Santiago.- El gobierno dominicano dispuso la implementación de un programa de repoblación, con familias militares, de las zonas fronterizas que están siendo habitadas por ciudadanos haitianos aprovechando que los dominicanos las han dejado desiertas. El secretario de las Fuerzas Armadas, teniente general Pedro Rafael Peña Antonio, hizo el anunció ayer en Santiago, tras indicar que las Fuerzas Armadas están siendo proactivas con el problema de la migración ilegal en el país y que la primera medida es ubicar familias de militares -con todas las condiciones para vivir- en las zonas invadidas.
El alto militar especificó que de manera inmediata se realizará un levantamiento en los asentamientos que hizo el gobierno de Joaquín Balaguer en las comunidades Mencía y Aguas Negras, para evaluar las medidas que tomarán.
Informó que habrá un asentamiento en el punto donde se unen los ríos Artibonito y Macacía, con 40 familias de militares que tendrán tierra, con invernaderos y crianzas de ganado y peces.
Peña Antonio precisó que será un proyecto piloto que cuenta con el apoyo del sector privado y con lo cual se procura revertir el proceso de deterioro de la zona boscosa ocupada irregularmente y la frontera entre las dos naciones.
Decreto 581-09
El jefe de los cuerpos castrenses precisó que mediante el decreto 581-09 el presidente Leonel Fernández dispuso que todos los oficiales graduados en las academias militares presten servicios de patrullaje y vigilancia en la zona fronteriza, y que se dediquen a labores de alfabetización y reparación de casas de familias humildes.
El secretario de las Fuerzas Armadas, quien habló luego de encabezar el acto con motivo del Día del Ejército Nacional, en la fortaleza Fernando Valerio, sede de la Segunda Brigada de ese cuerpo, adelantó que este año irán a la frontera con Haití 99 oficiales que salen de las academias militares.
De su lado, el presidente del Consejo de Migración, Franklin Almeyda Rancier, y el director general de Migración, Sigfrido Pared Pérez, iniciaron ayer una serie de reuniones para discutir el marco jurídico-constitucional que sustentaría la migración ilegal.
También se proponen iniciar un plan nacional para enfrentar esta situación que se produce en la frontera con Haití.
Los altos funcionarios celebrarán otros encuentros con los sectores empresariales, turísticos y productivos en sentido general, así como con la Secretaría de las Fuerzas Armadas para definir todos los aspectos relacionados con el problema.
“Nos reunimos para discutir el marco jurídico-constitucional que ya se estableció en la Constitución de la República, que regirá lo que nosotros tendremos que hacer”, informó Almeyda.
De su lado, el general Pared Pérez, al referirse a los reportajes publicados por LISTÍN DIARIO respecto a la gran cantidad de haitianos que ocupa comunidades de las provincias Pedernales, Dajabón e Independencia, precisó que lo importante es iniciar un plan para determinar el estatus de esos haitianos en el país.
Coincidieron en que hay que asumir controles mayores en la frontera con Haití para resolver la situación que impera en esa zona.
“He visto las publicaciones que ha hecho Listín, especialmente en el día de hoy (ayer) y me luce que es importante que en los medios de comunicación se ventilen las cosas en esa forma, porque hay seriedad en el planteamiento que se está haciendo”, sostuvo Almeyda.
El también secretario de Interior y Policía sostuvo que dialogará con las Fuerzas Armadas, que es la que tiene el control territorial de la frontera.
Marco jurídico
“Yo he estado justamente conversando con el director de Migración al día siguiente de haberse aprobado ya en la Constitución de la República el marco jurídico que regirá lo que nosotros tenemos que hacer. Yo en mi condición de presidente del Consejo de Migración y él en su condición de director de Migración”, sostuvo.
El funcionario agregó que conversó también con Sigfrido Pared Pérez sobre los pasos operativos que tendrán que seguir dando, como reuniones y encuentros, con todos los sectores del país.
“Es que también tenemos que reunirnos con los sectores productivos, porque tenemos que aplicar lo que establece el Código de Trabajo en cuanto a la utilización de la mano de obra extranjera. Igualmente tenemos que hablar con el sector turístico de lo que dice el Código de Trabajo y la Ley de Migración; además, debemos asumir controles mayores en la frontera”, precisó
Almeyda Rancier manifestó que la frontera es un punto crítico del país porque allí se nota una diferencia marcada de los que son dos estados, el Estado dominicano y el Estado haitiano, que en definitiva tienen todas las debilidades y características fruto del proceso histórico.
Compromiso social
“Pero no podemos cargar con el Estado haitiano, ese es un problema que tiene que asumirlo la comunidad internacional, no nosotros como país”, puntualizó.
“Sin embargo, tenemos que entender que es una población de seres humanos y que cualquier acción que emprendamos la tenemos que hacer dentro del respecto de los derechos humanos”, sostuvo el secretario de Interior y Policía.
