domingo, 5 de febrero de 2012

El poeta no tiene quien escriba por el…

Decía un estribillo de una vieja melodía "Unos van alante y otros van atrás", y vino a mi recuerdo pensando en mis grandes amigos idos. Recientemente Anís Vidal Dauhajre, se ha escrito y se escribirá sobre sus virtudes y bondades, como se hace en casi todas las oportunidades en que muere una persona notable y valorada de nuestra sociedad.

Hace unas horas conversaba con un viejo amigo de infancia consagrado escritor de una memoria prodigiosa y una graciosa y meticulosa forma de escribir, sociólogo, historiador, gran conversador, apasionado de las peñas y tertuliante.

Conversábamos “desde anoche” en varias alargadas llamadas telefónicas, gracias a ese a veces, inoportuno invento el “útil celular” que no se puede uno escabullir, decir , -el salió-, -llámelo más tarde que está comiendo o está en el baño-, - si supiera que yo creo que el salió-, o cualquiera de las mentirillas que otrora se podían hacer o que poníamos a "decir mentiras" a nuestras trabajadoras domesticas, secretarias, esposas, madres o hijos, pues bien las conversaciones giraban acerca de mi gran amigo Enriquillo Sánchez Mulet quien partió o "picó alante" y esa es la realidad de la vida, ¡todo nace, vive y muere!. Me insistía mi interlocutor sobre un correo electrónico a algunos de mis amigos, que le comentara con lujos de detalles que fue lo que motivó una protesta de jovenes escritores que exigían pedir disculpas a un agresivo comentarista radial por los insultos al intelectual que fue escogido para dedicarle la XV Feria Internacional del Libro de Santo Domingo.

Pero es penoso que haya personas que se dediquen a denostar a nuestros destacados e ilustres muertos que pasaron por nuestra sociedad, dejando huellas indelebles, aportando de lo mejor de su intelecto, sin resabios, amarguras, inquinas, chismes y bajezas que nada positivo dejan a nuestra nación.

Y de que sirve que se hagan valiosas campañas estimulando y exaltando nuestros valores como las campaña del Banco BHD, Banresevas, Grupo E. León Jiménes, Fundación Brugal, el Despacho de la Primera Dama, cuando hay trogloditas que estimulan y enaltecen los falsos valores que nos arropan.

Este fue nuestro inquieto Enriquillo, poeta; nació el 25 de agosto de 1947 y falleció el 13 de Julio del 2004. Poeta, ensayista y narrador dominicano. Egresado de la escuela de Letras de la facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Aunque fue principalmente poeta, como lo prueban sus escritos, se distinguió como articulista con gran sentido de la tradición ensayística contemporánea, abordó los temas de nuestra cotidianidad con humor y desenfado, pero siempre en busca de la esencia de esa dominicanidad compleja, contradictoria y cambiante, que fue una de sus obsesiones mayores. Desde muy joven se inició en al arte de la escritura. En 1966 ganó el Premio del Concurso Dominicano de Cuentos, perteneciente a la denominada Generación de Postguerra, obtuvo diversos lauros como cuentista, poeta y ensayista, entre ellos el Premio Nacional de Poesía Salomé Ureña, el Premio Latinoamericano de Poesía Rubén Darío y el Premio Nacional de Ensayo Pedro Henríquez Ureña.

Lo peor es que poetas de renombres algunos “Premios Nacionales” no defiendan el buen nombre y los merecimientos de el gran Enriquillo, poeta; que al fin y al cabo es resguardar su mismo nombre. Poetas como Tony Raful, Soledad Álvarez, José Mármol, Jeannette Miller, Chiqui Vicioso, Héctor Dotel Matos, Federico Jovine Bermúdez, José Enrique García, Cayo Claudio Espinal, Mateo Morrison, Andrés Luciano Mateo, Alexis Gómez Rosa, Juan José Ayuso o Marcio Veloz Maggiolo; es penoso que no digan nada (a lo mejor fueron muy hondas las heridas que se ocasionaron, si acaso existieron)…

Parecería que el miedo al monstruo de la inquina, chismes y bajezas. Ha enmudecido a los poetas, escritores e intelectuales en general, muchos poetas son políticos y no quieren caer en esa lengua maldita y disociadora de los que desvalorizan a nuestro Enriquillo Sánchez Mulet o es que el poeta (no tiene quien le escriba) no tiene quien escriba por el. Réquiem in Pace Amicus...

Onorio Montás


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