Leonel Fernández:
Entrada masiva de haitianos pondría en peligro el Estado
El presidente Leonel Fernández teme que con el paso del tiempo se disipe la atención internacional a Haití.
El presidente Leonel Fernández advirtió que una eventual entrada masiva de haitianos a territorio nacional, tras el terremoto del mes pasado, amenazaría al Gobierno dominicano y estimó que incluso podría devenir en un problema de “seguridad regional”, porque incrementaría el tráfico de drogas a Estados Unidos.
En consecuencia, sostuvo el primer mandatario, ambos países enfrentarían el riesgo de convertirse en “estados fallidos”.
Entrevistado por el periódico estadounidense The Wall Street Journal, Fernández observó que si una gran cantidad de haitianos cruza la frontera hacia República Dominicana, se añadiría más presión a los precarios servicios públicos que existen en el país.
Olvido
En la entrevista, el presidente dominicano expresa su deseo de que la comunidad internacional invierta los millones de dólares y el tiempo y esfuerzo que sean necesarios para re fundar la devastada Haití.
Empero, Fernández también manifestó su temor de que, con el pasar del tiempo, se disipe la atención que reciben los afectados por el sismo y de que la ocurrencia de un “estado fallido” en Haití, traiga una emigración masiva a la República Dominicana.
Sobre el tema habló también el presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Lisandro Macarrulla, quien confesó tener la misma preocupación que Fernández, en el sentido de que la comunidad internacional pueda perder interés en la situación precaria que atraviesa Haití tras el sismo.
Fernández trabaja con funcionarios haitianos, de Estados Unidos y Canadá, así como agencias multilaterales en un plan de desarrollo a largo plazo para Haití, que será revelado durante una conferencia internacional en junio.
Asistencia
El reconocido diario estadounidense enfatiza en el papel protagónico que asumió el Gobierno dominicano en las labores de asistencia a Haití.
Como declaró a la publicación la asesora especial del primer ministro haitiano, Alice Blanchet, “los dominicanos fueron los primeros en llegar, con médicos, comida y ayudas”.
Oportunidades
La situación de desastre que vive Haití tras el terremoto presenta un abanico de oportunidades para ambos países, especialmente en términos de relaciones bilaterales y comerciales. “Creo que la tragedia ha traído la bendición de unir más a nuestros países”, expresa Fernández al referirse al tema. “De algo malo ha salido algo bueno”. En iguales términos se expresó el empresario dominicano Fernando Capellán, del grupo M, quien dice que ha tenido ofertas en la industria de la ropa. También Lisandro Macarrulla, del Conep, considera que “hay oportunidades de que la industria dominicana venda de todo, desde espagueti hasta equipos pesados a Haití”.
EL FENÓMENO DE LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA
Tomado de
Cinco alcaldes debaten en 'La Vanguardia' sobre el vertiginoso impacto de la inmigración
La llegada de cerca de un millón de inmigrantes en tan sólo diez años ha cambiado el rostro de nuestros municipios
La llegada a Catalunya de cerca de un millón de inmigrantes en tan sólo diez años ha cambiado el rostro de nuestros municipios. Todo o casi todo se ha transformado a una velocidad endiablada, desde lo doméstico, las relaciones entre vecinos en el rellano de la escalera, hasta lo más estructural, los equilibrios políticos o las prioridades del presupuesto.
Buenas prácticas de las cinco ciudades
FIGURES
Figueres ha iniciado los trámites de ampliación del cementerio municipal, un espacio donde se podrán celebrar entierros de otras confesiones, como la musulmana. "El objetivo es que todo el mundo pueda ser enterrado en función de su condición religiosa", recalca el alcalde Santi Vila. Al lado del camposanto, se creará una zona verde donde se podrán ubicar edificios de culto de las comunidades religiosas que hay en la ciudad. Este parque de las confesiones pueda ser una realidad entre el 2011 y el 2012. / S. Oller
TORTOSA
El denominado Espai Obert d'Aprenentatge ofrece en el núcleo antiguo de Tortosa formación y convivencia entre inmigrantes y población autóctona. La idea surge de una antigua aula de costura en la que se empezó a propiciar el intercambio. La formación está también dirigida a jóvenes de 16 años recién llegados a la ciudad, que no encuentran empleo. Una mujer marroquí y otra gitana actúan como mediadoras del centro. El centro ofrece además un servicio para atender a los hijos de los aprendices. / E. Giralt
SALT
Intentar que la lengua no sea una barrera para cuestiones tan sencillas como llevar a los hijos a la escuela, buscar trabajo o hacer un trámite en el Ayuntamiento. Con esa finalidad, el Ayuntamiento de Salt ha impulsado desde finales del año pasado un plan de alfabetización de adultos, cuyo funcionamiento es similar al de las parejas lingüísticas. Aparte de conocer el idioma, los recién llegados también aprenden a integrarse en la ciudad. Desde su puesta en marcha, han participado unos quince voluntarios. / S. Oller
MANLLEU
El programa bienvenida del Ayuntamiento de Manlleu ha sido confiado a un grupo de mujeres que tratan de acoger y orientar a otras mujeres recién llegadas a la población. De este modo el Ayuntamiento trata de minimizar los procesos de segregación o marginación que arrancan a menudo de los primeros momentos de estancia en la ciudad. La entidad Mares Món es la encargada de hacer esa labor, para lo que recibe el apoyo financiero del municipio con el que se financian las actividades del voluntariado. / Redacción
BADALONA
El gran logro de la Unidad de Convivencia de la policía de Badalona fue acabar con las manifestaciones que en el 2007 exigían que los rumanos fueran expulsados de la ciudad. El origen del conflicto eran los pisos sobreocupados. Los agentes realizaron una labor a medio camino entre la mediación cultural y la firme aplicación de la ley. Tres años atrás el Ayuntamiento contó hasta 144 pisos que originaban graves problemas de convivencia. Ahora son cinco. Las manifestaciones no se han repetido. / L. Benvenuty
El relato de estos gestores pone el acento en la debilidad de la sociedad recién alumbrada y en la percepción de que todo está por hacer. "Estamos en un momento fundacional de estas ciudades", asegura el alcalde de Figueres. La inmigración, constatan unánimemente los cinco ediles, no tiene marcha atrás, ni siquiera en el nuevo contexto de recesión económica. No habrá retorno. Así que sólo cabe empujar hacia delante.
