Puntos de vista 28 Mayo 2014
ORLANDO
DICE...
Enemigo que está adentro
Por: Orlando
Gil
EL HABLA.- Creo tener mis ideas claras y no veo razón para
ponerme a la
defensiva en un país tan libre y democrático que hasta permite la ofensa de
extraños en su mismo territorio. Si no, vean y lean a los haitianos o promotores de la causa haitiana. ¡Cuánta
insidia, perversidad y desparpajo!. Sin embargo, vale insistir. El dominicano no
es lo que andan diciendo por el mundo sus enemigos ocasionales o gratuitos,
pero el dominicano tiene derecho al pedazo de tierra, y mucho más si fue legado
por sus padres fundadores. No Dessalines, Toussaint, Christophe y Pétion, sino
Duarte, Sánchez, Mella, Luperón y demás manes de la República. Si hubieran
querido que el dominicano fuera haitiano, no lo independizan y lo dejan bajo la
férula de Haití. Hablara creole (o francés) y un programa de televisión no
tendría que recordar que aquí se habla español.
Orlando Gil |
EL ENEMIGO.- Conviene compartir las ideas de
otros porque al final de cuentas el problema pertenece a todos y entre todos
habrá de resolverse. Además,
mientras un solo dominicano conspire desde dentro, las potencias
presionarán una salida que salve sus conciencias. El enemigo, cada día se
comprueba, está adentro...
LA PRESIÓN… Es evidente que la situación en
Haití ha empeorado desde el terremoto del 2010. Como también fue evidente que
el primer país que acudió en auxilio de los hatianos y probablemente con la
ayuda más necesaria y oportuna, fuimos nosotros los dominicanos: Gobierno,
empresarios, iglesias, etc. Según las estimaciones del FMI y de la CEPAL en el
2011, ese país tendría un crecimiento del 6% a partir del 2012, supuestamente el doble de lo que
estiman para toda Latinoamérica. Pero cuando analizamos algunas variables
publicadas por Index Mundi resulta que muchas de estas, quizás las más
importantes se han mantenido estáticas unas y desmejoradas otras. Ninguna ha
mostrado algún tipo de mejoría, como para justificar ese “crecimiento” sin precedente y hasta mágico.
En vista
de lo que usted expresa en su artículo “La presión a RD continúa”, no sería
oportuno que el gobierno dominicano se dirigiera a la ONU y muy especialmente a
la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, aprovechando algún
escenario regional o global. Esbosando allí la situación precaria por la que
atraviesa Haití a pesar de las tantas ayudas prometidas para la recuperación de
ese país por parte de los países que se hacen representar por ante la ONU. No
debería la República Dominicana plantearle a la ONU y especialmente a la Alta
Comisionada algún tipo de acción y que como país vecino y que compartimos la
isla, esta propuesta o invitación será enarbolada en todos los escenarios
posibles, las veces que sea necesario. Decir allí que es un compromiso de
todos. De la OEA, de Latinoamérica, de la ONU, etc. porque ha sido o es
evidente que la solución al drama que viven los haitianos está siendo
postergada porque se apuesta a que otro país pobre sea quien carge con la
misma.
Así como Haití aprovechó los escenarios
internacionales para emprender una ofensiva contra el país a raíz de la
sentencia aquella del TC, nosotros también podemos hacer lo mismo, pero
enrostrándole en la cara a ese conjunto de países y de organismos de la ONU que
han faltado a la solidaridad y a sus compromisos como conglomerado. No es
decirlo así, pero que se entienda así.
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