Ante
dos denuncias, una “Justicia Tuerta”
Por: Manuel
NÚÑEZ Asencio
En un
momento particularmente importante en que se presentan dos denuncias ante la Fiscalía, caemos en la cuenta por el
comportamiento de la autoridad, de que
estamos ante el ejercicio de una
Justicia tuerta.
En
noviembre del 2013, la Red Nacional por la Soberanía, presentó por ante la
Fiscalía de Santo Domingo, una denuncia querella contra los periodistas Juan
Bolívar Díaz y Huchi Lora, por haber quebrantado el texto del art. 76 , del
Código Penal, que representa la traición
a la nación. La denuncia fue acompañada de abundantes pruebas y documentación,
y
mostrando con pelos y señales las menudencias de la infracción que se les imputaba.
mostrando con pelos y señales las menudencias de la infracción que se les imputaba.
He
aquí el texto del Art. 76 del Código Penal:
Art.
76.- Toda
persona que, desde el territorio de la República, se ponga o trate de ponerse
de acuerdo con Estados extranjeros o con sus agentes, o con cualesquiera
institución o simples personas extranjeras, para tratar de que se emprenda
alguna guerra contra la República o contra el Gobierno que la represente, o
que se les hostilice en alguna forma, o que, contra las disposiciones del
Gobierno, se intervenga de cualquier modo en la vida del Estado o en la de
cualquiera institución del mismo, o que se preste ayuda para dichos fines, será
castigada con la pena de treinta años de trabajos públicos. La sanción
susodicha alcanza a todo dominicano que desarrolle las actuaciones mencionadas
aunque ello se realice desde territorio extranjero.
La
Justicia que obra en el presente es incapaz de indignarse ante las
demostraciones de hostilidad a la nación, manifestada de muy diversas maneras:
1.
Confabulación con el poder
extranjero para arrebatarnos la soberanía. Una porción de las deposiciones que hizo don
Juan Bolívar
ante la CIDH y de las propaladas por Amnistía Internacional se
basan en su acusación de que nuestro país es una nación “xenófobos, racistas y autores de un genocidio civil”. A ese atropello se añade la petición a la
CIDH para que intervenga en los asuntos internos del país (artículos,
declaraciones, informes, despachos de prensa). Toda esa documentación ha
contribuido al descrédito de la República Dominicana y ha sido empleada por el
Gobierno de Haití y por el Presidente Martelly en su campaña internacional
llevada a cabo en el seno del CARICOM y ante la Unión Europea.
Juan Bolívar Díaz Santana |
2.
Durante meses le hemos oído y leído una salva de insultos
nauseabundos, acompañado en esa ocasión de su colega don Huchi Lora, contra el Tribunal Constitucional. Por otra
parte, en un acto celebrado en la Universidad Primada proclamó lo siguiente: “La sentencia no tiene precedentes en la
Historia. A no ser el de Adolfo Hitler cuando desnacionalizó a una nación
entera. Cuando persiguió y mató, sembrando el terror y la desgracia con sesenta
millones de muertos en la _Segunda Guerra Mundial. Estas decisiones lo que
siembran es odio y están abocándonos a situaciones imprevistas”. Compara
a los jueces del TC con los criminales nazis
Descalificación propia del odio y del terrorismo verbal.
4.
Lo que resulta verdaderamente
inquietante es que un Grupo de Prensa que sabe por sus propias encuestas que la
práctica, los comentarios y la actitud de sus figuras más relevantes pisotea el
sentimiento mayoritario de los
dominicanos (93% según la Gallup-HOY, 2015) insista en ensañarse contra esa
población, y quiera hacer saltar por los aires el patriotismo.
5.
Ambos son dos personalidades
importantísimas del periodismo
dominicano. Don Huchi, compositor de canciones,
director de programas de gran audiencia; don Juan Bolívar, coordinador de los
medios del Grupo Corripio, director de varios programas, Premio Nacional de
Periodismo, figura relevante de
Participación Ciudadana, ex embajador de la República y un largo etcétera. Todos
esos méritos, no les dan derecho a destruir el proyecto nacional que
constituimos los dominicanos. Han empleado todo el inconmensurable e influyente poder de que disponen, para, en
esta batalla en la que nos encontramos, promover la suplantación del pueblo
dominicano. Se refieren a nuestro país como si no existiéramos. Como si no
tuviésemos derechos a los empleos, a la salud, a la educación, al bienestar, al
territorio, a ser defendidos como pueblo por los medios que ellos dirigen, a
ser redimidos de la pobreza y del olvido. Nuestro país puede integrar personas
extranjeras; lo ha hecho magníficamente con inmigrantes venidos de todos los
confines del mundo. Es ésta una de las naciones más hospitalarias del continente.
Lo que no puede hacer es integrar a otro pueblo para que lo suplante; desquicie
su cultura; destruya su identidad y arrase a sus instituciones.
Luis Eduardo Lora Iglesias (a) Huchi |
6.