Las siguientes cuatro páginas tratan de resumir este coloquio, que se prolongó durante más de dos horas y que terminó dejando muchos temas pendientes.
JORDI SERRA (J.S.): Si debo ser yo quien rompa el fuego, me permitirán que les haga una puntualización: de los cinco municipios que están en esta mesa, soy el que tiene un menor número de inmigrantes. A principios de este año estamos por debajo del 15%, muy lejos del 40% de Salt o el 30% de Figueres. Sin embargo, estoy seguro de que todos creían que en Badalona batíamos todos los récords.
SANTI VILA (S.V.): Yo lo pensaba. Creía que teníais más inmigrantes.
jJ.S.: Pues no. Lo que ocurre es que en mi municipio la inmigración se ha convertido en objeto de la pugna política. ¿Qué quiero decir con esto? Que este tema esta sujeto a una gran subjetividad y a una gran capacidad de manipulación.
PERE PRAT (P.PR.): En Manlleu ya vivimos esa experiencia a finales de los años noventa, cuando la presencia de inmigrantes era poco significativa pero formó parte de la pugna política que le costó el cargo al entonces alcalde, el socialista Ramon Sitjà. Después de aquel episodio, la población inmigrada en Manlleu se incrementó en 8.000 habitantes, lo que dice mucho de la utilidad de estas campañas. Sólo en diez años hemos pasado de un 7,13% a un 23,8% de inmigración. Ahora tratamos de gestionarlo con la mejor buena voluntad y la máxima unidad política. ¿Tenemos problemas? Yo diría que no, aunque no descarto que esta noche cuando regrese los haya. Así vivimos los alcaldes. ¿Hay tensión? Sí. Tenemos una tasa media de paro del 18%, pero para los inmigrantes es del 35%. Algunos latinoamericanos, pocos, regresan y también algunos marroquíes se van a Bélgica...
IOLANDA PINEDA (I.P.): Es verdad, algunos se van a Bélgica. Es sólo un indicio, pero parece que algo hay de eso. Aun así, en Salt sigue aumentando la población mediante la reagrupación familiar. Tenemos 31.000 habitantes y un 42% de población recién llegada. En 1999 ese indicador estaba en un 6%. Hoy tenemos muchos más habitantes que hace diez años, pero nuestro censo electoral, en cambio, se ha reducido.
FERRAN BEL (F.B.): En Tortosa hemos pasado del 3% en el año 2000 al 26% en siete años. Luego hemos bajado al 23%. Tenemos tres mil personas menos que hace tres años. Pero, desgraciadamente, no es porque haya retorno, sino porque el Ayuntamiento ha aplicado una política de depuración del padrón donde había muchas irregularidades. Hemos puesto orden. A pesar de las cifras elevadas de paro, nosotros no observamos que haya retorno. Ahora hay un 18% de parados; un 30% en el colectivo inmigrante.
S.V.: En mi municipio conviven 93 nacionalidades. Tenemos un 30% de población recién llegada. Figueres crece gracias a la inmigración, aunque es verdad que en los últimos años se ha ralentizado después de aumentar a un ritmo de unas ochocientas o mil personas por año. Claro, este crecimiento ha generado unas dinámicas muy problemáticas con los autóctonos que, en algunos barrios ya se sienten una comunidad minoritaria, rodeada de gente que no entiende las pautas locales.
I.P.: Eso también nos ha sucedido en Salt, donde hemos dado un paso más allá. Porque esta llegada masiva ha significado la huida de buena parte de los autóctonos. La generación que llegó en los años sesenta, que a lo largo de estos años ha subido en el ascensor social, cuando han tenido la posibilidad, ha buscado una vivienda mejor. Esos pisos que han quedado vacíos los ha ocupado la siguiente generación. Y ese fenómeno se ha retroalimentado. Los recién llegados que se llaman unos a otros y los autóctonos imitan el comportamiento de los suyos y se van. Efecto entrada, efecto salida, al que se suma el tercer efecto que para nosotros es el más preocupante: el efecto atrapado. Aquel autóctono que no puede acceder a una nueva vivienda, que quiere irse y no puede y se ve atrapado en una comunidad con la que no se siente identificado. Para ellos, hasta hace unos años, la vecina del tercero era Loli, Antonia o Lluís…, ahora son la Fatima o Mohamed... que a menudo, no saben o no entienden los hábitos, la cultura y las normas que rigen aquí.
S.V.: Es que esa es nuestra verdadera asignatura pendiente. Les explico una anécdota que les ilustrará en lo que digo: no hace mucho me encontré por la calle una señora brasileña que me felicitó de un modo entusiasta por mi trabajo como alcalde.Me lo dijo muchas veces, tantas que al final quise saber a qué venía aquello. Y me respondió que nunca había estado en un lugar donde se celebrara con tanto entusiasmo el día internacional de los trabajadores, el Primero de Mayo. En realidad, el Primero de Mayo en Figueres celebramos la fiesta mayor de la Santa Creu. Pero ella no lo sabía. Creo que aquella mujer es el ejemplo más claro de la necesidad que tenemos de construir unos referentes comprensibles para todos.
