con involucrarse en la vida política del
país, goza de la doble nacionalidad de
hecho o de derecho, ¿no es hora de preguntarse cómo ayudar a más y más haitianos a salir del país? Hacer que salgan
sin riesgos cada vez más haitianos a
destinos seguros. Haitianos, bien equipados,
para satisfacer las necesidades de los mercados laborales de los países
de acogida. Este debería ser un punto de
nuestras políticas públicas. Incluso nuestros vecinos tienen un interés en que
administremos y dirijamos nuestra
migración correctamente.
Sin embargo, ni
el Ministerio de los haitianos que viven en el extranjero, ni ningún grupo de
la sociedad civil han puesto sobre el
tapete la necesidad de organizar,
racionalizar, fomentar la salida de 50.000, 100.ooo ó 200.000 haitianos cada año en los próximos años. La emigración masiva es
necesaria para mantener el estilo de vida de la economía haitiana que sobrevive
sólo por las transferencias económicas.
Nosotros
consumimos, ahorramos y construimos nuestro porvenir cada vez más
gracias a la diáspora. Hay que agrandarla en brazos y en cerebros.
La otra opción sería que la comunidad internacional
levantara el embargo suave que pesa
sobre del país desde hace más de 20 años debido a que no recibimos ayuda suficiente para levantarnos y que no se nos permite pedir prestado. Es
necesario que la reconstrucción post- terremoto, que ha fracasado
miserablemente, pueda reanudarse en mejores condiciones.
Dejemos de soñar. Nada de esto va a suceder en el
corto plazo. El mercado laboral no absorbe a los haitianos en edad de trabajar.
La recuperación económica no se halla a la vista de manera estable y continua
para llevarnos a un puerto feliz. Por tercer año consecutivo, vamos a reducir
el presupuesto nacional. En resumen,
Haití no cuenta, en las
condiciones actuales, con los medios necesarios para desarrollarse, mientras
que su población aumenta y aumenta. Hay
que tomar el toro por los cuernos.
Incluso si en una semana o dentro de cinco años
se descubren recursos naturales
inconmensurables en esta tierra, mientras llegue el tiempo para explotar esos recursos en
beneficio del país, necesitaríamos, de todas maneras, una solución alternativa.
Partir a otro lugar, opción adoptada de manera natural
por nuestros emigrantes voluntarios, es
la única alternativa que se ofrece al país por el momento. Tenemos que pensar,
en ello, en forma racional. Eso se llama una política migratoria.
http://lenouvelliste.com/lenouvelliste/article/131653/Quitter-Haiti-en-voyage-organise-pour-desamorcer-la-bombe-demographique.html
EDITORIAL
Quitter Haïti en voyage organisé pour désamorcer la
bombe démographique
"Le Nouvelliste"
28 mai 2014
Un atelier de travail sous l'égide du
conseil de développement économique et social doit se tenir cette semaine. Son
thème : Politique migratoire du gouvernement, enjeux et perspectives. Un
sous-thème avance : La migration, un outil de développement économique et
social, comment va-t-on présenter ce produit miracle?
Quand ce
n'est pas par des patrouilles que des compatriotes se font intercepter en route
pour l’un des pays qui, comme nous, baigne dans la même mer des Caraïbes, c’est
aux frontières d’un des pays de l’Amérique latine ou jusqu’en Turquie que des
réseaux de passeurs les amènent. La mondialisation nous a ouvert toutes les
portes du monde et les Haïtiens s’installent partout comme jamais.
Les
Haïtiens traversent les frontières, prennent la mer ou un avion pour aller sous
d’autres cieux, pas pour fuir la répression politique ou religieuse. Ils sont à
la recherche de pays plus cléments économiquement. Ici, l’avenir est bouché.
Nous
émigrons depuis un siècle. Cela ne va pas s’arrêter. Ailleurs est mieux et nous
le savons. Que faut-il donc faire ?
Au moment
où la diaspora rêve de s’impliquer dans la vie politique, est le principal
moteur de l’économie nationale, jouit de la double nationalité de fait ou de
droit, n’est-il pas temps de poser la question comment faire pour aider de plus
en plus d’Haïtiens à quitter le pays ?
Faire
partir sans risque de plus en plus d’Haïtiens vers des destinations sûres, des
Haïtiens bien armés pour faire face aux besoins des marchés de l’emploi des
pays d’accueil où ils se rendent, cela devrait être un point de nos politiques
publiques. Même nos voisins ont intérêt à nous voir gérer et bien diriger nos
flux migratoires.
Pourtant,
ni le ministère des Haïtiens vivant à l’étranger, ni aucun groupe organisé de
la société civile n’ont encore mis sur le tapis la nécessité d’organiser, de
rationaliser, d’encourager la sortie du territoire de 50, 100 ou 200 000
Haïtiens par an dans les prochaines années.
L’émigration
massive est nécessaire pour garder le train de vie de l’économie haïtienne qui
ne survit que de l’économie des transferts. Nous consommons, épargnons,
construisons notre avenir grâce à la diaspora de plus en plus, alimentons-la en
bras et en cerveaux.
L’autre
option serait que la communauté internationale lève l’embargo soft qui pèse sur
le pays depuis plus de 20 ans car nous ne recevons pas assez d’aide pour nous
relever et ne sommes pas autorisés à emprunter. Il faudrait que la
reconstruction post-séisme, qui a piteusement échoué, recommence dans de
meilleures conditions. Ne rêvons pas. Rien de cela ne se fera de sitôt.
Le marché
de l’emploi n’absorbe pas les Haïtiens en âge de travailler. La relance de
l’économie n’est pas au rendez-vous de façon stable et continue pour porter à
conséquences heureuses. Pour la troisième année consécutive nous allons réduire
le budget national. En un mot comme en cent, Haïti n’a pas les moyens de se
développer dans les conditions actuelles tandis que la population augmente,
augmente.
Il faut
prendre le taureau par les cornes. Même si dans une semaine ou dans cinq ans on
découvre des ressources naturelles incommensurables sur cette terre, le temps
de les exploiter au bénéfice du pays, il faut une solution alternative.
Partir
ailleurs, l’option empruntée naturellement par nos émigrés volontaires depuis
un siècle, est la seule alternative qui s’offre au pays pour le moment. Il faut
qu’on y pense rationnellement. Cela s’appelle une politique migratoire.
Frantz Duval
duval@lenouvelliste.com
Twitter:@Frantzduval
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