Las ilusiones Perdidas;
las esperanzas Rotas
En las vísperas del Año Nuevo del 2016,
hacemos un balance de todos los desafíos por los atraviesa nuestro país.
Nos formulamos sobre
las preguntas acerca de las nuevas contiendas que nos pondrán ante un cambio de mandos el 15
de mayo del año que se inicia con pies de plomo. Nos enfrentamos, igualmente, ante la
incapacidad de prever cuáles serán las consecuencias de las decisiones que se
han tomado en el presente. Decisiones gravísimas
que llevan ya dos años.
·
La prohibición
de las deportaciones de ilegales por el decreto 327/13, que ha desmoralizado a las autoridades encargadas de
ejercer el control migratorio
·
La aprobación sin referéndum de la ley 169/14 que asumió como dominicanos a
los hijos de extranjeros no residentes, y entregó residencia a 288.466
indocumentados haitianos en flagrante violación de la legislación migratoria.
Ante un Gobierno que le ha dado la espalda al
control migratorio, que se ha olvidado
de las conquistas sociales del pueblo dominicano, de los yacimientos de empleos y de su derecho al gobierno propio, ¿Cuál será
el porvenir?
Con semejantes antecedentes , ¿podremos sustentar
la independencia de 1844 dentro de veinte años? ¿cuál será el futuro de los
campesinos dominicanos, excluidos del empleo masivamente? ¿Qué haremos con los
trabajadores de la construcción, sin seguridad laboral, de resultas de la
introducción masiva de haitianos? Contamos con estadísticas de cómo se excluye,
copiosamente, al dominicano de todas las actividades laborales, informaciones
extraídas del Ministerio de Salud explican con cifras, las proporciones del cuantiosísimo presupuesto que se invierte en
esta migración (supera el 30%) , y lo propio se ha producido en educación y en
atenciones a la niñez en las distintas instituciones que se ocupan de esta
población.
En una circunstancia de crisis que mantiene a una
buena porción de dominicanos en la
pobreza extrema, la colonización del territorio por parte de una población
extranjera no contribuye al bienestar del conjunto de la sociedad. Antes al
contrario, vuelven aún más precario el empleo cuyos montos salariales no
crecen; se vuelven escasos; y lanzan al dominicano más pobre, a la
descomposición social.
La inmigración haitiana se halla en el corazón de
todas las políticas sociales. No puede establecerse una política de
empleo, con fronteras abiertas y sin un
estricto control de la población extranjera diseminada ilegalmente en el país.
No puede sustentarse una política de salud, que consolide nuestros logros y
mantenga el turismo, base de la economía nacional, importando enfermos del país
con mayores cantidades de enfermedades del continente.
No es
verdad que destruyendo todas las
conquistas sociales de los dominicanos más pobres, contribuyamos al
desarrollo y progreso de nuestro país. No es
verdad, que para ser altruistas, que para
ser humanitarios debamos entregarle la
soberanía a esta inmigración: los empleos, las escuelas, el territorio, los
bosques y finalmente, permitir que se
suplante a nuestro pueblo en el registro civil. Es decir, actuar con suprema
inhumanidad contra nuestro propio pueblo.
Los cínicos plantean que esta inmigración
enriquece a la República Dominicana.
Vale decir, que el ejercicio del vudú, estructura mental y trascendente
de esta población, la zombificación y
sus hábitos de vida, en los que echa de ver, una lucha brutal contra el medio
ambiente y un comportamiento depredatorio que se ha mantenido inalterable,
desde el proceso de su independencia en
1804, tiene repercusiones positivas en la sociedad dominicana.
Enfrentados a los propósitos de los haitianos,
metidos en el remolino de su descomposición nacional y sin sustento para su
población , no cesamos de preguntarnos ç¿tiene
el pueblo dominicano derecho a la felicidad, a disponer de su destino sin que
la barbarie exterior se inmiscuya en su destino ? ¿ Cómo será el porvenir? Es la pregunta que se hace
Jacques Attali ( Peut on prevoir l`avenir,
Paris, Fayard, 2015). Ante los hechos, nos encontramos con dos tipos de
predicciones políticas.
·
Los que
pronostican un mundo ideal, salido de la aplicación de ideologías milagrosas o de
los experimentos sociológicos que se hallan en su imaginación.
·
Los que predicen
catástrofes, esperando que el vaticinio
ayude a evitar lo peor; son las predicciones que movilizan; los pronósticos que
nos hacen pensar en las consecuencias que afrontarán las generaciones venideras.
Dejando de lado las estafas de la
futurología, de la astrología y otras
supercherías, el pensamiento del autor queda compendiado en algunas recomendaciones breves, como las
palabras de los gurús del Oriente. Según esto, Hay tres tipos de previsiones: prever por sí y
para su familia; prever para su comunidad y su empresa; prever para el Estado y
la nación. En lo que toca a nuestro país, puede condensarse en cinco factores:
1) ¿Cuáles
son los elementos de nuestra personalidad: valores, creencias: nuestra
identidad como pueblo? ¿Que hacemos
para sustentar la sociedad y la nación, cuál es
el porvenir de nuestra demografía?