J.S.: Es verdad, porque tras el crecimiento de los últimos años tendemos a la estabilización. La estabilización significa que una parte de esta nueva población no se va a mover. No se va a mover porque aquí han tenido a sus hijos, que van a la escuela y tienen unas oportunidades...
F.B.: No es sólo la escuela lo que les mantiene aquí. Nosotros tenemos la impresión de vivir una gran crisis, pero para ellos, también los adultos, sigue habiendo oportunidades que no van a desaprovechar.
J.S.: No habrá retorno. Sólo se daría en una situación de extrema crisis social que creo que nadie con sentido común puede desear. De modo que el camino es la integración. Es el único camino objetivo.
I.P.: Pero, en cambio, el problema, o uno de los problemas, en mi opinión es la movilidad de toda esta gente. Os pongo un ejemplo: hace un tiempo hicimos un estudio de un grupo de viviendas. De mil personas que vivían allí, novecientas y pico estaban empadronadas, pero sólo treinta realmente correspondían al padrón que teníamos. Cuando la gente cambia muy a menudo no se siente del lugar en el que vive, es muy difícil que acepte unas mínimas normas de convivencia, porque… está de paso. ¿Cómo los integras cuando ahora además están en paro y tienen una muy difícil reinserción laboral? Porque además estamos hablando de personas con escasa formación. Estamos hablando de analfabetismo. Esta es una de las cosas que más me preocupan. En Salt estamos volviendo a índices culturales que dejamos atrás en los años setenta. s.v. Ah, sí, la escuela de adultos de Figueres está literalmente desbordada. Tenemos una lista de espera de 200 personas.
I.P.: En Salt tenemos una lista de espera de otras 200.
P.PR: Nosotros tenemos unas 150 personas esperando poder ir a clase, no hay plazas suficientes.
S.V.: Es como si estuviéramos de nuevo en el momento fundacional de estas ciudades. De pronto hemos de atender asuntos que nadie imaginaba hace diez años que habría que atender. Hablamos de las escuelas de adultos, pero puedo ponerles otros ejemplos. En Figueres ahora hemos de ampliar el cementerio y además lo hemos de hacer teniendo en cuenta algo que hasta ahora no formaba parte de nuestro escenario mental, hemos de pensar en la diversidad de cultos de nuestros ciudadanos porque ese es nuestro deber Constitucional. Estamos obligados a atender la petición de un hijo de Figueres que quiere enterrar a su padre según su religión. ¿O es que le tengo que decir que se lo lleve a enterrarlo al pueblo de sus abuelos, donde él no ha estado nunca? ¿Para enterrar a un hombre que además trabajó durante años en el servicio de recogida de basuras del municipio?
I.P.: Estoy de acuerdo en esa idea del momento fundacional. En Salt estamos afrontando ahora algo tan básico como conectar a algunas comunidades de vecinos a la red de agua potable. ¿Por qué? Pues porque estas casas se hicieron sobre el llano del Ter en los años sesenta y estos pisos siempre habían tenido agua de los pozos. ¿Qué ha pasado? Que a lo largo de los años el subsuelo se ha contaminado y ahora no es aprovechable. ¿Qué estamos haciendo? En realidad estamos haciendo lo que ya hicieron estos barrios en los años setenta, en la transición, garantizar la luz, el agua, el asfalto, las cosas más básicas, a unas comunidades que, además, tienen en muchas ocasiones problemas para pagar. En efecto, es como si volviéramos a empezar. Claro, es evidente que la inmigración dispara la demanda de servicios. Pero lo que nos debemos preguntar es: ¿dispara la demanda porque son inmigrantes o porque son pobres? Porque son pobres. Porque una de las derivadas fundamentales de todo esto es que nuestras ciudades hoy son más pobres. Lo digo porque aquí podemos hablar del mito…
F.B.: El mito de que los inmigrantes se quedan todas las ayudas. Ese sí que es un asunto...
J.S.: ... que se manipula políticamente. En Badalona se han hecho hasta vídeos que acaban con la consigna: primero los de casa. En los dos últimos meses he tenido que aguantar una campaña en la que se afirmaba que en el hospital municipal hay dos listas para operarse de cataratas: los de casa y los inmigrantes ilegales. Bueno, les diré la verdad: la verdad es que el servicio de oftalmología ha tenido en todo el año pasado 232 pacientes y sólo cuatro eran extranjeros. Y el tiempo de espera, para todos, porque esto es igual para todos, es de 57 días. Esto es así. Pero no hay manera. Hemos doblado las becas de comedor: hoy en Badalona no hay nadie que haya solicitado becas de comedor y que cumpla los requisitos que no la tenga. Pero aun así la mentira se sigue extendiendo y hay gente, he de admitirlo, que se lo cree.
S.V.: Veo que los mitos son compartidos..., el problema es que los recursos son limitados. Pongo por ejemplo un campo de fútbol en el que hasta hace un tiempo sólo jugaba un equipo local. Pienso ahora en los de Vilatenim. Claro, de pronto aparece un equipo de bolivianos que también quiere jugar al fútbol. ¡Pues hay que repartir las horas! Y aquí surge la tensión, en la falta de equipamientos deportivos, de escuelas, de escuelas de adultos, de equipamientos sociosanitarios, tenemos la atención primaria absolutamente desbordada y ahí sí creo que debe actuar el Govern.
F.B: Y en momentos de crisis eso es todavía más complicado. Desde que han empezado los problemas económicos se han disparado los rumores de que en Tortosa condonamos las tasas a las tiendas de inmigrantes...
P.PR: Claro, y luego están los inmigrantes que te recuerdan que en los años de bonanza han estado haciendo los trabajos que nadie quería y que ahora esos empleos se los das a un autóctono. ¿Sabes qué te dicen? Que eres un racista.