A su juicio, la situación que impera en Pedernales es un problema general en toda la frontera con Haití.
De su lado, el director de Migración, general Pared Pérez, señaló que la idea es implementar el plan y aplicarlo sin prisa pero sin pausa, de manera que les permita enfrentar con eficacia el tema migratorio en la República Dominicana.
EVALUACIÓN DE LOS LEGALES E ILEGALES
LAS REDADAS NO HAN RESUELTO EL PROBLEMA
Las autoridades dominicanas entienden que hay muchos puntos en la frontera donde hay poblaciones enteras de haitianos, como ocurre en comunidades de las provincias Pedernales, Dajabón e Independencia.
“Son situaciones que se han dado en la frontera, que nosotros debemos asumir como una generalidad, o sea, no debemos dedicarnos a una sola población o a una sola provincia, sino a toda la población fronteriza”, apuntó el director de Migración, Sigfrido Pared Pérez.
El funcionario considera que habría que avaluar la situación que plantea LISTÍN DIARIO para ver si esos extranjeros que habitan en comunidades rurales fronterizas están legales y ver cuáles son los ilegales.
A su juicio, lo establecido en la Constitución de la República con respecto a la nacionalidad hay que sacarle el mejor provecho para mantener el control de los extranjeros en República Dominicana. Entiende que hay que cambiar de método para enfrentar el problema migratorio, porque las redadas no han resultado.
Puesto Escondido. Independencia.- “Los haitianos nos han quitado el brazo derecho. A ellos es que los dueños de propiedades les pagan los trabajos, porque lo hacen más barato que nosotros los dominicanos. Yo tengo dos hijos que mantener y estamos pasando hambre porque nadie se interesa por pagarnos un día en sus conucos”, se quejó el señor Inginio Terrero.
En este poblado, que se encuentra a unos 20 kilómetros de la frontera, el idioma que predomina es el creole y sus gentes viven apiladas en pequeños espacios que rentan hasta por RD$500.
Este año es que a Puesto Escondido, ubicado en la Sierra de Bahoruco, ha llegado la mayor cantidad de haitianos, informó Terrero. Los haitianos se dedican a labores de recolección y limpieza de las uvas, así como a la producción de aguacate injerto.
Todos en el poblado señalan que los haitianos son laboriosos, pero también entre los dominicanos que habitan en la zona llueven las quejas de que mantienen una depredación agresiva en la Sierra de Bahoruco, con la producción de carbón y el corte de madera que tienen como destino final a Haití.
“La yautía dura un año pa que dé frutos, la yuca tarda muchos meses para que dé comida, al igual que los plátanos, guineos, papa y otros, entonces hay que hacer algo pa no moli de hamble”, agregó uno que dijo llamarse Miso.
Y es que los haitianos no respetan espacio, y han depredado áreas muy sensibles de la Sierra de Bahoruco, citó el señor Diógenes Merán Villega, quien es capataz de una brigada de Medio Ambiente en la zona.
Expresó que el ataque de los haitianos contra esa área protegida es agresiva, pues mientras más hornos rompen, más éstos fabrican.
“Nosotros estamos utilizando estrategias para frenar eso, pero es casi imposible, porque ellos parecen ser indetenibles”, dijo.
En La Descubierta
El dirigente comunitario de la localidad Ángel Félix de aquí, José Altagracia Sena Riva, informó que los parajes Melón, Granada, El Bojucal y José Joaquín Puello, quedaron desolados porque los antiguos pobladores emigraron y aunque en esta zona la presencia de haitianos es masiva, han depredado seis de ellos.
Citó a El Bojuco, la comunidad José Joaquín Puello, Granada, Mesitrón, La Flecha y El Arroyo donde se encuentra la obra de toma del acueducto que los suple.
Sin embargo, informó que dominicanos que tienen propiedades en la zona les pagan para que desmonten zonas boscosas para sembrar, pero son espacios que no se pueden utilizar más de una vez.
“La deforestación en esta zona es culpa de nosotros, porque les pagamos para que nos hagan conucos para la siembra”, agregó.
Casos de robos
El agricultor Ángel Fernando Medina dijo que la mayor preocupación que tienen con la masiva presencia de haitianos son los robos, porque estos penetran a sus propiedades y cortan víveres sin permiso, para saciar el hambre y llevar para su país.
“Nosotros los que vivimos en Ángel Félix no les decimos nada a ellos, porque sabemos la situación de miseria por la que atraviesan, sin embargo, en Sabana Real ha habido casos de muerte entre haitianos y dominicanos porque se les han metido a los conucos y les han robado sus animales”, agregó.
Dijo que en los últimos tres años estos dos poblados han sido víctimas de robos contínuos, y más cuando estos inmigrantes van a visitar su país y no tienen nada que llevarles a sus familiares, pues si encuentran un caballo, un mulo, un cerdo y otro animal no los perdonan.
