La madre de todos los chantajes
Por Manuel NÚÑEZ Asencio
1. Una
nación entera acusada de racismo
En “El
Proceso”, novela de Franz
Kafka, unos alguaciles se presentan una mañana a la casa de Joseph K para imputarlo
por un crimen que él desconoce. El imputado no sabe cómo defenderse de algo que
nunca se sabe qué es. Ignora quién o quiénes son las víctimas de lo que se le acusa.
Los jueces que instruyen su caso tampoco le suministran información. Todo el
proceso se convierte en una pesadilla. Un laberinto del cual no sabe cómo
salir. Y, sin embargo, la acusación permanece; se le considera culpable. Esa
culpabilidad se halla asociada a su propia existencia. No puede desprenderse de
ella. Termina, finalmente, condenado.
Semejante circunstancia se produce entre los
dominicanos. Una acusación campa por sus respetos. Se trata del llamado
antihaitianismo. ¿Qué es el antihaitianismo?. Si se examina la verborrea de los
acusadores no hallarán más que vaguedades; ideas a medio pensar; cosas que no
se dicen y que tampoco se pueden demostrar. En resumidas cuentas, se trata de
una caja vacía. Una acusación kafkiana. Hay que definirlo por contraste.
Al igual que Joseph K cada dominicano se halla
inculpado de antihaitianismo. Es un estigma preventivo. Como en los tribunales
de la Inquisición, cada uno es culpable hasta tanto pueda demostrar su
inocencia. El presunto culpable sólo puede ser absuelto tras someterse a la
prueba del chantaje. ¿Qué hay que hacer, pues, para que esta terrible
acusación, sustentada por religiosos, periodistas, intelectuales e historiadores
no mancille nuestra reputación? ¿Cómo podemos librarnos de esta espada de
Damocles que nos amenaza con un linchamiento moral?. Al parecer, la única forma
de demostrarles a estos acusadores implacables que no se es antihaitiano, es
dedicarse a promover la haitinizacion del país; convertirse en adepto de la
desnacionalización del trabajo y renunciar a sus propios intereses nacionales.
Ahí está la madre del cordero. El origen de todos los chantajes.
La trampa dialéctica que han fabricado estos grupos nos lleva
directamente al dilema. O eres antihaitiano o promueves la mudanza del pueblo
haitiano a nuestro país. No me considero antihaitiano, pero no creo que para
demostrarlo deba propiciar la destrucción del empleo, la importación de
enfermedades del país más insalubre del continente y la pérdida de nuestra soberanía nacional. No soy
insensible a los tremebundos horrores de la pobreza de esa nación, pero
tampoco creo que deba ser empleada como pretexto para
comprometer el porvenir de la nuestra. Mentiras como éstas se convierten en
realidad en el discurso de los historiadores.
El chantaje de todos estos grupos organizados: ONG prohaitianas, jesuitas,
muchos periodistas e intelectuales se ejerce en dos ámbitos:
· Hay un sector teórico
que despliega su vocinglería en la prensa, en la radio y en la televisión
mediante declaraciones, artículos, manifiestos y programas que le sirven de
caja de resonancia.
Agripino Nuñez Collado ha sido uno de los grandes responsables de la conspiracion contra nuestro país travéz de la PUCAMAIMA |
· Hay un sector operativo que reúne datos tergiversados
y mentiras para documentar las denuncias
internacionales contra la Republica Dominicana; imparte cursos para la
formación de sus cuadros ( Centro Bonó, Cátedra UNESCO-PCUMM); organizan
vigilias, manifestaciones, ocupaciones de locales con los propios inmigrantes
ilegales; administra los fondos suministrados por la Unión Europea, por la USAID, por OXFAM.
Prueba palmaria de la manipulación internacional oculta tras bambalinas. Llevan
a cabo las maniobras para desacreditar a la Dirección General de Migración, a
las Fuerzas Armadas, a la Junta Central Electoral. Colocan sus reclamaciones,
no ante los tribunales competentes dominicanos, sino ante los tribunales extranjeros: Corte
Interamericana de Costa Rica, Organización Internacional del Trabajo, UNICEF,
ACNUR, Consejo de los derechos humanos de la OEA. Nos tratan como si fuésemos
una dictadura. Si esto no es una conspiración contra el país, ¿qué es,
entonces, una conspiración?
La elaboración de la acusación
¿Mediante qué
mecanismos se ha construido esta inculpación?, ¿quién ha fabricado todos estos
expedientes para sacrificar el prestigio del país ante el altar de los
intereses extranjeros?, ¿quién se ha propuesto aniquilar la autoestima del
dominicano, presentándonos como a una nación de genocidas, de rémoras contra el
derecho internacional?
1.
Al
fin hemos topado con la madre del becerro. En primer lugar, la acusación se
halla sustentada por una amplia bibliografía, que según su propio inventario
alcanza más de trescientas publicaciones (Véase Tahira Vargas: “Levantamiento documental:
situación dominico-haitiana”. Estudios
Sociales. Vol. XXVII, No. 98. Octubre-1994 pp.76-80. Franklin J. Franco: Racismo y antihaitianismo en República
Dominicana. Manuel Matos Moquete: Contexto
sociocultural del prejuicio antihaitiano de los dominicanos. OneRespe. Estudios Sociales, Vol. XXIX. No. 92 abril junio 1993. Pp 75-87.
Tesis: Ángel Farides Medina: “Evolución histórica del antihaitianismo en la
República Dominicana. Lil Despradel: Etapas del antihaitianismo, etcétera,
etcétera).