S.V: Hay algo que deberemos cambiar radicalmente. Habrá que decirle a la gente que ya no podemos seguir cubriendo todas las necesidades, que ya no somos el padre omnipotente que siempre se presta a dar a poyo a cualquier iniciativa bienintencionada.
F.B.: ¿Sabéis qué ocurre? Que nos hemos acostumbrado a vivir como un país rico. Nuestros ciudadanos aún creen que viven en un país rico y nos piden servicios de un país rico. Y no lo somos.
J.S.: Estoy de acuerdo con Santi Vila: hemos de empezar a decir que no. Pero, cuidado, porque este "no" puede generar más de un problema de convivencia. Hemos de darnos cuenta de que estamos en un momento crucial para el país y no sé si todos estamos a la altura.
F.B.: Yo por ahora he de decir que en Tortosa nadie ha utilizado la inmigración. Y me cuesta entender que un partido del arco parlamentario lo haga. Tal vez, puedes esperarlo de partidos extremos como la Plataforma, que actúa en Vic.
I.P.: ¡Uf! Yo creo que lo de Vic nos ha perjudicado a todos.
F.B:. Bueno, creo que responde a una realidad política compleja. Yo ya dije desde el primer momento que no aplicaría los criterios de Vic, pero por otra parte creo que...
S.V.: El caso se Vic sólo se explica por el contexto político. Yo he sido muy crítico. Pero entiendo la situación política del alcalde.
J.S.: La experiencia de otros países nos enseña que lo peor que se puede hacer para combatir a los partidos de extrema derecha es imitar sus ideas. f.b. ¡¡Hombre!!
I.P.: En realidad, lo que a mí me preocupa es que, de cara a la calle, el alcalde Vic lo estaba haciendo muy bien y el resto lo hacíamos muy mal…
P.PR.: Estoy de acuerdo con Iolanda. Un día, en plena polémica de Vic se me acerca un vecino: "Este sí que los tiene bien puestos, a ver tú qué haces", me dice. Mirad, yo tengo una vieja máxima en esta cuestión: "Poca fressa y molta endreça" (poco ruido y mucha sensatez). En esto estábamos de acuerdo con el anterior alcalde de Vic. Todos los ayuntamientos hacemos lo que podemos con el padrón y con todo, pero sin armar ruido, evitando los conflictos. A mí lo que de verdad me molesta y me da mucha rabia es que los partidos, empezando por el mío, sólo hablan de inmigración cuando hay elecciones. Nadie se acuerda del trabajo de cohesión social que cada día hacemos los ayuntamientos.
S.V.: Creo que, entre políticos y periodistas, hemos conseguido desacreditar al alcalde discreto, eficiente, con un perfil gris, que garantiza esa máxima que sugería Pere Prat: la "poca fressa". Tendemos a valorar el estrépito, lo extravagante, lo extremo. El discurso que va a la víscera. O ponemos en valor ese trabajo latente, más bien discreto pero efectivo, o pondremos en riesgo el espacio central de la sociedad, la base liberal democrática de la sociedad y daremos pie a perfiles antidemocráticos.
F.B.: No estoy del todo de acuerdo. Yo creo que deberíamos hacer cierta autocrítica: si esos mensajes llegan a la sociedad es porque nosotros no lo estamos haciendo todo bien. Lo que quiero decir es que el fenómeno de la inmigración no se ha de gestionar sólo pensando en la población inmigrada, sino también en la autóctona... si me lo permitís, quisiera introducir otro tema que no hemos tratado: creo que, al margen de todos estos problemas, vamos a tener otro a corto plazo, el de la vivienda. Al menos en mi caso, en Tortosa tenemos un problema enorme. En primer lugar, porque muchos de estos inmigrantes se compraron casas que ahora no pueden pagar...
I.P.: Se han hecho verdaderas barbaridades: y ahora se han quedado sin vivienda y con una deuda que les va a perseguir toda la vida.
F.B.: Pero es que además han comprado unas viviendas casi inhabitables a unos precios astronómicos que les aseguro que no hubiese pagado ningún autóctono. Nosotros estamos aplicando el plan de Barrios en el caso antiguo de Tortosa y estamos haciendo expropiaciones. Os puedo asegurar que aun siendo lo más generosos posible no logramos cubrir el 60% de las hipotecas que han contratado estas personas. Aquí alguien ha abusado.
P.PR.: En Manlleu ha ocurrido algo parecido. Algunas viviendas estaban valoradas muy por encima de su precio real. Las de Can Garcia. Pero lo más sorprendente son las entidades que aparecen detrás: por ejemplo, tenemos dos viviendas hipotecadas en una caja cooperativa de Murcia. ¿Qué hace en Manlleu? No me lo pregunten, porque no lo sé.
F.B.: El problema es, además, la calidad de este parque de viviendas. Ahora hemos pedido a una caja que nos ceda algunas para ver si las podemos convertir en alquiler asequible. Nos han cedido 24. Mis técnicos fueron a verlas y el resultado fue que sólo dos eran habitables.
iI.P.: Yo creo que nos hemos de poner en la piel de las personas autóctonas que han quedado en algunos lugares, como en ciertos barrios de Salt, donde la presencia de población inmigrante es del 70% y el 80%. Habrá quien por convicción se va a quedar. Pero hay otros que se han quedado atrapados, y por tanto no cabe esperar que su reacción sea buena. Mirad, en Salt hay casos de comunidades de vecinos que se han quedado sin agua porque no han pagado la luz de la escalera. De modo que hemos tenido que poner a mediadores sociales a reunir el dinero puerta a puerta para volver a tener luz. Finalmente, hemos optado por crear un programa específico con el que el Ayuntamiento se convierte a una especie de administrador de fincas. Y me diréis, hombre, ¿y ese es vuestro papel? Pues sí, porque si un vecino tiene problemas en el mismo rellano de casa, al final los tendrá en la calle. Lo estamos haciendo con una subvención del ministerio y cuando se acabe..., pues habrá que buscar dinero en otra parte...