2) Identificar los agentes que influyen en
nuestra vida. ¿ cuál es su proyecto? ¿ qué harán los amigos y los enemigos a
favor o en contra de nosotros?
1)
¿Cuáles son los acontecimientos más
verosímiles que ocurrirán en mi entorno? ¿cuál es el proyecto del Gobierno con relación al país?
Una nación que no tiene una visión de lo que será en veinte años se convierte en
juguete de la historia. la ausencia de proyectos contribuye a vaciar la
política de su contenido. ¿cómo será el país del 2026?
Mirada la
cuestión desde otro punto de vista, descubrimos nuevas luces, nuevas
anticipaciones. Según Edgar Morin ( Sociologie
peut elle prevoir, Toulouse, 2000) podemos prever ; no predecir.
Contamos con encuestas, sondeos, estudios que pueden constituirse en mecanismos
de explicación que desvanezcan las
especulaciones. Hay, sin embargo, dos ideas que se han derrumbado.
1.
La creencia en el progreso de la humanidad, la
idea según la cual a pesar de los tumbos
y retrocesos, la sociedad siempre avanzarían irreversiblemente hacia un porvenir mejor se ha desmoronado completamente. El movimiento ascensional de
la historia de la humanidad se ha vuelto obsoleto. El socialismo soviético y
las sociedades industriales quedaron perturbadas por el desempleo, las crisis
económicas y finalmente el derrumbe de la Unión Soviética. Como dice Alcestes,
los dioses nos reservan muchas sorpresas y lo que llega es el imprevisto.
2.
Podemos decir que el porvenir se halla en
germen en el presente. Hay unas tendencias que anuncia el futuro. ¿ cómo
conocer lo que se fermenta en el futuro? ¿ Podemos prever la decadencia, el
desastre? Hay siempre un retraso de la
conciencia para interpretar los acontecimientos. El conocimiento del pasado
esclarece el presente. El sentido de los acontecimientos se modifica con el
paso del tiempo. En el presente nos hallamos ante transformaciones rápidas y
ante la falta de soluciones.
¿ Qué ocurrirá con los habitantes de una
isla superpoblada por dos naciones, de las cuales hay un Estado fallido,
colapsado, con su territorio devastado, que para sobrevivir traslada su crisis
al otro extremo de la isla, es decir, a nuestro país? ¿ Cuáles serán las
consecuencias demográficas para nuestra población?¿ podremos sobrevivir al ataque que supone la
importación de todas sus enfermedades: malaria, cólera, SIDA, al enjambre de enfermedades producidas por los vectores el agua, los
insectos y los animales? ¿ Seremos sepultados por la tragedia? Tenemos
un conocimiento fragmentario de todas estas causas que interactúan en el
presente : libramos al mismo tiempo una batalla jurídica para mantener el
control de nuestro destino; una guerra diplomática, para mantener nuestro
reconocimiento internacional como nación independiente; una contienda social
que preserve las estructuras de nuestra sociedad; una cruzada por el medio
ambiente que salvaguarde los bosques , los ríos y el territorio; todos
esos factores de incertidumbre actúan al mismo tiempo, y podrían llevarnos a
nuestra disolución.
El pueblo dominicano asiste a los funerales de su
declaración de Independencia. El proyecto de nación que ha asumido el Gobierno
y los partidos se ha olvidado de la soberanía. La desintegración del mundo
campesino , la importación de la deforestación de Haití, el narcotráfico, el
tráfico de armas, la inseguridad, el deterioro de Estado nación sigue en pie,
la misión que ha asumido todo estos grupos es liquidar el Estado nación, en
vista de ello, se han asociado los grupos económicos, en el famoso Plan
Quisqueya, con inversiones que anulan la
fronteras entre ambos países. La
integración como fórmula federativa será ,paradójicamente, una desintegración.
La impotencia de la comunidad internacional para solucionar la crisis haitiana
convierte a esta población en una amenaza al destino dominicano. Al pueblo dominicano se le están imponiendo
políticas en contra de su existencia como nación independiente.
La
tragedia que viene ha sido anunciada hace tiempo. Por más que ignoremos estos hechos, las causas que mueven, en secreto, los grandes
acontecimientos no desaparecerán. Actuar con suprema inconsciencia refuerza el
sentimiento de inseguridad y de abandono que ya sienten los dominicanos. Ante
el desafío que nos plantean los tiempos, la respuesta ha sido la impotencia, la
irresponsabilidad, la ambigüedad, la indecisión, el aplazamiento sine die de una política de defensa
diplomática.
El
porvenir se les va de las manos a los actores, en el momento en que se niegan a
conocer y a interpretar las realidades que se hallan delante de sus ojos. El
futuro se construye en un presente de
renuncias y abandonos. Cuando en un mismo territorio se desvanecen las
fronteras entramos en la confrontación. Tal es lo que ocurre entre israelíes y
palestinos, la ausencia de
fronteras que defina el espacio de la
soberanía de cada nación los ha llevado
a un conflicto permanente, y cuando eso ocurre la única salida, al
parecer, es la guerra civil.
.
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