Una montaña de
documentos producida por las distintas ONG que tiene la Compañía de Jesús :
Centro Bono ONE RESPE, Solidaridad
Fronteriza, CEFASA, Servicio Jesuita para Migrantes y Refugiados, Pastoral Haitiana y por historiadores que se han sumado a la cruzada
de fabricar una conciencia de culpa en los
dominicanos. Todas esas
publicaciones, trabajos monográficos y tesis de grado relacionadas con esa
visión del mundo son financiadas por la Unión Europea, Christian AID, USAID,
ACNUR. Y se divulgan en revistas de la
propia compañía : Estudios Sociales,
Viralata, ONE RESPE, periódicos y programas de radio y boletines. El
objetivo es implantar esas ideas en
comunidades apartadas, en centros académicos, en universidades y en los medios
de comunicación.
2.
No
hay que desestimar el inmenso esfuerzo
de lavar los cerebros de sus cuadros o la llamada formación de sus voceros: seminarios, cursos, conferencias, videos con
miras a elaborar los argumentos que han
de obrar como ideario. A estas redes se han agregado intelectuales,
estudiantes, historiadores, periodistas.
De todos estos trabajos se alimentan las acusaciones internacionales que
recibe la Republica Dominicana. ¿Podrá
la nación dominicana sobrevivir a tanta traición?.
Ningún país ha recibido tantas acusaciones de racismo en el teatro
internacional como la República Dominicana. En Amnistía Internacional, en la
OIT, en American Watch, en el Consejo de los derechos humanos de la OEA en
Washington se hallan montañas de
documentos tildando a nuestro país de las peores infamias contra el género
humano. Recuérdese, a modo de demostración, los documentales del sacerdote
belga Pierre Ruquoy, del sacerdote anglo español Hatley, del grupo de haitianos
pertenecientes a la John Jay College, autores del documental Human Rights in Quisqueya. Los informes
del Departamento de Estado de los
Estados Unidos. Todos,
generalmente, documentados con las
opiniones de las ONG prohaitianas implantadas en el país.
· El
súmmum de las denuncias se fundamenta en tratar de despojar a los hijos de
haitianos de la nacionalidad de sus
padres. Es decir, en romper el vínculo entre padres e hijos; anular la
reunificación familiar entre los haitianos.
Y a seguidas, atribuirle a toda
esa población la nacionalidad dominicana. Se proponen, posteriormente, crear
una minoría nacional de haitianos con papeles dominicanos que decidan las
elecciones y que operen como la plataforma de una colonización permanente que fragmente totalmente al Estado dominicano
¿ Que los dominicanos perdamos
definitivamente el control de nuestro destino, no es acaso una traición al
ideario de Juan Pablo Duarte y de los fundadores de la República?.
Lo
que se observa es un desdoblamiento brutal en estos grupos.
· Por
un lado, se libra una campaña de
propaganda sin tregua contra todas las
instituciones del Estado, contra la Constitución vigente; se descalifica la
reputación del país internacionalmente tildándonos de ser autores de un “genocidio civil”. ¡Imagínense la repercusión de esta declaración!
· Por otro lado, se exige el ingreso de los
indocumentados a los hospitales, a las escuelas , al registro civil, mediante
negociaciones llevadas a cabo de
tapadillo por las ONG en el Ministerio de Educación y ante las autoridades del
Ministerio de Salud.
Para
todos estos grupos confabulados, el problema no es que el haitiano se apropie
de los escasísimos yacimientos de empleos que el país produce; ni que se
empobrezca a todos nuestros trabajadores; ni que con su abrumadora presencia y
con los gastos que generan nos arrebaten oportunidades de curarnos en los
hospitales públicos, ni que con la inscripción en las escuelas vuelvan más
precarias las condiciones de enseñanza. Para esta gente ni siquiera resulta ser
un problema, que los haitianos desmonten los bosques de nuestros parques
nacionales para producir carbón. Para ellos, ¡la madre de todos los problemas! son
aquellos que denuncian eso como un problema. A esos hay que presentarlos como adeptos
del trujillismo; ultrajarlos; hacerlos pasar por las horcas caudinas;
inventarle discursos que no han sustentado para acusarlos de ser socios de la
barbarie; elegirle nuevos enemigos y tratar de desviar el debate y recibirlos
con un bautismo de fuego.
A
todos ellos les digo, que no le tengo miedo a las ideas, ni al apandillamiento
de la vileza, ni al escozor que puedan provocar las lenguas viperinas. Cuando
no se tienen argumentos para demostrar que esta inmigración resulte positiva
para el país, se echa mano de los
ataques personales; se extraen las más terribles aberraciones de los vertederos
ideológicos, dejando emerger de ese fondo irracional todo lo monstruoso que
puede resultar el alma humana.
Hay,
afortunadamente, una porción de dominicanos a la que no han podido engatusar
con sus engañifas. Ni están de acuerdo con esta campaña infame contra el país
ni son socios ideológicos de los acusadores ni andan de media madrina con
aquellos que han perdido el rumbo nacional.
Ya
es tan grande y tan abrumadora y tan devastadora esta presencia, que muchos dominicanos, comienzan a descubrir
aquellos que quieren embarcarlos en un viaje fatal y definitivo, comienzan a
desenmascarar al capitán Araña.
1 comentario:
Que Dios tenga compasion del pueblo dominicano, lo bueno de esto que los dominicanos estar cansados de tanto chantaje eso terminara, esto no se aguanta mas.
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