F.B.: Es verdad, hay tensiones.Momentos difíciles. Pero, aun así, creo que la reacción de la población es modélica. Pasar de un 3% de inmigración al 27% con 76 nacionalidades distintas en siete años... Y creo que aquí las asociaciones de vecinos, donde, al menos en Tortosa, apenas hay presencia inmigrante, han tenido un papel crucial.
P.PR.: Estoy de acuerdo. Este crecimiento brutal que hemos sufrido se ha producido con una considerable paz social. Aquí actúa mucha gente a la vez: la Iglesia, los sindicatos, las asociaciones de vecinos, las otras confesiones religiosas, que cada vez tienen un papel más importante. Lo que no quiere decir que no haya conflictos.
S.V.: Con los centros de culto, bastantes. Mira, en este aspecto nosotros siempre hemos dicho que vamos a ceñirnos estrictamente al marco de la Constitución. Es lo que antes os comentaba del cementerio. Es un derecho constitucional. ¿Una mezquita en Figueres? Hemos inventado un concepto, que es el parque de las confesiones, donde queremos dar espacio a todos los colectivos de la ciudad. Lo que no voy a hacer es construir un equipamiento religioso desviando un dinero que debo dedicar a hacer escuelas.
I.P.: En el tema de las mezquitas yo creo que todavía nos encontramos en el tiempo de las catacumbas. Y eso no se resolverá si no se hace pedagogía y, sobre todo, si las comunidades no son capaces de mirarse a la cara. Y eso no ocurre ahora.
F.B.: Avanzamos muy lentamente en la integración. Lo hablábamos no hace mucho con los alcaldes franceses: ellos llevan treinta años y siguen teniendo problemas...
I.P.: Creo que la tradición migratoria de España y de Catalunya ayuda. Al final siempre puedes recordar de dónde eres y cómo llegaste hasta aquí. No es lo mismo. Es cierto, pero...
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Los inmigrantes empadronados en España se multiplican por cinco en diez años
Madrid. (EFE).- Más de 5,6 millones de inmigrantes se registraron en el padrón durante 2009, lo que significa unos 400.000 ciudadanos más respecto al año anterior, y con crecimientos en todas las comunidades autónomas.
Frente a esta cifra, el número de extranjeros con certificado de registro o tarjeta de residencia en vigor se elevó a 4.715.757, a fecha 30 de septiembre de 2009, el último dato disponible del Ministerio de Trabajo e Inmigración.
La cifra de ciudadanos extranjeros registrados en el padrón de 2009 supone multiplicarla por cinco en apenas una década; en el 2000 los ayuntamientos censaron sólo a 923.000 foráneos.
El apunte en el padrón, un registro administrativo donde constan los vecinos de un municipio, constituye para los inmigrantes la llave de acceso a derechos como la sanidad y la educación; y procede con independencia de que tengan o no residencia legal en el país.
Por bloques geográficos y referido al año 2009, más dos millones y medio de ciudadanos son originarios de países comunitarios; casi 217.000 de países no comunitarios; 900.000 de África; y casi dos millones de América Latina y de América del Norte, aunque en este último caso en mucha menor proporción. El colectivo nacional con mayor presencia es el marroquí, seguido del rumano y del ecuatoriano.
En cuanto a las comunidades autónomas, todas ellas experimentan crecimientos; los más elevados se producen en Andalucía (casi 52.000 empadronados extranjeros más respecto a 2008); Madrid (58.000) y Comunidad Valenciana (42.000).
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El alcalde de Vic acusa al Gobierno y a la Generalitat de "buenismo" y de no afrontar el problema
Josep Maria Vila d'Abadal insiste en que el consistorio no habría propuesto la medida si la Guardia Civil hiciese su trabajo
Barcelona. (EUROPA PRESS).- El alcalde de Vic (Barcelona), Josep Maria Vila d'Abadal, acusó de practicar el "buenismo" a Gobierno y Generalitat y de no afrontar los problemas que la llegada de la inmigración ha comportado en algunos municipios.
Acusó al Estado de, al "no poder luchar contra esto", decir que la medida es xenófoba y "ridiculizar" a la ciudad y a su alcalde. "Es una manera burda y sucia de trabajar este tema", señaló. Añadió que él no hubiese tenido que proponer esa media si la Guardia Civil hiciese su trabajo y no llegasen inmigrantes 'sin papeles'.
El alcalde reconoció que será difícil tratar la cuestión ya que aseguró que al proponer medidas como la suya "te linchan" y da "miedo" hablar del tema. "Se hace lo políticamente correcto", lamentó.
Acusó al secretario de Inmigración de la Generalitat, Oriol Amorós, de hacer discursos "de que todo es fantástico" y aseguró que de esta forma se está activando que la gente se canse de la inmigración y que "no quieran a los inmigrantes".
Vila d'Abadal acusó al Gobierno de no colaborar lo suficiente para que los ayuntamientos puedan afrontar a los inmigrantes en situación irregular que les llegan y aseguró que aún está esperando a que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, trate con él el asunto, tal y como le dijo en una visita a la ciudad. "Aún le espero", dijo.
Sobre las declaraciones del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo que al conocerlas pensó que era un persona !que no tenía el nivel para ser el presidente" de España. Señaló que si un inmigrante no está en situación legal no puede trabajar y si no trabaja no tiene ingresos, y el Ayuntamiento se encuentra que tiene que acogerlo. "Si tan buenos quieren ser que también puedan trabajar de entrada", aseveró.