Destacó que en su comunidad difícilmente un dominicano encuentre en su propiedad un racimo de guineo para venderlo en el mercado, porque se los cortan antes de que se llene.
“Ya aquí uno ha perdido el deseo de sembrar. Nosotros el año pasado perdimos más de nueve mulos. Cuando uno va a los conucos no encuentra nada y los militares que hay en la frontera vienen a cobrar su peajito, mientras que los alcaldes no se ocupan de estos temas, a menos que uno no les moje las manos”, agregó.
En La Altagracia de Pedernales, el dirigente comunitario de la zona, Jorgilio Segura, denunció el robo de casi la totalidad de los paneles solares que instaló una ONG en el lugar.
“Esos paneles se los han llevado los vagabundos, a los que no les duele ni les importa nada de estas gentes”, agregó.
Misas haitianas
El recién pasado día 24 del mes en curso cuando en República Dominicana se celebró el Día de la Virgen de las Mercedes, en una sección de esta provincia que lleva su mismo nombre, el padre Antonio Fernández Rodríguez, de Pedernales, ofició una misa que debió ser traducida al creole por el diácono haitiano, Mico Sun Luis, porque el 97% de los feligreses era de esa nación.
No fue que llegaron en procesión desde Haití a esa comunidad para escuchar la liturgia, sino que ahora son ellos los que pueblan La Altagracia, fundada hace más de 100 años. Los cánticos de alabanza fueron en creole y en la ceremonia para tomar la hostia, el padre Antonio pidió a los jóvenes haitianos que le acompañaron que por favor en ese momento cantaran en español.
Y es que en esta comunidad, de acuerdo a Jorgilio Segura, el 70% de los estudiantes que asiste a la escuela de la zona es de nacionalidad haitiana, el 99% de los servicios de salud los consumen ellos, el 90% de las viviendas construidas en su mayoría por Joaquín Balaguer están en manos de los haitianos y casi el 100% de los feligreses que asiste a las misas regulares, son haitianos.
De hecho, las viviendas que permanecen vacías y que fueron construidas por Balaguer, tienen letreros de “Se Vende”, porque la gente ha perdido el interés se seguir viviendo en una comunidad en la que no tienen medio de subsistencia y donde no existe transporte, el agua potable llega a veces, la vía de acceso está intransitable, y en la escuela no se imparte el bachillerato.
Cuarteles vacíos
A lo largo del recorrido por la carretera Internacional de la Sierra de Bahoruco que inicia en Duvergé y termina en la provincia cabecera de Pedernales, los cuarteles fronterizos presentan la misma situación. Tienen dos y tres guardias asignados por turno, quienes para trasladarse a la ciudad que se encuentra a 40 y 60 kilómetros por una carretera desecha, deben esperar a que un buen samaritano cruce por allí en una motocicleta, un caballo o una guagua, y que quiera darles una “bola”.
Aunque no hablan de sus penurias, la gente de sus entornos asegura que pasan hambre y otras calamidades, porque el salario que devengan no les alcanza para manejarse en ese espacio tan hostil. El resto del espacio fronterizo está libre, ya que el personal asignado a cada cuartel carece de capacidad para disponer de una mayor vigilancia y así evitar el continuo cruce de haitianos y la depredación de los bosques.
El miedo
Miqueló y Gissela son dos niñas de nacionalidad haitiana con aproximadamente ocho y diez años de edad que llegaron recientemente al país junto a sus padres y otros familiares, y se asentaron en una zona montañosa de este paraje.
No saben sus edades ni el día de su cumpleaños, pero tampoco han pisado la puerta de una escuela y llevan una vida literalmente salvaje junto a otros inmigrantes que han “preñado” las montañas de las comunidades Ángel Félix de viviendas y chozas.
“Antes por aquí no se veía eso, pero estas personas han sido empujadas a aventurarse en este país, porque en Haití es muy duro ganarse la vida”, refirió el señor Ángel Fernando Medina, agricultor. Dijo que la invasión de estos extranjeros se ha dado a la misma velocidad en que han salido de esos predios los antiguos pobladores.
En Jimaní
En este poblado el mercado municipal está en manos de los inmigranes haitianos, los cuales aparte de los productos que ofrecen en la frontera, también se han asentado en el pueblo.
En las calles los vendedores ambulantes son haitianos y también ofrecen el servicio de motoconcho.
Un motoconchista dominicano que pidió reserva de su nombre por temor a que estos puedan hacerle daño, dijo que antes se ganaba hasta RD$2,000 en el día, pero ahora hay ocasiones que se va con RD$100 para su casa.
Atribuyó la situación a que los haitianos han ido ocupando el municipio de forma paulatina, pero continua.
“Oiga usted, los usuarios del motoconcho aquí son haitianos y para ellos pagarle un servicio a un dominicano, se lo pagan a uno de sus hermanos”, agregó.