En el ejercicio profesional
de estos señores se observa un menosprecio por lo dominicano. Ante unos mismos hechos,
según provengan de Haití o de nuestro país, se aplica una indignación
selectiva. Cuando Pascual Ramírez fue
decapitado en el barrio de Herrera por un empleado haitiano para robarle
(8/5/2009) no hubo
protestas; los medios callaron. Cuando el hermano de
Ramírez, en venganza, le arrancó la cabeza al hermano del haitiano
asesino, Carlos Nerilus, entonces se
convirtió en un hecho internacional. Montañas de acusaciones fue lanzadas en
contra del país por todos estos grupos y por la Cancillería haitiana. Al
parecer el crimen sólo es condenable cuando puede serle imputado a un
dominicano, cuando los haitianos delinquen y matan, no hay que decir nada para
no darle la razón a los nacionalistas. Cuando
unos camioneros dominicanos son asaltados en Haití; quemadas sus
patanas; robadas, sus mercancías; y secuestrados, y en algunos casos,
asesinados; nadie informa ni pide Justicia. Porque no hay que darle la razón a
los nacionalistas. ¿Quién le hace justicia a las familias de Claudio Báez Gómez
(6/9/11) a los camioneros dominicanos secuestrados (23/11/12) en ese país, y a Carlos Aníbal Campusano (15/11/12), del
cual aún no se tienen noticias? Muy bien. Los dominicanos no merecemos que
ustedes se indignen por la impunidad y por lo que nos acontece. Tampoco los
demás extranjeros gozan de esa consideración. ¿Qué decir del hacendado italiano
Francesco Maniscalco, asesinado a machetazos por dos haitianos (1/1/15) en Montellano y del ciudadano alemán Manfred Kobesh, ultimado por
un haitiano, en Sosúa (20/8/13)?.
Diosa Themis, símbolo de la Justicia |
https://www.youtube.com/watch?v=oKOQyPLN9yE
Si
callar los atropellos que nos hacen los haitianos, en nuestro país, no es falta
de ética ¿Qué es, entonces, la falta de ética? ¿Porque callan permanentemente
lo que nos afecta, y sólo les interesa degradarnos como pueblo y como nación?.
¿Cómo
es que con semejante comportamiento no han
quedado descalificados para informar?
El
caso quedó olvidado y archivado por la Fiscalía.
Muy otra ha sido la actitud del Ministerio
Público, cuando los periodistas presentaron una denuncia contra el doctor Luis
Díaz Estrella por declaraciones verbales. En esa ocasión se le dio curso a la
querella; colocaron al propio Jefe de
Policía como encargado principal de las
investigaciones de la rocambolesca trama, y el Ministerio Público actuó con mucha diligencia. Editoriales de los
grandes diarios, comunicado del CONEP, declaraciones de los líderes políticos y
una montaña de despachos de prensa procedentes del mundo, llamando, de manera
insinuante, que sean arrestados los nacionalistas, que se hagan juicios severos
por supuestas intenciones, no fundado en los hechos comprobables.
Señalaron
al Dr. Luis Díaz Estrella, un médico mocano, muy respetado, sin fama de
delincuente, y que goza de gran
prestigio en todo el Cibao. Porque opera, como cirujano para la Fundación Sonríe, a los niños que
padecen del labio leporino. El propio coronel de la policía al cual se le
ordeno apresarlo, se presentó ante las puertas del quirófano, al momento en que
el doctor Díaz Estrella, intervenía a cuatro niños.
Al día siguiente, se presentó ante la fiscal
de Santiago, acompañado de unos buenos dominicanos, dispuestos a enfrentar los
cargos que habrían de imputarle los señores periodistas. A las puertas de la
Fiscalía, los acompañantes gritaron exactamente las declaraciones que había
hecho Díaz Estrella, y se inculparon, para ser acusados y arrestados. El pueblo
pondrá en la balanza el valer de unos y otros.
En realidad, el Dr. Díaz Estrella lo único que ha hecho es expresar su
indignación ante la desintegración de su patria, de algún modo, capitaneada por
una cáfila de traidores, que emplean su
vastísima influencia para insultar a los que defienden la soberanía, para
burlarse de la historia dominicana, y para servir al hundimiento de la nación
Durante
una de las convocatorias de don Juan Bolívar, hecha en el Paraninfo de la
Universidad Primada, apareció una pancarta que ha sido asumida como ideario de
estos señores: “prefiero ser traidor a la
patria, antes que serlo a la Humanidad”. Expresión completamente
descabellada. Se proclaman traidores por partida doble. Porque han decidido
traicionar a la porción de la Humanidad que representamos los dominicanos, tan
importante demográficamente como lo es la haitiana. Segundo, porque traicionan
a la otra porción de la Humanidad , la mayoritaria, que defiende la soberanía, el derecho a la
autodeterminación de los pueblos y la independencia de las naciones. Es decir, a
toda la que se halla representada en las Naciones Unidas.
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