El alcalde dijo que no es digno para nadie vivir en esta situación y señaló que para ser libres y autosuficientes necesitan un empleo. Lamentó haber escuchado "tantas cosas tan mal dichas", así como el "total desconocimiento" de Vic.
Aseguró que no hace demasiada autocrítica tras la polémica y señaló que si se hubiese mantenido la propuesta a nivel local no hubiese habido tanto revuelo. El alcalde defendió que la ciudad ha sido modélica en la acogida de la inmigración -citó por ejemplo los Espacios de Bienvenida Educativa (EBE)-, pero reconoció que existen dificultades que es necesario acatar para conseguir una sociedad más cohesionada y que los habitantes "de toda la vida" acepten que la inmigración no es negativa.
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Vic: Una ciudad con un 25,7 por ciento de inmigrantes
La decisión del Ayuntamiento – CiU, PSC y ERC – de negar el padrón a los "sin papeles" ha situado al municipio en el punto de mira
Lucen velo, tejanos ajustados y mochila al hombro. Apenas superan los doce años, pero ya tienen sueños de adolescente. Llevan 20 minutos frente al escaparate de una zapatería en el centro de Vic. Ríen, cuchichean, hablan en árabe, gesticulan y no pueden apartar su mirada de unas botas de cuero negras y largas como una noche de invierno. 100 euros, demasiado caras, demasiado sexis para unas simples escolares... ¡Qué más da! Se las ve felices, ajenas a todo lo que les rodea: a las bocinas de los coches, al hombre de traje marrón que riñe con su pareja por el móvil, a la polémica en torno a la decisión del Ayuntamiento de no empadronar a los inmigrantes ilegales... Frente al escaparate, su mundo es otro. Hasta que dos periodistas forasteros rompen ese momento mágico, fraternal, con extrañas preguntas.
"¿Que si nos sentimos a gusto en esta ciudad? Claro, llegué aquí cuando tenía un mes, esta es mi tierra, tengo amigos en la escuela, en mi barrio, y nunca nadie me ha dicho nada por ser musulmana", afirma una de ellas con orgullo y en un perfecto catalán. La otra, mientras, calla y sonríe con timidez. Todavía desconoce el idioma. Hace sólo un año que se trasladó con su familia desde la localidad marroquí de Nador. "Yo le hago de guía, le explico la ciudad, hacemos los deberes juntas, nos los pasamos muy bien", afirma antes de coger la mano a su compañera y desaparecer poco a poco por una larga avenida.
DÍA DE MERCADO
Sinfonía de lenguas y etnias
Plaza Major de Vic. Día de mercado. Las gélidas temperaturas parecen no hacer mella en el centenar de mujeres que han acudido puntuales a esta cita semanal.Muchas son musulmanas: llevan velo y humildes vestidos, largos hasta los tobillos, que logran disimular sus figuras. También asiáticas, afroamericanas y señoras de Vic "de tota la vida". Se entremezclan frases en francés, árabe, catalán, chino, polaco, castellano... creando una sinfonía de lenguas entre paradas de hortalizas, frutas y ropa de ocasión. Es uno de los retratos de esta ciudad de más de 40.000 habitantes que en la última década ha visto cómo su tejido social ha mutado a velocidad sideral: en el año 2000 contaba con una población de 32.781 personas, de las que 2.880 habían llegado del extranjero. Hoy alcanza los 40.690 ciudadanos, de los que 10.494 son inmigrantes.
Una capital de comarca, con un sustrato católico y catalanista, que vive la contradicción de ser un modelo de acogida –con su plan de integración en las escuelas, mediadoras sociales, rehabilitación de barrios– y, al mismo tiempo, cuna de la xenófoba Plataforma x Catalunya, segunda fuerza en el Consistorio con cuatro concejales liderados por Josep Anglada.
¿Conflicto social? ¿Racismo? "Vic es una ciudad muy tranquila, apenas existen problemas graves, pero todo el mundo debe entender que tiene derechos y deberes", explica una vendedora de hortalizas. A su lado, un joven y fornido subsahariano le ayuda cargando cajas. "Somos un equipo", afirma ella. Metros más allá, un niño magrebí sigue a su madre con cara de aburrimiento y agarrando con fuerza un balón con los colores del Barça. Pasan sin inmutarse junto a un corrillo que debate la medida del Ayuntamiento. Las opiniones, con matices, son favorables a la iniciativa del alcalde: "Es algo que se debería haber hecho hace tiempo, ahora las cosas están mucho más tranquilas que hace cuatro años", sostiene Maria. "Es necesario poner un poco de control, hay zonas muy conflictivas, vayan a visitar el barrio del Remei", exclama Antonia, una mujer nacida en Jaén que llegó a este rincón de Catalunya hace 30 años buscando un mejor porvenir. "Visiten los centros médicos, están colapsados", sugiere Maria Rosa a los dos periodistas forasteros, y asegura que todas las ayudas sociales "se las quedan los inmigrantes". Ninguna de ellas se proclama votante de Anglada.
EL BARRIO DEL REMEI
La sombra de un estigma
Una fina lluvia baña el barrio del Remei, como tratando de borrar el estigma de conflictividad que le acompaña desde hace décadas. Una leyenda negra que se desmonta ante los ojos de los dos periodistas forasteros, tras días recorriendo sus calles. Ni rastro de delincuencia, de prostitución callejera, de menudeo, de violencia, de marginalidad... El paisaje es otro: calles amplias, limpias y tranquilas – envidia demuchos barrios periféricos de Barcelona–; ancianas que pasean con el monedero en la mano, niños de diversas etnias que juegan a la salida del colegio del Sagrat Cor, peluquerías africanas, charcuterías tradicionales, modernas farmacias... También, mujeres subsaharianas hablando a gritos de balcón a balcón o grupos de jóvenes negros, vestidos con anchas prendas de ropa deportiva, paseando sin rumbo a la espera de que su destino cambie y que "vuelva el trabajo".
Escenas de un barrio popular, de gente trabajadora que ve con temor la actual crisis económica, pero que pasó sus peores momentos hace cuatro años, cuando la llegada de inmigrantes se disparó. En los últimos meses muchos han abandonado el Remei para probar fortuna en Francia, Bélgica... Y los que se han quedado, generalmente ya han echado raíces en Vic.
Una mezcla de culturas, creencias y colores que comporta problemas de relación. Gregori, jubilado de la industria cárnica, explica, entre sorprendido y alarmado, como uno de sus vecinos nigerianos montaba cada domingo en el portal de la escalera una misa a la que acudían más de sesenta personas, con sus guitarras y canciones. "Este barrio estaba dejado de la mano de Dios", suspira. Pepa, 35 años en el Remei, lamenta que en su bloque vivan ocho africanos en un apartamento.
Pisos patera, retraso en el pago de los gastos de la comunidad, ruidos, fiestas nocturnas, olores especiales... Pequeños choques de civilizaciones en el rellano que suelen encontrar solución gracias a la labor mediadora de personas como Assumpta Ordeig, de la Associació de Veïns del Remei. "La inseguridad aquí no es superior a otras zonas, pero faltan espacios de diálogo entre los vecinos y las instituciones para solucionar los problemas, de lo contrario podemos acercarnos al modelo francés", avisa.
Otra de las personas que llevan años trabajando por el Remei, y cuya voz es respetada por todos, es el padre Lluís, franciscano que conoce palmo a palmo el barrio y que ha convertido a su parroquia en motor de convivencia en integración: la comunidad ghanesa y la nigeriana celebran sus eucaristías evangelistas, se dan cursos gratuitos de catalán, castellano, lecciones de música, reuniones de alcohólicos anónimos y los fines de semana reparten comida a los más necesitados. Hombre afable, y con una mirada profunda que esconde detrás de unas gruesas gafas de pasta, ve lógica en la decisión del Consistorio. "Hay que regular la situación de los inmigrantes, siempre y cuando se respete los derechos humanos", asegura. Una opinión parecida a la de Ahmed, dueño de una modesta carnicería y con dos hijos nacidos en Vic: "Si cada vez viene más gente sin control, puede haber conflictos".
CENTRO MÉDICO VIC SUR
Inversión con resultado
No hay colapso; ni largas colas de espera, ni personas tiradas en los pasillos, ni escenas de nerviosismo en el centro de atención médica Vic Sud, situado en el barrio del Remei. De nuevo la realidad desmonta la leyenda, alimentada con fines electorales por los extremistas. En la recepción, donde hay un cartel que explica en cuatro idiomas –catalán, castellano, inglés y árabe– las normas del centro, los dos periodistas forasteros hallan silencio y un orden sorprendente.
Cuatro personas esperan en fila india su turno; en la sala de espera de urgencias, dos mujeres subsaharianas y tres parejas de ancianos aguardan en una amplia sala. En la zona de pediatría, un joven matrimonio magrebí mima con besos y caricias a su hijo de escasos meses. ¿Y el colapso? "En los últimos 13 años hemos modificado las plantillas, pasando de 7 a 13 médicos de cabecera; aquí se atiende a todo el mundo y en un tiempo razonable", explica Marta Serrarols, directora asistencial del área básica.
El esfuerzo para poder dar respuesta a las nuevas demandas que se les plantea con la inmigración es diario: ofrecen talleres sanitarios para jóvenes inmigrantes venidas de zonas rurales del Magreb o el África negra, realizan visitas a las familias recién llegadas y cuentan con programas especiales de traducción. La encargada de esta misión mediadora es Anissa Lamzabi Bou, de padre marroquí y madre catalana, que vive en Vic desde hace 28 años. Lamzabi también controla las altas de la tarjeta sanitaria y ofrece un dato significativo: "Hace seis meses teníamos 30 altas semanales, ahora no pasan de una o dos". La crisis.
Se las conoce popularmente como las Casas Baratas o el Bronx de Vic. Son tres manzanas de edificios en mal estado que el sindicato vertical construyó en los años sesenta para albergar a los obreros del pantano de Sau. Hoy quedan pocos de esos primeros inquilinos. Con el tiempo, han sido reemplazados por subsaharianos y magrebíes. Pese a la degradación de los pisos, la zona no es especialmente conflictiva. El referente del barrio es la escuela de adultos Montseny, que dirige con tesón Carme Moyano y que ofrece cursos de informática, graduado escolar, idiomas. La educación como antídoto contra la marginalidad. Moyano lamenta los últimos episodios vividos en Vic: "Aquí existe un sustrato tradicionalista e independentista que hace que se mire al de fuera con recelo, el Ayuntamiento se ha pasado".
En las escaleras del centro, dos jóvenes de 16 años, Farah Chokri, de Tetuán, y Raquel Jordán, nacida en Vic, hablan antes de entrar en clases. "Somos buenas amigas". Se dejan fotografiar por los dos periodistas forasteros: sus rostros, su limpia mirada, destruyen el discurso xenófobo. Las aulas como punto de encuentro. La educación como antídoto para la intolerancia. "La escuela ha sido uno de los puntales en este proceso, con su aulas de acogida y su reparto equitativo de inmigrantes entre centros, pero ahora para que todo esto siga siendo sostenible es necesario que se controle la inmigración ilegal", apunta Ramon Mas, profesor en la comarca de Osona desde hace 40 años.
MATADERO MULTICULTURAL
El peso de la industria cárnica
La cadena con piezas de cerdo avanza a un ritmo infernal. Mujeres chinas cortan con habilidad las piezas más exquisitas, mientras que detrás de ellas cuatro subsaharianos mueven sin descanso pesadas cajas con carne. Actúan como un equipo conjuntado en el que cada jugador sabe lo que tiene que hacer. Los dos periodistas forasteros pasean por las instalaciones del matadero del Grupo Baucells, que emplea a más de 250 personas, de las que casi un 80% son extranjeras. "La industria cárnica depende de los inmigrantes, si se fueran tendríamos que cerrar", sostiene Jaume Piñol, presidente de la cooperativa de mataderos Esfosa. Una empresa que es un microcosmos de ese Vic que trata de adaptarse, con sus errores y aciertos, a los cambios e incertidumbres del siglo XXI
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Las niñas inmigrantes que llegan solas son obligadas a prostituirse
Un estudio alerta sobre la explotación de menores rumanas y subsaharianas | El 75% de los 15.000 menores no acompañados que han llegado a España son de origen marroquí
Un centro del Casal d'Infants del Raval donde se atiende a jóvenes menores no acompañados
El fenómeno de los menores inmigrantes no acompañados (MINA) no sólo se ha consolidado en los últimos años en España, sino que presenta nuevas características derivadas de la llegada de chicas solas y de jóvenes de otras nacionalidades. De los 15.000 jóvenes que han entrado en la última década, la mayoría son marroquíes, pero actualmente hay ya un 25% que procede de Europa del Este (destacan los menores rumanos), y de países subsaharianos (principalmente Senegal, Mali y Ghana). Son los datos que ayer ofreció Violeta Quiroga, directora del estudio Los y las menores migrantes no acompañados en Catalunya. Estado actual y nuevas tendencias, realizado durante tres años por el Grup de Recerca d'Infància i Família en Ambients Multiculturals de la Fundació Pere Tarrés de la Universitat Ramon Llull.
Ninguna repatriación en el 2009
En el año 2006 España llegó a repatriar 111 menores, la mayoría a Marruecos (60 desde Madrid y 13 desde Catalunya). Pero desde entonces esa cifra ha disminuido por la presión del Defensor del Pueblo, las ONG y otras entidades, hasta el punto que se han paralizado. En el 2009 no se ha producido ninguna en Catalunya, aunque se dan de forma encubierta hacia Rumanía como "retorno voluntario".
Según Violeta Quiroga, "Catalunya vivió el momento más complicado en el año 2002 cuando había 1.139 menores no acompañados, mientras que ahora se ha bajado hasta 821 y en el último año han entrado la mitad de los que entraban entonces". El problema de Catalunya se ha trasladado a otras comunidades como el País Vasco, que, pese a ser una de las comunidades con menos inmigrantes, actualmente "no puede dar una solución de forma efectiva y eficiente".
El estudio ha permitido visualizar colectivos que hasta ahora pasaban desapercibidos. Uno de ellos es el de los menores marroquíes que no llegan completamente solos sino acompañados por hermanos o compañeros, pero que están igualmente en situación marginal. También hay menores pakistaníes y bengalíes. El segundo grupo detectado es el de las chicas, que llegan "insuficientemente acompañadas", lo que puede incluir a tíos, como sucede con las marroquíes; suegros y maridos, cuando se trata de chicas rumanas de etnia gitana, que serán utilizadas para la mendicidad; o supuestos compañeros e intermediarios que utilizan a las chicas para la prostitución. En este último caso, como señala Violeta Quiroga, se suele tratar de "chulos que se hacen pasar por novios". En cuatro años han llegado a Catalunya 105 chicas menores de edad.
Otra investigadora, Ariadna Alonso, explicó que las menores que se dedican a la prostitución son en su mayoría de Rumanía y de Nigeria, y otras de Bulgaria y Eslovaquia. El perfil más repetido es el de una chica rumana, de 17 años, del sudeste del país, de las provincias de Galati o Constanza, y que ha venido a través de alguien de su entorno familiar que la ha engañado. El motivo para salir del país es escapar de una situación familiar muy conflictiva, en la que se repiten los malos tratos, los abusos sexuales o el alcoholismo. Irene de Luis, directora de Talaia, uno de los dos centros de acogida de chicas de Catalunya, explicó tras presentarse el informe, que a su centro han llegado chicas de 13 años "que no pueden llamarse trabajadoras del sexo porque no lo han escogido voluntariamente sino que han sido inducidas a ejercer la prostitución y esto es un delito".
Por el centro Talaia, creado en el 2001, han pasado 676 chicas de 40 países distintos. Son atendidas por 44 profesionales (24 educadores, 6 técnicos y el resto de personal de cocina, limpieza y seguridad). Uno de los problemas repetidos es el de las chicas rumanas. Hasta 122 han pasado por este centro, de las cuales 102 han sido retornadas a su familiares o se han escapado en menos de 48 horas. Muchas de estas niñas se dedican a pequeños robos o a la mendicidad y son instrumentalizadas por sus propios familiares. Generalmente viven en itinerancia y antes han pasado por Italia o Francia.
Otro fenómeno nuevo es el de las chicas procedentes del norte y centro de Marruecos, que han abandonado los estudios a los 14 o 15 años y huyen de su familia para evitar el control de los padres o hermanos. Por el camino tendrán que pagar a los intermediarios (conductores de camiones o familias que los trasladan en coche) y al llegar aquí corren el riesgo de ser explotadas por sus propios familiares. En ese grupo debe incluirse también a las chicas aventureras que van a probar suerte y más recientemente algunos chicos y chicas que vienen con la ilusión de triunfar como deportistas.
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